13
Durante la madrugada pasaron cosas horribles, cosas que no se deben contar, el nacimiento de dos niños. Gemelos. Que podrían ser como sus padres, o quizá no.
Ambos de tez rojiza, uno con los ojos celestes como su padre y el otro con los ojos rubí de su madre. Ambos con el símbolo mezclado, no obstante, uno de ellos tenía el símbolo nazi-comunista en dorado y el otro en negro.
Ambos varones y aunque su tamaño y peso variaba enormemente estaban bien. Sanos. Que era lo más importante.
Claro que, esto no ayudó a Third, pues al verlos entró en pánico, si bien, durante todo su embarazo había visto las cosas desde el lado más positivo posible, ahora, todo su mundo se derrumbaba.
No estaba listo para eso. No otra vez.
Más lo iba a intentar, así le faltara para comer, así le faltara el dinero, así tenga que pasar días o meses en vela... así le cayera una bomba inglesa en su patio de nuevo-
Si se quiere se puede. ClArO QuE Si
De esta manera, el nazi se quedó medio día en el hospital, medio día extra al del nacimiento de sus gemelos.
El fascista come pasta y el japones *cof cof* otaku *cof cof* le acompañaron las últimas horas del día, de regreso a su casa y el cuidado de sus niños durante las primeras 6 horas en la casa.
Claro que, Second Reich y Prusia llegaron en cuanto se enteraron y Sacro, bueno, Sacro estaba existiendo por ahí... supongo
- aww míralos - comentó enternecido el prusiano
- Y el padre? - gruñó molesto el padre del nazi, enojado con Urss claramente
- Second- intentó detenerlo, pero ambos se quedaron callados cuando notaron a Reich llorar en silencio
- Tas bien? - susurró Prusia preocupado
El silencio del menor hizo que ambos se preocuparan más y lo abrazaran para tratar de consolarlo.
Su intento de consolar al fascista no fue efectivo, pero tuvieron que dejar de tratarlo por que el gemelo más pequeño, el menor, comenzó a llorar.
Y mientras Reich seguía llorando y limpiando sus lágrimas cargó al pequeño para tratar de consolarlo.
Ahora eran 2 alemanes llorando, uno por comida el otro por estrés y tristeza.
Third consoló a su recién nacido mientras se consolaba a si mismo. Second y Prusia decidieron dejarlo solo.
Pasó quizá media hora, Second entró para disculparse por obligación de Prusia, pero, encontró a su hijo dormido en el solar de la habitación, con su bebé durmiendo en sus brazos.
Sin hacer ruido salió de la habitación.
- Es lindo verlo dormido, lo sé - admitió Cupido desde la cocina, quien sabe como llegó ahí
- Tu-
- Vivo aquí, bueno vivía, su hijo me botó a la calle como si fuera un perro - asintió dándole un sorbo a su jugo de naranja - pero ya estoy aquí, para cuidar a esos dos niños... quizá así Reich me deje vivir aquí
- Sal de mi casa - ordenó Prusia algo asustado
- No es tu casa, o sea, que poco rockstar de tu parte sabes? - Cupido ofendido entró al chat
- Ah pues, si cierto - lamentó Prusia
- Fresh amigue, a veces uno no piensa cuando hace las cosas que hace - sonrió - eso pasa cuando sucede
- Que?- Second quedó confundido por la última frase
- so -
Prusia soltó una risita y Cupido quedó como espectador pero algo divertido, Second estaba explotando de rabia.
Antes de que el alemán se lanzara sobre Cupido como Jhon Cena emputado el timbre sonó.
La campanilla resonó con delicadeza y Cupido fue a abrir la puerta.
- Mande - dijo abriendo la puerta, en cuando lo hizo elevó la cabeza para ver quien era
- Tu eres...-
- A cabrón, un rascacielos que habla -
- ...
- Pasele caballero su dama le espera adentro - bromeó infantilmente haciéndose a un lado
- TU!! - avisó Second al verlo, se acercó como chihuahua emputado, amenazando con armar una putiza épica
- Second no - lo detuvo Prusia a tiempo
- Por que no estabas ah?! Pudo morir por tu culpa! Sueltame, sueltame que lo mato -
- Dale con la silla!! - Cupido de fondo
- Le juro que vine tan pronto como pude - se excusó el ruso algo asustado, para que mentir - Pero tenía que cuidar a mi hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii - alargó al ver la cara de Prusia avisándole que se evite la palabra - hiena....?
- Hiena? - Second se confundió y Prusia quedó perplejo
- si (? -
- Eso no era orégano bro -
- Voy a... ir con... ya vengo - musitó el comunista, escapando de la situación rápidamente, buscó la habitación más, entre las 20 habitaciones en el mismo pasillo... bueno... era complicado
Quedó pausado viendo las puertas tratando de adivinar cual abrir.
Escuchó entonces una conversación y se acercó a la puerta, escuchando desde afuera.
- Oh pequeño, no llores... si lloras tu.... también tu hermano - habló con sueño el nazi - Ya ya tranquilo
La Unión Soviética sonrió al escucharlo hablar así
- Que haré contigo ah? no llevas aquí más de 1 día y ya me estoy encariñando contigo, pequeña pulga - rió levemente - que será de mi si tu padre se los lleva? Bueno, haría todo por tenerlos conmigo siempre, pero no siempre sale como uno quiere no?
Esta vez el ambiente fue más triste, más tenso.
"Será mejor que lo vea de una vez" pensó el comunista y abrió la puerta
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