JALIE

Me despedí de Lucas, ya que no quería que durmiese en mi casa y Wess como buen novio falso que es, me acompaño a mi casa.

-          Gracias Wess, por acompañarme hoy

-          De nada hermosa

-          Hasta mañana Wess

Le dije en tono suave y le dedique un sonrisa sincera.

-          Hey – exclamo el

-          Que

-          Me podría quedar un momento en tu casa como buen novio falso que debería ser

La pensé varias veces y al final acepte ¿Qué podría pasar?

-          Ok…pero no te aproveches de mi Williams

-          Si como sea Jal

Entró y se sentó en el sofá.

Vimos un par de películas, hasta que el reloj dio las 12.

-          Jalie

-          Dime

-          Qué pasaría si te dijera que me gustas

-          Creería que eres un tonto Wess

Su rostro cambio y se volvió triste.

-          Wess no te pongas triste, encontraras a alguien

-          El problema no es que lo encuentre, lo que es seguro que pase…lo que pasa es que

-          Que Wess

-          La encontré y no sé qué hacer

-          Solo demuéstraselo – dije sinceramente, porque a pesar de ser un idiota sabía que tenía un corazón que anhelaba ser amado.

-          Crees que funcionara

-          Claro todas las chicas quieren eso incluso yo, es solo que cupido esta en mi contra y no ha querido que me enamore de nadie.

WESS

-          Claro todas las chicas quieren eso incluso yo, es solo que cupido esta en mi contra y no ha querido que me enamore de nadie – Mierda, ya lleve del bulto yo, siempre yo soy el que tiene la culpa de todo – a veces creo que cupido se enamoró de mi porque no encontrado a nadie – me tense con solo oír lo que Jalie había dicho… y lo peor es que era cierto.

Maldición, creo que moriré aquí mismo.

Jalie me miró fijamente y yo solo pude ver sus hermosos labios, acaricie su rostro y me acerque al de ella.

Junte nuestros labios  y todo fue pasión entre nosotros, Jalie besaba de maravilla y me hacía querer más y más.

La agarre  por la cintura y la senté a horcadas sobre mis piernas y ella profundizó el beso.

Ella acariciaba cada parte de mi cabeza hasta bajar a mi cuello y yo solo podía disfrutar del sabor de sus labios.

Cuando la situación iba pasando a mayores se escuchó un ruido de un automóvil y Jalie se separó de golpe.

-          Mi madre – se puso de pie y me miraba en busca de respuestas

Y yo pues estaba caliente.