03 - MS + REAL LIFE

▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬

WHATSAPP

(Groupchat; Tom Hiddleston; Benedict Cumberbatch & Briony Lovelace)


Benedict
Cuéntanos, pequeña Bri
¿Qué tal se ha portado nuestro amigo Mackie?

Tom
Sé sincera
Lo conocemos
Mackie tiene un estilo peculiar

Briony
Ha sido...
Sorprendentemente encantador
En serio, chicos
Sois unos exagerados
Empiezo a pensar que vosotros sois los dramakings de Marvel
Anthony se ha portado muy bien

Benedict
Vaya vaya
Quién lo diría
Y no, no somos nada dramakings
En absoluto 💁🏻💁🏻

Tom
Ben un poco
No lo niegues 😉
Me alegro mucho, Bri
He visto el video de los 10 esenciales
Ha quedado muy bien
Tengo ganas de ver el reportaje completo

Briony
Eso lo grabaremos más adelante
Probablemente tenga que viajar con él a Nueva York
De momento seguiremos con pequeños teaser
Quiero conocerlo bien antes de meterme en su vida  personal
No sería correcto

Tom
Bri, siempre pensando en trabajo
Podríamos quedar alguna noche todos
Hay un par de locales aquí en Londres que a Mackie le encantarían

Benedict
Me apunto
Mini reunión de Marvel
Más Bri, claro
Podemos invitar también a Silver, seguro que le encanta la idea

Briony
Me parece bien
Anthony se sentirá más cómodo si estáis vosotros
Y tengo muchas ganas de conocer bien a Lane
Programaré una cena para esta semana

Tom
Programaré una cena para esta semana...
Es una quedada con amigos, Bri
Eso no se programa
Se queda, y ya está

Briony
Discúlpeme, usted
Algunos tenemos que organizarnos
Tengo que hablarlo con Cameron
Y buscar niñera para Ruby, si él está ocupado...

Benedict
Esa es otra
¿A Cameron le parecerá bien?
Tengo la impresión de que no le hace mucha gracia que quedes con nosotros...

Briony
¿Qué?
No, para nada
Os adora

Tom
Yo también lo he pensado alguna vez

Briony
¿Por qué?
¿Os ha dicho algo incómodo?

Benedict
No, no, tranquila
Es solo una impresión

Briony
Es que no quiero que penséis que le incomodáis
Todo lo contrario
Sabe que sois mis amigos
Y os aprecia por eso

Tom
No te preocupes, Bri
Tal vez lo pillamos en algún mal momento

Benedict
Vale
Cena esta semana
Y después billar y dardos, no es opcional
Nos debes la revancha a Tom y a mí

Briony
Todas las revanchas que queráis
Nunca me vais a ganar 😉❤

Tom
Seguiremos intentándolo
Hablaré con Mackie
Cuídate, Bri
Dale un abrazo a Ruby de mi parte

Benedict
Y otro de la mía
Que no se olvide de que el tío Ben es su tío favorito 😏

Tom
Ya, claro...

Briony
Ruby os adora a los dos
¡Nos vemos, chicos!




▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬▬


Para Mackie fue una sorpresa que Briony Lovelace lo hubiese citado en un local de baggels para llevar en el barrio más hípster que había visto en su vida, en lugar de en algún restaurante con varias estrellas michelín en Knightsbridge o en la City.

―¿A qué viene la cara de asombro? ―Se burló Benedict Cumberbatch, mientras los tres esperaban junto a la puerta, bien enfundados en sus abrigos, guantes y bufandas, protegiéndose del helado clima de finales de enero.

―Con lo pijos que sois vosotros y ella, esperaba otra cosa. Pero esto me gusta, no le digo que no a unos buenos baggels ―respondió el único americano del grupo.

―Los mejores que habrás probado en tu vida ―repuso Tom, sonriente―. Nada que ver con ese pan con cosas que coméis en Brooklyn. Estos son baggels de verdad.

―¿Ya estáis discutiendo sobre qué cultura es mejor? ―Briony apareció en ese instante. Acaba de salir de un taxi, y venía vestida con unos sencillos vaqueros, jersey de punto y chupa de cuero negra... Un outfit que distaba mucho del look de oficina con el Mackie la había conocido, pero que, debía reconocer, le sentaba como un guante.

En realidad, a esas alturas, Anthony estaba seguro de que esa mujer haría brillar cualquier prenda que se pusiese.

―¿Discutir? No, eso no es propio de nosotros ―bromeó Benedict―. Intercambiamos opiniones con intensidad.

―Por supuesto ―Briony le devolvió la sonrisa―. ¿No ibais a invitar también a Silver Lane?

―He hablado con ella, pero no puede venir, tiene que rodar escenas nocturnas en Hyde Park para Woolf ―respondió Tom―. Lo repetiremos otro día.

―Eso si Anthony sobrevive ―Briony le guiñó un ojo al americano―. A lo mejor después de esta noche, no quiere volver a salir con nosotros.

―¿Yo? ―Mackie levantó las cejas, divertido―. Puedo con un trío de maniquís británicos ¿Qué es lo peor que me podéis hacer?, ¿echarme la bronca si no agarro bien la taza de té?

―Oh, amigo ―conteniendo la risa, Benedict le pasó un brazo por los hombros―. Cuando acabe la noche, vas a retirar eso, créeme.

Y aunque lo dudaba, Mackie tuvo que reconocer que su concepto sobre el estilo de noche de juerga de sus colegas británicos distaba mucho de la realidad. Para empezar, el local de baggels era de todo menos exclusivo; pidieron sus menús para llevar y los tomaron en una de esas terrazas callejeras, con estufas de fuego cada pocos metros, mientras, junto a ellos, un par de grupos de hip hop competían en una apasionante batalla de baile.

Después de cenar, charlar y reírse durante horas, cogieron el metro hasta la zona de Camden Town, donde tanto Briony como Tom estuvieron de acuerdo en que debían llevar a Mackie a The Elephant's Head, un pub en cuyo interior te sentías transportado a los setenta, rodeado de gente variopinta, ambiente surrealista y una playlist entre rockera y punk que hasta los más tímidos y sosos eran incapaces de ignorar.

―Otra noche te llevaremos a Roundhouse, está aquí al lado, allí debutó Pink Floyd, y los Rollings eran asiduos. También tienen espectáculos de circo, teatro... Tom y Benedict actuaron ahí cuando eran jóvenes e inocentes ―Briony les guiñó un ojo a sus amigos―. Es uno de mis locales favoritos.

―Bri está loca por el arte ―aclaró Tom―. Ella sola hace de mecenas para la mitad de los locales y galerías que alberguen proyectos artísticos en la ciudad.

Mackie se limitó a abrir mucho los ojos y dibujar una mueca de admiración. Esa mujer no dejaba de sorprenderlo.

En cuanto Briony se acercó a la barra, el barman, hasta arriba de clientela, dejó lo que estaba haciendo para ir a atenderla.

―Cuatro pintas tostadas, por favor, Mark ―pidió ella, con una de sus encantadoras sonrisas.

―Enseguida, Bri. ―El camarero sirvió las cuatro jarras, dejando que la espuma asomase por los lados―. Wow, traéis a uno nuevo ―añadió, mirando a Mackie―. Me encanta tu trabajo, tío, soy muy fan de tus películas. A esta ronda invita la casa.

―Gracias, colega ―Anthony sonrió.

―No tenéis que darlas, Bri es VIP aquí, cada vez que viene con uno de sus amigos famosos triplicamos las ventas ―respondió el barman, antes de volver a mirar a la periodista―. Tenéis la mesa de billar de arriba libre.

―Perfecto. ―Briony le devolvió una expresión agradecida, antes de internarse entre la multitud, seguida de sus amigos.

―Vale, no es lo que esperaba ―confesó Mackie, entusiasmado. El ambiente del local le traía a la memoria algunas de las noches más intensas de su juventud―. Cerveza para beber y no vino caro, un pub rockero, mesa de billar... ¿Qué pasa con mis estereotipos?

―Te lo dije ―Benedict le guiñó un ojo, mientras los tres se quitaban los abrigos y los dejaban sobre unos sillones al lado de la mesa de billar.

―En realidad también los cumplimos ―respondió Briony, intercambiando una mirada elocuente con Tom―. A mí me encanta el té, y Tom no termina nunca una frase sin añadir por favor o gracias ―añadió, burlona.

―Eso es... muy cierto ―reconoció el aludido, rascándose la nuca―. Vale, partida de billar, Marvel contra Briony.

―¿Eso no es abusar mucho? ―inquirió Mackie, desconcertado.

Los otros tres se miraron entre ellos con complicidad.

―¿Te atreves tú solo? ―lo desafió ella.

―No quiero machacar a una dama, pero ya que pareces tan convencida... ―El actor se encogió de hombros, provocando que sus compañeros soltasen una carcajada.

―Esto va a ser divertido de ver. ―Benedict chocó su jarra de cerveza con la de Tom en un brindis, a la par que ambos se acomodaban en los sillones de felpa, más que dispuestos a disfrutar del espectáculo.

―Te vas a arrepentir tanto de esto ―respondió Briony, en dirección a su invitado, a la par que tomaba uno de los tacos, colgado en la pared.

Mackie hizo una mueca y sonrió divertido, tomando el otro taco.

―Las damas primero.

Y sí, se arrepintió. Porque Briony era exageradamente buena en eso. Le ganó la partida antes de que él pudiese si quiera entrar en calor, machacando todo su orgullo masculino de un plumazo.

Las carcajadas de sus amigos no se hicieron esperar, y tampoco varios aplausos de otros clientes del pub, que habían cotilleado su partida acompañando cada golpe hecho por Bri con un coro de exclamaciones de admiración.

En lugar de sentirse molesto, Mackie quiso repetir, aunque que en esta ocasión si aceptó la ayuda de Tom y Benedict, pero ni los tres alternando sus mejores movimientos fueron capaces de vencer a la periodista.

―¿Cómo es posible? ―quiso saber Mackie, un par de horas más tarde, mientras los cuatro apuraban su tercera ronda de cervezas alrededor de una mesa algo más privada―. ¿En qué momento te volviste tan buena al billar?

―En la universidad ―respondió ella―. Estudié en Cambridge, igual que Tom, era tradición ir a jugar todos los jueves y viernes.

―Salieron juntos ―intervino Benedict, en tono burlón, codeando a Mackie.

―¿Quiénes?, ¿vosotros dos? ―Mackie señaló a Tom y Briony―. ¿En serio?

―¿Qué sucede?, ¿no hacemos buena pareja? ―Tom se llevó una mano al pecho, pretendiendo hacerse el ofendido.

―No les hagas caso, Anthony ―rio Briony. Sus amigos estaban disfrutando mucho con eso de sacar a Mackie de su zona de confort―. Sí, Tom y yo salimos, pero eso fue hace siglos, yo estaba en primero de carrera, tenía dieciocho, creo.

―Gracias por recordarnos que los demás somos unos viejos ―la pinchó Tom.

―No sois viejos ―rebatió ella, sin dejar de sonreír―. Y ya quisieran muchos ser la mitad de atractivos que vosotros tres a vuestra edad. ―Se encogió de hombros con naturalidad.

―Y así es como Briony Lovelace se gana a la gente ―Benedict alzó su jarra de cerveza―. Encanto británico.

Mackie no lo discutió, encantadora era una palabra que sin duda encajaba a la perfección con el carácter de esa mujer.

Continuaron charlando durante casi otro par de horas, a lo largo de las cuales se intercalaron otros dos intentos de quitarle a Briony la corona de reina del billar, y algunas partidas de dardos, en las que salió ganado el equipo de Tom y Mackie.

Casi pasaban de las cinco de la madrugada cuando decidieron retirarse a sus casas. Los cuatro disfrutaban de una buena fiesta o reunión con amigos como el que más, pero ninguno de ellos era ya un veinteañero sin responsabilidades.

Mackie y Briony compartieron taxi, pues al enterarse de que la casa de la periodista quedaba en el camino a su hotel, él se reusó a que volviese sola. Aprovecharon el tiempo para seguir hablando y conociéndose.

A esas alturas de la noche, cualquier vestigio de incomodidad que pudiese restar entre ambos había quedado completamente borrado. Aunque, en general, podían parecer polos opuestos, tenían mucho más en común de lo que en un principio habían creído. Mackie también era un apasionado del arte, en especial de la pintura y la escultura; compartía además todos los problemas y maravillas de ser padre de niños pequeños, y sabía mucho más de productos de belleza que muchas de las amigas de Briony.

Ella tuvo que hacer un esfuerzo para disimular la risa mientras conversaban sobre esa parte. A primera vista, nadie diría que el pedazo hombre que tenía al lado fuese un sibarita de los productos capilares... Y era algo que a ella le fascinaba. Siempre había sentido debilidad por las personas capaces de sorprenderla saliéndose de sus aparentes moldes.

Cuando llegaron a su calle, en el barrio de Belgravia, el actor se bajó primero del taxi y dio la vuelta al coche para abrir la puerta de la periodista.

―Una noche conmigo y ya se te han pegado los modales británicos ―bromeó Briony, aceptando la mano de Mackie para apearse del auto.

A su alrededor todas las casas eran prácticamente iguales; victorianos adosados de tres pisos, con muros de un blanco impoluto, y columnas al estilo griego cercando las clásicas escaleras de las entradas.

―Espero que también me pegues tu maestría en el billar una vez que hayamos terminado con el reportaje ―respondió él, al tiempo que le guiñaba un ojo.

Briony dejó escapar una melodiosa carcajada, que solo se interrumpió cuando la puerta principal de su casa se abrió, dando paso a su marido, vestido aún con ropa de calle y un gesto inescrutable en el rostro.

―Briony, son casi las seis de la madrugada ―murmuró él. No parecía cabreado, sino artificialmente mesurado, como si bajo su tono estudiado se ocultase una inmensa rabia.

Y Mackie lo notó. Y no le gustó en absoluto.

―Lo siento. ―La expresión jovial que hasta el momento dominaba el rostro de la aludida mudó en un instante―. Nos hemos entretenido, pero ya te había avisado de que llegaría tard...

―Tarde. No a las seis de la mañana ―la cortó Cameron―. Entra en casa.

Briony se mordió el labio inferior y miró a Mackie con una mueca de disculpa.

―Gracias por acompañarme ―se limitó a decir.

―No ha sido nada ―respondió él.

Ella solo asintió.

―Nos vemos el lunes en la redacción. ―Se despidió con un cabeceo, antes de subir las escaleras, donde el brazo de su marido enseguida le rodeó la cintura, en un gesto que, a ojos de Mackie, resultó de lo más posesivo.

La pareja entró a la casa, ella delante, de forma que el actor americano creyó ver cómo, justo antes de cerrar la puerta, Cameron le clavaba una mirada helada, de esas que casi parecían llevar subtítulos debajo.

Subtítulos que, en este caso, gritaban un alto y claro No te metas.



---------------------------------

Amo mucho a Bri, tengo que decirlo jaja es tan cute y facy

Well, no tengo mucho que decir hoy, solo que muchísimas gracias por leer y que os loveo mucho ^^

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top