1. Un error

Miraculous Ladybug Fanfic

Marichat (Marinette x Chat noir)

<<UN ERROR>>

Había pasado un año desde que una mañana, Marinette Dupain Cheng encontrase una misteriosa casa con unos pendientes. De ellos emergió Tikki, un kwami que le dio la oportunidad de convertirse en una superheroína: La conocidísima Ladybug, heroína de París.

No había nadie en París que no la conociera o no la viera en las múltiples revistas que se le dedicaban, a ella y a su compañero, un misterioso chico vestido de gato negro; Chat noir.

Hacía un año que compartía aventuras con aquel chico, el cual bebía los vientos por ella, con el traje por supuesto, pues ella no permitía que sus identidades fueran descubiertas. Chat lo intentaba, pidiendole que le mostrase su rostro tras la máscara, que él siempre la iba a amar,etc...pero siempre acaba como empezó, sin saber su secreto, quedando sentado en el sitio de reunión, completamente solo.

Marinette simplemente no veía al minino como alguien en quien fijarse. Chat era travieso, coqueto y seguramente seducía a muchas mujeres a parte de ella. Que ella no hubiera caído en sus brazos significaba que sus conquistas no iban a cesar.
Ella ya había elegido a alguien y no iba a cambiar de parecer.

Al igual que Chat noir bebía los vientos por Ladybug, ella besaba el suelo que pisaba su compañero de clases, el famoso modelo Adrien Agreste.
Llevaban dos años en la misma clase, sentandose uno detrás del otro, compartiendo cortas conversaciones y suaves contactos de dedos cuando se pasaban algún papel o folio de deberes.
Ella no había sido capaz de declarar sus sentimientos y aunque su mejor amiga, Alya, había empezado a salir con el mejor amigo del rubio, todavía no habían conseguido que en una quedada de amigos, la azabache pronunciara dos palabras seguidas.

¿Por que le seguía pasando aquello? ¿Por que parecía una niña? Ya tenía casi 20 años, no era ninguna niña, de hecho Alya una vez le había dicho que tenía envidia de sus pechos erguidos y de sus caderas femeninas. Marinette había enrojecido y la había callado usando la táctica del Ladyblog.

Pero, a pesar de sus cambios físicos, no podía evitar sentirse nerviosa cuando estaba cerca de Adrien. Él siempre parecía tan inalcanzable...tan lejano y de hecho, como alguien tan genial como él se iba a fijar en una nonadie como ella?

Solo era una chica sin nada a lo que ofrecer, no tenía reputación, ni contactos, solo tenía el simple nombre de la panadería de su familia. No era nada, a parte de tener una identidad secreta de la que no podía decirle nada. Nunca debería enterarse de ello.

Al menos era fin de semana. Tenía dos días completas para intentar inútilmente reunir el valor para confesarse a su amado. Si es que un akuma no la interrumpía....claro.

-¿No crees que deberías dejar ese amorío con Adrien?-Dijo Tikki, volando por encima de su cabeza. La azabache llevaba una camisa larga y sus cabellos sueltos, mientras dibujaba algo en su tableta.

-¿Como puedes decir eso, Tikki? Sabes que Adrien lo es todo para mí...-Comentó ella, algo sorprendida por el comentario de su amiga.

-Marinette, llevas mucho tiempo y no has conseguido nada. Sabes que siempre estoy de tu lado, pero deberías empezar a pensar que si no eres capaz de hablar dignamente con Adrien, no podrás estar con él en el futuro...¿No lo crees?

Marinette quedó callada, pensando-Bueno...eso es posible...Pero estoy segura de que en el futuro seremos inseparables. Él lo es todo para mi, no hay ningún otro para mi

-¿Y Chat noir? Él te ama mucho

Marinette soltó una pequeña carcajada-¿Chat noir? Él es un coqueto. Es mi compañero de batallas y un gran amigo sin duda, pero nunca podría corresponderle.

-Marinette...

Unos estruendos sonaron fuera y la azabache suspiró cansada. Hizo un leve movimiento y una luz rosada la envolvió, convirtiéndola en la conocida Ladybug. La conocida sensación del traje recubriendo su cuello, la fuerza y la confianza la recorrieron como siempre que se transformaba.

Tomó su yo-yo con fuerza y saltó por la ventana. La charla con Tikki aún estaba en su cabeza, dándole un sentimiento amargo al cuerpo.

¿Corresponder a Chat noir?

Lo dudaba.

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Cuando llegó al lugar de la pelea su compañero Chat noir ya se encontraba allí, combatiendo a un personaje estrambótico vestido de rosa y con en el pecho tenía un gran espejo. Llevaba un peinado en punta como los rockeros de moda y un excesivo maquillaje en sus ojos.

Un caso contra la moda.

-¿Que tenemos aquí, gatito?-Preguntó colocándose a su lado para pelear con el akuma de turno. No tenía muy buen humor desde su conversación con su kwami y eso su compañero lo notó.

-¿Enojada, bichito?-Preguntó risueño con su sonrisa ladeada.

Ladybug bufó algo molesta-No es tiempo para esto, concentrate

Chat noir no pareció molestarse por su contestación-Parece que puede cambiar de forma

-¿Como un disfraz? ¿Como Antibug o Copycat?

-No, lo he visto convertirse en el alcalde y en guitar villain-Dijo el gato, de repente serio-No te confíes, my Lady

Ladybug apretó su fiel yo-yo en su mano, preparada para atacar.
La batalla dio comienzo, ellos atacaban sincronizados pero el akumatizado parecía leer todos sus ataques. Chat noir salió volando cuando lo golpeó con el paraguas de Climatika, Ladybug pudo escuchar cómo gritó cuando su espalda dio contra la pared.

-¡¡Chat¡¡¡

Saltó para ir a por él pero el akumatizado la hizo caer. Ella se arrastró lejos, escapando del lugar para darle tiempo a Chat a volver en sí. Atraería la atención del villano y luego, de alguna manera se solucionaría todo.

Con su fiel yo-yo, saltó un par de calles más lejos, llegando a un pequeño parque. Era grande y podrían luchar bien en él, había árboles en los que podría sujetarse...

"Bien, Réplica, lo estás haciendo genial" Escuchaba la voz de Lepidoctero en la mente del akumatizado, llamado Réplica. El malvado villano sonreía "Con tu poder podrás hacer caer a Ladybug, sabemos su debilidad, gracias a Volpina. El chico rubio aquel, puedes vencerla si la engañas. Estuvo a punto de darnos los prodigios al pensar que podría pasarle algo, de no ser por Chat noir habrían sido míos...Él está lejos, no podrá ayudar esta vez. Acaba con ella, Réplica, el poder de los miraculous está en tus manos"

Réplica vio como la mariquita saltaba los edificios y se preparaba para atacar en un pequeño parque. Sonriendo, una luz lo envolvió y salía de uno de los callejones como si nada hubiera pasado.

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-Ladybug!!

Marinette, o lo que es lo mismo, Ladybug se volteó al escuchar aquella voz tan conocida y sus ojos se agrandaron cuando vio correr a Adrien Agreste hacia ella.
Sus mejillas se colorearon cuando el chico se acercó y la abrazo por los hombros. Los temblores de la chica no se hicieron esperar.

-¿A-Adrien?-Preguntó buscando la voz.

-Un...un tipo acaba de pasar por el set de grabación...era extraño...-Dijo el chico con la voz como si llevase mucho tiempo corriendo-Te vi...no sé...

-Tranquilo...-Consiguió decir, anudando su yo-yo en su cintura y pasó sus brazos por los finos hombros del chico. Parecía un sueño, es decir, como Marinette Adrien nunca la abrazaría de aquella manera, ni correría en busca de ayuda. Solo porque ella ahora era Ladybug-Esta todo bien...

"Si, muy bien" Pensaba sonriente Réplica

Ladybug sintió como los brazos del chico de sus sueños se apretaban contra su cintura, acercandola contra su pecho. Sus mejillas se volvieron a colorear con fuerza.

¿Podría ser? ¿Podría ser que....la besase? ¿Que hacía? ¿Correspondía?

-A-Adrien....-Susurró enamorada. No sintió como el rubio buscaba en su cadera su arma, es decir, su yo-yo, ni como sonreía cuando se acercó a su cuello sensible y sopló en él-¿¡¡Adrien¡¡?

Adrien soltó una risita, aquellas que tanto le gustaban a Marinette, aunque, algo distinta.

-Ladybug....

Sus rostros se estaban acercando. Ladybug entrecerró los ojos y se dejó llevar; después de todo, llevaba mucho tiempo esperando por ello. Habría hecho lo que fuera por encontrarse en esa situación como Marinette.

Estaba sintiendo el aliento del chico cuando escuchó una palabra que no supo entender y luego un golpe. Abrió los ojos y se dio cuenta de que alguien la había empujado, alejándose de Adrien.

Cayó al suelo de culo y gimió un poco por el dolor. Quien la había apartado la había hecho girar un par de veces en el suelo. Levantó la mirada y sus ojos no podían creer lo que veían.

Debía ser una pesadilla.

Sin duda. Aquello tenía que ser una pesadilla.

Solo en una pesadilla, su amado Adrien Agreste estaría atravesando el vientre de Chat noir con una fusta de esgrima. Del mismo tipo de utilizaba cuando lo espíaba en los entrenamientos.

Un grito quería salir de sus labios, pero nada salió. Se dio cuenta entonces de que no tenía su confiable yo-yo en su cintura. Su mirada voló, buscándolo, después de todo no podía quedarse quieta.

-¿A-Adrien...?-Musitó, viendo como el rubio golpeaba a Chat y lo hacía rodar por el suelo. Escuchó el grito del chico-gato de nuevo. Aquel sonido la perseguiría hasta en sus sueños. Era un sonido desgarrador y su boca quedó abierta en una bonita circunferencia, inerte, en el suelo.

No conseguía hacer que su cuerpo se moviera, estaba totalmente paralizada.

Sus ojos miraban como aquellos dos chicos, que compartían su día a día peleaban. Chat se levantó del suelo y golpeó a Adrien, haciéndolo caer. Sus ojos felinos buscaron la fusta y con un golpe de muñeca hizo que la soltara. El felino respiraba agitadamente y se notaba que hacía un gran esfuerzo por mantenerse de pie.

Divisó el yo-yo de su amada en posesión de aquella copia. Bufó molesto. Chat noir estaba realmente molesto. Molesto porque un sinvergüenza haya utilizado su apariencia civil para engañar a su amada, enfadado porque haya podido hacerle daño y también se sentía enfadado con Ladybug. No podía creer que su catarina hubiera caído en aquella trampa. Él mismo le dijo que no se confiara, estaba seguro que podría ver sobre el engaño, que vería que aquel no era Adrien pero...ella no lo había notado, se había dejado tocar por aquel hombre, la había desarmado como ningún otro villano había hecho y ....¿Qué habría pasado si él no hubiera llegado a tiempo para protegerla? ¿Podría haber estado la fusta atravesando su cuerpo en estos momentos? ¿La....habría perdido?

La ira corría por sus venas mientras esquivaba como podía los ataques del villano. Notaba a Ladybug a su espalda, totalmente quieta, sin entrar en batalla.

-¡¡My Lady¡¡-La llamó, pues la necesitaba para acabar con Réplica-¡Hay que hacer algo¡¡

Ladybug miraba sin ver a su compañero, pero sus ojos solo podían focalizar a Adrien. Una pequeña lagrima caía por su mejilla.

-No puedo....hacerle daño...-Musitó. Sabía que aunque era su deber, no podía hacer daño a quien amaba.

-¡¡Él no es Adrien¡¡Confía en mí¡-Gritó Chat noir, consiguiendo tomar el yo-yo del akumatizado y se lo lanzó a la chica. No pudiendo esquivar el golpe en el estómago que le propinó Réplica. Una arcada lo recorrió y escupió un poco de sangre.

Dioses, como dolía.

-Él....-Ladybug temblaba. Podía ver el dolor de su compañero gatuno, pero sus manos no se movían.

Chat noir gruñó. El enfado y una mezcla de sentimientos nada propios de él corrían frenéticos por su cuerpo. Sus piernas le temblaban, su boca sabía al metal de la sangre y su vista se estaba difuminando. Sentía el latir frenético de su corazón y sabía que no aguantaría mucho más.

"Dame fuerzas, Plagg" Pidió en un susurró mental.

Tomando su bastón con fuerza corrió hacia Adrien, quien lo intentó esquivar, pero Chat sabía que lo iba a hacer, por lo que cambió la dirección del golpe y le dio con todas sus fuerzas en el pecho, donde empezó a romperse, formando el espejo de Réplica. La ilusión de la figura de Adrien Agreste empezó a desmoronarse en pequeños pedazos y solo quedó el villano que ambos héroes conocían.

Chat sonrió al ver aparecer una mariposa negra de entre los pedazos rotos del espejo. Confiaba que una vez que la viera, su compañera podría purificarla, pues, aunque quisiera, él no podía hacerlo.

Ladybug vio la pelea a camara lenta. En cuanto vio como la ilusión se rompía y aparecía el villano, algo en ella la hizo volver y viendo su yo-yo cerca, lo tomó y purificó a la mariposa. El villano volvió a ser una persona normal y los miró sorprendido y preguntando cómo era que había acabado allí.

Ladybug quiso responder pero un gemido lastimoso de su compañero la hizo olvidarse del pobre civil.

-¡Chat¡-Jadeó cuando lo vio apoyarse en una de los árboles del parque. Se apoyaba levemente en su bastón como si de una muleta se tratase, mientras que una de sus manos se sujetaba el estómago.
Ella quiso acercarse, temerosa de su seguridad pero el felino hizo algo que nunca hubiera esperado de él: la apartó de un manotazo. No fue fuerte, solo dolido.

-No me toques-Dijo con voz grave y seria

-Chat...yo...-Balbuceó ella sin saber bien qué decir.

-Te dije...que no era Adrien....que confiaras en mí...-Dijo el chico gato con voz dolida. Se notaba que le costaba mucho respirar. Ladybug reparó en su boca llena de sangre, sus ojos cansados y las manchas de su traje-¿Acaso no te soy de confianza?

-Yo...no es...Chat...

-¡¡Basta Ladybug¡¡-Dijo el chico, sorprendiendo a la chica. Su voz estaba tan dolida, pareciera que fuera a llorar en cualquier momento-No me importa lo que pienses, había un villano, uno poderoso y consiguió desarmarte...Nunca nadie lo había hecho...Ellos, saben tu debilidad

Ladybug abrió la boca, sorprendida por las palabras de Chat noir. Maldita fuera, él tenía razón.

-Lo siento....-Fue lo que pudo decir-Deja que te...-Dijo intentando acercarse para ayudarlo.

-No..me toques-Volvió a decir el chico y con la mirada más fría que había visto Ladybug, Chat noir utilizó su bastón para desaparecer del lugar.

-Chat...

Ladybug vio como su amigo,su confidente, su compañero desaparecía entre los edificios. Un sentimiento se hizo una bola en su pecho y sintió como si el aire se le acabase. Se acuclilló y empezó a sollozar lastimosamente.

¿Que había hecho?

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-Marinette¡ Llegarás tarde a la escuela-Sabine Cheng llamaba a su hija desde el piso de abajo. La alarma del despertador de la chica llevaba bastante rato sonando.

La azabache sacó la cabeza de debajo de las sabanas. Su rostro estaba ojeroso, con ojos rojos y legañas bajo las pestañas. Se deslizó fuera de la cama y fue a arreglarse para el colegio.

Tikki la observaba seria. Después de lo ocurrido con Chat noir, ellas habían vuelto a la habitación de la joven parisina, la kwami había intentando animarla pero no había nada que pudiera hacer. Chat tenía razón, habían descubierto cuál era la debilidad de Marinette. Desde luego cuando se trataba de Adrien, Marinette perdía toda la razón. Tikki sabía que lo que había hecho su portadora estaba mal, pero nadie podría culparla, pero..

-Vamos, Tikki-Dijo Marinette con voz apagada. Ni siquiera se había hecho sus típicas coletas. Llevaba el cabello suelto y el rostro triste.

-Si

Bajó al piso inferior para poder comer algo antes de ir a la escuela. Sus padres se encontraban haciendo café y aquel rico olor hizo que la chica se sintiera momentáneamente mejor.

Hacía 48 horas desde que no veía a Chat noir. Había intentado buscarlo por las noches pero no había rastro del minino por ningún lugar. Finalmente, cansada y a altas horas de la mañana, volvía a la oscuridad de su cuarto.

Marinette tomó un cuenco y se puso cereales con leche. Tom, su padre, subió el volumen de la televisión y devolvió a la realidad a Marinette.

En la pantalla se podía ver a Nadia Chamack y al fondo una fotografía del héroe de París, Chat noir. Marinette por poco no escupe los cereales.

-"Buenos días París, nos encontramos fuera del hospital general de París, donde, por la noche, ha sido ingresado de urgencia uno de los conocidos héroes de París, Chat noir. Los informes confirman que el héroe apareció por la tarde en la entrada y se derrumbó, por las serias heridas que presentaba.
Aquí fuera, muchos periodistas nos encontramos, esperando por noticias. Los médicos no quieren decir nada por el momento y han tomado todas las medidas de seguridad para tratar al famoso héroe.
El alcalde Bourgeois se encuentra aquí, con nosotras. Alcalde, que nos puede decir?"-Preguntó, dándole la palabra al alcalde.

-"París está triste en estos momentos. No sabemos qué ha podido pasar pero lo que sí sabemos es que la salud de nuestro héroe va a ser tratada por los mejores medicos del pais. Le debemos mucho a este valiente minino."

-"Muchas gracias, Alcalde Bourgeois. Estas fueron palabras del alcalde. Ahora lo que todo el mundo se pregunta es...¿Donde esta Ladybug? ¿Esta igual de herida que su compañero?"

Tom y Sabine se miraron. La preocupación era palpable en sus rostros.

-Pobre minino-Musitó Sabine.

Marinette sentía los ojos húmedos. Iba a sollozar en cualquier momento. Se levantó, dejó los cereales apartados y corrió fuera de la casa. Se apoyó en una de las paredes exteriores de la panadería.

-Tikki...está en el hospital...por mi culpa-Decía para sí misma. En su mente volvían las imágenes. La sangre en el rostro de su compañero, la fusta atravesando su cuerpo...Su fría mirada cuando ella le falló.

Ella le había fallado.

No había estado a su altura. Él la había protegido.

¿Qué hizo ella?

Perder la cabeza con un chico que no era real. Solo una ilusión. Y ella había caído.

Tenía que...hacer algo.

Comenzó a correr hacia el hospital. No le importaba el colegio ni nada. Muchos coches le pitaron cuando cruzó cuando no debía pero Marinette no se detuvo. Un rato caminando y llegó al hospital, donde en la entrada se encontraban multitud de reporteros, preparados con cámaras para captar cualquier noticia.

Marinette paró antes de que la vieran. Se mordió el labio. ¿Cómo iba a entrar con toda esa gente? Ni siquiera sabía dónde se encontraba su compañero y obviamente no podría entrar como Ladybug, se formaría el caos.

Tomando a Tikki en su bolsito rodeó el hospital y se escabulló por una esquina, entrando detrás de un par de enfermeras que volvían de su descanso.
Una vez dentro, volteó a todos los lados y se detuvo cuando escuchó una conversación entre la que parecía la jefa de las enfermeras.

-Es increíble-Decía una enfermera joven, con las mejillas rosas-Nunca pensé que fuera tan guapo

-Está herido,¿Como puedes decir algo así?-Decía la que parecía la jefa de enfermeras

-Nunca imaginé que trataría al héroe de París

-No hables tan alto, alguien podría oírte. Ya viste la que montaron ahí fuera

-Me parece increible que solo él resultase herido

-Ya sabes como son los héroes. Ahora apura y haz tu turno. ¿Rellenaste el formulario de su ingreso?

-Falta poner la habitación. Mira que ponerlo en la planta más alta...

-¿Que esperabas? Todo el mundo quiere verlo. El alcalde fue muy estricto con eso

-Habitación 670-Decía mientras apuntaba en los papeles-¿Lo llevas tu?

-El médico irá a verlo pronto, así que me toca

-Suertuda

-Solo es un chico herido

-Un chico muy guapo

Las enfermeras se marcharon y Marinette corrió hacia el primer ascensor que vio libre. Pulsó la última planta con dedos temblorosos y esperó a que llegase a su destino. Estaba nerviosa, la culpa la recorría entera y sus piernas temblaban tanto que se tuvo que apoyar en la pared del cubículo. Con un pitido llegó a la cuarta planta y salió, buscando con la mirada el número de la habitación que la enfermera había dicho.
Encontró la puerta, completamente blanca, con un letrero en el que ponía el nombre del héroe y el número 670 en letras negras.
Con el corazón en el puño, miró a los lados y giró la manilla para entrar.

Un jadeo salió de sus labios y se tuvo que llevar las manos a la boca para no sollozar.
La habitación era grande y espaciosa, completamente blanca, con las comodidades que podría esperarse de una habitación de hospital pero Marinette solo podía ver a aquella figura en la cama.
Una máquina hacía leves pitidos, respondiendo a las constantes del chico que estaba estirado en ella. Una máscara, conectada a un tubo, entraba por la boca abierta de Chat y le suministraba aire. En su mano derecha, desprovista de guante se encontraba una vía, con múltiples tubos conectados a lo que parecía suero y calmantes. Se le veía débil, derrotado y Marinette tardó unos instantes en acercarse.

Su rostro seguía tapado con aquella rugosa pero suave máscara negra, su cabello estaba todavía más rebelde que de costumbre pero lo que la alarmó fue su piel pálida. Chat siempre lucía aquella piel bronceada, tersa, suave...nunca lo había visto tan pálido.

Estaba tapado con una sábana y colgado del armario se encontraba su oscuro traje de batallas. Marinette no reparó mucho en ello, no podía apartar la vista de su rostro.

-Chat....es...mi culpa...-Susurró y estiró una de sus manos. Queria tocar su mano, su confiada mano que siempre la ayudó...pero quedó quieta a milímetros de tocarla.

No se atrevía a hacerlo. Él...tenía tanta razón, ella había sido tan tonta y por su culpa se encontraba herido, vulnerable...Todo porque ella no era fuerte.

Un gemido y un pitido sonaron, devolviendo a la chica a la realidad. Vió como Chat se revolvía, como si estuviera teniendo una pesadilla y se acercó rápidamente.

-¡Chat¡-Gimió asustada-¿Qué te pasa? ¿Que...puedo hacer por ti?

Sin saber que hacer tomó una de sus manos, intentando calmarle, darle calor y la confianza que no había sabido darle antes. El chico pareció darse cuenta de ello, porque su mano apretó la suya con fuerza.
Las máquinas comenzaron a pitar un poco más alto de lo que le hubiera gustado a Marinette y con mucha pena se soltó del agarre de Chat noir. Escuchó los pasos de varias personas que se acercaban.

Se escondió en lo primero que encontró, un gran armario.

Los médicos entraron y empezaron a cuchichear mientras lo atendían. Marinette se apretó contra el fondo del armario e intentó no hacer el menor ruido. No supo cuánto tiempo estuvo allí, solo cuando estuvo totalmente segura de que no había nadie, salió.

Habían puesto otro tipo de máscara a su compañero, está consistía en unas tiras que entraban por su nariz. Pensó que tenía un mejor aspecto y encontrando una silla en una esquina, la movió y se sentó a su lado.
Lo observo embobada unos instantes, pensando en todo lo ocurrido. Alargó la mano y esta vez pudo tocarlo. Pasó las yemas de los dedos por la rugosa máscara negra, perdiéndose por su mejilla.

-Estoy junto a ti, Chat

Sujetó entre sus manos la fuerte mano que siempre la acompañaba en las misiones y lentamente depositó un beso en su mejilla.

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Los días fueron pasando. Dos para ser exactos. Era mitad de semana cuando Marinette salía corriendo del colegio a mitad de la jornada. No podía concentrarse en nada, ni en la clase ni en las locuras que le contaba su amiga Alya. Ni siquiera se había inmutado cuando se enteró de que Adrien no había asistido a las clases desde principios de semana.

Por una vez ese hermoso rubio no estaba en sus pensamientos. Era otro rubio el que pedía su atención.

Llevaba varios días yendo a visitar al felino. Viendo que no podía hacer siempre el escabullismo para entrar en la habitación del chico, decidió pedir la información y mentir, diciendo que era un conocido del héroe felino. Como no sabía ningún dato especial del felino, los reporteros no la atosigaron y la dejaron ir sin problema, echandole alguna que otra mirada, preguntándose quien sería aquella que podía visitar al felino.

Subió en el ascensor y abrió con suavidad la puerta, encontrando al felino dormido sobre la cama, como los anteriores días. Había mejorado levemente en aquellos días, le habían quitado el respirador, pues habían conseguido que respondiera bien. Le habían tenido que hacer varias transfusiones de sangre, alimentarlo a base de sueros y a pesar de que ella no lo había visto, todo su pecho y espalda estaba cubierto de vendas.

Una tarde, mientras ella estaba allí, el médico le había informado del cuadro médico que le habían hecho al gatito y Marinette se había tragado todo ello con pesar.

La fusta le había atravesado muy cerca del pulmón, tan cerca que un poco más abajo y le habría costado mucho más. Su espalda había sido masacrada a base de golpes y las idas al suelo por haber cubierto a su compañera. Tenía una fea herida en el cuello, cerca de la unión entre el cuello y los hombros. El médico le había comentado que había recibido un golpe en la cabeza y que al principio temían que fuera algo más grave pero al parecer, era algo leve que sólo desembocaría en un chichón.

La azabache se sentó en su silla, si, su silla, pues para su pesar, ella era la única visita que tenía el felino. Nadie más había ido a visitarlo, ni un familiar, ni un amigo....y eso solo hacía que la pena de la joven fuera mayor.

-Hola gatito-Dijo, a pesar de que sabía que no la escuchaba-Hoy tienes mejor color

Como costumbre cuando se sentaba junto a él, le tomó una de sus manos, la que no tenía vías en ella, para su comodidad y la suya. Acarició sus nudillos suavemente y sonrió al pensar en la cursi costumbre del felino cuando le besaba el dorso de la mano cuando se encontraban para patrullar.

Con una risita, se agachó y dejó un beso en su dorso. Sabía que tenía las mejillas rojas y si se despertase en aquel momento seguramente se querría morir de la vergüenza.

Sacó de su mochila su libreta de diseños y la abrió en uno de sus dibujos sin acabar. Durante los días que había estado visitandolo había decidido hacer varios dibujos del rostro tranquilo del chico y así lo había hecho. Se quedaba sentada durante horas trazando líneas, volando la mirada del rostro masculino del felino a su hoja de papel.

"Ojala abriera los ojos" Pensaba la joven. Había algo en ella que quería ver aquellas orbes esmeraldas. Lo necesitaba mucho.

-Añoro tus chistes tontos....echo de menos que me llames My lady....tu sonrisa tonta a pesar de que no me la merezco....quiero sentir tus brazos rodeandome....que nunca te rindas conmigo....que siempre estas ahi cuando te necesito...-Susurraba mirando aquel rostro dormido. Se veía tan tierno como un pequeño gatito. Quería enterrar las manos en sus cabellos de oro y recostar su cabeza en su fuerte y protector pecho.

No sabía que le estaba pasando, si era la culpa o si era lo que en verdad había estado sintiendo siempre por su compañero. Él era importante, sin ninguna duda; habían estado juntos demasiado tiempo y lo quisiera o no Chat había sido su confidente. Había hablado con él de cosas triviales, del día a día y de algunas cosas que pensaba para sí misma. Siempre teniendo cuidado de no decir nada que revelase sus identidades, por supuesto.

Pero ella siempre era fría con él, sobretodo cuando él empezaba a coquetearla. Cada vez que veía aquel brillo en su mirada, sabía lo que iba a venir con ella y no podía evitar apartarlo, quizá con demasiada frialdad, ahora que lo pensaba seriamente. Había sido muy cruel con aquel lindo gatito.

Un gemido la hizo volver a la realidad de nuevo. El chico felino empezaba a moverse un poco como si estuviera despertandose. Marinette tembló y su cuaderno de diseño cayó al suelo. Soltó su mano, preocupada, ¿Qué haría si se despertaba? ¿Cómo explicaría que se encontraba allí? ¿Casualidad? ¿Podría creerse que en verdad se encontraba allí por una mera casualidad?

Se removió incómoda en la silla y un jadeo salió de sus labios cuando vio aquellas pozas esmeraldas abrirse lentamente. No había imaginado cuánto había echado de menos aquellos ojos.

El gato dio otro gemido, entreabriendo los ojos, acostumbrándose al nuevo espacio y a la luz que entraba por las ventanas. Veía todo entrenublado, con pesar, como si le pesaran mucho los párpados. No sabía donde se encontraba ni cómo había llegado allí. Al intentar moverse vio las estrellas del dolor que sentía, de hecho no pudo más que soltar gemidos lastimosos y dejarse apoyado en las mantas y almohadas.

Levantó la mirada al escuchar un pequeño quejido y no pudo enfocar bien pero le pareció algo azul y pequeño, más bajo que él.

Intentó buscar la manera de hablar pero no era capaz de decir nada, solo una especie de gemidos extraños que no llegaban a ser una palabra.

La persona que estaba con él se movió de su radio de poca visión, escuchó algunos ruidos que tampoco pudo identificar y luego lo sintió de nuevo a su lado. Unas pequeñas manos lo sujetaron y le acercaron algo a los labios. Cuando pudo beber se dio cuenta de cuan sediento se sentía y bebió toda el agua que aquella persona le daba. Luego de hacerlo tosió un poco.

-¡Chat¡

Las orejas del felino se movieron al sentir aquella voz. No había recuperado todavía el sentido por completo pero aquella sin duda era la voz de una mujer.

-¿Q-Q-uien..?-Consiguió hablar aunque dudaba de que hubiera pronunciado muy bien la palabra. La persona a su lado dio un jadeo y se acercó a su rostro para que pudiera verla mejor.

Chat pudo ver como una mata de cabellos azules se acercaba, antes de encontrarse con unos ojos azulados muy brillantes. Al principio no podía ver bien pero luego dijo lo primero que le pasó por la cabeza, pero no había manera de que fuera real.

-Ladybug...

-¡Ah¡

Ambos se quedaron callados, mientras ella le volvía a llenar el vaso de agua y se lo volvía a acercar para que bebiera y el felino fue recuperando poco a poco la visión. Entonces se dio cuenta de que la joven no era Ladybug, si no su compañera de clases Marinette.
No podía creer que la hubiera confundido con la catarina. Ahora que se fijaba bien su cabello no estaba en sus dos coletas, si no que lo llevaba suelto, con un pequeño broche a un lado, que agarraba un pequeño moño que le pareció muy femenino.

Estaba sentada en una silla blanca, vestida con un peto negro y una blusa blanca de lunares negros, con su mochila de clases a un lado y su típico sonrojo en sus mejillas.

-Ma-Mari-nette...-Jadeó cuando la hubo visto de arriba abajo. Se dio cuenta de que llevaba mucho tiempo mirándola y se sintió de repente tímido-Lo...siento..

-No, por favor, no te disculpes-DIjo apresuradamente-¿Como te sientes?

-Yo...no lo sé....¿Donde?

-Te encontraron en la entrada del hospital, hará varios días-Tragó saliva pesadamente-Estabas...muy herido

-¿Llevo aquí varios días?-Parecía asustado y Marinette creyó entender porque. Su identidad.

-Si, pero no temas, nadie te ha visto...quiero decir...bueno...tu sabes..-Dijo jugando con sus dedos. No pudo evitar una pequeña sonrisa. Había añorado tanto aquellos ojos esmeraldas, siempre le habían parecido que los ojos de su compañero eran vivos, brillantes, curiosos y sumamente hermosos.

Chat noir suspiró-I-Ima-gino q-que hay....g-gente...

-Tranquilo, no hables mucho-Dijo, viendo que al chico le costaba hablar de manera fluida. Se levantó a por más agua y le dio de beber-Hay un par de reporteros, pero el agente Roger ha conseguido que dejen de venir

El chico asintió, centrando su mirada en el techo.

-Ya...veo..

Marinette se removió nerviosa en la silla. ¿Que debía decir? ¿Debería hablarle?

Chat se adelantó y volvió a posar la mirada en ella.

-¿Por qué estás..aquí?

Marinette sabía que le iba a hacer esa pregunta. Chat no era tonto y era lógico que lo hiciera. Ella, que como civil solo lo había conocido brevemente en la misión de evillustrator y titiritera, no era la persona que esperaría ver junto a él en el hospital. Lo normal es que estuviera Ladybug pero...¿Cómo iba a verlo a la cara, en su forma de héroe, si por su causa estaba en aquella situación?

-Bueno...lo escuché en las noticias, tu....nosotros trabajamos juntos en una misión...y sabes que soy una gran fan de Chat noir-Dijo, sabiendo que él era coqueto con ella porque se suponía que era su "fan".

Chat parecía sorprendido por su respuesta. Se apoyó en las almohadas y soltó una triste sonrisa.

-Una fan...-Susurró

-¿Chat?

-No es nada, princesa...

-Iré a por más agua-Dijo, necesitando el moverse. La situación parecía tensa y sabía que en algún momento llegarían al tema de Ladybug y de porque no estaba a su lado. Fue a llenar el vaso y volvió, ayudando al chico a beber. Sus manos rozaron sus mechones suaves y prolongó el momento todo lo que pudo, luego volvió a apoyarlo en los cojines-¿Co-mo te...sientes?

Chat noir suspiró-Bien, supongo...lo que me duele no es físico-Dijo y Marinette pensó que hablaba más para sí mismo que para ella-Este gato ya no tiene orgullo...

-¿Por que? ¿Acaso no eres el gran Chat noir?-Preguntó, enfatizando el "gran", para ayudar al ego del gatito.

-Eso...es una mentira...-Musitó y su rostro se tornó serio-Siempre soy serio pero...no soy "grande", no soy ....nada para ella

La azabache tragó seco. Sabía que con "ella" se estaba refiriendo a Ladybug.

-Para mi eres muy grande, Chat-Dijo y vio cómo aquellos ojos gatunos llenos de tristeza la miraban-Eres un héroe, eres fuerte y agradable...eres ingenioso cuando te lo propones y ....nos proteges siempre a todos, estamos vivos gracias a ti...seguro que ella piensa igual que yo...

-Eso es muy bonito princesa...pero no es cierto...yo...solo soy un chiste...alguien que debe ser el escudo, el protector de Ladybug-A Marinette le recorrió un escalofrío cuando escuchó su nombre heroico-Ella no puede caer, por lo que yo soy su escudo pero...sus pensamientos no son esos

-Sois un equipo!!-Dijo y se dio cuenta de que había gritado demasiado-Formais un equipo, juntos sois imparables....

-Si fuéramos un equipo....ella confiaría en mí-Había mucho dolor en sus palabras-No me usaría como distracción, compartiría sus ideas conmigo...-Se fijó en el rostro triste de ella y se dio cuenta de sus palabras-Lo siento mucho princesa, estoy....hablando conmigo mismo...

Marinette negó con la cabeza. No podía creer que Chat pensase eso de si mismo...Recordando todas las batallas se dio cuenta de cuánto lo había hecho sufrir, de lo poco que lo tenía en cuenta y de lo mal de que se debió de sentir su tierno gatito. Se mordió el labio, pues sentía ganas de llorar.

Agarró sus manos, preocupándose poco lo que pudiera pensar de ella.

-No pienses así, Chat. Eres importante, sin tí seguro que no podría purificar el akuma, ni salvar París...Eres un gato muy fuerte, siempre preocupandote por los demás. Cuando Nathaniel se akumatizó, tú me protegiste, sin tí no habríamos salido de aquella caja y acudiste en mi ayuda cuando lo de Manon...No todas las personas tienen una estatua en su honor no crees?

El felino pareció sorprendido por su largo comentario y se quedó mudo durante unos instantes. Los intensos y brillantes ojos de Marinette lo desconcertaban demasiado; eran tan intensos y parecían mirar directamente en su interior, como si de repente supiera quien se escondía detrás de la máscara negra. No podía ser.

Era imposible que Marinette supiera que era Adrien.

Por otra parte se sentía increiblemente cálido después de haber escuchado hablar a Marinette. Recordaba cada detalle que la chica había nombrado, sobretodo recordaba los celos que sintió cuando vio a la joven azabache tan cerca del pelirrojo akumatizado. Por ello cuando estuvo cerca de ella, encerrados en la caja, se acercó a ella y olfateó su cuello, reconociendo un olor muy dulce. Fue un contacto demasiado leve, él hubiera querido más. Pero estaba confundido por su loco amor por Ladybug.

Él solo pensar en ella le dolía. Apretó los dientes, intentando disimular ante la joven azabache que todavía lo miraba. Él no buscaba la fama, pues ya la tenía y en exceso pero le gustaba pensar que era alguien especial para Marinette. Que quizá lo apreciara por ser aquel gato callejero y no el modelo hijo de Gabriel Agreste.

-¿Crees que soy especial?-Preguntó lentamente

-A....Claro que lo...eres

Chat no pudo evitar sonreír levemente al ver el sonrojo de la chica. Siempre le gustó el coloreado rosa de las mejillas de su compañera de clases. Era dulce, como muy inocente y le daba curiosidad siempre que lo veía.

-Eres amable, princesa

Marinette sonrió y llevó su mano a los cabellos del chico, acariciandolos en un dulce masaje. Chat noir no pudo evitar sorprenderse y de su boca empezaron a salir ronroneos cálidos, los cuales enternecían a la chica, que no se detuvo hasta que el chico cayó dormido.

-Descansa gatito-Dijo en un susurro y se atrevió a dejar un beso en la mejilla del chico.

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Continuará 

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