Caricias deseadas

Sentía algo suave rozando su mejilla. Luego pasaba a la nariz y luego repasaba la frente con la misma suavidad. 
Marinette se movió un poco, maldiciendo por lo bajo por haberla despertado de aquel dulce sueño que estaba teniendo. Solo en sus sueños había pasado la noche con su lindo gatito.

Pero el dulce cosquilleo no cesaba y volvía a hacer camino hasta su mejilla.

Intentó abrir los ojos pero no podía ver nada.

-¿Q-Que?-Preguntó con voz pastosa, intentó volver a moverse pero había algo o alguien encima de su cuerpo. 

-No tengas miedo princesa-Escuchó decir y dejo de moverse, pues sabía que esa voz era la del héroe felino-No puedes ver porque he perdido mi transformación y te he cubierto los ojos con una tela que tenías en el escritorio.

Ella asintió, confiando en él.

-Esta bien, Chat

Le escuchó respirar y supo que estaba muy cerca de ella. Podía sentir un par de mechones que le rozaban la mejilla. 

-¿Que ocurre?-Preguntó al ver que él no se movía y que parecía estar meditando sobre algo. Arrugó un poco la nariz y escuchó la suave risa del chico.

-Estaba apreciando tu rostro-Dijo él, con aquella voz hermosa que solo podía pertenecer a él-Pensaba en lo hermosa que te ves

-Seguro que tengo los pelos mañaneros y cara de dormida-Dijo ella pensando en todas las veces que Tikki se había reído de sus pintas cuando se levantaba para ir a clases. No quería pensar en las comparativas con nidos de pájaros que solía hacer la kwami moteada cuando se refería a su cabello.

-A mis ojos te ves hermosa-Respondió él y Marinette sintió como sus dedos le rozaban la mejilla y la comisura de sus labios. Ella mordisqueó uno de sus dedos cuando pasó sobre sus labios-Traviesa-Dijo el gato riendo pero poniéndose serio al momento-Abre tu boca, Marinette

La chica se sonrojó pero hizo lo que le pidió, abrió levemente su boca para él.

Uno de los dedos del chico volvió a trazar la forma de su labio, tanto el inferior como el superior. Era una caricia dulce y suave, en la que ella podía sentir el tacto de sus dedos sin guantes de gato de por medio. 

-Más-Gimió el chico, empujando su dedo contra sus labios-Abre más tu boca

Marinette sintió como un dedo intruso entraba en su boca. Aquello era nuevo para ella y no supo que hacer, hasta que comenzó a pasar la lengua por su dedo, mojandolo y finalmente con vergüenza empezó a chuparlo.

Alargó sus manos buscando el brazo de chico, pudiendo sentir su cálida piel. Era curioso, era suave como un pañuelo, tersa y no podía saberlo pero sabía que era fuerte, cálida y pertenecía a su querido Chat noir.

Chat noir o más bien, Adrien Agreste, se estaba debatiendo en aquellos momentos por hacer algo que sin duda mancharía su inmaculada reputación. Sentir como su dedo era succionado por la dulce boca de Marinette, su cuerpo bajo el suyo, con su pecho desnudo a la par del suyo...sentía su corazón desbocado, una calidez corría por todo su torrente sanguíneo y no quería pensar en como estaba su miembro en aquel momento. 

Definitivamente los boxers de diseño de marca Gabriel eran demasiado ajustados.

Adrien sacó su dedo de la tierna boca de su compañera y sin poderlo evitar mucho más tiempo bajó el rostro para besar aquella dulce boca de fresa.
Ella dio un respingo cuando sus bocas se rozaron pero respondió a su beso con la misma intensidad que él. Sus lenguas jugaban en sus bocas mientras las manos de él exploraban sus mejillas y bajaban juguetonamente hacia sus pechos.

-Deseaba tanto tocarte así...-Dijo mientras sus manos amasaban aquellos montículos. Era tan distinto tocarla sin los guantes...Ahora era piel contra piel y podía sentir como sus bonitos pezones se endurecían entre sus dedos-Dime si te gusta, Princesa

Marinette ahogaba sus propios gemidos como podía. Arqueaba la espalda para darle un mayor acceso y no podía evitar sentirse bien por las caricias del felino.

Él era habilidoso.

-¡Chat¡-Jadeó ella cuando la boca de él tomó su pezón derecho. Hizo lo mismo que había hecho la noche anterior, besaba primero y luego cuando veía que endurecía arremetía con pequeños tirones y lametones con su traviesa lengua. 

-Es tu castigo por no contestarme-Respondió el chico abandonando su pezón lleno de su saliva. Con dos de sus dedos comenzó a acariciarlo mientras que el otro pezón era torturado por su boca.

-Ah¡...-Ella seguía jadeando y dándole hermosos gemidos que al chico le parecían deliciosos. Sea aferró a su cintura mientras seguía bajando sus besos hacia su estomago. 

Se sacó la camiseta con urgencia, aunque ella no lo podía ver podía juntar sus cuerpos y sus pieles. Era increíble la sensación que le recorría.

-Yo también...-Dijo y sonriente tomó una de las manos de la azabache para colocarla en su pecho. Ella dio un respingo-Quiero sentir tus manos...¿Podrías acariciarme?

Marinette soltó un jadeo y un par de tartamudeos que hicieron que el chico sonriera por su timidez. Ella era demasiado dulce.

-B-B-Bie-en...-Dijo ella y sus pequeñas manos comenzaron a acariciar los fuertes pectorales del chico. Se sorprendió por la textura de su piel, lo fuerte de sus músculos y como se movían con su respiración. 

Adrien cerró los ojos para sentir en más profundidad las dulces caricias que le estaba dando la chica. 

Ambos estaban perdidos en las caricias que se estaban dando que cuando el móvil de Marinette comenzó a sonar, ambos dieron un pequeño gritito y se apartaron. Adrien casi cae de culo en el suelo y Marinette se golpeó un poco contra la pared por el salto, haciendo que su gran torpeza legendaria surgiera a la luz y fuera a parar encima del chico.

-¡Por todas las catarinas¡-Jadeó ella y se arrastró a tientas en busca del aparato, el cual estaba en una de las estanterías superiores que tenía en una de las paredes. Tarde se dio cuenta de que estaba sobre el cuerpo del chico, más concretamente sus piernas estaban cada una a un lado del rostro del chico-Ah¡...lo....lo....s-siento...-Dijo mientras el aparato vibraba en sus manos.

-Sin problema, Princesa-Dijo el chico, quien por una vez agradecía la mala suerte del gato y la torpeza que ya conocía de la chica. Tenía a pocos milímetros de su boca aquel fino pantalón rosado de ella. Sus muslos rozaban sus mejillas y maldición! era demasiada tentación.

-¿A-Alya?-Marinette consiguió de alguna manera responder a la llamada, que no era otra que su amiga. A pesar de la tela que todavía cubría sus ojos se había llevado el aparato a la oreja, pues no podía accionar la videollamada porque si no, su amiga vería la forma civil de Chat.

Su amiga empezó a hablarle de su Ladyblog y su dolor de cabeza por tener que cuidar a sus hermanos. Marinette al principio escuchaba lo que decía hasta que sintió como algo le rozaba su zona más sensible. Se tapó la boca para que su amiga no la escuchase y cerró los ojos con fuerza intentando no gemir.

¡Que estaba haciendo ese gato tonto¡

Adrien agarró la parte superior del pantalón y lo bajó levemente, dejando ver unas pequeñas y finas braguitas de encaje rosa. Se le secó la boca y no pudo evitar pensar que Marinette engañaba demasiado. Siempre vestía esa fina camiseta de flores y los pantalones rosados pero debajo de ellos se escondían aquellas finas prendas de encaje. 

Nunca lo hubiera esperado.

Con sus dedos empezó a masajear la entrepierna de la chica. Lo hacía con suavidad y dulzura mirando las reacciones de la chica, por si acaso a ella no le gustaba. Pero su rostro sonrojado y sudoroso  no mentía: le estaba gustando. Si hasta se estaba mordiendo aquel jugoso labio inferior. 

Sabía en donde se estaba metiendo. Marinette estaba al teléfono con Alya, que no se podía decir que fuera poco cotilla, mientras le estaba acariciando. Si no se controlaba, ella podría llegar a gemir demasiado y la reportera se enteraría de lo que hacían.

Con cuidado metió un dedo por debajo del elástico del encaje de las braguitas y por fin, tanteó aquel lugar secreto. La chica se movió un poco y pudo ver como su boca se abría y se cerraba, sin pronunciar todavía sonido alguno.

Dulcemente comenzó a besar su cuello mientras su dedo intruso tanteaba sus pliegues húmedos. Se sentía nervioso, sus manos  temblaban ligeramente, avegonzandolo.  

Estaba toqueteando íntimamente a Marinette sin ser Chat noir¡

-Cuelga...-Susurró en su oreja, pues que Alya siguiera en linea con la azabache lo estaba poniendo aún más nervioso. Marinette balbuceó algo, por lo que luego volvió a quedarse callada. Con un "Enseguida te veo" bastante balbuceante, ella cortó la llamada con su amiga.

Viendo que la chica colgaba, algo más sonriente prosiguió con sus caricias, a lo que ella, por fin, gimió en voz alta sin miedo a que su amiga reportera pudiera escucharla.

-Ch....at...

Marinette se sentía verdaderamente avergonzada. Demasiado avergonzada.

Alya la había llamado para recordarle que habían quedado en verse en las escaleras antes de clases y conociendo la proeza de la chica de coletas para levantarse a la hora, decidió llamarla una hora antes para que fuera despertando. Le comentó un par de temas más pero con el felino toqueteandola de aquella manera no había prestado casi ninguna atención.

Ni menos mencionar cuando el gato le susurró al oído que colgase la llamada.

Aquello se le estaba yendo de las manos.

-Chat!- Jadeó cuando el chico consiguió quitarle las braguitas. No lo veía pero lo sabía-Es..pera.. debo ir...a ....

Gimió de nuevo cuando volvió a sentir aquellos dedos juguetones. A tientas posó sus manos en el pecho del chico e intentó apartarlo-Chat...

-Princesa...¿Que...ocurre?

Su voz era grave, como si estuviera conteniendo la respiración.

-Clase....yo....debo ir....clases...-Balbuceó y volvió a pesionar el pecho del chico-Y...yo...

Un cortocircuito corrió por la espina dorsal de Adrien al darse cuenta de que en una hora o dos tendría que estar en clases. ¡Gatunos problemas¡ Si a Nathalie se le ocurría entrar en su cuarto para despertarlo descubriría que no estaba¡ ¡Y no quería imaginar lo que ocurriría si se le ocurría entrar a su padre!

Besó levemente los labios de la chica y apartó las manos de su cuerpo húmedo. Le dolía, para que negarlo, quería seguirla explorando pero no era el momento.

-Entiendo, Princesa-Dijo con voz dulce y la ayudó a volver a una posición cómoda en la cama. Buscó a Plagg con la mirada y pidió la transformación sin esperar más.

Solo entonces apartó la tela que cubría el rostro de la azabache.

Sus ojos se encontraron de nuevo-Hola

Marinette se sonrojó y asintió con la cabeza-Hhoo..la..

Chat noir la observo con detenimiento. Estaba desnuda, sentada en su cama con el rostro rojo y los ojos brillantes. Ninguna prenda obstaculizaba su cuerpo, podía apreciar cada rincón y aquella visión lo sonrojó un poco, recordando lo que estaba haciendo con sus manos hacía bien poco.

-Debo irme Princesa-Dijo y antes de que pudiera decir nada se encaminó a la trampilla que llevaba al balcón de la chica. Sonriendo llevaba algo entre sus manos. 


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