Prólogo

Prologo

Tras haber dejado el mundo en ruinas, Tera ha estado planificando el cómo sería la casa donde ella viviría y criaría a Ale; cargándolo en brazos Tera se encontraba sobrevolando por las ciudades devastadas por su ira, no habían humanos visibles por ninguna parte, la vegetación estaba casi completamente marchita y la presencia de animales era nula, del cielo de vez en cuando caían meteoritos en forma de lluvia, estos provenía de la luna la cual no se salvó, ya que quedó casi completamente destruida, sus fragmentos caían en picada hacia la tierra mientras que otros lograban conseguir una órbita estable alrededor del planeta.

Tras una larga búsqueda, Tera al fin encuentra el lugar indicado, el cual era el parque, este no estaban tan destruido y la vegetación aún seguía viva, aunque en un pésimo estado, ese es el lugar donde será su nuevo hogar. Tera procede a volar y aterrizar en el centro de todo el parque y con un movimiento de sus manos limpia el lugar al mandar a volar todos los escombros, arboles y arbustos, haciendo un claro artificial, no solo apartó lo que le estorbaba, sino que también apartó las nubes, haciendo que a ese lugar lograra llegar la luz del sol, apenas era el comienzo, aún le faltaba bastante para poder terminar la casa, por lo que necesitaba ir por materiales, para ello deja a Ale en el suelo, arropado con sus cobijas, estaba dormido y por el cuidado que tuvo al dejarlo no se despierta.

Tera se marcha flotando, alejándose lo suficiente como para que cuando se vaya a Mac 2, no lo despierte. Pasada una hora; Tera estaba usando sus colas para poder ingerir metales, madera, concreto y demás materiales para poder tener suficientes datos para usar a su gusto, pero durante su recolecta, con sus agudos oídos, escucha que Ale comenzaba a despertarse, empezando a llorar, ella piensa y asume que es por hambre, lo que se ve obligada regresar a máxima velocidad, aunque de camino algo la terminó extrañando, Ale había dejado de llorar, eso la hizo pensar un poco, analizando las posibilidades, siendo las más alta que se haya quedado dormido, y la más baja era que algo o alguien estaba con él, esta última, aunque era baja la probabilidad, hizo que aumentara la velocidad para llegar más rápido.

Al llegar al claro donde sería su nueva casa, Tera se encuentra con una escena un tanto extraña que la deja algo asqueada, ella ve que una gata negra de ojos grandes estaba con Ale, esta estaba envolviéndolo con el cuerpo para abrigarlo y dejaba que se amantara de ella, por eso él había dejando de llorar; aunque no era una amenaza, a Tera no le gustaba mucho lo que esta viendo, por lo que decide espantar a la gata, quien solo la mira y la ignora por completo, ni siquiera parecía estar asustada por ella, incluso cuando estaba muy cerca, Tera podría haber usado sus poderes para mandarla a volar, pero no sentía que valiera la pena, así que solo la trata de apartar con sus propias manos, pero antes de que ella tocara a la gata, la misma da un salto muy alto, aterrizando sobre su cabeza, cosa que no le hace gracia a Tera, ya que trata de quitársela de un manotazo, pero la gata la esquiva con otro salto, aterrizando de pie delante de ella, ya en el suelo Tera pierde el interés y solo mueve su dedo para mandarla a volar, cosa que la gata de alguna manera esquiva, ya que ella se echó a un lado y en el lugar donde estaba antes se crea un agujero en la tierra; un tanto sorprendida Tera vuelve a intentar deshacerse de la gata, cosa que esta vuelve a esquivar sin muchos problemas; empezando a frustrarse, sus golpes ganaban más velocidad y poder, tanto que incluso creaban estallidos sónicos que terminan despertando por completo a Ale, quien sin su fuente de alimento y por los fuertes estallidos, empieza a llorar; la gata al oír el llanto de Ale salta sobre la cabeza de Tera, luego sobre su aureola antes de dar un ultimo salto para alejarse y salir corriendo, perdiéndose entre los árboles y escombros. Tera solo suspira antes de ir con Ale para levantarle y así darle del pecho, haciendo que se calme y deje de llorar...

Pasan dos Años, tiempo en que Tera terminó de construir su casa, aunque ella sabía que era temporal debido a que el planeta estaba muriendo, ya que la atmósfera estaba desapareciendo, lo que causaba que para la vida cada vez sea más difícil prosperar, ella estima que solo quedan de veinte a treinta años para que el planeta sea arrasado por la radiación solar, de igual forma ya no quedaba nada en ese lugar para ellos, por lo que irse sería la mejor opción.

Mientras que ella pensaba eso, sentada afuera de su casa, pudo ver como Ale estaba pasando de gatear a dar sus primeros pasos, coas de dejó muy sorprendida a Tera, tanto que incluso suelta algunas lagrimas de alegría, pero al final Ale termina cayéndose, a lo que Tera se ríe un poco antes de ir con él para cargarlo y amamantarlo porque ya era su hora de comer, mientras lo hacía, camina hacia su casa y entra en esta. Viendo desde la cima de un posta del luz, la gata de antes se encontraba observando a Ale y a Tera, viendo a Ale dar sus primeros pasos y caer, después los ve entrar a la casa.

Pasan 10 años; Ale ya había tenido su cumpleaños numero 12, edad a la que Tera le dio de regalo un uniforme táctico militar de color verde y de hombreras rojas, junto con unos lentes, se veía bien, aunque le quedaba un poco grande. Durante hace ta varios años Tera clasificó el comportamiento de Ale como muy seco, ya que no sentía miedo, exceptuando de bebé, nunca lo ha visto reír o sonreír siquiera, no parecía tener emociones, aunque ella sabía no era correcto asumir eso ya que sí tenía sentimientos, más no los mostraba, tal vez por la ausencia de personas con las cuales empatizar, o tal vez sea algo de nacimiento, quizás sea autista, la verdad ya no estaba tan segura de sus decisiones, no desde su incidente hace 12 años, cuando Ale nació.

Trascurren unos días desde el cumpleaños numero 12 de Ale, ese día era diferente al resto ya que Tera estaba ocupada guardando todas las pertenencias de Ale en un espacio mental donde podía materializarlas a voluntad cuando quisiera sacarlas, Ale ve eso, por lo que decide preguntarse.

–Tera, ¿Qué haces? –le preguntó Ale a Tera.

–Estoy guardando tus cosas, nos iremos a otro lugar.

–¿A dónde vamos? –preguntó, ayudándola llevándole sus cosas.

–Aun sitio donde habrán muchas personas, animales, podrás hacer amigos y podrás ir a estudiar a una escuela.

–Ah –respondió, sin más.

–¿No te emociona eso? –le preguntó, desconcertada por su respuesta tan seca.

–Sí, creo que es emocionante pode ir a una escuela como en la tele –respondió, entregándole una caja llena con dvds de películas y series animadas.

Tras haber guardado todo lo necesario y las cosas de Ale, Tera y él salieron de la casa, hacia el patio, lugar donde lo carga en brazos, cubriéndolo con su melena y sus colas.

–¿Listo para irnos?

–Sí.

Tera cierra los ojos, luego los símbolos en su cuerpo empiezan ha brillar, segundos antes de desaparecer en un estallido de energía tan fuerte que destruye el claro, la casa y la poca vegetación que estaba con vida.

A lo lejos estaba la gata,, desde su perspectiva ella había visto como ellos desaparecieron sin dejar rastro, aunque en realidad los vio desaparecer, volviéndose un rayo de energía invisible que salió disparado al espacio, atravesando la barrera universal que separaba a ese universo de la zona blanca, el vacío donde habitan los diversos universos. La gata tras ver su partida, revela su verdadera forma, la cual era una gata humanoide de color negro y ojos de gran tamaño y guantes blancos, sus brazos parecían sacados de una caricatura antigua y poseía unas caderas bastante pronunciadas, sin llegar a tocar lo exagerado.

–ji ji ji –rió la gata, sonriendo.

Después de haberse reído, la perspectiva cambia a otra, ya que la cámara se aleja de ella, saliendo de una televisión en que estaba puesta en un lugar completamente obscuro, pero había iluminación ya que se podía ver perfectamente la televisión y a la misma gata sentada en un sofá, viendo la misma antes de cambiar de canal, canal donde la cámara se acerca a la televisión y entra, mostrando una azotea.

Son las nueve la la noche, veintiocho de febrero, año dos mil veintiuno. Tera reaparece en la azotea del edificio en una descarga de energía casi nula, Ale no estaba en sus brazos ya que se encontraba dentro del traje tipo piel de Tera, quien había sufrido severas quemaduras en el cuerpo debido al ingreso a ese mundo que le tomó más de lo calculado; Ale sale mostrando por primera vez preocupación y algo de miedo al ver a su madre en tal estado.

–Estás bien –le preguntó Ale a Tera, tratando de ayudarla a levantarse.

–Sí, solo necesito sentarse –jadeó Tera, antes de sentarse en el suelo, momento en que su cuerpo empieza a humear, su pelaje se vuelve grisáceo, sus símbolos se obscurecen y sus ojos que eran brillantes dejaron de serlo–. Bueno, ya llegamos.

Cuando dice eso, Ale se aleja de ella para ir hacia la orilla de la azotea donde puede ver la cuidad, estaban en las afueras de la misma, ya que esta estalla llena de edificios, rascacielos bastante altos y estaba rodeada de una muralla de metálica y cercas electrificadas, mientras que donde estaban actualmente era a las afueras de la muralla, en una zona más parecida a un barrio pobre o de economía entre media y baja.

Tera ya se había sacudido un poco y arreglado el pelaje, aunque sin poder quitar sus marcas de quemaduras; ella se levanta y camina hacia Ale para ver la zona en la que estaban, viendo también la ciudad.

–Es diferente.

–Sí, claro que lo es –dijo, para luego cargarlo en brazos, apegándolo a su melena–. Busquemos un lugar donde pasar la noche.

–Está bien.

Tera empieza a caminar en busca de las escaleras de emergencia del edifico, por las cuales bajan, sin ver que detrás de ellos estaba la gata de antes en su forma animal, viéndolos irse, antes de desaparecer saltando del edificio. 

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