¡¿A quién Escoges?!

Pasaron como dos días enteros cuando saori arribara de nuevo a Japón. Al final no había conseguido nada y regresaba con las manos vacías.

Pero esta vez tenía una nueva misión, descubrir quién está detrás de todo aquella bronca, porque no era su culpa, en realidad, alguien le estaba jugando una broma y debía de descubrir quién.

Y ya tenía a los sospechosos en mente.

Saori suspiró aliviada al momento de girar la manija de la puerta, satisfecha de poder estar al fin en casa, con suerte dormiría unas horas para recuperar energía, para luego retomar su misión.

—— estoy en ca... —— sin embargo su frase quedó a medio terminar al ver el desastre en la mansión. Lo primero que observaron sus ojos fue a hyoga e ikki ser azotados por unas cadenas, a seiya  de cabeza colgando del ventilador del techo, shiryu de lo más tranquilo en el sofá leyendo un libro, y por último al hermoso y tierno bebé shun, de lo más sonriente, azotando a los dos primeros con sus cadenas de andromeda. ——... Sa?

Botó la única maleta que llevaba volteando su mirada de izquierda a derecha, siguiendo con la mirada al rubio y peli azul tratar de sobrevivir a las duras cadenas.

Aparte de éso la sala de la mansión estaba casi todo patas arriba, llenas de juguetes y libros, tanto infantiles como juveniles, y otros algo... más para adultos.

Suspiró con cansancio frotandose la sien, recargada a la pared observó sin ganas la escena, su mente vagó por unos segundos, tronó los dedos sintiendo que algo faltaba.

—— ¿por qué siento que estoy olvidando algo?

—— ¡¿Por qué será?! —— ¡y ahí estaba su respuesta!

De la gran entrada cruzó la pelirroja socada de varias de las maletas y bolsas de saori... También algunas de ella.

Daba un paso y se le caía una caja, daba dos pasos y se le caían dos cajas o bolsas de la gran montaña, así sucesivamente.

Al llegar dejó caer, nada delicado, todo el bulto. —— recuérdame por favor, ¿por qué sigo contigo?

—— porque no querías perderte la palisa que le iba a dar al responsable.

—— cierto. —— chasqueo los dedos dándole la razón. —— y también porque debes de regresarme a mí "universo"

La contraria asintió sin tanta importancia, ambas suspiraron al mismo tiempo regresando su atención a los varones. La pelirroja cruzó sus brazos divertida. —— así que... ¿Ellos son tus valientes caballeros? —— observó la pelirroja al peliazul usando de escudo al rubio para no ser golpeado por las cadenas. —— ¿en serio?

—— ¡así es!

Merida observó más. —— Hmm. Pues yo no miro a ninguno aquí, nada más a un chico leyendo un libro sobre amor, a otro que ya esta más que desmayado colgando de ese candelabro, a dos huyendo de unas cadenas y... ¿Y a un bebé azotandolos con esas mismas?

—— Ahhhh si —— suspiró dramática. —— ...¡espera! ¿Shiryu leyendo un libro? Raro.

—— ¡ja! Como si el bebé que esta azotando a dos no sea lo raro.

—— no, no es por eso. —— la pelilila enfocó más vista en el azabache. —— ¿consejos de amor? Viniendo de shiryu si que es más raro.

—— en pocas palabras tus disque  "caballeros" no se ven capaces de usar una armadura.

Saori posó ambas manos en su cintura, observandole ofendida y con la barbilla en alto para mostrar autoridad. —— Claro que sí. Ellos son mucho más capaces de ello. Ellos me defendieron de los Dioses hermanos del mar, del inframundo... —— volteó exagerada viendo al desastre de amigos que tenia. —— sacrificaron su vida por mí, son grandes, son valientes, son poderosos, son asombrosos, son primorosos, son... ¡¡SON UNOS IDIOTAS!!

El inesperado grito asustó a todos, incluyendo a Merida que no esperó esa reacción.

—— hola saori. ¿Qué cuentas? —— saludó el castaño, aún girando desde el techo.

—— ¡más bien ustedes serán los que cuenten pero los segundos que les queda de vida! —— señaló en amenaza a todos los presentes, incluso al bebé shun, el cual sonrió divertido dándole un azote con su cadena en el fino dedo de la millonaria. —— ¡Auch! ¡Shun, me rompiste una uña!

—— ojalá y le hubiera rompido otra cosa. —— murmuraron para si mismos todos los presentes, a excepción de seiya. Él era el "inocente" ahí.

—— ¡ese no es el caso! —— azotando sus pies en el suelo avanzo hasta llegar a la gran pintura arriba de la chimenea, señaló esta misma mientras humo salía de sus orejas. —— ¡¿Quién hijo de su muerta madre rayó MI fotografía?!

Los demás silvaron fingiendo no saber nada. La historia de la pintura fue todo un poema para ellos.

La primera vez del rayón fue, en sí, un accidente. Seiya le daba de comer al pequeño shun, estaban solos ya que el resto tenía "planes" pendientes, o más bien sólo los mayores, hyoga había optado por dormir debido a que  toda su atención en shun lo había cansado.

La cosa era que seiya le hacía avioncitos al bebé, pero como la desgracia era que el bebé tenía su gran cosmos, trató de jugar con el castaño y al final la comida terminó siendo arrojada a la gran fotografía. Lo malo que seiya tardó tanto en reaccionar que al final la comida terminó por secarse en la tela, tanta que el color se fusiono en ella.

La otra vez fue cuando hyoga jugaba con el pequeño, había creado varios montones de nieve y hielo para que shun pudiera jugar. El bebé reía a cada reacción del hielo y la nieve, tanto que hyoga se enterneció y fue en busca de su cámara, pero cuando regresó sus ojos se abrieron en grande. Gracias a la nieve el pequeño había escalado hasta llegar a la altura de la gran Pintura, y justamente frente a donde estaba el rostro de saori, con un marcador azul estaba rayando los ojos, nariz y boca, hyoga debía admitir que se veía adorable por la forma que su cuerpecito se sacudia al rayar. Rápidamente cargó al bebé y trató de quitar los rayones, para su desgracia shun había agarrado un marcador permanente.

La tercera fue con ikki, él de por si lo hizo por molestar. Trataba la manera de relajarse con su hermanito, el pequeño estaba pintando con temperas, manchaba su manita y luego procedía a marcarlo en las hojas que hyoga le había comprado, (con tarjeta de saori por su puesto) el bebé sonreía y le enseñaba a su hermano mayor su creación. Y en un intento de que el pequeño aprenda a desarrollar su talento, ikki había propuesto "practicar" con la foto de saori. Cargando a su pequeño en sus hombros, ambos reían por la pintura que salpicaban y marcaban en la foto, y en una parte de ambos también.

Y lo último fue obra de Hades, antes de regresar, por unas horas al inframundo, había robado un marcador de punta gruesa y dibujado un bigote en la cara sonriente que era saori en la pintura.

Inconscientemente sonrieron al recordarlo, lo cual aumentó la ira en saori.

La invitada cerró los ojos muy fuerte al escuchar los golpes que la japonesa le daba a los pobres chicos, los abrió por unos segundo al ya no escuchar más, pero los volvió a cerrar al escuchar al pobre castaño caer de nalgas al duro suelo, y así hasta que saori quedó satisfecha.

Acomodando su cabello regresó a recoger su maleta, detrás de ella los otros se sobaban adoloridos en donde los había golpeado.

—— ni siquiera sé porque tuve que sacrificar mi vida para salvarte. —— habló el mayor de todos, ikki estaba más que molesto. —— ¡incluso golpeaste a shun!

Todos voltearon y el infante trataba de sobar su cabezita con sus cortas gorditas manitas.

—— si que eres una salvaje. —— bajo la atenta mirada de todos, Merida se acercó al bebé, le froto su pequeña cabezita para calmar su dolor, al retirar su mano el pequeño la observó con atención por varios segundos. Sonrió después muy tiernamente, mostrando sus dos dientitos inferiores y pequeños brillitos a su alrededor, fue suficiente para que el corazón de la escosesa se derritiera y cargara al pequeño, frotando su mejilla con la de él. —— ¡Por dios! ¡Es una hermosa y tierna bolita rosa!

Ambos reían bajo la incrédula y gelida mirada de hyoga e ikki. El mayor la escaneó con la mirada, observando el tipo de ropa, cabello, piel, ojos y hasta la marca de zapatos. Era alguien que no conocían, ni de la familia kido y mucho menos si tenía que ver algo con los dioses o el santuario.

Un foco se encendió en los caballeros, con una que otra suposición en mente, dirigiendo su mirada acusadora a la diosa. Ikki fue el primero en atreverse a hablar.

—— ¿Ahora a quien más involucraste, bruja?

—— ¡¡Ya no me llamen así!! —— saori se jaló nuevamente los pelos por la palabra bruja, ya no le estaba gustando este juego.

Momentos después todos estaban sentados tranquilamente, el bebé shun jugaba con sus juguetes mientras que saori redactaba la nueva situación, nerviosa. No supo en qué segundo pero, ikki ya era sujetado por  shiryu y hyoga para no golpearla.

—— ¡¿Encerio a quién se le puede ocurrir semejante estupidez de invocar a una diosa más?! ¡Y ni para eso sirves! ¡¿Cómo no se te pasó por la cabeza la posibilidad de traer pero sólo a su recipiente que, se ve, no sabe absolutamente nada!

—— ¡hey, más respeto!

—— ¡y para colmo ni siquiera puedes devolverla a su universo! —— siguió gritando ignorando la protesta de la otra chica. —— ¡¿en que pensabas saori?!

—— ¡¡quería salir de prisas porque sabía que me ibas a quemar viva si shun no regresa a la normalidad!! —— saori estaba de rodilla y con las manos juntas en busca de perdón. —— ¡quería usar un atajo!

—— pues vaya atajo. —— respondieron Cisne y dragón.

Al ver la alteración en el mayor shun rápidamente empezó a gritar, obviamente no se entendía nada pero si daba a entender que trataba de distraer a ikki para ya no estar enojado.

Arrastrandose por el suelo, el peliverde llegó a los pies de ikki, estiró sus manitas dando a entender que lo alzara. Y surtió efecto. Fénix logró clamarse con ese gesto, cargó a su hermano pero aún señaló a saori en amenaza.

—— pobre de ti que no busques una solución, y rápido.

Suspiró aliviada, agradeciendo internamente a su caballero más fiel, andromeda. Aun siendo éste un bebé, lograba salvarla de la paliza de su vida.

—— y hablando de pobre, ¿dónde está Hades? —— sorprendiendo a la pelirroja al ver que había regresado a su actitud despreocupada.

—— ¿tu tío el del inframundo? —— preguntó dudosa la escocesa.

—— se fue hace unas horas. Con esa tal Pandora. —— le respondió seiya, con una gran seriedad y una extraña mueca que sorprendió a saori. —— ¿Quién sabe qué estarán haciendo ahora?

—— ¿y a ti por qué te interesa lo que ese cara pálida haga? —— ikki había notado algo raro en seiya. Y no quería que su suposición fuera cierta.

—— ¿o acaso tienes algo pendiente con él? —— pregunto igual de serio shiryu a Pegaso. El cual no contestó

La verdad aquel trío ya había armado su siguiente paso para conquistar al castaño, el cual se llevaría esa misma tarde, muy apresurado, pero ya no aguantaban las ganas de saber con quien se quedaría seiya, para así  restregarselo en la cara a los supuestos perdedores.

Un silencio incómodo se formó, por segundos, en el salón. Saori achino sus ojos de forma pícara.

—— al parecer has estado viviendo una novela frente a ti ¿no hyoga?

—— ni que lo digas. —— comentó con enojo.

Pero la conversación fue desviando nuevamente a la historia principal, y esta vez querían saber la identificación de la invitada. La japonesa muy sonriente la presentó a sus amigos.

—— ¿así que eres la reencarnación de la diosa Nike?

—— disque lo soy.

—— por lo visto no te ves muy convencida de lo que saori te ha contado.

—— no lo creería de no haber visto, absolutamente, todo lo vivido los últimos cinco días. —— respondió igual de atontada, rememorando de nuevo las locas aventuras que tuvo con la otra diosa.

—— Bien. Creo que llamaré a Tatzumi.

—— ¿Por qué?

—— porque aun debo de descubrir al hijo de su desconocida madre que me está jugando esta broma. —— contestó concentrada en la pantalla de su teléfono, buscando el contacto del ya antes mencionado.

—— ¿y para que lo llamas ahora? —— esta vez fue ikki el que habló, dándole el bebé a hyoga.

—— ya han sufrido lo suficiente con shun. Quiero que Tatzumi y la servidumbre lo cuide, al igual que a ustedes, además de... —— movió disimuladamente su cabeza en dirección a la distraída pelirroja, dando a entender que ella debía de quedarse para no hacer otra estupidez más. —— aahh creo que arruiné sus vacaciones.

Por esas palabras los chicos se pusieron alerta, porque sabían de lo flojo que llegaba a ser el viejo, y sería mucho peor, además entendieron que debían de convivir igual con esa chica, y siendo sinceros no les había caído nada bien, y nadie quería cuidarla, a excepción de...

Al final debían de aceptar la ayuda de las mucamas, ellas si les ayudarían a descansar un poco de shun. —— esta bi...

—— no arruines las vacaciones de Tatzumi ni de las demás, saori. ¡Nosotros cuidaremos de ellos!

—— ¡¡¡seiya!!! —— Merida por poco y se ensucia del susto por el grito que tiraron todos.

—— ¡¡excelente!! —— festejó la pelilila. —— eres un ser de buen corazón, seiya.

—— ¡¡de ninguna manera!! —— de nuevo todos brincaron del susto, quedando en silencio al ver a ikki molesto. —— ya estoy cansado, que seiya los cuide a ambos si quiere, porque nosotros tres estamos cansados del trabajo más duro.

Hyoga y shiryu asintieron en apoyo a las palabras del mayor.

—— ¿de que trabajo? ¡Si sólo es cuidar de un bebé! —— protestó ofendido el castaño.

—— si, pero tú ni siquiera lo cuidas la mayor parte del tiempo. —— respondió hyoga al menor. —— ahora que lo pienso ¡he sido yo el único que lo ha cuidado!... ¡Y estoy seguro que seré el único que cuide de estos dos!

—— cuanta razón tuve.

Y al final hyoga había predecido su futuro, lo dejaron solo, cuidando de shun y Merida.

Todos habían aceptado, de mala gana, el seguir cuidando de shun, y ahora la nueva adolescente.

Por el cansancio saori había optado por dormir unas horas, al igual que la otra chica. Mientras que horas después había llegado Hades a preparar sus cosas para su pronta conquista. Al igual que él, ikki y shiryu salieron en busca de lo que necesitarían para esa tarde y noche.

Varias horas después la pelirroja despertó, un olor peculiar la llamó a, lo que ella deducia, la cocina. Al entrar observó al rubio de la mañana recostado en la isla de la cocina, y junto a él al pequeño bebé cabeceando en su mesita.

—— Hola.

—— ¡¡Waaaaa!!

Hyoga, e incluso el bebé, habían gritado con cucharas en manos para atacar, pero al ver que se trataba de aquella chica se relajaron.

—— ahh, sólo es usted señorita.

Merida estaba más que desconcertada por aquella reacción tan violenta.

—— ammm ¿por qué esa reacción? —— preguntó aún confundía, observando después con ternura al pequeño bebé que se frotaba los ojitos y bostezando. —— Owww que tierno.

Cisne igual sonrió. —— ¿verdad? Es muy bonito. —— comentó con pequeños corazones flotando a su alrededor al ver al bebé shun.

Ahora la chica estaba más que confundida, saori le había contado de que el bebé era en realidad un chico de, más o menos, diesiocho años de edad, y que había sido hechizado y convertido en un bebé. Pero ver el brillo con el que el rubio observaba al bebé era algo que no tenía que ver con amistad.

—— ¿te gustan los hombres acaso?

—— ¿qué?

—— ¿qué si te atraen los hombres? —— repitió desesperada. —— ¿eso no es pecado? ¿O te gustan los bebés?

Hyoga estaba más que ofendido, ¿acaso lo tomaba como un pedofilo maniático? Al parecer esta niña se había quedado estancada en el pasado, aunque en realidad no sabía a que época pertenecía.

Volteó a ver al pequeño que le sonreía, no debía de avergonzarse en aclara sus sentimientos, si dejaba en claro su respuesta, total y shun no lo recordaría y mucho menos lo entendería. —— para mí no es un pecado el amar.

Su respuesta asombró a la pelirroja, haciéndola sonreír inconsciente. —— te gusta shun entonces.

Y sin importar si esa niña lo insultara él lo aceptó. Aceptó el estar más que enamorado de aquel hermoso ser. Aquel pequeño que se emocionaba con la mínima cosa del mundo.

Merida comprendió que necesitaba la ayuda de alguien, para que ella también pudiera hacerlo y apoyar a amigos que pasaban algo similar.

—— ¿me podrías dar un consejo? —— minutos después hyoga sacaba los pastelillos del horno, sirviendo al bebé y a ella también. Merida tenía la cara sería, aún sin decir nada, sin embargo quería aprender y ayudar. Quería comprender. —— tengo un amigo, que también le gusta un chico, pero este chico le dejó en claro que es malo amar entre hombres, no se le confesó ni nada, fue una pregunta que él había dicho, el que pensaba hacerca del amor entre personas del mismo sexo. Y esa fue la respuesta del chico que a él le gusta. ¿Qué puedo hacer para ayudarlo? He sentido que aquel muchacho tiene miedo a lo que pueden decir de su persona.

Hyoga le daba pequeños pedasos de pan al bebé, buscando palabras coherentes en su mente para responder.

—— amor es amor, no importa el género o el nivel. Si ambos se aman las palabras de terceros no significará nada, sólo importara ellos en ése momento. —— la pelirroja sonrió, observó la sonrisa que el rubio tenía plantado en su rostro mientras limpiaba la carita de shun. —— puede que al principio sea difícil, pero si ambos logran afrontarlo lo demás será pasajero. Pero si tu amigo quiere confesarse que lo haga, no será algo fácil, pero es mejor decir lo que sentimos a tener que ocultarlo.

—— ¿y cómo es aquí con respecto al tema? ¿Hay varios personas que los critican por no ser normales, tal vez? —— a cada pregunta trataba la manera de elegir las palabras correctas y no ofender más al Cisne.

—— en el pasado existieron personas que lucharon por su lugar en la sociedad, aquí hay varios que respetan la orientación de los demás. —— contestó tranquilo. —— como dijo mi maestro; ser normal es el peor insulto que pueda existir.

—— wow... Que profundo. —— habló extrañada, sin embargo ambos sonrieron después. —— gracias, tomaré en cuenta cada palabra.

—— no hay de que.

Un silencio reinó mientras ambos se observaban, sin siquiera darse cuenta. Pero curiosamente el bebé se había dado cuenta de que hyoga ya no le prestaba atención, inflando sus mejillas al ver a los otros dos.

—— ¡Waaa~! —— gritó con las mejillas rojas y estirando sus manitas; como un gatito espantando a sus enemigos. Y para él la pelirroja era uno.

—— parece que alguien está celoso~ —— comentó esta divertida, hyoga ya había regresado toda su atención al pequeño, cargandolo y continuando con su pastelillo. —— por cierto, ¿por qué reaccionaron violentos cuando entré?

—— Ahhh, te cuento.

Pues resulta así. Cuando todos se fueron a sus "cosas" hyoga se había quedado solo con shun, y a ambos se les vino antojo de un pastelillo.

Hyoga buscaba sus utensilios mientras que shun hacia lo mismo en otras gavetas más bajas, hasta que shiryu entró en búsqueda de un consejo, la verdad terminó asustando a la pareja al gritar el nombre de ambos en un volumen alto.

Pasó varios minutos hablando de lo que había investigado con respecto a conquistar a alguien, abrumando a Cisne y andromeda, el chino pedía algún consejo para que seiya cayera a sus pies, algo que hyoga no podía dar debido a que él no había podido conquistar a su crush. Sólo atinó a decir "llévalo al río y besalo bajo la luz de la luna" con tal de que dragón dejara de molestar. Y lo consiguió. Vaya sorpresa.

Una hora después shiryu ya se había retirado con aquella idea en mente. Hyoga y shun ya estaban preparando la masa y lo demás, hasta que, sorprendentemente, ikki había entrado con lo mismo: un consejo para poder quedarse con seiya. Fue difícil para el tener que pedir ayuda, le valió tanto su orgullo pero, era más el sentimiento de humillar a los otros dos. Hyoga igual se sorprendió por el repentino favor que quería el mayor, más le sorprendió por el leve sonrojo qué tenía el moreno, pero le dio uno con gusto después de las palabras de su futuro cuñado. "ayúdame y dejare que shun te acepte como novio" sin duda una oferta envidiable para cualquiera.

"a seiya le gusta la música, tocale una canción y aclara tus sentimientos con eso"

Y para su dicha ikki aceptó aquello.

Otra hora después ya querían gritar de la frustración cuando Hades entró a la cocina, con lo mismo que los otros dos: un consejo. Cisne estaba colocando la masa en los recipientes, y antes de echarlo al horno el Dios ya lo había interrumpido de nuevo. Hasta shun se estaba cabreando de que no los dejaran en paz.

Pero Hades no logró preguntar nada porque hyoga ya le había contestado en automático. "le gustan los Pegasos y si quieres confesarte conviertelo en el rey del inframundo, con eso lo conquistaras"

Y la deidad no dudó en hacerlo.

—— wow, al parecer todos tienen problemas amorosos.

—— Si...

—— ¡que bueno que yo no! Total no me gusta nadie.

Los tres continuaron comiendo sus pasteles, hablaban y reían de situaciones graciosas qué habían vivido, también se enternecian cuando el bebé shun balbuceaba cosas, dando a entender que también estaba platicando y contando sus cositas. Eso hasta que alguien más entró a la cocina.

El trío vio confundido al castaño que se frotaba las manos y se sacudida el cabello con ciertos nervios.

Seiya se acercó hacia los tres. —— chicos, necesito un consejo.

—— otro... —— respondieron los tres aburridos, dejando confundido al moreno. —— ¿qué es lo que pasa, seiya?

—— esque... A-amm... Yo-yo.

—— ¡¡que sinvergüenza eres!!

—— ¡¡perdón!! ¡¡No lo vuelvo a hacer!!

—— ¡¿Cómo no lo harás si estoy seguro de que esto no volverá a repetirse?! ¡¡Eres un desvergonzado!!

Merida y shun trataban de sostener a hyoga, este sacudida con violencia a seiya de su camiseta.

—— ¡tranquilo rubio!

—— Waa~!

—— ¡es que eso es increíble! —— gritó soltando al menor. —— ¡¿sabias de lo que pasaba a tu alrededor y aun así te hiciste el tonto?!

—— quería saber hasta donde eran capaces de llegar. —— se justificó sobando su pecho.

—— pues ya ves que a mucho. Esto es una humillación por tu causa, sacrifican su orgullo sólo por ti.

—— ¡¿de verdad?! —— preguntó ilusionado, con estrellas flotando a su alrededor.

—— por lo visto no te has dado cuenta. —— habló por primera vez la mujer, interrumpiendo. —— estas lastimando a esos tres, ¿por lo menos ya tienes una respuesta para ellos?

—— aunque no lo creas dos de ellos son más valiosos que el otro. ¡ve y pídeles una disculpa! —— regañó hyoga; parecía una mamá. —— ¡que en realidad tú ya sabías de la "dichosa" competencia para conquistarte.

—— al menos debe decidirse por uno de los tres ¿no?

—— pero al parecer te gustan los tres ¿no?

Seiya quedó callado, tratando de aclarar su mente con respecto a aquellos tres locos.

—— buenos días... —— saori entró bostezando a la cocina, pero nadie se percató de ella debido que la atención estaba más en el castaño que cualquier otra cosa.

—— ¿cuál es tu decisión, seiya?

—— ¿a cual de los tres escojes?

La pelilila ladeo la cabeza al escuchar esas preguntas viniendo de Cisne y la escocesa.

—— ¡Dilo!

—— ¡Dilo!

—— ¡Guaa~! —— hasta shun lo estaba presionando.

Las mejillas de seiya se encendieron a mil. —— ¿y yo no podría quedarme con los tres?

Si los demás estuvieran bebiendo algo, ya lo hubieran escupido. La boca de los otros cuatro se abrió, incluyo a saori, porque a pesar de no saber el contexto de la historia se había impresionado por aquella respuesta.

—— ¡¡¿te quedaras con los tres?!! —— gritó espantada Merida.

Después de segundos hyoga carraspeo, tratando de mantenerse serio. —— bueno, podrías hacer eso, seiya. —— trató de parecer un gran sabio tomando del hombro al moreno. —— ¿para que hacer infeliz a dos, si puedes hacer feliz a los tres? El problema está si ellos lo aceptan o no.

—— ¡¿eso se puede?!

—— aquí se puede de todo, linda. —— saori por fin se había hecho notar, entrando sonriente y parándose junto a ellos. —— ¿y quienes son los (des)afortunados, seiya?

—— te sorprenderá la respuesta, saori.

—— volviendo al tema, ¿que harás? —— continuó la otra chica. —— porque, si no estoy mal, vendrán por ti en poco tiempo para declararse.

Y como si fuera una invocación, el primero en aparecer fue shiryu, llevándose al castaño con una buena escusa. Para ese entonces seiya debía de darse prisa y escoger a uno de ellos, aunque la palabra poliamor no sonaba nada mal, pero como dijo hyoga, el problema sería si los otros aceptan.

Por otro lado los que quedaron en la cocina se vieron curiosos.

—— ¿qué creen que llegue a pasar?

—— no lo sé, pero muero de curiosidad.

—— yo igual. —— a los cuatro les picaba las patas de salir y ver el chisme completo, querían verificar que seiya eligiera bien a su futura pareja.

—— ¿quieren un helado? —— preguntó la japonesa cargando a shun y colocandole ropa más abrigadora.

—— ¿no crees que es muy tarde?

—— no, no, no, no, no. Sólo es u paseo corto por el lago, el puente y la colina.

Una foco se prendió en la cabeza de hyoga y Merida. Conque eso era. Los cuatro sonrieron cómplices y así tierno a la vez.

—— ¿modo incógnito?

—— ¡¡modo incógnito!!

Siendo más rápidos tomaron sus abrigos y corrieron a la salida en busca del auto de hyoga. Siguiendo a buena velocidad el vehículo de dragón.

Esa sería una buena noche, para ver como los pobres hombres más serios y orgullosos, se humillaban ante un pequeño chico caprichoso.

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