XV. Celos de un amor incomprendido
Abdel.
Entro y los encuentro viéndose fijamente a los ojos. Como dos locos enamorados. Tengo un sentimiento de envidia, celos, enojo y un nudo en la garganta se me empieza a formar. Ambos me miran al instante y ella, tan bonita como siempre, se levanta para recibirme con un abrazo corto y una amplia sonrisa. Mientras que mi amigo me observa a lo lejos, casi amenazándome con la mirada.
Tranquilo viejo, no me la voy a comer con un abrazo.
Me acerco a la cama donde está Mael y lo saludo estrechando su mano. La que tiene sin yeso. La izquierda. Le sonrío falsamente. Él sabe que ya perdí la cordura, que ya no voy a seguir guardando silencio por mis sentimientos y al carajo esta relación que tanto daño le ha traído a ella. Aprieta mi mano, yo no lo hago y aunque me duele, no hago ni una mueca.
Se que somos amigos desde hace muchos años y no esperaba terminar enamorándome de ella. Su gran amor y el mío también.
―Mael ¡¿Qué haces?! ―Le grita ella y sale corriendo a separar nuestras manos. Toma la mía y la observa― Lo siento ―Sus ojos son de preocupación ahora.
Tranquila nena, lo mucho que puede hacer es quebrarla.
―Kariam, déjalo ―Ella lo ignora.
Tú siempre con tu empatía. Velando por la justicia.
―Kariam ―Le vuelve a llamar, sigue sin hacerle caso, mientras que a mí me empieza a acariciar la piel con su mano libre.
Así, si me quiero enfermar. Este imbécil no la merece.
―¡Kariam! ―Le grita y ella da un salto para soltarme y mirarlo.
―¿Qué te pasa? ―Inicia hablando tranquilamente.
―¿Por qué no me haces caso? ¡Déjalo! ―Le vuelve a gritar.
Su cara se pone más seria de lo que ya estaba. Inhala aire y lo exhala para después soltar una discusión que jamás olvidaré.
―¡No! Deja de centrarte en ti mismo.
―¿En mí mismo dices? Que no sabes que soy una bomba que puede explotar en cualquier momento ―Le está hablando muy mal, debería detenerlo.
O quedarme a ver como destruyen su relación.
―Pues no quiero cargar con esa bomba que en un minuto está feliz y cariñoso y en el otro se vuelve loco por los malditos celos ―Él la mira y luego me mira a mí.
―Celoso yo ―Sonríe irónicamente― Pregúntale que es lo que quiere ―Imbécil, le va a decir todo― Pregúntale, haber habla ―Me quedo en silencio mientras ella me mira― ¡Habla idiota! ―Me tira.
―Mael cálmate ―Pronuncio.
―¡NO! ―Responde aún más furioso― Dile que estas enamorado de ella y que te mueres por desvestirla ―Me atrevo a verla a los ojos, parece confundida.
―Mael, deja de hablar estupideces ―Le dice ella un poco más tranquila.
―No son estupideces, él me lo dijo un día cuando había consumido mucho alcohol.
―Abdel ―Dice dulcemente ella, yo me muevo de un lado a otro y me acerco a Kariam.
―Es cierto, estoy enamorado de ti ―Le suelto y su cara se pone pálida―, pero mis intenciones no son malas ―Veo por el rabillo del ojo que Mael desvía la mirada― Se que me diste tu amistad y con eso me conformo.
―Abdel ―Vuelve a pronunciar asustada― No digas eso ―Parece que se va a derrumbar.
―No me creíste cuando te advertí que hay amigos míos que te traen ganas ―Le dice el cretino ese al que quiero partirle la cara.
―Mael ―Lo voltea a ver― Cállate, me tienes harta con tu actitud, pensé que habías cambia... ―Es justo ahí en donde la vemos caer al suelo como una hoja de papel.
Corro a agarrarla para que no se golpee y cae justo encima de mis piernas. Su cabeza en mi mano derecha y con la otra empiezo a meter una mano bajo su espalda. La cargo y me levanto, él me mira mientras se levanta de la cama aun con sus golpes y me sigue como puede hasta la puerta para abrirla.
Se que no le gusta que la toque, pero no hay de otras.
Los siguientes quince minutos fue de correr a acostarla a una habitación mientras le ponen suero y revisan sus signos vitales. Mael como puede llega al cuarto y se sienta en una silla de la que no se mueve.
Mael Stoll.
La cague otra vez. Y no quiero admitir que los celos me están ganando, pero es cierto. Como puede ese idiota clavarse en ella y en su cuerpo y abrazarla de esa manera. Cuando me recupere me las va pagar y ahí nos vamos a desquitar todo lo que sentimos.
Camino como puedo a la habitación en donde la llevaron, por suerte no está muy lejos, quedó justo enfrente de mi puerta, en el mismo pasillo. Cuando entro la veo acostada en la camilla y una enfermera revisándole el pulso. Mientras que Abdel está a un lado al fondo del cuarto con los brazos cruzados. Veo una silla cerca de ella y me siento ahí. Verla de esta forma me recuerda cuando perdió al bebé. Un dolor ligero y pasajero en el pecho me llega.
―¿Ya ha tenido esto antes? ―Pregunta la enfermera.
―No ―Decimos Abdel y yo al mismo tiempo, lo miro y él a mí. Cierro los ojos y los aprieto fuerte para calmarme un poco, suspiro y los abro.
―La última vez que vivió un desmayo fue cuando estaba embarazada, hace unos meses ―Le digo a ella.
―¿Qué pasó con el bebé? ―Pregunta tranquilamente.
Agacho la cabeza, no quisiera hablar de eso, pero tengo que ver por su salud.
―Lo perdimos ―Le tiro en voz baja.
Vuelvo a levantar el rostro. La enfermera ahora me mira a los ojos, es joven. Quizás de unos 25 años.
―¿Qué es usted de ella? ―Clavo mis ojos en el hombre del fondo, quien se remueve incómodo― Su prometido ―Le aclaro viéndola a ella nuevamente.
―No ha pensado... ―Dice unos segundos después.
―No ―Le tiro rápidamente.
Ella no podría estar embarazada.
―Caballero, todo puede suceder. Le sugiero que le hagamos unos exámenes de sangre para saber si es así ―Camina hacia mi― y así se pueda prevenir un aborto con anticipación ―Tiene mucha razón.
―Está bien ―Le digo― Solo esperemos que ella se estabilice ―Afirma moviendo el rostro orgullosa por haberme convencido, se gira y sale de la habitación.
La vuelvo a ver. Se ve tan tranquila y no quiero preocuparla, pero la enfermera tiene razón. No podemos descuidarnos de una vida. Ahora que lo pienso, no hemos usado protección desde el inicio. Quizás yo no lo dije para no presionarla y no recordarle que probablemente ya no pueda tener bebés. Yo lo quiero intentar, hasta que tengamos uno o hasta que ella ya lo quiera. Si Kariam dice sí, yo diré que sí y si dice que no, yo diré que no.
Mi única misión es darle amor y protegerla.
Aunque me comporte como un cretino hace un momento.
Me tengo que disculpar.
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¿Qué les parece el rumbo que va tomando la historia? 😳
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