9.Resistencia

Marinette llegó a tiempo a su cita con Alya. Si a tiempo se le puede decir dejar una estela de polvo de haber estado corriendo.

-Chica, podrías ganar una maratón-Se burló Alya con una sonrisa-Anda, deja que te arregle, no querrás que tu amado Agreste te vea con esos pelos

Marinette dejó que su amiga le arreglase sus coletas que estaban deshechas por la carrera. En su mente solo estaban los hechos que habían sucedido en su cuarto, pero no protagonizados por el Agreste, si no por su tierno y dulce gatito.
No podía creer que en verdad lo hubiera hecho, casi se deja poseer por aquel hombre en cuero negro y orejas de gato.

-Gracias Alya

Los ojos de la reportera la escudriñaron lentamente, como buscando algo y Marinette se estremeció, pues conocía de sobre esa mirada. Estaba buscando algo.

-Chica, ¿tu estas escondiéndome algo? Lo sé, te conozco Marinetta-Dijo usando el apodo que utilizaba la abuela de Marinette; Gina-Venga, escupelo 

-No sé de que me hablas, Alya....se nos hace tarde, venga

-Estas rodando los ojos, algo pasa-Los ojos tras las gafas se achicaron curiosos.

-No,...de verdad

Si Alya se enterase de que había pasado dos noches "intensas" con Chat noir, en su cama, casi sin ropa, dejándose tocar por sus manos habilidosas,...que ella estaba empezando a sentir cosas por él....aunque ya no sabía si ellas ya estaban de antes del ataque del akuma....
Si su amiga se llegase a enterar....

-Marinette Dupaín~...

-Buenos días chicas-Dijo una voz y Marinette suspiró aliviada de que alguien pusiera terreno en su conversación, pues no se sentía con fuerzas de inventarse algo que su cotilla amiga se pudiera creer.

Mas cuando se volteó para responder el saludo se encontró con un par de ojos esmeraldas que la miraban intensamente. Sus pies se convirtieron en gelatina y por poco no cae de las escaleras.

-Cuidado Marinette!!-Adrien la sujetó por la cintura casi sin pensar cuando vio que tropezaba con sus propios pies. No pudo evitar acariciar su cuerpo casi sin pensar en lo que hacía. Buscó su rostro para comprobar que estuviera bien y encontró un rostro rojo como una cereza-¿Estas bien?

Marinette balbuceó un gracias como buenamente pudo y se alejó de él. Adrien se quedó algo sorprendido pero recordó que no estaba con su mascara y que ella no sabía que era él con quien había compartido aquellas caricias deseadas.

Tenía un poco de envidia de Chat noir. Para que negarlo.

-Bueno, tortolitos, hay que entrar-Dijo Alya cortando la atmósfera que habían creado los dos muchachos. Los dos se sonrojaron y Marinette aprovechó para correr tras el refugio de su amiga y ambos se marcharon hacia su clase.

Adrien sonrió. Desde su posición tenía una perfecta vista del trasero de su querida Marinette.

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Marinette tomó dos pastelillos de crema y chocolate de la bandeja que tenía en sus manos su madre en cuanto atravesó la puerta de la tienda. Habían terminado sus clases y sus intentos por que su querida amiga la dejase en paz no dieron muchos frutos. Alya era muy pesada cuando se lo proponía. Al menos consiguió que no descubriera que quien se colaba por su ventana era el héroe de París.

Aunque no pudo evitar que la reportera supiera cuan importante era él para su persona.

-¿No es mucho, señorita?-Dijo Sabine al ver que su hija no solo tomaba los pastelillos, si no que también tomaba una porción de quiche de espinacas y subía hacia su cuarto.

-Es...que tengo mucha hambre jejejeje estaré arriba

Sabine la miró curiosa y con la antena de madre en alto. Estaba curiosa por saber que le pasaba a su hija esas ultimas semanas. El hecho de que su querida primogénita hubiera sacado todas las fotos de aquel chico rubio de sus paredes y cambiado por elementos gatunos y alguna foto del héroe de París solo hacían que la alarma se agrandase. 

Decidió dejarle su espacio. Por ahora.

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Marinette colocó la bollería en un plato y lo dejó junto al futón rosa que estaba en la parte inferior de su cuarto. Dejó a Tikki con sus galletas, para dirigirse a darse una ducha rápida. Tenía los músculos tensos por todo el día intentando impedir que su mejor amiga descubriera su secreto. 

Dejó la ropa regada por el suelo mientras entraba en el baño. Llenó la bañera y dejó que las sales de baño y el calor del agua relajasen su cuerpo. 

-Aaahhh....

Suspiró pensando en lo ocurrido durante las ultimas semanas. De su mente no se iban las escenas del akumatizado, la actitud fría de Chat con ella como Ladybug...., la dulzura que mostraba con ella de civil...sus besos...
Eran muchas caras de una misma persona y la culpa que sentía la hacía tener miedo por el hecho de que cuando él descubriera quien era ella .....la odiaría, ya no le mostraría aquellas sonrisas, ni sus besos, ni....sentir el tacto de su piel contra la suya...

La vergüenza corría por sus venas cuando recordó aquel momento, como sintió la textura suave de su piel, la piel del humano que se escondía tras la máscara de Chat noir.
Él la había tocado!! Bueno....no solo tocado....si no que el muy travieso la había tocado en su...interior mientras ella hablaba con Alya....!!! 

¿Y si su amiga había notado algo? ¿Ella habría hecho demasiado ruido? ¿Se le habrían escapado gemidos? ¿Y si no colgó y Alya la escuchó gemir el nombre de Chat noir?

Moriría....Simple y llanamente. ...

Marinette se hundió en la bañera, haciendo burbujitas con la boca en el agua que ya empezaba a enfriarse.

-¡¡Marinette¡¡Llevas demasiado tiempo en la bañera, sal antes de que seas una pasa arrugada-Dijo graciosa su madre.

-S..Si..ya salgo

La joven salió y se puso un albornoz rosa que usaba cuando salia del baño y dejó que su madre pasase para ser la siguiente en el turno del baño.

Subió a su cuarto y el color de sus mejillas casi se evapora al encontrar a un cómodo gato estirado en su futón, con algo...entre sus zarpas..

-¿Chat? 

Los ojos felinos del chico le sonrieron y Marinette se apresuró a cerrar de un golpe la trampilla y ponerle el seguro.

-¡Chat¡¡-Dio un gritito, pero no lo suficiente alto para alertar a sus padres-¿¡Que demonios haces aquí?¡¡

-Vine a verte, princesa

-No me refiero a eso....-Se llevó una mano al puente de la nariz-¿Cuanto hace que estas aquí? ¿Y si....mis padres subieran? A mi madre le gusta hacer eso...

Chat noir soltó una carcajada

-Tranquila princesa, sabes que soy escurridizo. Detecto cualquier sonido con estas pequeñas-Se señaló las orejas negras que coronaban su cabeza-Tus padres llevan un buen rato viendo un programa en la televisión. No temas, no me ha visto nadie

Marinette suspiró aliviada pero volviendo a mirar con fuego en los ojos al gatito. Se acercó a él y le intentó quitar aquello que llevaba en sus manos.

-Oye, ya, devuélveme eso-Dijo enfadada.

-No lo echaste mucho de menos-Sonrió el felino

-¿Para que demonios cogiste precisamente eso?-La chica alargó el brazo para tomar las braguitas que ella había dejado regadas junto con su otra ropa antes de irse al baño-Son mis bragas Chat¡

-Por eso las tomé-Dijo en tono sensual-Debo admitir que TUS braguitas son un problema para mi-Ante la mirada de la joven en albornoz se las llevó a la nariz para olfatearlas.

-No hagas eso¡¡ Gato tonto¡¡¡-La peliazul volvió a intentar tomar su pertenencia pero el gato se las apañaba para alargar su mano, mucho más larga que la de ella para alejarlas.

-Pues llevo desde un buen rato haciéndolo y sin que tu lo supieras

La mente de Marinette comenzó a imaginar al rubio de traje en cuero estirado en su futón oliendo sus bragas y tocándose mientras ella disfrutaba de su baño. Su rostro enrojeció de golpe.

Chat rió al verla. Le encantaban sus reacciones.

-¿Aun las quieres?-Sonrió como un gato.

Marinette intentó alargar de nuevo su mano para tomar su pertenencia. Chat soltó una risotada y con una voltereta se apartó de ella, alzó su cascabel y metió la pequeña prenda de lunares por dentro de su traje. Luego subió la cremallera como si nada.

-¿Piensas que porque esté ahí no la tomaré?-Preguntó Marinette sacando algo de valor como Ladybug. Corrió detrás del héroe por su cuarto pero después de unos segundos aquello se convirtió más en un juego que en recuperar su prenda.

Chat apareció por detrás de ella y la tomó de la cintura para subirla a su cama y recostarse entre sus sábanas. Le tomó las manos para que no se moviera y le sonrió.

-End of the game?-Sonrió.

-Ya quisieras gato, recuperaré lo que es mío.

-Ahora me pertenece princesa

Marinette hizo un mohín que enterneció al felino. Le gustaba meterse con ella pero no dejaría que llegara a más.

Empezó a acariciarla para que olvidara el tema, deshaciendo sus coletas y dándole suaves besos. Marinette se apretó contra su pecho e inhaló su olor masculino. Era tarde por lo que no tardó demasiado en dormirse. 

Chat al ver que se dormía buscó en su armario un par de ropas y quitándole el albornoz  le puso una camiseta rosa y un pantalón de lunares. La arropó con las sábanas y las mantas, saliendo por la ventana como todas las noches.

Marinette sonrió en sueños.

<<<3

Adrien entró por la ventana de su cuarto y dejó que su transformación terminase. Plagg aburrido tomó su pedazo de queso particular que el rubio ya le había dejado y se metió en un armario a disfrutar de su placer.
Adrien sacó del bolsillo de su pantalón la braguita que le había robado a Marinette. Sabía que hacía mal, no era propio de él hacer aquellas cosas, ni siquiera de Chat noir.
Una de las noches en las que había pasado con ella, más concretamente cuando había tocado el interior de Marinette mientras está hablaba con Alya. 
Esa noche le había robado una de las braguitas. Una color rosa de encaje que ya había utilizado para autosatisfacerse. Nunca habría pensado que la dulce peliazul utilizase encaje en su ropa interior. 

Pero....es que su olor era....delicioso.

Se levantó de la cama donde se había sentado. Mientras se dirigía al baño se iba quitando la ropa, pensando en la chica peliazul que le quitaba no solo el sueño...

-Deja de ser tan ridículo...-Musitó la voz aburrida de Plagg

-Si te callas, te daré dos ruedas enteras de camembert

-Hecho, pero sigues siendo ridículo

Adrien lo ignoró. Abrió la puerta del baño y la cerró tras su espalda. Jugó con el borde de sus boxers mientras llevaba la tela de Marinette a su nariz. Se tuvo que apoyar en la pared mientras movía su mano dentro de su boxer para buscar a su amigo, ya duro como una roca, que ya esperaba su movimiento.

-Aggg....vas a volverme loco Marinette....

A ese paso iba a necesitar comprarle más ropa intima a Marinette.

Pero se encargaría él de elegirla. 




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