Extra #1: Como un niño.

Cuando Kim Seungmin conoció por primera vez a Lee Felix, fue porque iba a visitar a su mejor amigo en la agencia; empezaba con su trabajo de modelo por primera vez aquel día, por lo iba emocionado y listo para contar lo que que le había pasado y lo mucho que lo disfrutó. Había entrado sin previo aviso cuando escuchó una dulce voz soltando un increíble y afinado alto, fue cuando lo vio darse la vuelta, un hombre de unos centímetros más alto que él de hombros anchos y cabellos negros, ligeramente largo, un rostro esculpido por los mismos dioses y esos gruesos labios, era la persona más bella que había visto en su vida, jamás creyó que encontraría a alguien así. Había quedado en shock, sólo tenía ojos para el dulce chico que lo miraba curioso.

Desde entonces y cuando tiene días libres, va simplemente para admirarlo. Casi no conversaban, pero cuando lo hacían, Seungmin lo aprovechaba a lo máximo admirando sus labios moverse, su voz hermosa, aquellas risas entretenidas y esos chistes que ni gracia tenían, pero por él, sólo por él reía, para Seungmin, Felix tenía el humor más precioso y certero del mundo. Para Seungmin, Felix podía ser todo lo que quisiese, un comediante, un cocinero gourmet, un bailarín profesional, un cantante en la cima de la fama, un pintor extraordinario, todo y le saldría perfecto, todo y Seungmin sería su fan número uno.

Recuerda cuando Felix le avisó que hoy no estaría Hyunjin en la agencia, ya que pidió ese día libre一para salir con Chan一, Seungmin no sabía que decir, su única excusa para ver a Felix era su mejor amigo. Tendría que resignarse a no verlo ese día.

一Por lo tanto, yo también tengo día libre. ¿Te gustaría salir a algún lado, Minnie?

Era su día de suerte, ¡Una cita con Lee Felix! No saltó ni gritó con emoción porque no quería asustar a Felix, así que dijo que lo más tranquilo posible; acordaron hora y lugar, fue en ese momento donde empezó a saltar tan alto como el colchón de su cama le era posible, chillando completamente sonrojado y con una gran sonrisa. Se dejó caer y suspiró encantado al techo, ese día sería perfecto.

Tomó un baño, agarró sus mejores prendas, pantalón negro suelto, camisa blanca y por arriba, un suéter color crema y zapatos negros, se veía bien, como debía de ser.

Suspiró, listo para tener aquella cita con Felix. Debía calmar su corazón, dejar de temblar de la emoción y enfriar su rostro, se sentía un niño pequeño, tan emocionado, tan entusiasmado y tan desesperado para verlo ya.

Y así fue, llegó al lugar que acordaron, el centro comercial. Entró al gran lugar repleto de diferentes tiendas y lo vio en el centro de todo, se veía precioso con aquel gran suéter rosa, esos pantalones blancos ajustados y ese cabello castaño que empezaba a ser cada vez más largo, era una tortura verlo y no peinar esos suaves y sedosos hilos achocolatados. Cuando estuvo a su lado, empezó la cita con un saludo y caminata a un restaurante de temática retro de los 70's.

Cada uno pidió una canasta de hamburguesas con papas y una malteada. Vainilla para Seungmin y fresa para Felix.

一Últimamente he visto que Honnie no se separa de Innie, desde que salió del hospital se volvió como su guardaespaldas. 一contó con gracia Felix, mientras unta su papa frita en la salsa de tomate y la veía sumergirse, para seguidamente degustarla.

一Innie adora esa atención, parece un sol por lo mucho que brilla al verlo a su lado. 一contestó, jugando con el popote de su malteada, completamente sonrojado cuando la atención de Felix se dirigió a él. El mayor sonrió melancólico.

一Siempre te veo muy observador con Innie, lo comprendes bien y se complementan.

Aquello había salido menos animado que hace unos minutos, pero Seungmin no lo había notado.

一Puede ser, Jeongin es un buen chico, nos ayudó bastante para que Hyunjin y Chan dejen de ser unos llorones y por fin se dieran una oportunidad, fue esencial su presencia. Antes nos llevábamos mal, pero nos dimos cuenta que compartimos los mismos gustos en todo sentido, es un aura interesante como la mía.

Y no mentía, cuando se le dio la tarea de conocer mejor a Jeongin por un pedido de Hyunjin, al decir que parecía muy entusiasmado por un videojuego que él conocía, supo que se parecían más de lo que hubiera creído hace meses. Era un gran amigo, los tres; Hyunjin, Jeongin y él eran todo un desastre los días que estaban en el hospital, aún recuerda las veces que se escapaban para mostrarle a Jeongin la belleza de Corea, comer las delicias y jugar en sus entretenimientos, al igual que recuerda las bromas con los niños que estaban en dicho hospital, eran divertidos días. Pero desde que el menor de cabellos largos salió, era imposible despegarlo de Minho y a Hyunjin de Chan, se sentía solo. Claro, hasta que empezó a hablar más con Felix.

Antes no le era posible porque se ponía nervioso, sus labios temblaban y salía corriendo a esconderse con Hyunjin. Pero ahora que tenía más valentía, podía hablar con el chico que le gustaba.

Felix oscureció sus ojos al escuchar eso.

Tiempo después de comer, andaron por todo el supermercado, de tienda en tienda, Seungmin inevitablemente le compró un peluche de alpaca a Felix, diciendo que le recordaba a él por lo lindo y esponjoso que era. El mayor, conmovido, le compró un peluche de un alienígena con cabeza de corazón, alegando que le recordaba a él por ser único y tener un gran corazón, que su cuerpo se quedaba pequeño a su lado.

Era tan dulce todo.

La noche cayó y Seungmin supo que era el momento.

一Vuelvo enseguida, Felix.

Éste sólo asintió, esperándolo en la entrada del supermercado, viendo cómo el menor corría. Llegando a una joyería, donde nervioso pidió ver el collar más precioso que hubiera.

Cadena dorada con un dije de una flor de cerezo de oro rosa, con incrustado de diamante rosa de diferentes tonalidades. Todo en él gritaba Felix. Perfecto para ese bello ser.

Pagó, sintiendo su billetera llorar por el precio, pero Lee lo valía, él merecía todo lo posible en este mundo.

Caminó nervioso hasta llegar con el mayor, quien lo seguía esperando. No había tiempo que perder, se animó, se dio fuerzas para hacerlo y llegó a su lado.

Lo miró a los ojos.

Y no pudo.

Sus lágrimas cayeron al sentir frustración recorrer sus espaldas, ¿Qué había pasado con toda esa dedicación y fuerza en su cuerpo? ¿Por qué no se sentía capaz de hacerlo ahora? ¿Por qué? Seungmin quería gritarle sus sentimientos, profesarle lo puro que son, dedicarle cada palabra del mundo habido y por haber. Entonces, ¿Por qué al abrir su boca no salía nada? ¿No era el momento? ¿No debería? Es más, ¿Por qué creía que Felix lo aceptaría? ¿Qué indicios había? ¿Qué le aseguraba que Felix sentía lo mismo, que no se burlaría, que no sentiría repulsión, que sería homosexual?

Nada, nada le aseguraba. Tenía miedo, miedo de ser rechazado, era horrible sentir su corazón partirse, su pecho contraerse, sus piernas temblar y sus ojos llorar una cascada de lágrimas. Podía ver la preocupada mirada de Felix y sus labios moverse, pero no escuchaba nada, el miedo lo estaba tragando vivo, estaba congelado, no estaba preparado. Seungmin es un cobarde después de todo.

一Minnie.

Escuchó en susurro la voz de Jeongin.

一Sí en algún momento sientes que pierdes las fuerzas de amar y ser correspondido, lucha contra ellos, no rompas tu bello destino.

Ah, es cierto, Jeongin era un cupido, recuerda la explicación de todo su mundo en los cielos. ¿Cómo luchar contra el miedo y el saber que ese cupido no lo flechó? Pero eso significaría no ser nada de Felix, ni hoy ni en otras vidas. De sólo pensarlo era horrible, ver a Felix con alguien más le causaba ganas de vomitar.

No debía pasar.

Sus manos se apretaron en un puño, debía hacerlo, romper esa pared de miedo.

一¡Felix!

Tenía un tono fuerte y decidido, pero no debaja de temblar. Sacando la caja con el collar, se lo aproximó a un sorprendido y sonrojado Felix.

一¡Me gustas!

Una oleada de dulce olor a flores golpeó su rostro, la mirada de Felix se tornó feliz, empezó a brillar, su rostro sonrió y asintió.

一También me gustas, Seungmin.

Ah, realmente era como un niño.
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