Chapter 4
La puerta de entrada al infierno en la tierra: La adolescencia.
Ese día finalizó con una gran disputa en la sala de espera. Juan defendiéndose como podía de las acusaciones de Iván, era tal el calibre de la situación que tuvo que intervenir seguridad y separarlos antes que empiecen a los golpes.
Iván: ¡Eres un maldito, no puedo creer que realmente lo hayas hecho!
Juan: ¡Y yo te repito que sigo sin entender de lo que me hablas loco de mierda!
Iván: Dale, ¡¿te crees que no sé que tú fuiste quién casi desenchufa las máquinas de la habitación de tu ahijado?!
Juan: ¡Y yo te repito que ese día no pude ni salir de mi oficina del laburo que tenía, a diferencia de tí!
Iván: ¡¿Qué dijiste?! ¡Ahora si sacaste boleta hijo de un camión de putas, vení para acá!
Los guardias tuvieron que llevarlos a sectores separados del hospital para poner trapos fríos a la situación, Juan terminó por irse muy ofendido del lugar y amenazando con hacer una demanda por las "acusaciones sin sentido" de parte del médico. Realmente por dentro el tipo del apuro que tenía por irse no pudo inventar algo mejor, en vista que lo tenían entre la espada y la pared no le quedó de otra que irse como pudo junto a sus hijas.
Tuvo que batallar para separarlas del lado de su sobrino, en cuanto cruzaron miradas lo miró con un odio bastante profundo.
El castaño no entendía nada a la vez que sujetaba con fuerza a su hermano y a su otra prima por temor a que también se los arrebataran. Los demás observaron mal a Juan por aquel acto, pero el rubio no cruzó palabra con nadie, estaba más empeñado en irse lo antes posible del lugar.
Al final Santiago salió del hospital a la semana de despertar, su salud empezó a mejorar bastante bien. Un poco de papeleo y unos estudios preventivos más tarde y el chico salió caminando del hospital. Pero no salió siendo la misma persona, esa experiencia lo dejó marcado psicológicamente. Pero a su vez hizo otro efecto no esperado en él, su CI, de alguna manera, había aumentado exponencialmente para alguien de su edad, prácticamente era un superdotado.
Pudo regresar a la escuela prácticamente al mes y medio de producido aquel incidente, y no le costó prácticamente nada reincorporarse al grupo. Pero algo pasó durante su ausencia, y fue que la escuela había tomado 6 alumnos repitentes de dos años mayores que el resto del curso. Este grupito se dedicaba a molestar a básicamente el que se les antojara. Y al ver regresar a Santiago pensaron inmediatamente en que tenían carne fresca.
No pasó ni el primer día que empezaron a ponerle sobrenombres como "el Niño Arcoíris" "Adefecio" "Mutante" "SanTonto" "Nerd" "Traga Libros", y un largo etcétera.
El castaño fue criado recibiendo apodos como esos en su barrio, pero todo dentro de un ambiente de bromas. No le molestaba mucho que digamos, pero cuando las burlas empezaron a ser más intensas ahí fue cuando las cosas cambiaron.
Su ánimo empezó a decaer al ver que los amigos que tenía se empezaban a alejar de su lado, nadie le hablaba, prácticamente en unas semanas pasó a ser un total marginado.
A eso se empezó a sumar el abuso físico, desde hacerlo tropesar a propósito hasta una paliza grupal. No es que la escuela de un día para el otro se les unió en la causa, pero algunos festejaban eso y hasta le hechaban mas carbón al fuego.
Fuera del colegio, las cosas no le estaban yendo del todo bien: sus padres atravesaban por una muy difícil situación económica y los ánimos en su casa no eran los mejores. No es que había abuso verbal o físico, pero el de por sí tener un ambiente deprimente es más que suficiente para dejar a una persona afectada emocionalmente.
Su único soporte en ese momento era su hermanito de 7 años Zack, la única sonrisa radiante en toda la casa que levantaba enormemente los ánimos de su hermano mayor y los padres en general. Era como una luz en su oscuro túnel.
La relación que mantenían los dos hermanos era de lo más normal, el mayor le enseñaba al menor como manejar adecuadamente el vocabulario, le daba el ejemplo de una buena conducta y como defenderse verbalmente si lo requería.
San: ¡Che esclavo, traeme un jugo!
Zack: ¡LLevátelo vos!
San: Si no quieres una sesión de golpes, será mejor que me lo traigas.
Zack: ¿Y si te vas un poco al carajo?
San: ¡Epa! ¿con esa boca besas a nuestra madre?
Zack: Si ¿algún problema puberto?
San: ¡Ahora si, vení para acá, te voy a hacer mierda!
Si, muy normal la relación entre ellos, o eso al menos es lo que ellos dicen. A los padres no les terminaba de agradar el trato que manejaban, ya que este era algo violento. Pero al ver como la confianza y el vínculo entre ambos crecía, además de que no había problemas entre ambos chicos, decidieron permitirlo. Después de todo, lo "violento" era con un ambiente bromista o sarcástico, eso o eran los códigos que definieron entre ellos, además de que se cuidaban constantemente las espaldas.
Eso se demostró un día que Zack regresó del primario, pero en esta ocasión lo hizo con un semblante que no reflejaba su típica alegría cotidiana.
Santiago no había asistido debido a que le dieron el día libre por unos estudios médicos sobre su estado y lo de sus ojos.
San: ¡Hey! ¿Pasó algo niño?
El pelinegro no contestó, simplemente se dirigió a su habitación en silencio, lo que preocupó a su hermano.
San: ¡Hey, niño! Responde cuando te hablan, no soy adivino para saberlo.
Nuevamente el pelinegro no contestó.
San: Ya enserio, si algo te pasa o molesta, puedes decirme. Yo te ayudaré.
El pequeño se abalanzó contra su hermano para casi romper en llanto sobre sus brazos, ahí le costó un poco gesticular palabras coherentes, pero al final pudo dar a conocer que le pasaba.
Resulta que los brabucones del curso de su hermano decidieron molestar al hermano del "adefecio" en vista que el ya mencionado había faltado. Llegaron a darle un empujón al final de las escaleras y tirarlo de rodillas al piso, seguido de un golpe contundente en la cabeza producto de una mochila. Moretones visibles no había, pero las heridas estaban por dentro, en su ser.
A su hermano comenzó a hervirle la sangre luego de escuchar sobre ese asunto, pero decidió que era mejor optar por dar aviso a las autoridades del colegio y que estos tomen cartas en el asunto.
A la mañana siguiente, ambos hermanos se presentaron en la dirección del colegio para presentar la queja en contra del grupo de bullys. Pero ante la ausencia de pruebas y testigos no pudieron hacer más que llamar al grupo y darles una advertencia, lo único que esto provocó fue una ira del grupo que orquestó una pequeña emboscada a la hora de la salida, su objetivo: Santiago.
Aparte de dejarle una cicatriz mental, querían humillarlo. Llamaron a cuantos pudieron para el "evento", y si podían grabarlo mejor.
Cuando llegó el momento y la presa estaba sola en una esquina esperando quién sabe que, la "operación" dió inicio. Para empezar, le lanzaron una botella llena de agua en su cabeza que lo dejó aturdido, para rápidamente comenzar a rodearlo y propinarle una gran cantidad de golpes una vez estando tirado en el piso.
???1: ¡Toma esto pedazo de mierda!
???2: Haber si a la otra tenés los huevos de ir a llorar en dirección
???3: Si es que a tu hermanito y a vos los criaron como unos maricones. Aprendan a dar la cara ante los problemas y no ir a llorar por ahí.
???4: De aquí le iremos a enseñar lo mismo a tu hermanito, y con él no seremos tan piadosos como el otro día.
Durante todos los meses que estos amigos estuvieron impartiendo caos en el primario, en una persona en particular empezó a acumularse pólvora que en determinado momento y ante cierta chispa iba a explotar cual bomba. Ese contenedor de pólvora era el castaño siendo apaleado, y la chispa fue lo que hicieron ayer, sumado a lo que dijeron recién.
Si una persona sufre de abusos, es porque esa persona lo permite. Pero llegará el momento en que esa persona diga basta, y no de una manera pacífica.
Si bien Santiago no sabía sobre pelear no pensaba bajar los brazos sin dar batalla, dejó que sus instintos lo dominaran. Agarró una muy filosa piedra cercana y comenzó a dar golpes con la punta de la misma en las piernas del grupo de amigos. El dolor punzante y la sangre no tardaron en aparecer en los chicos, quienes rápidamente retrocedieron con un grito y adoloridos del centro.
El castaño todo magullado y con unos ojos rojos se levantó empuñando esa piedra a forma de cuchillo. Iba con todo.
Los demás no se quedaron atrás, golpes y piedrazos se intercambiaron en esa lucha. Los espectadores no hacían de otra que aumentar las brazas del fuego y, por lo tanto, agravar la situación. Llegó un momento en que la "pólvora" finalmente estalló con la intensidad de una bomba, y el cambio no se haría esperar.
Todos, de un segundo a otro, notaron como los ojos del castaño cambiaron a un color negro que nunca antes vieron, y la violencia con la que actuaba no era para nada normal.
Los golpes con aquella piedra ya rojiza pasaron de ser en los brazos a ser en el abdomen o los costados del tórax, básicamente los estaban apuñalando. Los 6 adolescentes empezaron a perder sus fuerzas y uno a uno cayeron al piso.
Al final, solamente quedaba el líder de aquel grupo de pie versus el ojos negros. Empezó a tirar golpes al azar que, a estas alturas, ninguno impactaba. Finalmente cayó al piso cuando Santiago le dio un fuerte puñetazo en la boca que le tumbó un diente frontal.
Pero ahí no terminó, al caer, Santiago se le arrodilló al lado mientras apoyaba firmemente aquella piedra contra su garganta. Lo iba a degollar frente a toda la ya aterrada multitud.
Repentinamente, todo se calmó al escuchar un llanto infantil provenir del fondo de toda esa gente. El único que sabía su origen era el de ojos negros, quién rápidamente soltó la piedra y fue a paso apurado al lugar de donde provenía ese llanto.
¿Quién era el que lloraba? fue un pequeño cuyos cabellos eran del mismo color que los ojos de su hermano.
San: ¡Zack! ¿Qué haces aquí?
El aterrado pequeño retrocedió a paso lento al observar a su hermano con las manos y el uniforme manchados de sangre, y con un color de ojos bastante siniestro.
Zack: ¡¿Quién sos vos?! ¡¿Y qué hiciste con mi hermano?!
San: ¡Soy yo imbécil! ¡Me estaba haciendo cargo de un asunto! ¡esta bola de imbéciles se quiso meter devuelta con vos!
Zack: *entre lágrimas* ¡Mi hermano no es así, él no es violento! ¡Jamás recurriría a los golpes contra nadie, ni mucho menos los mataría! ¡Devuélveme a mi hermano!
Esa "cachetada mental" lo trajo nuevamente a tierra firme, sus ojos pasaron a ser de color azul y su cara formó una expresión de terror al ver la escena: el piso con gotas de sangre, los miembros de aquella "pandilla" tirados y abatidos en el piso con cortes por todos lados, y sus manos junto con su uniforme salpicados con algo de su sangre y la de ellos. ¿De verdad? ¿El había hecho todo eso?, de la impresión casi se desmayó, por lo que en vista de que la situación se había calmado sus pocos amigos lo ayudaron a reincorporarse y lo llevaron directo a la casa de uno de ellos para que pudieran tratarle los moretones y el sangrado nasal lo mejor que pudieran. Entre ese grupo destacaba un chico también castaño pero con ojos color verde esmeralda
Menos mal la madre del chico ese era de profesión médica, pudieron curarlo adecuadamente y dejarlo reposar en una cama durante unas horas. También tenían el número de los padres a la mano, les informaron de lo que había pasado y que su hijo estaba en parte recuperado y reposando. Eso los tranquilizó, al menos podían respirar en paz sabiendo que su niño estaba fuera de peligro. Eso si, tendrían que esperar a que sus turnos se terminaran para poder buscarlo, lo cual sería por las 15:00 aproximadamente.
Pasaron las horas luego del incidente, y Santiago despertó desorientado con un paño de agua fría en su cabeza. Miró a su alrededor y se dio cuenta que no estaba en su casa, no tenía la menor idea de donde podía estar, estaba empezando a entrar en pánico hasta que una voz conocida al costado suyo lo tranquilizó.
???: Tranquilízate amigo, ya todo pasó, en parte.
San: ¿Eres tú David?
Dav: Y estás acostado en mi cama, cómoda, ¿no?
San: ¿Que diablos pasó?
Dav: Deja te lo resumo, casi matas a los matones del curso con una piedra. Pero la paliza que les diste no se la van a olvidar, aunque estoy seguro se van a recuperar, físicamente hablando.
San: ¿Estás seguro David? todavía recuerdo como dejé a esos tipos. Dios, soy un monstruo.
Dav: Oye, no te sientas así, te defendiste a tí y a tu hermano.
San: Por ese chiquillo haría cualquier cosa, pero ni hasta yo me creía capaz de algo como eso, y sabes que no soy de recurrir a los golpes.
Dav: Como digas, a veces cuando te dejas llevar por el instinto algunas cosas ocultas en el interior pueden salir. Aunque eso no importa mucho... Santiago, debemos hablar de algo que nos asustó a todos.
San: Me sorprende que puedas hablarme con esa calma luego de lo sucedido, deberías estar alabándome cono tu Dios todopoderoso por la paliza que les dí, o titubear del miedo al estar frente a un demente.
Dav: Luego lo haré, y me refiero al alabarte. Pero ahora hay algo más importante, y si alguien no toma las riendas y pone seriedad en el ambiente nadie lo hará.
San: Ok, vos ganas, háblame.
Dav: ¿Desde cuando tus ojos pueden cambiar al negro?
San: ¿Cómo? ¿perdón?
Dav: Mira...
Le extendió su celular mostrándole una foto, en la cual se podía apreciar claramente como sus ojos eran de aquel siniestro color. Todo acompañado de una piedra ensangrentada en su mano y varias manchas en su torso y el piso.
No era un río de sangre, eran unas cuantas gotas y un pequeño charco, tampoco era la escena de un homicidio. Aunque muy lejos de serlo no estaba.
Al ver esa foto, el rostro del (ahora) ojos amarillos no podía reflejar más miedo.
Dav: ¿Viste? no se si sabías sobre ello, pero yo recién hoy me enteré.
San: ¿Cómo pasó eso?
Dav: Al levantarte del piso, luego de haber escuchado como se burlaban de ti y de tu hermano, tenías los ojos de color rojo. Pero pasaron unos minutos y luego ya estabas con ese color, fue todo de un segundo al otro.
San: Ni yo sabía eso de mí
Dav: Hay mucho que te falta de conocer sobre tí mismo, y estamos entrando en la etapa perfecta para hacerlo: la adolescencia, la "edad del pavo", la pubertad.
San: Por si no lo sabías, las tres son cosas muy distintas y empezaron hace rato, pero entiendo tu punto.
Dav: Si empezaste con una muerte cerebral y ahora descubres que tienes un nuevo color de ojos, no me quiero imaginar lo que se vendrá.
San: No quiero dramatizar, pero arrancó mi "Infierno en la tierra".
Dav: Eso sonó muy estúpido hasta para vos.
San: Como digas... oye, ¿tu madre no tendrá algo para el almuerzo?, estoy que me cago de hambre.
Dav: Por eso mismo también vine a buscarte, ven.
Ambos se dirigieron a la planta baja donde la madre de David le hizo un interrogatorio similar al de su hijo, a la vez que le explicaba sobre sus heridas: si bien no fueron graves, necesitaría reposo por unos días porque algunas lesiones si eran a tener en cuenta (la mayoría estaban en sus piernas, lo que le dificultaba un poco el caminar).
Almorzaron los 3 tranquilamente y luego esperaron a que los padres del chico pasaran a retirarlo. Al llegar, le dieron las gracias a la mamá de David por la ayuda y procedieron a llevarse a su hijo, habiéndose despedido antes de ella y su hijo.
Ya en casa, ambos padres no perdieron el tiempo y empezaron otro interrogatorio, mucho más extenso que los dos anteriores. Su hijo no tuvo de otra que decir toda la verdad, les sorprendió bastante el que su hijo haya sido capaz de algo como eso, pero lo que en verdad les llamó la atención fue el detalle de los ojos negros, Iván nunca mencionó algo así según recordaban.
Eso lo averiguarían más tarde, por ahora debían encargarse de algunas cosas del hogar y ver de encargarse de Zack. El pequeño había quedado marcado al haber formado parte de aquella macabra escena, y no paraba de preguntar donde estaba su hermano.
Esa tarde iba a ser algo larga, una buena conversación entre hermanos se aproximaba.
Por otro lado, en una clínica psiquiátrica precisamente, se encontraba Iván frente al despacho de un especialista muy amigo suyo.
Iván: ¿Porqué me llamaste aquí Adam?
Adam: Verás, es sobre tu paciente Santiago
Iván había recomendado a la familia llevar a su pequeño a verse con el psiquiatra luego del episodio de muerte cerebral. Se percató en el hospital que la conducta del chico no era tan parecida a la de antes, por lo que temiendo algún problema mental optó que se tomase esa medida, para prevenir el desarrollo de algo malo en su cabeza.
Iván: ¿Pasó algo?
Adam: Me temo que sí, verás... el chico no quedó bien mentalmente luego de eso.
Iván: ¿Me estás jodiendo? ¿Ahora que se le sumó al pobre?
Adam: Más bien que se le restó, perdió una parte de su cordura.
A Iván casi se le cae la mandíbula al suelo luego de escuchar eso.
Iván: ¡¿Qué?! ¿Me estás diciendo que se volvió medio loco?
Adam: No, al menos no todavía. Perdió una parte muy pequeña, pero perdió cordura, a eso quería hacerle énfasis.
Iván: Y encima sumale que se está adentrando más en la adolescencia.
Adam: Una etapa llena de cambios, y mentales incluidos.
Iván: Con lo que me contaste, se le va a desatar el infierno en la tierra.
Adam: Tampoco exageres, no sé de que manera lo afectará, pero estoy seguro no será así.
Iván: Eso espero, es un gran chico con todo un futuro por delante. No es justo que se le arruine todo por un incidente, del cual estoy seguro su padrino tiene algo que ver.
Adam: Me contaste de ese tipo, ¿realmente es como lo pintas?
Iván: Y puedo asegurarte que peor, cuando Santiago despertó encontraron a las 3 horas su máquina de EEG escondida en un ropero. No se fue allí sola, ningún médico sería tan estúpido, y no cualquiera podía entrar. Solo yo, unos pocos más, y los parientes.
Adam: No pienso meterme en eso, no quiero sumarle quilombos a mi vida, seguiré con lo otro que me percaté.
Iván: Dime, y espero esta vez sea algo bueno.
Adam: Y lo es, el chico se volvió muy inteligente de un día al otro, parece un superdotado.
Iván: A bueno, a ese niño le pasa de todo en esta vida: sobrevive a la muerte unas 3 veces y encima ahora se vuelve un genio de un día al otro. Realmente creo que nunca dejará de sorprenderme.
Adam: La balanza medio que se compensa entre ambas cosas, pero de todas formas me preocupa bastante como se desenvolverá con su entorno. No sé si sabías, pero esta mañana al mediodía casi asesina a un chico en una pelea, además de haber mostrado unos supuestos ojos negros.
Iván: ¡¿Qué mierda?!
Adam: Eso mismo, sus padres me lo comentaron antes de que tú vinieras. Al parecer unos bravucones lo apalizaron a la salida, el chico se cansó y devolvió el golpe. Iván, usó una piedra a modo de cuchillo y casi degolló a uno de ellos.
El médico no se lo podía creer, ¿ojos negros? ¿casi asesina a un bravucón? ¿usa lo primero que encuentra como un arma blanca? y según contaba su colega, todo lo hizo con una gran violencia para nada normal en alguien de su edad. Tuvo que ventilarse y evitar desmayarse del asombro.
Adam: ¿Tú sabías algo de esos ojos negros?
Iván: Nada de nada, recién me entero.
Adam: Tendrás que investigar eso, aunque si no mal recuerdo cuando él era solo un bebé consiguieron armar una tabla con los colores de sus ojos y a que se debían, y no sé si entre todos ellos estaba el color negro.
Iván: No lo recuerdo, luego tendré que buscarlo. En las pruebas nunca mostró tener ojos negros, y si realmente averiguaron de ese color y como se produce será algo interesante de ver.
Adam: El negro es un color muy siniestro, tengo una mala espina, tengan mucho cuidado.
Iván: Tranquilo, no haremos ninguna estupidez. De última le dejamos eso en manos al área de genética, ellos sabrán darnos una respuesta clara.
Adam: Bien, por mi parte creo que ya dije todo lo que tenía que decir. El resto está en tus manos.
Iván: Dale, gracias por la información Adam.
Adam: No hay de que, cualquier duda ya sabes mi teléfono.
El médico abandonó la oficina de su colega con un objetivo en mente, arreglar lo antes posible un encuentro con su paciente favorito y sus padres, había que llegar al fondo de ese asunto cuanto antes.
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Lin: Es bastante curioso que inclusive desde tan pequeño hayas tenido esa agresividad.
San: ¿Qué te puedo decir? métete con quien quieras, pero menos con mi hermano. El que lo haga no vive para contarlo.
Zack: ¡Ja! Aprendan perras supersticiosas.
Santiago, estando al lado de su hermano, le dio un puñetazo que lo tumbó de su silla.
San: Aunque eso no signifique que no deba darle algún correctivo de vez en cuando.
Luna: Gracias brother, estaba por darle con mi guitarra.
Linka: No mencionaste eso en ningún momento.
San: Quería reservarme la sorpresa, pero entienden más o menos el vínculo que tengo con este personaje.
Sam: Mi sueño es tener esa confianza con mi hermana.
Lynn: Yo y Lincoln éramos iguales.
San: Querida, una cosa es tener mucha confianza entre hermanos para hacerse este tipo de bromas. Pero otra muy distinta es usarlo como saco de boxeo cuando quieras.
Lin: Digamos que yo no lo sentía tan así, si solíamos tener un buen vínculo.
Lori: Claro hasta que Linka de un momento a otro comenzó a ser más cercana contigo.
Luna: Eso sin contar otros "incidentes" anteriores.
Lynn: ¡Oh vamos! no se limpien las manos, ustedes son tan culpables como yo, Linka incluida.
Sam: ¿De qué están hablando?
Lola: Pídele a tu novio que te explique, este es un asunto familiar.
Sam: Disculpa pequeña, a tus mayores te les diriges con respeto si no quieres terminar con tu codo en una posición muy anormal.
San: Bajá un cambio Samanta, es una niña.
Sam: ¡Una muy malcriada!
San: Pero de todos modos es una niña. *sarcástico* Yo no sabía eso de vos.
Sam: Hay muchas cosas que no sabes de mí, cariño. *coqueta* Si quieres una de estas noches te hago la de Cincuenta sombras...
Todas las miradas incrédulas voltearon hacia ellos.
San: *incómodo* ¡SI SI SI, ya entendimos!.... ¡Y dejen de mirarnos así!
Mar: *entre risas* ¿Cincuenta sombras? ¿Es enserio?
Star: Mira que clase de amigos tienes Lori.
Lori: ¿Y tu cómo conoces esas películas?
Star: *sonrojada* ¡Todo fue culpa de Marco!
Mar: Debes admitir que tu cara en ese momento era épica, además no dormiste en unas 5 noches.
Geo: Yo no conocía eso de tí Marco, usar una película para ligar con Star...
Dip: La vieja confiable, pero a tí no te sirvió.
Mar: -Uy si, si supieran...-
Mil: Nos desviamos mucho del tema principal, algo que quiero destacar fue la suerte que tuviste cuando tu padrino quiso matarte.
San: La verdad que si, e Iván no es ningún pelotudo, enseguida se dio cuenta de las cosas. Me refiero a cuando conversó conmigo pudo formular esa hipótesis, muy acertada.
Mab: Ese tipo no se rinde con nada.
Zack: Espera a ver más adelante, a cuando lo confrontó por primera vez.
Lana: ¿Fuiste a darle una paliza?
San: Más que eso, a conversar. En ese tiempo yo solía tener la mentalidad de que la gente puede cambiar con el tiempo. Ahora tengo otra visión muy distinta.
Lin: ¿Cuál? ¿Si no te agrada alguien balazo y para el río?
San: Más o menos...
Lin ¡¿Es enserio?!
San: No del todo, espera pacientemente a que pueda seguir avanzando.
Geo: Paciencia tenemos, lo que no creo que tengamos es tiempo. Son las 22:00.
San: Hay tiempo, si les está dando sueño allá abajo en la nevera tengo energizantes.
Dip: ¿Esas bebidas que usamos durante el entrenamiento? Dios, esas cosas te dan energía suficiente para correr una pista de atletismo por 5 vueltas consecutivas.
Mar: De todas formas, el tiempo era por el detalle de nuestros padres.
San: A todo esto, ¿como se deshicieron de ellos?
Lori: Los mandamos a la feria que está por las afueras del estado.
San: Santo remedio, pasamos por ahí en el regreso. Es una cosa inmensa ese lugar, y está ubicada convenientemente cerca de unos hoteles. Creo haber visto sus autos aparcados en el estacionamiento del lugar, si no me equivoco pasarán la noche allí.
Lin: ¡Eso es fantástico! ¡Tenemos tiempo hasta el mediodía!
San: Bueno, tampoco creo demorar tanto.
Zack: Eso sí, si llegamos al amanecer el desayuno deberán hacérselo ustedes.
San: Otro exagerado...
Zack: ¿Apostamos una noche con Samanta a que si eres capaz de demorarte?
Sam: ¡¿Qué dijiste?!
San: Suena tentador, pero te la va aceptar Magoya.
Zack: Cagón
San: Ya mejor cierra un poco el ojete, además ni en tus sueños podrás tolerar y mucho menos satisfacer a una mujer como ella.
Zack: ¿Y tú como sabes? ¿Acaso ya te acostaste con ella?
Samanta hasta este punto estaba roja de la vergüenza y de la ira producto de las insinuaciones del pelinegro, y los "esfuerzos" de su novio por cerrarle la boca no ayudaban mucho que digamos. Le daba igual que Zack sea su hermano, estaba al borde de lanzarse encima de él y defigurarlo a golpes.
Su novio de dio cuenta, y conocía muy bien el temperamento de la chica. Para evitar una pelea tuvo que poner los trapos fríos enseguida.
San: Esas cosas quedan entre pareja, no tengo porqué andarte contando mi vida privada. ¿O yo acaso te ando preguntando cada estupidez que haces? ¿como qué hiciste aquella noche que te encerraste con un amigo en tu habitación, los dos borrachos?
Zack: *avergonzado* Ok, tu ganas, por ahora...
San: Más te vale, a todo esto me olvidé donde había quedado.
Lucy: En la parte de que Iván estaba por citar a tus padres.
San: Gracias. Antes de pasar a mi infierno en el secundario quisiera terminar de contar lo que fue de ese año, todavía hay algunas cosillas curiosas para destacar.
NA
Bueno, esto debí subirlo la semana pasada, pero hubo algunos retrasos con proyectos de la escuela que me consumieron mucho tiempo. Y bue, hubo que posponerlo. Pero para no dejar aquel día sin subir nada hice aquel OS, algo de entretenimiento hasta hoy...
La respuesta a porque lo del color negro en los ojos impactó tanto a los personajes, fue porque ese color pertenecía a algo que no pensaban se manifestaría en Santiago: la furia máxima, indicios de un principio de psicosis.
Obviamente no tardarán en recordar eso, ahora el como lidiaran con eso es cuestión de si saben hacerlo o no.
Con la historia...
Juan hizo un poco el papelón en el hospital, pero safó de que lo atraparan. Inclusive tuvo que llevar a sus hijas a rastras afuera del hospital junto con él para escapar, Alma fue la que más le costó. Dicho sea de paso que ella y su primo tienen su historia, en el próximo capítulo profundizaré eso y algunos otros vínculos de Santiago.
Hablando de él, sale del hospital un poco trastornado pero mucho más listo que antes, una cosa compensa a la otra. Y a las semanas se nota el cambio en la conducta por su forma de actuar en una pelea, en la cual casi asesina a sangre fría a uno de los matones.
Pudieron pararlo a tiempo, pero las consecuencias de eso no se harán esperar por mucho tiempo.
Al menos fue por una buena intención: proteger a un ser querido suyo, su hermanito, de las garras de aquellos infelices. Lo logró, pero ¿a qué costo? ¿ alto o bajo? luego se verá.
El chico está entrando a la parte fuerte de la adolescencia, muchos cambios físicos como psicológicos tendrán lugar. Cosa digna de ver teniendo en cuenta como es que él entra en esa etapa, hay que ver como saldrá de allí.
Siendo franco, no creo que salga bien librado... ;)
Y bueno compadres, toca despedirme hasta otra actualización.
Nos leemos en otra, saludos y cuídense :)
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