Una noche como cualquier otra, ambas estaban a punto de cerrar los ojos luego de desear las buenas noches, abrazadas y con sonrisas alumbrando la habitación oscuras.

Hasta que una llamada las doce y media las hizo levantarse con miedo, la que logró contestar fue Mina ya que Chaeyoung se espantó, no era muy normal que las llamarán a esa hora.

La mayor conducía a toda velocidad al lugar indicado por una de sus más grandes amigas, la pequeña Jennie estaba a tan  solo horas de nacer, si, el abrazo de Nayeon sorpresivamente llegó a su fin, Jeongyeon estaba sentada en una de las sillas con las manos a ambos lados de su cabeza sosteniendola.

Sana dormida en el regazo de Tzuyu que también cabeceaba de vez en cuando, Momo hablando animadamente con una de las enfermeras de turno, Dahyun viéndola atentamente de brazos cruzados, Chaeyoung llegó minutos después de ella.

La pelinegra se acercó a la chica que parecía que necesitaba más apoyo, Jeongyeon estaba pegada en la silla como si le hubieran puesto pegamento en ésta— ¿Te encuentras bien? —La mayor negó sin verla a los ojos, si que estaba mal, Jeongyeon parecía más preocupada de lo que debería estar o es que le habían dicho algo malo, Mina comenzó a sentirse preocupada al igual que la mayor.

Miró hacía el lugar donde se suponía estaba su mejor amiga, escuchaba algunos gritos que obviamente eran de ella, le dolía escucharla— No ha parado de gritar y los doctores no me dejan entrar —Dijo cabizbaja, su voz quebrandose en cada palabra, Mina sintió sus ojos picar por la preocupación.

— Es normal que grite, una persona esta saliendo de ella —Explicó con calma, la que no parecía muy calmada era su esposa, la miró de reojo, su rostro pálido como si hubiera visto a un fantasma, éso no era bueno— Espera un momento, Chaeyoung parece traumada.

— ...Así que no hay problema, es un bebé que está saliendo, un milagro, lo más hermoso que hay en la vida —Concluyó Mina, Chaeyoung luego de escuchar todo el discurso se relajó y dejo de llorar, era un gran paso.

— ¿Duele mucho? —Preguntó con los ojos llenándose de lágrimas al ver a Jeongyeon entrar, Mina se quedó pensativa, no tenía ni la mayor idea ya que nunca había estado embarazada y lamentablemente nunca lo estaría.

Con la sonrisa más convincente que pudo formar negó— Cuando Nayeon salga le preguntaremos, pero estoy segura que no duele —Aseguró con dificultad, no le gustaba mentir a la chica que la ha hecho feliz.

Chaeyoung asintió y con cuidado se acercó a las demás que parecía que estaban a tan solos tres minutos de quedarse dormidas, menos Sana, pero ella es alguien única. La peli rosa sonreía cada que veía que las personas salían y entraban de la sala creyendo que sería Jeongyeon avisandole que una linda bebé apareció de la nada— Ella estará bien —Habló con seguridad, Momo asintió adormilada.

— ¡Jeongyeon! —Exclamaron todas al ver a la mayor salir con las manos a ambos lados de su cuerpo, apretaba sus caderas, parecía preocupada pero feliz, lo que alertó y confundió a más de una.

— Todo salió bien —Murmuró y se sentó agarrándose la cabeza— Soy mamá —Todas se miraron para luego acercarse y abrazarla— La pequeña Jennie es tan hermosa, se parece mucho a Nayeon —Murmuró con lagrimas en los ojos, no podía creer que ya tenía una niña, que era madre y que debía compartir toda la vida con una persona, que es de su total responsabilidad, al pensar en eso sintió un escalofrío recorrer su espina dorsal.

Mina la veía con alegría y aplaudía con emoción, por fin seria tía luego de esperar tanto tiempo, fueron unos largos y duros meses, suspiró y todas abrazaron a Jeongyeon para que se relajará.

— Cuando tengamos bebés espero que no llores —Dahyun asintió a las palabras de su novia— Es más tu los tendrás, no...n-no quiero gritar como Nayeon —Eso las había asustado a todas, no sabían si era porque el dolor no lo aguantaba o solo porque quería espantar al doctor.