II. Amor maternal

Después de haber dejado a Mel con su doctor, el cual no ví porque una enfermera la pasó, me senté en una silla enfrente del consultorio. De la nada una sensación me llega, nuevamente, son cólicos que me recorren desde las piernas hasta el abdomen. Muy fuertes, así que cierro los ojos y recuesto la cabeza en la pared que está detrás de mí. Respiro profundo, contando hasta diez, luego de unos minutos se me calma. No sé si esto es normal en el embarazo, pero es obvio que necesito recurrir con el doctor o doctora para que puedan examinarme.

Ya es la segunda vez, debería de ponerme en alerta.

Luego de unos quince minutos, siento un viento, alguien se sienta a mi lado. No le presto mucha atención por estar pensando en que haré ¿A quién puedo recurrir para encontrar un trabajo rápido y una casa o un apartamento? Un bebé no se puede tomar con irresponsabilidad. Haya pasado lo que haya pasado, ellos solo merecen amor y una buena crianza. Pongo mi mano en mi vientre y suspiro.

―¿En qué piensas? ―¿Qué? Abro los ojos y miro rápidamente a mi lado izquierdo.

―¿Qué haces aquí? ―Le pregunto sorprendida a Mael quien me estaba observando.

―Digamos que tu amiga me dijo que te desmayaste esta mañana.

―Que metida ―Digo entre dientes mientras miro el suelo y arrugo la frente― Digamos ―Lo vuelvo a enfrentar―, que tu compañía no me gusta, así que te pido que te retires.

―Digamos que no me iré de tu lado hasta que hablemos ―Está loco.

Lo observo de pie a cabeza, va con un jeans azul recto y una camiseta blanca que se ciñe a los músculos de sus brazos. Que daría yo para poder estar entre esos brazos.

No hables tonterías Kariam.

―¿De qué quieres hablar? Mejor ve a cuidar a tu mujer ―Le tiro.

―No empieces por favor.

―¿Qué no quieres que empiece? ―Mi enojo es evidente, hablo en mi tono normal de voz, pero con mucha seguridad― Yo que tú me sentiría mal por lo que he hecho ―Nuestras miradas son fuertes. Sin darnos cuenta estamos muy cerca.

―¿Por qué? No está mal que ella esté esperando un bebé mío, te recuerdo que fue una noche. Nadie se imaginó que quedaría embarazada ―Empieza a hablar de una manera altanera y se acerca más a mí. Nuestros labios están casi rozando.

Me dan ganas de tirar una carcajada frente a él, pero me contengo para mantener mi actitud a raya.

―Con hablarme de esa manera no solucionas nada, querido ―Lo último es evidente que lo mencione con enfado.

Si su plan es que lo perdone, pues lo único que está logrando es alejarme.

Puedo sentir su respiración sobre mí. Me mira un poco más y acerca su rostro, pero yo retrocedo. No voy a dejar que haga conmigo lo que se le dé la gana.

―No quiero hablar contigo Mael, por favor vete ―Observo la puerta que tengo enfrente mientras una enfermera pasa por el pasillo.

―Lo sé ¿O crees que vine aquí para ver unicornios? Sé cómo eres cuando te enojas, sé que no será fácil ganarme tu confianza otra vez pe...

―¿Confianza? ―Levanto la ceja curiosa por lo que ha dicho― ¿Quién te ha dicho que puedes volver a entrar en mi vida Mael? ―Pronuncio mirándolo a los ojos.

―Kariam... ―Inicia, pero decido detenerlo.

―¿Qué? Me vas a llenar una casa entera de rosas o me vas a mandar cartas ―Su mirada se vuelve distante, como que le lastimó lo que dije― No me interesa eso Mael Stoll, el millonario que tiene muchas empresas ¿De qué te sirve eso? Si el dinero no puede solucionar el dolor.

Bajó la cabeza, se miró las manos y se quedó en silencio por una eternidad.

Quiero que hable, que no se calle, que se enoje, que la sangre le arda igual que a mí.

―Lo sé Kariam ―Soltó por fin.

Entonces escuchamos que la puerta del consultorio se abrió, veo a mi amiga salir con unos papeles en la mano. Ella se clava en nosotros y sonríe. No disimula ni un poco lo que ha hecho.

―¿Todo bien?

―Si, todo bien, solo tengo que comprar unos medicamentos ―Me levanto cuando dice eso y siento como me da otro dolor en el abdomen.

Ese puto calambre en mi espalda, en mi vientre.

―Kariam ―Grita Mel y me agarra de los brazos para guiarme en el momento en el que me voy para atrás, quedando sentada nuevamente― ¿Qué tienes? Esto no es normal, estamos en el hospital.

―Que pase consulta ―Menciona el hombre ese.

―¡No! ―Les grito. Tomo aire y lo suelto― Solo ve por la medicina y vámonos para que yo pueda tomar la mía.

―Bien ―Dice Mel y mirándome se da la vuelta y desaparece por el pasillo.

―¿Qué tienes? ―Me pregunta, no lo miro.

No me atrevo a hacerlo. Porque me duele.

―Nada que a ti te importe ―Si supieras.

―Kariam.

―Calla, no quiero escucharte ―Cierro los ojos y pongo mi mano en mi vientre, el dolor ha vuelto a desaparecer.

―Kariam por favor escúchame.

―No quiero.

―Me voy a casar el próximo mes ―Lanza, abro los ojos y lo miro ¿Qué está hablando?― No lo quiero hacer, por favor ayúdame ―No soy tu títere.

―No, cada quien sufre sus consecuencias ―Entonces me levanto, no quiero seguir escuchándolo.

Camino hacia el final del pasillo, sé que él me sigue porque sus pasos suenan detrás de mí. A pesar de ser de día, el lugar está solo. Giro a mi lado derecho y veo arriba en el techo un letrero que cuelga de cadenas que dice "Baños", con un dibujo de una chica y un chico. Entro al de mujer al lado izquierdo. Noto que Mael está dispuesto a seguirme, me giro en la puerta y lo miro.

―Dame privacidad por un momento ―Su mirada es muy fuerte―, si quieres después seguimos hablando, pero ahora quiero hacer mis necesidades sola ―Entonces retrocede un paso, mientras que me meto en aquel lugar.

Veo cuatro puertas que supongo son inodoros y enfrente un espejo horizontal, más abajo el lavamanos. Pongo mis manos encima de la cerámica muy mal combinada de color celeste y la del suelo blanca. Me miro por el espejo. De la nada una lágrima sale. Sé que estoy sola en este baño porque todas las puertas están abiertas.

Estoy sola.

Siempre estaré sola.

Me duele todo lo que está pasando, aunque me haga la fuerte. Solo quiero encerrarme en una burbuja por unos días a llorar. Se va a casar y no es conmigo, no puedo hacer nada.

Solo bájate de esa nube Kariam, de una sola vez hazlo y olvídalo.

No es fácil, para nada, pero tengo que hacerlo. Estoy condenada a vivir sola por el resto de mi vida, cuidando a un hijo por mis propios méritos, ignorando los comentarios malos y llenándome de los buenos. Viendo como mis amigas son felices, mientras que  yo estaré cargando con la desgracia de estar sola, es un futuro deprimente, pero sabiendo que mi pulguita está bien, eso será mi único consuelo.

El sentimiento de amor hacia Mael me envuelve. Es obvio que en dos días no puedo olvidarlo. Me encantaba su forma de demostrar el amor que sentía hacia mi. El día que escribió aquel poema y pienso en todas las cosas que pudo hacer por mi. Y que ya no hará.

Mis pensamientos se detienen cuando el maldito dolor vuelve y más fuerte hasta hacerme arrodillar en el suelo. Pongo mis manos en mi abdomen. Me retuerzo del dolor mientras lágrimas involuntarias salen de mis ojos.

¿Qué está pasando? Necesito ayuda, esto no es normal.

Luego de unos minutos me logro levantar otra vez y me meto en unos de los baños con la poca fuerza que me va quedando. Me siento en el retrete sin quitarme el pantalón y es ahí en donde escucho la voz de Mel, que pronuncia mi nombre.

―Aquí estoy ―Le tiro, desde aquel pequeño espacio.

―¿Estás bien? Estoy preocupada.

―Si, lo estoy. Solo haré pipí y saldré.

―Te esperaré aquí por cualquier cosa.

Entonces me levanto, desabotono el pantalón y empiezo a bajarlo, hasta ver mi ropa interior manchada de rojo ¿Esto es normal? No lo creo. Entonces mis mayores miedos se empiezan a hacer realidad.

No puede ser que a mí me esté tocando vivir esto.

―Me... Mel ―Digo en voz baja. Empiezo a temblar― M-Mel.

―¿Qué pasa? ¿Estás bien? ―Su tono es preocupado.

―Mel ―Mis ojos se empiezan a llenar de lágrimas― Mel ―No puedo decir otra cosa. Pongo mi mano en el pasador de la puerta y la abro.

Ella sin dudarlo entra.

―¿Qué pasa? ―Entonces ve mi ropa interior― Eso es normal, iré por una toa...

―¡Estoy embarazada! ―Se queda quieta al entender mis palabras. Las lágrimas caen por mis mejillas.

―Pe... pe... pero... ―Mira mi rostro y luego la ropa.

Lo entiende todo al instante.

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Todo se acabó ¿Qué piensas al respecto? 😳

Insta: vkristal.22

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