LA PISCINA

JALIE

La cena familiar transcurrió “normal” o eso creo.

Papá y mamá aceptaron a Wess con una sola condición…que no tendríamos sexo en la casa.

(Demasiado tarde…no creen) al recordar la primera vez que lo hice con Wess me ruborice en exceso.

-          Que sucede hija… ¿te sientes bien?

-          S-s-si papá estoy bien

-          No lo creo cariño – dijo mi madre mientras hacía que papá parara – pareces con fiebre ¿segura que estas bien?

-          Si Michel, estoy bien

-          Soy tu madre

-          Lo se mujer

Mi madre sonrió de medio lado y se bajó del auto  junto a papá.

-          Hija, ven bájate

Obedecí a las órdenes de mis padres y me baje.

Cuando menos pensé, vi un campo y un riachuelo de agua cristalina.

Sus campos verdes y vivos hacían un hermoso contraste con el riachuelo.

-          Esperamos que te guste hija

-          Vaya que me gusta pa’

-          Porque te vamos a construir tu casa de campo en este lugar – mi padre tenía una sonrisa de oreja a oreja dejando a la vista sus dientes blancos y mi madre aferrada a su brazo mientras esperaba la respuesta

-          ¡wow! ¿es enserio? Espero que no estén haciendo esto para que los disculpe por abandonarme.

-          No cariño, te lo has ganado – dijo mi padre acercándose a mí y dándome un abrazo

-          Además…hemos descubierto que te encanta el dibujo y que te encanta escribir amor mío y por eso queremos que te dediques a lo que te apasiona – exclamó mi madre con una sonrisa.

Vaya mi propia casa, para mi sola.

Me imagino las cosas que podría hacer en ella y con Wess.

¡Dios! Como puedo llegar a pensar ese tipo de cosas frente a mis padres. Hacer el amor con Wess en la casa y solos es algo que me excita de solo pensarlo.

Aunque solo lo hemos hecho una vez.

-          Te volviste a sonrojar-¡oh mierda! Por qué a mí.

-          Estoy bien mamá – le sonreí – los amo  a los dos

Mamá y papá sonrieron y me abrazaron.

Wess

MI amada novia Jalie me dijo que la fuese a buscar a las ocho que me tenía una sorpresa y como buen hombre que soy llevo un buen refuerzo de condones por si las moscas.

Me puse un pantalón negro y una camisa manga larga y me las recogí hasta los codos.

Baje del auto y llegue a la casa de mi hermosa Jalie.

Toque la puerta y el idiota de mi suegro Ares que ahora se llamaba Mike me abrió la puerta.

-          Donde le hagas algo a mi pequeña Jalie te mato Wess

-          No se preocupe señor Evans

-          Llámame Mike, para que mi hermosa hija crea que me caes bien

-          ¿es enserio Mike? – dijo mi suegra que a la vez es Afrodita que se llama Michel – deja a ese fabuloso joven que va a hacer feliz a mi Jalie…porque así va a ser ¿cierto Williams?

-          Si señora Evans- dije entre dientes

-          ¡oh! Cariño dime Michel

-          Más te vale Cupido, que no le hagas nada…porque cuando cumpla los dieciocho mi hermosa Jalie tendrá la fila interminable de pretendientes

-          Dejen de decirle tantas cosas a Wess – dijo mi hermosísima novia - ¿nos vamos?

-          Claro

Agarro mi brazo y se despidió de sus padres.

-          ¡utilicen condones!

-          ¡mamá!

Sonreí ante esa idea y le abrí la puerta y luego subí al lado del conductor.

-          Para donde mi hermosa novia

-          Para este hotel…te tengo una sorpresa

-          Oh…tentador

Pasamos el trayecto entre risas y besos robados en los semáforos que aparecían en nuestro camino.

Cuando llegamos al hotel, pude ver a Jalie algo nerviosa.

-          Que sucede hermosa

-          Vamos y no preguntes – me van a azotar

-          Está bien

Me baje y luego le ayude a bajarse.

Entramos a la recepción y Jalie recibió una llave.

-          Vamos – agarro mi mano y la entrelazo, ese gesto hizo que todo mi mundo diese vueltas

-          Vamos

Subimos al último piso y nos quedamos parados en una puerta.

Jalie se veía realmente nerviosa.

Inhalo y exhalo.

-          Espero que te guste tu sorpresa.