-Cuarto-

-Narro Yo.-

3 Día

Kagome ya se había ido de nuevo a su época, dejando a un demonio sufriendo por el cambio de pañales que le hacía falta a su hijo.

- ¡No me patees! - le dijo enojado a su cachorro que no dejaba de patearlo, entre lucha y lucha pudo cambiarle los pañales.

- ¿Ves? No costaba nada.- le dijo a su cachorro.

- Sesshomaru, malo.- dicho esto empezó a llorar mientras le daba manotazos a su padre.

Sesshomaru lo alejo algo enojado.

- ¡Basta! - el Youkai enojado, con su bebe en brazos, fue en busca de su molesto sirviente.

Al encontrar al pequeño Kappa, se le fue acercando hasta quedar frente a frente.

-Narra Sesshomaru.-

- Amo bonito ¿Ocurre algo? - pregunto. Le extendi a Hatoru.

- Necesito revisar cosas, cuida lo.- dije sin más yendo a mi lugar laboral.

Una vez adentro comencé a revisar el papeleo, todos los papeles eran quejas, si tanto les molesta ¿Por qué no se largan? A ver si encuentran un lugar más seguro.

Toc. Toc

Alguien había tocado la puerta, eran el molesto de Jaken con mi hijo, suspire pesadamente al oler lágrimas ajenas.

- Pasa de una vez.- ordene frustrado.

Solo fueron 5 minutos que me aleje de Hatoru ¿Por qué me lo trae de nueva? Al abrirse la puerta pude ver a Jaken llorando, con una mano sostenía su báculo que estaba quebrado por la mitad, con su brazo restante cargaba a el bebe.

- ¡Amo bonito! El señorito rompió mi báculo y destruyo mi amuleto especial.- me decía entre lágrimas.

- ¿Y? Quieres qué le de un premio por romper tus cosas ¿O qué? - el báculo es fácil de conseguir, pero su amuleto especial no.

Hay ¿Quién me mando a mi a tener un hijo? Jaken no paraba de llorar y Hatoru se reía de su sufrimiento. Es igual a mi, se divierte viendo a los demás en su momento vulnerable. Es en estos momentos donde me arrepiento de a verle dado la bendición para que se pudiera casar a Rin, ella sabría que hacer en estos momentos.
Me acerque a Jaken y le quite suavemente a mi hijo para no dañarlo, este tenía su mano en la boca y en el momento de agarrarlo se la quito y paso por toda mi cara mientras Jaken se fue indignado

- "Gracias, amo que me llenen la cara de baba" - le respondí sarcásticamente.

- Shumaru.- y otra vez la burra al trigo.

- Yo soy tu Padre ( Darth Vader ¿Eres tú? *-*) así que dime 'Papá' como es correspondido llamarme. - le dije enojado.

- Papa..papanatas.- ¿Y si me lo como? Como los hamters comen a sus crías, sería una buena opción, pero en este momento recuerdo a la Miko y el puto collar que me coloco.

- Estúpido Yako.

- No me culpes, tu tampoco te negaste en el momento del apareo, es culpa de los dos. Además te recuerdo que TU fuiste el que comenzó la relación con ella.

- Vuelvo a repetir, Estúpido Yako.- me hubiera cruzado de brazos al recordar que tenía a Hatoru en brazos.

- ¿Y si te tiro a la basura? - pregunte para mi mismo.

- Ni siquiera lo intentes, no quiero que nuestra amada nos castre.

- Buen punto.

Y así pase la tarde, leyendo pergaminos con puras quejas mientras cuidaba de Hatoru, este se había comido tres pergaminos.

- ¿Tan idiota eres? Tu cachorro tiene hambre.- me recrimino Yako, mire al bebe y era cierto.

- Ven, vamos a comer.- lo tome entre mis brazos para llevarlo a la cocina, allí me atendió un Youkai vieja, ella era como una madre, trabaja aquí desde que estaba mi padre.

- Blanquito ¿Qué se le apetece? - "Blanquito" era el apodo que ella me coloco por mi pelo.

- Alicia ¿Podrías hacer tu puré "especial"? Quiero que Hatoru lo pruebe.- le regale una sonrisa a la vieja demonesa, se escucharon varios suspiros y algunos quejidos de asombros.

- Claro mi niño, extrañaba aquella época cuando tu te escapabas para venir conmigo a comer, tu madre siempre quiso copiar mis recetas aunque no le salían.- río ella mientras iba sacando algunas cosas para comenzar a prepararlo.

El Puré Especial traía:

- Sangre de demonio débil.

- Papas.

- Algo de orégano.

- Y su ingrediente secreto.

Nunca me quiere contar cual es, siempre que le preguntó que le pone, ella solo dice "Si te lo digo, deja de ser especial". Y así estuve toda mi infancia tratando de descubrir que era, pero sigo sin saberlo.
Supuestamente me lo dirá en su ultimo momento.

- Ten.- me dijo ella con una sonrisa, su pelo era rojo, siempre vestía una Yukata de color negro, sus ojos eran completamente negros, no sabía donde empezaba el iris.

- Gracias Alicia, eres la mejor.- ella me revolvió el pelo para volver a ser la maestra de las demás Youkais.

Fui a mi habitación con Hatoru y su comida, si él no tuviera que comer en este momento seguramente me comería yo el puré. Al entrar lo senté en la cama mientras él comenzaba a comer, al parecer le gusto mucho, eso me alegra bastante.

- Espero que Alicia viva más de lo que ella dice, no quiero perderla ahora, es más como mi madre.- dije dejando escapar un suspiro de tristeza.

Alicia fue la primera en desobedecer mi orden de alejarse cuando estaba llorando, era solo un niño muy chiquito, aunque se lo gritara, ella permaneció a mi lado para consolar me, gano mi confianza. Ella recordaba mi cumpleaños, me cocinaba lo que le pedía, si me veía en un momento débil, ella me daba un abrazo y me entregaba el Puré Especial.

- No llores Papá.- me dijo Hatoru colocando sus manitas en mis mejillas para quitarme las recientes lágrimas que deje caer sin darme cuenta.

- Te haré caso, no portare mal. ¿Si, papá? - me preguntó como consuelo.

- Si hijo, termina de comer y vallamos al jardín para ver las estrellas.- le dije sonriendo le.

- Hai.- termino lo poco que le quedaba.

Ambos estábamos recostados bajo el árbol, estábamos viendo las estrellas, pero nos quedamos dormidos allí. Hatoru estaba acostado abrazandome y yo lo rodeaba protectora mente con mi brazo.

Después de todo, ser padre no es tan malo.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top