➽ Dahyun se había levantado temprano en la mañana para maquillarse, arreglarse y buscar su mejor ropa. Algunos dirían que ni siquiera va a comprar café.

Esta chica desesperada buscaba a alguien con quien compartir ese sentimiento, era una tonta, una tonta por amor.

Llegó aproximadamente a las 10:30 de la mañana, la misma hora a la que había ido a la cafetería el día anterior.

-Buenos días ¿Qué quiere pedir el día de hoy?- preguntó una chica de pelo rubio.

-Un chocolate caliente con malvaviscos por favor.- Dahyun estaba decepcionada, ¿Dónde estaba la chica linda del otro día?

El chocolate caliente llegó a su mesa y decidió esperar dos horas hasta que empezó a hacer más frío de lo normal y decidió irse a casa para almorzar.

-Quedarme esperando es una pérdida de tiempo, mejor me voy.- murmuró para salir de la cafetería.

¿Enserio el amor se siente tan bien como dicen? Ahora me siento muy sola pero sigo dándole una oportunidad a cupido.

Al salir de la cafetería se encontró con una máquina de la garra con muchos peluches de distintos colores y tamaños.

Dahyun no se podía resistir a ellos así que tomó dinero de su cartera y lo insertó en la máquina. Empezó a salir música del aparato dando a entender que ya podía empezar a jugar.

Luego de minutos de intentar sin éxito Dahyun decidió darle un golpe a la máquina e irse pero antes de irse escuchó una voz detrás de ella.

-¿Tan rápido te rindes?- preguntó la chica que había atendido a Dahyun el día anterior. La peli negra insertó dinero en la máquina para empezar a jugar y con éxito sacar un peluche de un mapache.

Dahyun miraba la escena completa con ojos brillosos, estaba hipnotizada. La chica se agachó para tomar el peluche y dárselo a la contraria.

-Puedes quedártelo.- dijo la pelinegra.- ¿Viniste a buscarme?

-Gracias, y no, solo estaba paseando por aquí.- mintió mientras tomaba el peluche y lo abrazaba con fuerza.

La pelinegra rio.

-¿Cómo te llamas?

-Dahyun, Kim Dahyun.

-Bien Kim Dahyun, es un gusto conocerte. Yo me llamo Momo, Hirai Momo.- sonrió. El teléfono de Momo empezó a sonar.- Discúlpame un momento.

Momo se dio la vuelta para contestar, estaba dándole la espalda a Dahyun y en ese momento la chica aprovechó para dar pequeños saltos mientras abrazaba el peluche.

Había practicado en sus sueños para cuando reciba su primer beso pero claro que no lo recibiría hoy.

-Perdóname, debo irme. ¿Puedes venir mañana a las 10:30?- preguntó Momo.

Dahyun asintió.

-Bien.- Hirai bajo su cabeza un poco para luego plantar un beso en la mejilla de la contraria.- Te veo mañana.

Las mejillas de Dahyun se tornaron rojas. ¿Eso estaba pasando? La chica trató de decirse a sí misma que quizás era algo común en el país de Momo, después de todo no se veía de por ahí.

-¡Debo contarle esto a las chicas!- Dahyun salió corriendo hacia su casa mientras abrazaba ese peluche y mientras tenía una grande sonrisa en su cara.