Capítulo Veinticuatro !!

Esta canción no sale de mi cabeza y me ha ayudado bastante a escribir esto.

Jisung llegó corriendo a casa de Felix. Su corazón golpeaba con fuerza su pecho mientras lágrimas se deslizaban por sus mejillas. No sabía a dónde ir, su cuerpo inconscientemente buscó el consuelo y refugio que solo su mejor amigo le podía dar. 

Felix, nada más abrir la puerta y encontrarse a Han ahogado en lágrimas, no tardó un segundo en abrazarle y hacerle pasar a su hogar. Lo acompañó hasta la sala de estar y lo dejó sentarse en el sillón. Lee se sentó a su lado, abrazándolo por los hombros.

Sung, ¿qué pasa? Estoy aquí para ti.

Minho... él solo estaba jugando conmigo. —Empezó a llorar más fuerte; Felix sentía su corazón estrujarse en su pecho al escuchar la voz rota de Han y todo el dolor que expresaban sus ojos.

Pero si estabais bien. —Acariciaba su hombro, buscando su mirada. Jisung suspiró con sus ojos cerrados mientras sus hombros se sacudían por el llanto.— Has ido a una cita con él.

Solo fue una cita de prueba. Volví a la cafetería hoy y él estaba ahí con Seungmin.

Felix no pudo evitar fruncir el ceño e iba a responder, pero Jisung siguió hablando.

Cuando me acerqué a ellos porque no me creía lo que estaba pasando, Minho... se estaba declarando a Seungmin.

Han se hundió en los brazos de Felix con más fuerza. Lee acariciaba su espalda y cabello, buscando calmarlo. Seguía en silencio, dejando a su mejor amigo desahogarse.

Yo no te lo había dicho, pero...—Se atrevió a levantar la mirada. Con sus ojos fijos en los de Felix prosiguió con su voz inestable—. Tenía mis sentimientos cada vez más claros, pero parece que para Minho solo era un juego, solo estaba practicando conmigo.

El móvil de Felix sonó interrumpiendo la conversación, pero el australiano no pudo ignorar la llamada al ver el contacto de Yuqi.

Hol...

¿Está Hannie contigo?

Sí, aquí está. —La chica suspiró, y Lee dirigió su mirada a Han, quien lo miraba expectante mientras Felix sujetaba su teléfono en la oreja.

Menos mal. Le llevamos buscando un rato, no sabíamos nada de él desde hace horas. Nos avisó que iba a dar un paseo corto, pero nos hemos empezado a asustar al ver que no volvía.

¿Has encontrado a Han? —se oyó a su madre a través de la línea.

Sí, mamá, no te preocupes. Felix, ¿me pasas a Jisung?

Han tomó el móvil con manos temblorosas, colocándoselo en la oreja para hablar con su familia. Dio un par de respiraciones lentas antes de empezar a hablar, tratando de controlar su llanto.

Hola, Yuqi... —Felix miraba a su amigo en silencio—. No te respondí porque no me has llamado, lo hubiera escuchado... —Han palmeó sus bolsillos con cara de pánico—. He perdido mi móvil... —escuchó a su hermana—. ¿Cómo que no va a pasar nada? ¡Todo es un desastre!

La voz de Han se volvió a romper, y le devolvió el móvil a Felix; no quería que su hermana lo escuchase llorando y preocuparla más.

Colgaron, y estuvieron un rato más en el sillón. Felix consolaba a Jisung, quien había dejado de llorar, pero seguía con la respiración acelerada. La abuela de Felix apareció en la sala, cargando una bandeja de galletas, la cual dejó sobre la mesa.

Ambos chicos agradecieron a la mujer por la comida. Siguieron acurrucados en el cómodo sofá de la sala y la anciana se sentó en su mecedora para acompañar a los chicos.  Felix y Han se habían cubierto con una manta mientras comían las galletas caseras que funcionaban como pequeñas vendas en las heridas del corazón de Jisung.

Rato después alguien tocó y la abuela de Lee se levantó para abrir emocionada ya que no estaba acostumbrada a tantas visitas. Los chicos se quedaron solos de nuevo, con Felix haciendo todo lo posible para distraer a Jisung, y este tratando de que todos los pensamientos y sentimientos que lo abrumaban no lo rompieran de nuevo.

Felix, corazón, hay un chico muy guapo preguntando por ti.

El nombrado levantó una ceja cuando escuchó a su abuela hablándole en un tono divertido desde la puerta. Se levantó del sofá y se aseguró de dejar a Jisung bien envuelto en la manta que habían usado para acurrucarse.

Salió de la sala, llegando a la puerta de su casa. La anciana se retiró, dedicándole una sonrisa traviesa, y Felix no pudo evitar sorprenderse cuando se encontró a Hyunjin frente a él.

Felix, Minho no-

Ahora no, Hyunjin. —Cortó el australiano, de forma seria e incluso molesta.

Espera, solo...

¿De verdad tiene que ser ahora? Ahora Jisung está mal.

Por favor, escúchame. —Hwang dio un paso hacia delante, temiendo que Felix le cerrase la puerta en la cara—. Minho está en el hospital.

Tras explicarles lo sucedido de forma algo rápida y sin dar muchos detalles, los tres chicos fueron corriendo hasta el hospital.

Una vez llegaron, jadeando por conseguir aire tras los minutos que estuvieron corriendo, caminaron decididos, siguiendo a Hyunjin.

Llegaron a la sala de espera de urgencias, donde se encontraron a las hermanas pequeñas de Minho sentadas en las sillas, con sus cortas piernas colgando, ya que no llegaban al suelo. Seungmin estaba de pie, apoyando su espalda contra la pared, hablando por teléfono con una expresión asustada y llena de pánico.

Changbin, es mi culpa... Lo he visto con mis propios ojos, seguí a Minho y no llegué a agarrarlo...

Los tres chicos se sentaron en algunas sillas libres para esperar, mientras observaban a Seungmin sin interrumpir su conversación. Felix acariciaba la espalda de Jisung, quien comenzaba a tener una respiración irregular por la situación. Observó a Hyunjin de vuelta, mordiendo el esparadrapo que cubría sus uñas, mostrando su nerviosismo.

Pocos minutos después, Changbin apareció en la sala de espera. Tenía una mirada confusa y su ceño se frunció cuando vió a Felix y a Hyunjin ahí también. Antes de poder decir nada, Seungmin se tiró a sus brazos y Seo no lo pensó dos veces antes de sostener el cuerpo tembloroso del contrario.

Minnie, tranquilo, todo va a estar bien.

El nombrado no aguantó más y comenzó a llorar, buscando consuelo mientras se aferraba con más fuerza a él.

Oh Dios mío... Es que lo he visto, he visto cómo el coche impactaba contra su cuerpo...

Cálmate. Tú mismo me has dicho que el coche había logrado frenar y el golpe no ha sido tan horrible.

Sí, pero...

Hyunjin se movió, arrodillándose frente a las hermanas de Minho. Han y Felix le imitaron, aunque no se arrodillaron, solo se quedaron de pie frente a ellas, dándoles así un poco de privacidad y espacio a Seungmin y Changbin.

Chicas, ¿vosotras cómo estáis?

Una de las niñas apartó su vista de Hyunjin para mirar a sus hermanas, viendo cómo se abrazaban asustadas.

Dori quiere llorar... Y si Dori llora, Soonie llora... Y si Soonie llora, ¡yo lloro también!

Hyunjin le dedicó una sonrisa tranquilizadora y acarició con suavidad su mejilla, observando sus ojos rojos y cristalizados, que amenazaban con derramar lágrimas.

Doongie, podéis estar tranquilas, el doctor me ha dicho que el golpe no ha sido tan grave.

Dirigió su mirada ahora a Dori y Soonie, acariciando ahora sus mejillas.

Quiero que Minmin esté bien —murmuró Dori, la más pequeña de las tres.

Minho está bien, ya sabéis lo fuerte que es. Tendrá algún rasguño, pero si le cuidáis mucho en casa, se curará antes.

Por otro lado, Felix y Jisung miraban la escena callados. Jisung solo sentía la culpabilidad crecer en su pecho y Lee miraba enternecido la interacción de Hyunjin con las niñas. Hwang actuaba como si fuera un hermano más, ocultando su propio miedo para tranquilizar a las hermanas de Minho. La situación era demasiado para unas chicas tan pequeñas.

El australiano posó su mano sobre el hombro del pelinegro. Hyunjin se giró, posando su mirada en Felix. Hwang dio un corto suspiro, sintiéndose un poco reconfortado, y le sonrió, consiguiendo que el contrario imitara su acción.

Cuando vio la sonrisa de Felix, pudo asegurar que aquella fría sala de espera se había iluminado. Lee era como un pequeño farolillo en mitad de un bosque oscuro. Se dio cuenta entonces de que le brindaba una seguridad y calor que llevaba años sin sentir.

Concretamente, desde hace siete años.

Salió de sus pensamientos cuando las tres niñas se levantaron de sus sillas y comenzaron a correr. Los chicos levantaron la mirada, viendo cómo Minho llegaba acompañado por su madre, con un brazo derecho escayolado.

A pesar del dolor, Minho no dudó en agacharse para abrazar a sus hermanas, dejando su brazo herido pegado a su pecho y rodeándolas con el otro. Dio un beso en la frente a cada una mientras les aseguraba que estaba bien y que simplemente había sido un susto.

Mientras abrazaba a sus hermanas, su madre observó al grupo de amigos con una sonrisa. Los dejó unos momentos pero terminó guiando a sus hijas hacia sus propios brazos para que Minho se fijase en quiénes habían estado esperándole.

Tras limpiar las lágrimas en las mejillas de la pequeña Dori, Minho se levantó y alzó la vista, encontrándose con sus amigos.

Cuando su mirada se cruzó con la de Jisung, se paró en seco.

Han. —Llamó, pero antes de que diera un paso, el nombrado corrió en su dirección y lo abrazó con fuerza—. Lo siento, y-yo...

Me habías preocupado tanto —interrumpió, hundiéndose en sus brazos, apoyando su cabeza en su hombro—. No sabes cuánto me alegro de que estés bien.

Una sonrisa enternecida se coló en los labios de Minho y, sin dudar, correspondió su abrazo, dando un suspiro.

Estoy bien... Tranquilo, respira.

Murmuró, sintiendo cómo Jisung hacía más fuerza en su agarre, impidiéndole alejarse siquiera un centímetro de su cuerpo. Han trató de regular su respiración con bocanadas lentas y levantó su cabeza, mirándolo a los ojos.

Solo imaginarme que hubiera podido pasar me aterroriza tanto... —Soltó un suspiro entrecortado, importándole poco si se veía desesperado o incluso algo patético—. Solo quiero estar a tu lado. No puedo imaginar un mundo sin tí. No quiero imaginarme un mundo en el que tú no estés a mi lado.

Minho observó lo abrumado que se sentía a través de los ojos de Han, esa brillante mirada buscando algo a lo que agarrarse y sentirse confortado.

Perdóname. Yo solo quería consejos para poder hacer las cosas bien contigo... Nunca he tenido nada parecido a una pareja antes, lo sien-

Jisung lo interrumpió de nuevo, esta vez lanzándose hacia sus labios, besándolos para impedir que siguiera disculpándose.

Sus labios permanecieron juntos, sin moverse de forma pasional; se acariciaban de forma tímida y suave, con algo de vergüenza, pero sintiendo ambos la misma emoción.

Fuera de aquella burbuja, tanto los chicos como la familia de Lee se quedaron atónitos por las acciones de Han. La señora Lee reía un poco nerviosa, intentando distraer a sus hijas de los besos inocentes que compartían. Felix, por otro lado, trataba de controlarse y no ponerse a dar saltos de alegría. Hyunjin notó eso y le dio un leve empujón con su hombro, con una sonrisa divertida. Changbin tenía la boca abierta, mirando la escena con pura sorpresa, y Seungmin, quien estaba abrazado a Seo, levantó con suavidad la barbilla de su amigo, cerrando su boca.

El beso no duró más de un minuto, pero ambos eran conscientes de que aquel gesto cambiaría muchas cosas entre ellos. Se separaron, rompiendo el abrazo, quedando uno frente al otro. Minho fue a hablar, pero el tono de una llamada lo detuvo.

Los de la empresa —Su expresión cambió a una seria y tensa. Se alejó unos metros para atender la llamada. Mientras hablaba por el dispositivo tenía el ceño fruncido y todavía sentía un cosquilleo en sus labios debido al beso.

Minho ha pasado la primera audición en una empresa reconocida —comentó orgullosa su madre, acercándose a los amigos de su hijo. Le ofreció a Jisung su móvil, quien lo tomó emocionado, pudiendo tachar una preocupación menos en su lista.

Seungmin y Changbin siguieron hablando para tratar de resolver de una vez por todas todos los problemas que estaban teniendo esos días. Felix y Hyunjin charlaban y jugaban con Soonie, Doongie y Dori, mientras la madre de Minho escribía a su marido para poder marcharse a su casa en coche.

Tras varios minutos, Minho se acercó con una expresión desolada. Se acercó a su madre, quedándose detrás de ella, y tocó su hombro para ganar su atención.

Mamá, ¿podemos irnos a casa? —Su tono era afligido y a pesar de haber sido baja todos los presentes mantuvieron silencio.

El ambiente en la sala era pesado, aunque nadie dijese nada todos eran conscientes de la seriedad de la situación. La señora Lee miró preocupada a su hijo, conociéndolo lo suficiente para hacerse una idea de lo que había pasado.

¿Qué te han dicho?

Querían que confirmara mi asistencia para la segunda prueba, pero al comentarles que mi brazo está roto me han eliminado automáticamente.

Jisung, como todos los presentes, abrió los ojos sorprendido por la noticia, pero fue el único que se acercó y tomó su brazo sano, deteniéndolo cuando Minho empezó a caminar hacia la salida del hospital.

Lo siento mucho, de ver-

No es tu culpa, Han. —Lee no le dejó continuar hablando. Levantó su mirada del suelo hacía los ojos de Jisung, sintiendo la misma emoción que envolvía su corazón cuando veía al contrario. Los ojos de Minho estaban rojos y no pasó desapercibido para Han el brillo que comenzó a aparecer en estos, mostrando sus lágrimas contenidas. —Esto lo he provocado yo. Son mis estúpidas inseguridades, soy un imbécil. —Antes de que nadie pudiera responder, se soltó de su agarre y salió del hospital.

Su padre había aparcado cerca de la entrada, por lo que Minho pudo encontrar el coche sin problema y se acercó. El señor Lee salió del vehículo, tomando a su hijo por los hombros.

Min, ¿estás bien?

Sí, papá. Solo vámonos. Vámonos a casa.

Su padre lo abrazó con más fuerza queriendo que sintiese su presencia a su lado, que estaba ahí para él. Conocía a su hijo como la palma de su mano.

Está bien, todo estará bien...

La familia Lee se subió en el coche, y los amigos de Minho se acercaron al vehículo antes de que arrancara. Los cinco chicos buscaban la mirada de Minho, pero él solo miraba hacia su regazo, donde descansaban sus manos temblorosas. Una vez todos estuvieron sentados emprendieron camino hacía el hogar de los Lee.

Durante todo el viaje luchaba consigo mismo sintiendo la culpa en su pecho. El peso de la escayola en su brazo solo le recordaba lo sucedido, todo lo que había perdido únicamente por dejarse derrotar por sus inseguridades. Su mente iba a la velocidad de la luz, pensando en todos los escenarios posibles, todo lo que podría haber hecho para evitar tirar por la borda su única oportunidad de conseguir sus sueños.

¿Qué iba a pensar su familia? Había arriesgado mucho para lograr audicionar. Había sacrificado horas, días, semanas e incluso meses para lograr pasar las pruebas. ¿Qué iba a pensar Jisung? ¿Seguiría queriéndolo después de ver lo vulnerable que podía ser?

"Claro que no, lo he decepcionado, he decepcionado a todos."

¿Qué iban a pensar sus amigos? ¿Y sus profesores? Todos aquellos que le habían deseado suerte y le habían asegurado que estaba preparado para conseguirlo.

¿Qué iba a pensar Hwang Jinyoung?

Tenemos que hacer algo —murmuró Han cuando comenzaron a caminar por las calles los cinco chicos presentes.—No puedo quedarme de brazos cruzados mientras Minho se derrumba.

Sentían el aire frío azotándoles las caras y pudieron observar varias decoraciones navideñas en los escaparates de las tiendas de alrededor. Todavía era noviembre, pero el espíritu de la Navidad comenzaba a asomarse allá por donde se mirase.

¿Qué propones hacer? No podemos conseguir que acepten de nuevo a Minho en las audiciones.

Lo sé, Seungmin, pero podemos buscar alguna manera de animar a Minho, ya has visto lo destrozado que estaba.

Los ojos de Felix se abrieron, mostrando un brillo peculiar en ellos. Con emoción, apoyó su mano sobre el hombro de Jisung.

¡Una fiesta!

Han le miró extrañado, al igual que Changbin y Seungmin.

Me parece una idea perfecta.

Hyunjin apoyó la aportación de Felix con una voz calmada. Giró su cabeza observando a sus amigos, quienes le miraban intrigados. Después de dedicarle una cálida sonrisa a Lee, posó su mirada sobre Han.

¿Una fiesta? ¿Estás seguro?

Recuerdo cuando Minho y yo fuimos a un karaoke después de... —El pelinegro hizo una pausa, con la imagen del rostro de Minho, con un par de años menos, lleno de heridas navegar por sus pensamientos. Dio un suspiro para tratar de calmarse y seguir hablando. —Un mal día en el instituto. Tras varias semanas de tensión y humor bajo que tenía le vi sonreír... Sonreír de verdad.

El resto de chicos asintieron con una sonrisa y Changbin se detuvo haciendo que se girasen para mirarlo.

Podemos hacer una pequeña fiesta con el grupo, con sus canciones favoritas, buen ambiente y un poco de bebida. Eso le hará olvidarse de todo, aunque sea por unas horas.

Hola, hola! ¿Qué tal estás?

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Perdóname por tardar en subir este nuevo capítulo, se me pasó totalmente el tiempo y no me di cuenta que os había dejado a Minho atropellado por tanto tiempo JAJJAJ 


Pasa buen día, tarde o noche. Cuídate mucho <3

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