VII. Otra oportunidad
Mojo mis pies con el agua salada del mar. Él camina a mi lado, ambos estamos silenciosos.
―¿Por qué aquí? ―Le pregunto.
―Porque tenemos muchos recuerdos.
―Recuerdos que después se volvieron tristes.
―Hagamos que valgan la pena ―Me detengo, él también lo hace unos dos pasos después de mí.
Hace un viento increíble. Que te acoge y que involuntariamente ambienta la situación.
―¿Qué quieres? ―Le pregunto.
―Te quiero a ti.
―Mael ―Hablo segura de mí misma― De verdad ¿Qué es lo que quieres? ―Se gira y me mira un momento sin decir alguna palabra.
―Quiero hacerte feliz y ser feliz a tu lado. El corazón tiene extensiones, una para tu familia, otra para tus amigas, después para un vestido, un adulto mayor o un amor. Tú tienes una de esas extensiones de mi corazón y por más que intente no te podré sacar de ahí, hiciste diferencia en todo mi ser y solo contigo seré feliz y solo contigo puedo compartir una misma...
―Alma ―Termino su frase.
―Así es ―Responde.
―Entonces seamos felices ―Le digo, me agacho y le tiro agua.
Al inicio se queda quieto, sorprendido por lo que acabo de hacer. Cuando reacciona sale corriendo hacia mí para mojarme, supongo, pero no me dejo. Me hago a un lado y se cae en medio del agua, mojándose el short y la camisa con mangas cortas y de botones que anda. Se quita el resto de agua del rostro y me mira. No sé qué va a hacer, pero lo mejor será huir.
Se levanta y corre detrás de mí, trato de escapar, pero no puedo, me rodea por la cintura con sus fuertes brazos y me levanta hasta tirarme en el agua. Caigo igual que él o peor. Me levanto, tengo la falda rosada y la camiseta blanca mojada. Lo amenazo con la mirada o eso trato y lo persigo. Seguimos jugando como en los viejos tiempos.
Un rayo se ve al fondo del mar haciendo que los dos gritemos, por el susto. Nos miramos, decido aprovechar el momento de vulnerabilidad, ignorando el hecho de que va a llover y me le tiro encima. Lamentablemente él me abraza y caigo con él. Las risas no faltan. Lo miro aún en sus brazos. Sus labios, quiero besarlo. Cuando estoy a punto de hacerlo se escucha un trueno, entonces nos sentamos y empieza a llover suave.
―Creo que deberíamos irnos ―Le digo. Los dos miramos el cielo.
―De todas formas, ya estamos mojados ―Me tira y me mira, yo a él también.
―Estás loco ―Le digo y sonrío.
Rayos y truenos se escuchan y se ven. Se acerca a mí, me toma de la mejilla con su mano derecha y me besa. A pesar del frio que estoy sintiendo, sus labios me resultan cálidos. Una electricidad recorre por mi piel. Parece que el tiempo se detiene mientras nuestras bocas siguen juntas. Entonces cae la lluvia en su máxima potencia y un rayo que se sintió muy cerca nos hace separarnos.
―Mejor vayámonos ―Me dice, le sonrío y nos levantamos al mismo tiempo.
Salimos corriendo hasta llegar al estacionamiento, riendo y jugando con que él me levanta y me baja para ganar ventaja sobre mí, pero no lo logra, llego yo primero. Tratamos de tranquilizar nuestra respiración antes de subirnos al carro, aunque es un poco difícil por la lluvia. Abre el carro y sin pensarlo dos veces nos metemos. Enciende el carro y con él, la calefacción. Estamos empapados y después de esto, le tocará una buena lavada al Mustang.
―¿De quién era este carro? ―Le pregunto.
―De mi abuelo Emanuel, me lo regaló cuando cumplí 18 años.
―Es muy bonito, me gusta.
―Me trae buenos recuerdos ―Dice y me sonríe.
―¿Cómo cuáles? ―Me mira como diciéndome ¿Es enserio?
―Hice el amor con una señorita llamada Kariam ―Ya se me refresco la cabeza―, en el...
―Ya, ya me recordé ―Le digo poniendo las manos enfrente de los dos mientras ambos nos reímos. Luego las bajo y miro hacia enfrente.
Parece que el mar inicia una pelea con la lluvia.
―Podemos intentarlo adentro también ―Clavo mis ojos en él―, ya sabes, hace frío ―Su sonrisa es malévola― Y no me vendría mal un poco de movimiento ahora ―Debo admitir que también quiero.
―No puedes estar hablando enserio Mael ―Me hago la de rogar.
―Bueno, entonces tendré que aguantarme por hoy ―Su tono de voz es más grueso.
Se hace un silencio de paz entre nosotros, por fin tranquilidad en mi vida.
―¿Qué pasó aquella vez que te encontré con el labio roto en el edificio de la empresa? ―Le tiro, mientras recuerdo lo guapo que se ve con traje.
―No había descansado bien y estaba estresado por unos contratos, entonces empecé a morderme el labio sin darme cuenta y hasta que tú me lo dijiste, el labio se desangró.
―Tus contratos se dieron ―Lo miro y él a mí. Me afirma moviendo el rostro arriba y abajo.
―Kariam, te quiero ―Dice y pone una mano sobre mi pierna desnuda― No soy más que un pobre hombre que ha encontrado la felicidad y la paz con una persona en el mundo, de millones que existen. Soy solamente tuyo y aunque probablemente me odies ―Empieza a mover la mano y a subirla―, déjame demostrarte que lo estoy intentando, una vez más.
Mi respiración se acelera. Oh mi Mael, creo que ni siquiera es odio hacia ti, si no al hecho de haberte perdido. Eres el hombre más romántico y que entrega todo de sí cuando de verdad quiere a alguien. Solo levanto las comisuras de los labios mientras la piel se me eriza.
Sin pensarlo más me levanto y me subo encima de él, hasta sentarme sobre sus piernas. No puede evitar mostrar los dientes. No lo dejo seguir con su victoria y me tiro a besarlo, es uno muy profundo, es uno en donde le quiero explicar que no sabía que lo necesitaba, que, aunque me cueste admitirlo, él me da más razones para seguir adelante. Meto mis manos en su cabello y ahora pasa a ser un beso de deseo. Pone su mano izquierda en mi pierna y la va subiendo hasta llegar a mi parte intima. En donde mete su mano sin previo aviso y llega a mi sexo. Me sobresalto al sentir su piel. Trato de separarme de su boca, pero no me deja, pone la mano atrás de mi cabeza y me obliga a estar juntos. Esto es una tortura, quiero gemir, hablar, gritar.
Empieza a marcar círculos en mi clítoris y luego de masajear un momento mete un dedo. Es ahí en donde me suelta y yo me hago para atrás. Me agarro de sus hombros y me muerdo el labio de abajo mientras cierro los ojos. Saca y mete su dedo en mí. Me estoy volviendo loca, necesito sentirlo a él dentro de mí.
―Mael ―Le logro decir con todo el placer que cargo― Déjame sentirte.
―¿Qué tanto me extrañaste Kariam? ―Pregunta― Respóndeme o no me detendré.
―Demasiado.
―Di que me quieres Kariam ―Mi nombre lo menciona más fuerte y sube la velocidad de sus dedos.
―¡Ah! ―Digo y abro los ojos para verlo.
―Dilo ―Sus ojos me tienen hipnotizada y todo lo que me puede hacer sentir.
―Te quiero Mael ―Le suelto.
Entonces se detiene y caigo sobre él. Pero no pierde tiempo, vuelve a meter las manos para arrancar de un tiro mi ropa interior. No sabe cuánto lo he extrañado. Creo que es obvio para todos, el hecho de que no he estado con nadie después de él. Se empieza a desabotonar el short y medio se levanta con todo y mi peso y se baja un poco la ropa, dejando al descubierto su miembro. Entonces me mira una vez más con sus ojos oscuros, los dos hemos perdido la cordura en estos momentos, me sonrojo, sonríe y me toma de la cintura para levantarme y dejarlo que entre muy despacio. Esto es placer.
―Ah ―Vuelvo a gemir.
No sabe cuánto lo extrañe. Seguimos así unas veces más hasta que me deja hacerlo sola y subo la velocidad, tomándome de sus hombros. Arriba y abajo hasta que los dos llegamos al clímax. Esto es tan delicioso. Además de tenerlo cerca, esto ha sido lo mejor que me ha pasado. Me siento de lado y me recuesto en su pecho. Los dos con la respiración acelerada. Él me abraza muy fuerte hasta que nos calmamos y la lluvia empieza a bajar su intensidad.
―¿Tú me extrañaste? ―Le pregunto. No me responde, entonces muevo la cabeza y lo miro.
Se ha quedado dormido. No sé cómo es que lo puede hacer si está incómodo. Es mejor quedarme aquí, entre sus brazos hasta que despierte. Tomo una de sus manos y la junto con la mía. Lleva las uñas largas. Después de unos minutos observandolo me duermo también.
Soy débil cuando estamos juntos. Con él puedo ser todo lo que no puedo con los demás. Lo he necesitado, no pienso perderlo.
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Se va a poner bueno, spoiler: el siguiente capítulo se llama Secuestro, estoy emocionada.
¿Qué creen que suceda?
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