Jalie

Cuando terminamos de hacer el amor en la cama, nos fuimos a la piscina climatizada que había en medio de la sala.

Wess se levantó y me cargo tipo princesa y fuimos a la sala donde se abrió el piso y pudimos ver la piscina.

-           Hermosa esto es genial ¿pero debe ser bastante costoso?

-          No, en realidad  el hotel es de papá

-          Oh, aprovéchemelo al máximo

Entramos lentamente por las escaleras de mármol.

Las manos de Wess bajaban por mi cintura llegando a mis caderas y me alzo hasta llegar a mi trasero y me levantó

Cruce mis piernas alrededor de sus caderas.

Bese su masculino cuello y luego bese sus labios suavemente.

Wess me alzo para poder entrar y me embistió lentamente pero de manera profunda.

Un gemido broto de mis labios, llenando la habitación.

-          Te quiero Jal

-          Te quiero Wess

Wess me alzaba para poder entrar más en mí y lo hacía de manera rápida y profunda.

Sus labios viajaban desde mi boca hasta mis pechos, comenzó a lamer y darme pequeños mordiscos en uno de ellos.

Sus manos me sostenían delicadamente pero de manera firme.

Estábamos a punto de llegar a nuestro orgasmo, cuando tocaron la puerta.

Llegamos a nuestra anhelada cumbre de placer.

Nos separamos refunfuñando  y me puse la camisa negra de Wess y su olor se impregno en todo mi cuerpo y me deleite con su delicioso aroma.

Me peine un poco y le dije  a Wess que pusiera la ropa encima de la cama.

Se puso sus boxers azules y me agarro la mano para que abriera la puerta.

Wess

Voy a matar a las personas que estén detrás de esa puerta por hacerme llegar tan rápido.

-          Buenas noches – dijo mi novia con voz adormilada y amargada –  una mujer no debería interrumpir a estas altas horas de la noche – Jalie miraba a aquella chica mientras yo solo tenía ojos para lo que tenía al lado.

-          ¡oh! Mis disculpas soy Megan Sinclair – será maldita, levante la vista del cuerpo de Jalie a regañadientes y vi  a Megan, delgada y demacrada. Sus ojos ya no tenían ese peculiar destello de Zorra que antes solía tener – es que tengo un pequeñísimo problema

-          ¿estas embarazada y no sabes de cual de tus amantes es? – dije con tono frio

-          No Wess, y si estuviese embarazada seria solamente de ti- sentí como Jalie pegaba un saltito y me miraba con confusión

-          ¿ustedes tuvieron algo?

-          Estuvimos casados – dijo Megan, la muy zorra – pero Wess me terminó y aquí estoy- Jalie la hizo pasar y se sentaron en el sofá en el cual hicimos el amor y justamente la sentó donde la hicimos – Wess Lucas se ha metido en un problema grandísimo, lo van a matar si no lo salvas

-          Por mí que lo maten – dije en tono despreocupado, obteniendo como respuesta un codazo por parte de Jalie

-          Que mierdas hizo Lucas ahora

-          Digamos que son asuntos que no te incumben

Jalie respiró hondo y su mirada se tornó hostil – bueno, resulta que si me interesa, ¿te digo por qué? Porque simplemente es mi maldito amigo y lo voy a ayudar quieras o no

-          Es algo agresiva tu novia Wess, creí que te gustaban más dulces

-          Es excelente en la cama – dije encogiéndome de hombros y como recompensa recibí un pellizco por parte de Jalie - ¡Dios! Deja eso para la cama Jal, es más excitante

Hubo un asomo de sonrisa por parte de Jalie pero luego se volvió a Megan.

-          Bien, búscanos dentro de unos cuantos meses o déjame tu número y te llamare de mala gana y te ayudare a solucionar el problema de Lucas, ahora vete que quiero dormir – pobrecilla mi hermosa novia, ella cree que va a dormir. Le vamos a dar duro contra el muro, en realidad contra todo.

-          Muy bien, no suelo confiar en nadie pero confiare en ti

-          Yo no confió en ti Megan, quiero que sepas que Wess está conmigo y confió plenamente en él. Pero donde consideres drogarlo y acostarte con él te juro que no volverás a ver la luz del sol

Megan trago saliva y salió casi corriendo por la puerta.

-          No pensé que tuvieses tan mal gusto

-          Antes era bastante hermosa – Jalie me miro de reojo y me dio un suave beso en la mejilla

-          ¿si? No me interesa saberlo – sonrió y yo aún más al verla celosa

-          Te ves hermosa celosa, pero ella no te llega ni a los talones, y solo tengo ojos para ti.