Nagisa se abalanzó sobre Karma pero él ante su miedo y nervios por lo que estaba pasando, raptó el cuchillo de la mano de Nagisa y lo clavó en el estómago de este por reflejo de defensa.

El más bajo soltó un pequeño quejido para observar al pelirrojo con una sonrisa y varias lágrimas desprendiéndose de sus zafiros ojos.

Karma se sentó sobre el suelo con el cuerpo de su amado sobre sus brazos, quien perdía la vida durante cada segundo que pasaba.

-Nagisa, lamento no haberte amado, lamento no haber podido ayudarte -sollozó.

El mayor acarició la mejilla de Karma con su mano -manchada con un poco de sangre- y rió amargamente.

-No te preocupes. Siempre estuviste para mí y me amaste aunque fuera en secreto. Has hecho mucho por mí y por favor, sé muy feliz por mí, Karma...

Cerró sus ojos lentamente mientras los gritos de Karma y sollozos se iban distorsionando ya que perdía de a poco su mente y consciencia, pero antes de hacerlo balbuceó la razón de por qué asesinó a alguna parte de la clase. Por suerte Karma pudo escucharlo.

Luego de una hora de llanto por parte de Karma con Nagisa ahora muerto entre sus brazos,
Koro-sensei llegó al lugar algo aterrado y lamentado por lo ocurrido.

-No..., llegué tarde -dijo el pulpo arrepentido y triste.

Para los que no entendieron muy bien el capítulo anterior, Nagisa se refería a Él como quien lo posee. ¿Esa voz en la cabeza de Nagisa que le dice cosas malas, la recuerdan? Bueno, a ella se refería.