• 01 •
—¡Tadaaam! —terminó quitando las manos de aquellos ojos azul intenso para que pudiera observar lo que le tenía.
El cielo despejado con el sol a punto de esconderse fue lo primero que observó para después bajar un poco la mirada y encontrarse con una larga y ancha tela en el suelo junto con varios platos de comida.
La chica detalló todo el lugar con los ojos bien abiertos, atenta a cada pequeña cosa. Su sorpresa fue tan grande que, sin darse cuenta, abrió un poco la boca del impacto.
—¿Entonces...? —preguntó él, la verdad era que estaba nervioso por su reacción.
No estaba acostumbrado a hacer eso por lo que no sabía si había sido buena idea. Y, en vista de que ella aún no decía nada, estaba empezando a arrepentirse.
—Jake, esto es hermoso. —admitió luego de segundos, por fin.
Volteó para observar al chico de cabellera rubia y ojos tan azules como los de ella, y le ofreció una hermosa sonrisa de oreja a oreja. Y cortando la distancia que los separaba le dio un fuerte abrazo que él correspondió divertido.
Entonces... de un segundo a otro, ella unió sus labios con los de él.
Fue tan repentino que a Jake no le dio tiempo de reaccionar. Ella se separó de prisa.
—Lo siento, yo... —rio nerviosa y negó con los ojos cerrados para separase de él—. No lo pensé, yo solo...
Pero no pudo seguir hablando porque Jake la tomó del brazo y la jaló hacia él, cortando la distancia para, de nuevo, unir sus labios en un profundo —y correspondido por los dos—, beso.
Era su primer beso juntos.
Ya llevaban unas cuantas semanas saliendo, pero ninguno de los dos se había atrevido a dar aquel paso. Por lo que ese momento era especial.
Después de eso, con una sonrisa de suficiencia por parte de los dos. Se sentaron juntos para tomar el picnic.
El viento soplaba de a poco, cosa por la cual, la comida no se había volado aún.
Ella, con una enorme sonrisa, tomó un sándwich y empezó a comerlo, sin despegar su vista de él.
Jake lo notó y sonrió.
—¿Te gusta lo que ves? —preguntó tomando tambien un sándwich.
Ella rio y asintió.
—Sí, ¿sabes? el cielo está muy bonito. —fingió seguir observando al sol esconderse.
—Claro, el cielo. —por más que trató de ocultarlo, las comisuras de sus labios se elevaron, dejándole ver una enorme sonrisa a él también.
—¿Qué harás para acción de gracias? —preguntó ella de pronto, cambiando por completo de tema.
—¿Cuándo es?
—Mañana. —respondió obvia.
—Oh claro, sí. Lo había olvidado. —mintió—. No lo sé, supongo que pasarlo con mi familia, como todos los añ...
—Podrías ir a mi casa. —le interrumpió—. Así harías algo diferente.
Jake abrió la boca para responder, pero no supo qué y ella lo notó.
—Claro, no quieres...
—¡No! Jessi, no es eso, es solo...
—Que no quieres estar conmigo. —de pronto, la enorme sonrisa plasmada en su cara se borró—. Tranquilo, está bien.
—No, solo estoy tratando de decirte que mi madre es muy delicada con estos días, siempre quiere pasarlos en familia y no puedo fallarle.
En parte era cierto, su madre siempre esperaba los días en los que ella decía que era "obligatorio" pasarlo en familia. Pero esa no era la razón principal.
Ella lo observó con detenimiento, el escaso viento le hacía despeinar un poco su cabellera roja, pero no se inmutó ante eso, en cambio...
—Pues... yo puedo ir a cenar con tu familia. —se hundió de hombros.
—¿Y tu familia? —preguntó al instante—. Es decir. ¿No les harás falta?
—Nah, ellos nunca se han tomado muy en serio ese día, solo lo aprovechan para comer demás. Ni siquiera notarán mi ausencia.
No quería decirle que no, pero tampoco quería aceptar porque tenía otros planes para mañana en los que ella no podía estar involucrada, no debía.
Jake estuvo dos segundos haciendo máquinas los engranajes de su cerebro, buscando algo qué decir para poder salvarlo de la situación.
Pero no lo encontró.
—Yo... eh... está bien. —aceptó, ocultando muy bien su resignación.
Ella dio un pequeño chillido y se abalanzó hasta él, dándole pequeños besos alrededor de la cara.
—Mañana será inolvidable, ya lo verás.
Oh, y sí que lo sería, de eso él estaba seguro.
—Sigamos comiendo. —pidió mientras separaba con lentitud a Jessi de él—. Antes de que se vuele todo.
Y así, con una pequeña sonrisa, ella asintió y empezaron su cena mientras reían con pequeñas anécdotas por parte de los dos.
Por más nervioso que Jake se encontrara por lo que pensaba hacer al día siguiente, trató de mostrarse lo más tranquilo posible ante la encantadora chica frente a sus ojos.
No sabía cómo. Pero debía hacer que ella no se presentara a esa cena mañana.
…
—¿Dónde estabas?
—Con Jessi. —admitió al instante.
Lucas, su hermano, frunció el gesto, pero no desvió sus ojos del plato. Con el tenedor tomó un bocado de la ensalada y lo llevó a su boca. Jake lo observó todo el rato, aunque en realidad estaba pensando en otra cosa.
—¿Te pasa algo? —la voz de Lucas lo sacó de sus pensamientos.
Jake subió sus ojos con mucha lentitud hasta el rostro de su hermano, él había parado de comer y ahora se observaban sin despegar la mirada del otro.
—No te había visto tan raro desde… desde hace un año.
Sí, hace un año, cuando creó a Wrengel y todo se puso patas arriba.
Si tan solo le dijera que estaba igual por la misma razón.
Pero, en cambio, trató de restarle importancia con un gesto y devolver su vista a su plato de comida.
—No es nada —trató de ocultar su expresión, pero no supo si lo había logrado porque Lucas lo seguía observando desconcertado—. ¿Papá y mamá saben que no iré mañana a casa? —trató de cambiar de tema.
Y al parecer funcionó porque Lucas suspiró.
—No. Y no pienso decírselos yo. —se sinceró, devolviendo su vista a la ensalada a medio comer—. Sabes cómo se pone mamá con estos días.
—Lo sé.
Ambos estaban en la residencia de Lucas. Jake la había prometido ir a cenar juntos, como los hermanos que eran.
—Aún no me has dicho por qué no irás.
—Yo… —trató de buscar alguna excusa con rapidez. Jamás pensó qué decirles por su ausencia—. Viajaré.
A veces las mentiras más creíbles contenían un poco de verdad. Lo había escuchado y rezaba porque fuera cierto.
—¿Viajaras? —pareció de verdad sorprendido por sus palabras—. ¿A dónde? ¿Con Jessi?
—Sí, con Jessi. —asintió enseguida—. Dijo que quería visitar a parte de su familia por acción de gracias y que quería que yo fuera con ella.
Sus mentiras habían mejorado con el tiempo. Aunque tampoco tanto.
—¿Y nos dejarás por irte con tu novia?
—Lucas, necesito que me entiendas. Vamos.
No tenía tiempo para convencer a su hermano, si aceptaba o no era lo menos que le preocupaba. Nada le haría cambiar de opinión.
—¿Tú no harías lo mismo por Gabeen? —pero aún así necesitaba que él estuviera de acuerdo, por lo menos una culpa menos.
—Lo haría. —aceptó él en un susurro.
—Exacto.
El silencio volvió. Ahora era un poco tenso porque ninguno de los hermanos quería eso.
—Sabes… —habló Jake, sin poder aguantar el silencio—. Creo que dejaré de visitar a Austin.
Para sorpresa del chico, Lucas no se sorprendió.
—Sí. Has mejorado bastante. Ya creo que no necesitas tanto de él.
Jake empezó a ir al psicólogo semanas después de los sucesos de Wrengel. Le ayudó mucho, en todo.
Ya la muerte de su hermana no le afectaba tanto como antes, era más sociable y conversador. No se molestaba con facilidad y era muy tranquilo. Ya no tenía ideas tan locas.
Y aun así pensaba hacer eso al día siguiente.
Pero era inevitable.
Después de despedirse de su hermano, Jake volvió a su hogar. La residencia que había alquilado hace no más de tres meses. Vivía tranquilo, tenía un trabajo estable que le servía muy bien para pagar el alquiler y comprar comida. Además, se sentía cómodo.
Él se deshizo de su chaqueta y caminó cansado hasta el pequeño estudio al final de su hogar. Ese que parecía tanto a su habitación en casa de sus padres que hasta mantenía siempre la luz apagada para recordar ese tiempo.
Dejó caer su cuerpo en la silla frente a la mesita de escritorio y encendió la linterna. Acarició su frente mientras tomaba la caja a sus pies y la ponía sobre la mesa. Quitó la tapa y observó dentro.
La computadora yacía guardada en ella, estaba por hacer lo mismo que todas las noches, investigar en ella para seguir buscando algo que le dijera que podía lograr devolver las vidas que quedaron dentros.
Esas que le acechaban cada noche.
Eliza y Cole se la pasaban con frecuencia en sus sueños, no parecía haber momento en el día en que ellos no estuvieran en su mente. Era horrible.
Él los había matado, era un asesino y nadie lo sabía.
Eso lo carcomía cada noche y no había psicólogo que lograra tranquilizarle.
Claro, si ni siquiera le contaba nada al respecto. A nadie, en realidad. Nadie más que aquellos tres chicos y él sabían lo que había pasado hace casi un año.
Jake notó algo cuando encendió la computadora. Parecía como si la máquina estuviera mostrando un error… o tal vez un mensaje. El chico abrió los ojos en cuanto las palabras aparecieron en pantalla.
No lo podía creer.
“Jake, querido, Jake. Cuánto tiempo.
Quería pasar a saludar, sobre todo a preguntar por qué no han aparecido más por aquí. Los estoy esperando con los brazos abiertos, ¿saben? Son más que bienvenidos a mi reino.
Sé lo que estás planeando, solo quería decirte que… tienes que intentarlo. Tanto tú como yo sabemos que es lo mejor para todo.
Vamos, Jake. ¿Qué estás esperando?
Ven a mí, a tu lugar.
A tu paraíso.
Tómatelo como una carta de invitación.
Con cariño de un viejo amigo;
Sarco.”
_______
Interesante final 👀
¿Jake con novia? Ni yo lo imaginé, hasta dónde hemos llegado.
Hahahah. Sinceramente, había olvidado actualizar hasta que vi que Wrengel llegó a las 3K lecturas (por cierto, gracias por eso :D)
Nos leemos :)
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top