040
A la hora del almuerzo, luego de haber estado toda la mañana charlando junto a Yoongi, Jungkook se dirige al comedor para estar con sus hyung.
Hace mucho no hacía berrinches con Seokjin y este sería un buen momento. Él sabría cómo hacer para que Yugyeom no se fuera.
—Jungkook, te estaba buscando.
Hablando de Roma.
Jungkook voltea para enfrentarse a su amigo quien lucía agitado —fui hasta tu aula a buscarte y no estabas allí.
—Si... estaba con Yoongi.
Yugyeom levanta sus cejas sorprendido —¿Min Yoongi?
Se encoge de hombros —no me cae tan mal como pensaba.
—Está bien...
—¿Para qué me buscabas?
—Si eso... quería preguntarte si hoy puedo dormir contigo.
—NO— entra en pánico. No quería que Yugyeom le dijera eso todavía, no estaba listo. —Voy a dormir con Taehyung.
—¿Pudes decirle que no por favor? En serio quiero que hablemos.
Jungkook se sentía muy mal. No podría hablar con él, no quería que la situación fuera más real de lo que ya era.
—Pronto voy a entrar en celo Yugy, no debería dormir contigo.
—Oh claro, yo... entiendo.
Parecía triste y decepcionado. Él era un ángel, su ángel.
—Si, sé que lo entiendes— se acerca a él y lo abraza fuertemente por el torso, frotando su nariz por su pecho sintiendo la calidez del aroma a café —tú eres mi persona favorita en el mundo entero ¿lo sabes verdad? Y yo no podría vivir sin ti.
Yugyeom no sabía dónde meterse y asiente lentamente.
—Por eso sé que nunca me abandonarías, porque sabes lo mucho que te necesito.— recuesta nuevamente su cabeza en su pecho, su lugar favorito desde que tenía memoria.
Su lado racional le decía que estaba mal lo que estaba haciendo, que solo lo hacía más difícil para Yugyeom. Pero su interior le gritaba que no lo deje ir, que él podría cuidarlo y hacer que se sintiera feliz allí junto a él.
—Te amo Yugyeom. Vamos a estar juntos para siempre y por siempre.
—Me tengo que ir. Adiós.
Yugyeom se separa sin mirarlo y Jungkook sabe que solo lo había hecho llorar.
Era mejor así. Yugyeom tenía que entender que él tampoco podría vivir sin él.
Cuando las clases terminaron y era hora de regresar, Jungkook pasó de largo la tarde de estudio en biblioteca para ir prendido como garrapata en la espalda de Yugyeom hasta su casa.
Ni su madre ni su hermana hacían algun comentario al respecto, sabían que su amistad era extraña y que de ellos dos podrían esperarse cualquier cosa.
Yugyeom hablaba con su madre contándole cosas sobre el campamento, él fue el encargado de contar el chisme completo de Jungkook y Taehyung, ya que Jungkook no había tenido la oportunidad todavía.
—Y debieron ver a Taehyung ese día, estaba completo de hormigas, el pobre no sabía para donde correr, fue tan chistoso.
Su madre y su hermana se reían escuchando la forma tan dramática y artística que tenía su amigo de contar las cosas.
—¿Ya ven por que no tienen que dejarme solo con ese alfa? Voy a necesitar a Yugyeom para que me cuide siempre.
Yugyeom pasaba de largo a sus comentarios y seguía con sus payasadas hasta la hora de la cena.
—Entonces Jungkook me dijo que no dormirá conmigo porque lo va a hacer con Taehyung, ¿pueden creerlo? ¿Recuerdan alguna vez en la que Jungkook me haya rechazado de esa manera?
—Si, recuerdo cuando no te dejó dormir con él porque le contaste el final del anime que estaba viendo.— dice su hermana.
—Ya, pero esa vez me lo busqué. Debe querer mucho a ese alfa, o debe tener algun secreto muuuuuuuy grande— dice mirándolo de manera burlona, esperando a que Jungkook reaccionara de mala manera como siempre.
—Ya, claro que lo quiero, es mi destinado.— dice prestándole importancia. —pero a ti Yug, más qué a nada en el planeta. Porque si nos ponemos a pensar, no es tan complicado encontrar a tu destinado, muchos lo hacen. Pero encontrar a un hermano del alma, un amigo que este contigo desde siempre, alguien que haya vivido contigo la mayor parte de tu vida... eso es difícil, es un milagro. Porque eso es Yugyeom, mi milagro, mi tesoro, siempre fuimos uña y carne, culo y calzón, completamente inseparables...
—Cariño ¿estás bien?— pregunta su madre.
Todos en la mesa lo miraban extrañados, excepto Yugyeom quien solo miraba su plato con comida.
—Claro que estoy bien. ¿Pero no crees que es increíble nuestra amistad? Nunca voy a amar a nadie como a Yugyeom.
Su madre y su hermana lo miraban extrañados hasta que Yeji habla —tu celo estaba próximo ¿verdad?
Jungkook se encoge de hombros —¿y eso qué?
Su hermana toma su plato y se dirige hacia las escaleras —voy a comer en mi habitación y luego dormiré en lo de Lia hasta que se le pase.
Yugyeom toma su plato y se dirige hacia el lavabo —Si... yo voy a lavar los platos y luego me iré con...
—No— dice Jungkook levantándose rapidamente antes que se escape y lo abraza fuertemente por la espalda —tu no te vas a ir a ningún lado Kim Yugyeom.
Yugyeom queda estático donde estaba mientras que Jungkook recorría con su nariz toda su nuca. No iba a dejar que se fuera nunca.
—Cariño...— su madre intenta acercarse pero queda estática cuando ve a Jungkook mirándola con los dientes afuera y sus ojos de un color azul intenso. —le mandé un mensaje a Taehyung para que venga, él te cuidará.
"Taehyung..."
Dice su omega deseando, pero recuerda lo que estaba en riesgo. Yugyeom decía que Taehyung lo iba a cuidar cuando él no éste y no podía permitir que siguiera creyendo eso.
—Yugyeom puede cuidarme.
—Jungkook, no así cariño. Deja que Yugyeom se vaya.
—No, no, no— dice Jungkook abrazándose más fuerte a Yugyeom. —él no se puede ir, no puede dejarme, mamá.
Su madre lo miraba sin saber qué hacer o cómo actuar.
—Nayeon, yo lo voy a cuidar hasta que venga Taehyung— su madre lo mira preocupada y Yugyeom niega con la cabeza —no así, tranquila. Jamás le haría algo.
Luego de dudarlo un rato, finalmente asiente. Confiaban en Yugyeom —voy a juntar mis cosas.
Yugyeom asiente y cuando quedan solos, voltea para ver a Jungkook sin que este lo soltara. Pasa sus brazos por sus hombros para que su amigo lo abrazara mejor y más tranquilo.
—Está bien, Jungkook. Ya vendrá Taehyung.— dice y acaricia dulcemente el cabello del omega.
—Pero si Taehyung viene tu te irás ¿verdad?
Él lo miraba con sus ojos azules y brillosos. Lucía tan triste que a Yugyeom se le partía el corazón y no podía mantener la mirada fija en él —no me mires así.
Jungkook asiente y se esconde en el cuello de su amigo. No iba a llorar, no ahí.
—No quiero que te vayas Yugy. Nunca.
—Jungkook...— Yugyeom lo saca de su escondite haciendo que sus ojos se encontraran —Te prometo que aunque me vaya, nunca me voy a ir.
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