Sorpresa 2
PISCINA 2
JALIE
- Vamos a pasar unos cuantos meses aquí, para relajarnos un poco ¿ t-te gusta?- le pregunte a Wess, el cual miraba la habitación con sorpresa
- Me encanta, pero… ¿Qué es lo que vamos hacer? – pregunto con fingida inocencia el mu pervertido
- No lo sé, ¿Qué quieres hacer tu?
Sonrió de medio lado y me agarro por la cintura y entramos juntos a la suite.
- Te quiero Jalie Evans- mi corazón latió con rapidez y el calor subió por mis mejillas
- Te quiero Wess Williams- Wess sonrió y agarro mi rostro y me beso suavemente.
Me fue quitando la blusa lentamente y yo desabotonando torpemente su estúpida camisa.
- Te ayudo preciosa – dijo en tono burlón mientras me ayudaba a desabotonarse la camisa
- Me hubieses ayudado, si hubieses puesto en marcha la mente pervertida que tienes
- ¿cómo lo hubiese hecho? Ilústrame
Después de que lanzase su camisa por los aires y callera por algún lugar, me acerque a su fuerte pecho- quizás…hubieses pensado en lo que pudiésemos haber hecho aquí solos, no sé y ponérmela más fácil- me acerque a su cuello y comencé a esparcir pequeños besos por él, ganándome como recompensa pequeños y roncos gemidos por parte de Wess- quizás, hubiese sido mejor que…hubieses venido sin nada- le dije a Wess encima de su cálida piel
- Me estas matando hermosa – saco de su pantalón una cantidad razonables de condones para una noche (unos 9 condones)
- No creo que necesitemos eso – dije lanzando los condones a un lado de nosotros – estoy planificando con unas inyecciones que mamá me dijo que me aplicara
Wess sonrió y empezó otra vez con su táctica de seducción.
Bajo lentamente sus manos por mi cintura y luego bajo mis pantalones con facilidad dejándome solo en ropa interior.
Baje sus pantalones y él se quitó los zapatos y las medias al igual que yo.
Me puso contra la pared y me alzo. Cruce mis piernas alrededor de su cintura y Wess empezó otra vez con su juego de provocarme.
- ¿Qué es lo que quieres hermosa? – empezó a rozar su miembro ya duro contra mi intimidad
- A-a ti – dije otra vez con un miserable tartamudeo
- Si eso quieres
Wess bajo su mano hasta mi feminidad y comenzó a masajear mi clítoris con suavidad y pausadamente.
- W-Wess – dije en un débil gemido
No respondió nada ya que metió uno de sus dedos y comenzó a moverlo.
Maldición, este tipo me va a matar.
Mientras estaba ocupada en mis asuntos, Wess saca su dedo y va introduciendo su miembro poco a poco.
- ¡dios! Eres tan estrecha – dijo Wess hundiendo su cabeza en el hueco de mi clavícula
Luego Wess empezó a embestirme lentamente, cada vez lo hacía más lento y profundo.
Sus labios empezaron a viajar por mi cuello y mis manos se aferraban a su masculina espalada que estaba bañada en sudor.
Mis caderas se movían al compás de las suyas y cada embestida era una oleada de placer que circulaba por todas mis venas.
Una de sus manos jugaba con uno de mis pechos y la otra nos mantenía firmes.
Luego al parecer la pared ya no era suficiente y nos sentamos en el sofá, donde empecé a moverme en círculos encima de su miembro.
- E-e-es m-m-muy g-g-grande Wess
- pero te encanta
- Para que negar lo cierto
Me acerque a su cuello y Wess agarro mi cintura delicadamente y empezó a embestirme con más fuerza y rapidez.
Nuestros gemidos eran la música que circulaba por toda la habitación.
- ¡Wess me voy a correr!
- Yo también – dijo entre jadeos
Luego las embestidas fueron bajando de ritmo y un líquido cálido me llenaba cada espacio en mi interior.
- Te quiero Jalie
- Te quiero Wess
- ¿otra ronda? – dijo Wess acariciándome la mejilla
- Donde quieras – sonreí al verlo sonreír.
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