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Solo quería ser perfecta, entrenaba duro para que su cuerpo fuera tan sensual y fuerte como el del pilar del amor. Pero se llevaba tan al límite que se hería a sí misma, dejó de comer y dormía pocas horas, solo para entrenar y seguir haciéndolo hasta ser perfecta.

Un día seguía su rutina de entrenamiento cuando empezó a sentir el efecto de no comer en varias semanas, cayó desmayada al suelo. Y tal vez habría muerto, si el tsuguko de Sanemi, Akaza Soyama; no la hubiera llevado a la finca mariposa. La llevó con Shinobu: vaya ticket al paraíso le había conseguido el pelirrosa.

Abrió sus ojos y lo primero que vió fue tremenda figura perfecta de la ojipúrpura. Podía ver sus tetas cerca de su rostro, cómo quería usarlas de almohada.

-Ya despertaste- sonrió viendo a Makomo ya consiente

-¿Qué pasó?

-Bueno... es que tuviste un desmayo por falta de nutrientes.

-Oh...

-¿Has estado comiendo estos días?- la pelinegra

-No, la verdad se me olvidó- Shinobu sacó una pequeña risita

-¿Cómo es posible que se te olvidara?

-Es que... yo quiero ser bonita como Mitsuri. Ser musculosa y aún así ser perfecta, ser sexy. Pensaba que así sería perfecta- bajó la mirada, entonces la cálida y suave mano de Kocho acarició la mejilla de la chica.

-Eres bonita tal como eres, esta bien que entrenes para ser mejor y mantenerte saludable, pero no tienes que dejar de dormir ni de comer. Eres suficiente, algún día un chico verá lo bonita que eres.

-Gracias- suspiró.

-Voy a buscar unas cosas para la otra sala ¿sí?- la chica se fue de la camilla dejando a Makomo sola. Por el pasillo vio a un chico con ojos violetas almendrados, cabello azabache en un corte mohicano, vestía una bata, tenía vendas en las muñecas y una cicatriz en el rostro. Notó la mirada de Makomo y se puso nervioso, normalmente él no era parte del radar de las chicas.

-Discúlpeme- dijo el muchacho- podría dejar de verme?

-Oh, lo siento, solo que tu rostro me parece familiar.

-Ah, es que soy hermano del pilar del viento, Sanemi.

-Cierto, él nunca nos ha hablado de ti.

-No le gusta hablar de eso- confesó algo afligido el chico- me llamo Genya Shinazugawa, el inútil hermano de Sanemi ¿y tú eres...?

-Makomo Urokodaki, pilar de la flor y hermana de Sabito, empecé hace poco. Reemplazo a la retirada Kanae.

-Ah, un gusto Makomo- entró Shinobu a la pieza.

-Genya ¿qué te dije de salir de tu pieza?- le habló como si fuera un niño pequeño.

-Lo siento ¿no me puedo quedar acá?

-Un rato, pero luego tienes que volver- dijo con una dulce sonrisa.- Vuelvo en unos minutos ¿si? Tengo que atender a otro paciente.

-Ya- dijo Makomo sonriendo enamorada. Shinobu le dedicó una sonrisa y luego se fue del cuarto.

-Se nota que te gusta.

-¿Quien? ¿Shinobu? Ay no, no me gusta. Que asco- sus mejillas la delataban, se iba tornando más y más roja.

-No te preocupes, no tienes que ocultarlo, sé perfectamente cómo la miras, tus ojos se iluminan, como si de arte de magia se tratase.

-¿Y tú de dónde sabes eso?

-Lo sé porque yo soy igual, cuando lo veo a él.

-A quién?

-Muichiro Tokito- sus ojos empezaron a brillar de tan solo decir el nombre, sus mejillas se ruborizaron y empezó a sonreír enamorado.- nos conocimos por accidente, tal vez fue el destino o meramente suerte. Él chocó conmigo, y pensó que yo era Sanemi, me pareció divertido y algo tierno que me confundiera con él. Nos presentamos y desde aquel día no nos hemos hablado. Han pasado 8 meses y aun así, cuando lo veo, siento lo mismo de antes. Estoy jodidamente enamorado de él, aunque claro, yo nunca estaré con él.- suspiró afligido.

-Tengo una idea ¿qué te parece que yo te ayude con Mui y tú me ayudas con Shinobu? digo, Muichiro es un pilar y hablo mucho con él, y sé que Shinobu habla mucho con ustedes porque Sanemi fue el ex de Kanae y ahora son muy amigos.

-Claro, suena bien- dijo sonriendo.

-¿Podrías tú ayudarme primero?

-Claro, a ver... trata de venir a acompañarla en tu tiempo libre, cuando los pilares se junten habla con ella. Tienes que ser carismática, hazla reír, llévala a dar paseos.

-No suena dificil.

-No lo es, creo.

-Gracias, trataré de compensártelo un día.- Genya sonrió y agradeció a la chica.

-Ya Genya- Shinobu apareció- tenemos que ver tu heridas ¿qué te he dicho de andarte cortando?

-Lo siento- dijo el chico levantándose de la cama, despidiéndose de Makomo y siguiendo a Shinobu.- no lo puedo evitar.

-Claro que si puedes, pero no quieres- Genya suspiró mientras ambos salían de la habitación. Makomo sabía lo que tenía que hacer, no parecía como una buena idea, pero serviría.

Se acostó en su camilla y empezó a mirar al techo, ahora le había dado hambre.

Hola de nuevo :)

Volví con esta historia, y espero seguir con otras más pronto.

Me disculpo por el capítulo tan corto, pero el próximo debería ser más largo.

Nos vemos y cuídense :3

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