•5•

El juego era simple.

Empezaba eligiendo a los Imantes, quienes eran los guardianes de el pueblo de "Wrengel" los más fuertes de la zona. Jack y Cole eran los que habían logrado serlo. Los Imantes  tenían mejores habilidades que los demás, mayor fuerza, más resistencia, y los únicos que se les permitía portar armas.

El nivel acababa cuando lograban vencer a Miss Jane, la reina malvada que quería acabar con el pueblo, acabarla antes que le hiciera un mal mayor al lugar.

Eso hicieron, los Imantes, con ayuda de los otros cuatro —o mejor dicho tres, ya que Danica no estaba haciendo mucho—, lograron vencer a la villana y acabar con el nivel.

—Genial —se dijo Jenna mientras una sonrisa se formaba en su rostro—. Hermanito —llamo a Gregg, quien seguía aún en la habitación de su hermana y estaba mirando la televisión.

—¿Si? —preguntó él, sin observarla.

—¿Podrías, por favor, tener la computadora contigo mientras voy al baño? —preguntó mientras se acercaba a él—, tengo muchas ganas.

—¿Por qué no la dejas en la mesa y ya? —preguntó sin mucha importancia.

—Es que el juego puede comenzar una nueva partida cuando no esté. No quiero morir tan pronto, necesitaré tu ayuda —dijo con una pequeña y tierna sonrisa.

—Sabes que no sé jugar eso, no soy nerd como tú —la observó por primera vez en la pequeña conversación.

—Lo sé, solo mueve cualquier tecla que desees.

Gregg pareció pensarlo, Jenna también se lo pidió con la mirada, en verdad quería ir y necesitaba a su hermano como ayuda. El chico termino asintiendo, resignado.

—No te tardes —pidió mientras tomaba la computadora con una mueca.

—Lo prometo —sonrió con suficiencia—, gracias, te lo debo.

Y así, salió corriendo de la habitación dejando a Gregg viendo la pantalla sin saber qué hacer.

🎮

10:22 pm. Portland.
10:22 pm. San Francisco.
3:22 pm. Townsville

Jake cerró los ojos y suspiró, ya era hora.

—Aquí vamos.

Rápidamente empezó la otra partida para completar su plan.

El juego había iniciado, no se esperó más y tecleo f4 y f8, las teclas necesarias para que su computador entendiera a dónde quería ir, lo que quería hacer.

—Vamos, funciona.

Su corazón latía rápidamente, estaba desesperado, quería tanto que eso funcionara. Si lo hacía todo su esfuerzo habría valido la pena, todas esas noches sin dormir, todos esos días buscando códigos y todo lo necesario para crearlo, estaba a punto de mostrar los resultados de su trabajo.

Nunca tuvo pensado dar marcha atrás.

Y allí lo sintió.

Cerró los ojos.

Podía sentir como, de alguna forma, su cuerpo cambiaba de lugar.

No le quedó más que sonreír.

—Todo saldrá bien.

Pero el resto de los chicos no la estaba pasando tan bien.

Sharon llevó su vista a Cole, ambos presentaban el mismo sentimiento. Miedo. Su cuerpo de la nada había empezado a desvanecerse, no entendían el porqué. Con ello, la desesperación también estaba apareciendo.

—¿Qué está pasando? —chilló la rubia entre sollozos.

—Tranquila, amor —trató Cole de calmarla mientras ponía sus manos (que aún podía sentir) en su caraz, pero la chica estaba hiperventilando.

Por otro lado se encontraban las hermanas Hawk, quienes al darse cuenta de lo que ocurría se levantaron de las sillas y miraron a todas partes, las dos estaban igual, no entendían nada de lo que ocurría y el miedo estaba apareciendo.

Y Gregg... El chico que lo único que hacía era sostener la computadora de su hermana, vio de repente como todo su cuerpo se desvanecía. ¿Por qué demonios le ocurría eso? Su respiración se agitó al no poder ver sus pies, pensó lo peor, iba a morir. Era eso.

—¡Jenna! —gritó, pero ni el mismo logró escucharse.

De repente todos aparecieron en un gran bosque, o por lo menos eso parecía. Aunque ninguno podía ver al nadie, solo veían los alrededores llenos de árboles sin saber de la presencia del otro. De un segundo a otro el suelo se deshizo haciendo que los chicos cayeran en huecos separados.

Jack sabía lo que ocurría.

Era hora de elegir a los dos Imantes.

El plan de Jack siempre fue el mismo. Entrar al juego y convertirse en un Imante para proteger al resto de sus compañeros y ser el salvador del pueblo.

Tenía que encontrar la forma más rápida de salir antes que se le adelantaran. Pero había una diferencia, él sabía qué hacer, lo había planeado desde que comenzó a crearlo. En cambio el resto de chicos estaban perdidos, ni siquiera entendían cómo es que ahora había tan solo tierra a su alrededor ni qué habían hecho para llegar hasta donde estaban. ¡Ni siquiera sabían dónde rayos estaban!

Rápidamente Jake se giró hacia donde las grandes y fuertes raíces de la tierra aguardaban. Empezó a escalarlas, todo iba muy bien, de hecho, estaba a punto de llegar a la cima cuando dio un paso en falso y cayó desprevenido al suelo. Su cabeza recibió el mayor impacto por lo que le tomo un tiempo recuperarse.

Por otro lado se encontraba Danica, quien al ir asimilando lo que ocurría se dio cuenta que su salida sería fácil, ya que había practicado con su padre a escalar muros. Así que fue a ello, tomó las raíces y se agarró con la mayor fuerza, tenía que encontrar a su hermana y entender lo que ocurría. Ahí adentro, con solo tierra a su alrededor, sabía que no lo iba a lograr.

Luego de unos tortuosos segundos de escalar, logró llegar a la cima, algo que la dejó mucho más confundida que antes, no tenía ni idea de dónde se encontraba. Podía ver nada más que suelo. Sin árboles como antes ni algún cielo. Arriba solo había blanco, y el suelo que parecía ser infinito. Era aterrador.

—¡Eliza! —gritó pero no obtuvo respuesta.

Estaba perdida, no sabía qué demonios ocurría y no creía poder entenderlo rápidamente.

De pronto empezó a rodearla un tipo de neblina dorada que se le pegaba a la piel, trató de quitárselo pero le era inútil, estaba muy adherida a su pálida piel.

—¡¿Qué demonios?!

Y de pronto desapareció del lugar.

Gregg.

Él estaba en el suelo aún tratando de adaptarse a lo que ocurría a su alrededor pero solo veía oscuridad, estaba muy profundo en lo que sea que fuera que estuviera.

Se levantó y empezó a buscar alguna salida, tomándolo como imposible.

Sabía que las raíces que estaban allí no aguantarían su peso —justo como ocurrió con Jake—, por lo que trató de hacer que la tierra cayera para crear un tipo de escalera. La abundante tierra de alguna manera le daba la opción de enterrar sus pies en ella sin necesidad de hacer mucho esfuerzo, se volvía fuerte para escalarla, y así el castaño también pudo llegar a la cima.

Al llegar, la neblina recurrió a el haciéndole entrar en pánico, toda esta situación solo le daba confusión y miedo.

La neblina se lo llevó a él también.

Jack aún no se había recuperado del todo pero aun así también trató de escalar, algo que no hizo falta porque, de un segundo a otro, apareció en la superficie junto con los otros chicos.

Cole, Eliza y Sharon.

La confusión y el miedo en su rostro eran más que visibles.

Y allí el rubio se dio cuenta.

Le habían arrebatado el puesto de Imante.

Era muy tarde.

Estaba furioso, este no era para nada su plan.

Lo que planeó todo este tiempo había sido para nada.

Todo esto fue en vano.

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