Capítulo N° 17: Eres la persona correcta en el momento equivocado


Pepper no podía dar crédito a lo que sus ojos veían. Su hermana estaba aquí. Junto a su sobrino. Uno muy cabreado. El odio y la furia eran palpable en la mirada del joven. Y agradecía no ser receptor de esa mirada. Aunque para ser sincera, Talía no tenía mejor aspecto y esa mirada sí era dirigida hacia ella.

Talía, en esos momentos, estaba molesta y sorprendida, también se sentía traicionada. Su Bruce sabía que su hermanita estaba con vida y jamás se lo dijo. La creyó muerta por más de diez años. Pero aquí estaba, viviendo una gran vida. Lejos de la Liga. Lejos de ella. Feliz.

Por primera vez en su vida, Bruce Wayne temió de uno de sus hijos. Damián era un buen niño, pero altamente peligroso. Y su Omega había sido herida.

Al contrario de la creencia popular, los Omegas no abundaban en el mundo. Solo dos de cada quince niños nacían Omega. Por lo que los Alfas eran sumamente protectores con sus Omegas. Damián fue criado por Ra's al Ghul. Un hombre que consideraba a las Omegas como tesoros que debían ser cuidados y guardados celosamente.

Había obligado a su hijo a dejar a su Omega por un tiempo. Y dicha Omega termino siendo herida en un combate.

Damián ni siquiera se molestó en saludar o hablar con los presentes. Ya arreglaría las cosas con su padre. Lo importante era ver a su Raven.

Nadie, ni siquiera Superman se atrevió a meterse en el camino del niño.

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Tony fue obligado a dejar el lado de su hija, para que descansara en su propia cama. Aunque no le gustaba la idea de dejar a su bebe. Damián acaba de llegar y merecía estar con Omega a solas. El niño se veía destrozado al saber que Raven no despertaría pronto.

De cierta manera se sentía agradecido que su hija tuviera un Alfa que la amara por sobre todas las cosas. Peter era así con él. Y hubo un tiempo en que Steve era igual, pero el tiempo todo lo cambia.

- ¿Estás bien, Antoshka? – le pregunto el castaño de ojos grises. Tony sonrió con ternura ante la preocupación de James. Amaba que lo llamara con ese extraño apodo ruso. Al parecer quería decir Antonio en ruso. Le encantaba que lo llamará así.

- Estoy bien, solo han pasado tantas cosas en poco tiempo. Me preocupa Raven. Pero extrañamente también me siento tranquilo. Más ahora que Damián regreso- Suspiro con algo de nostalgia.

-Damián es un buen Alfa. Ellos formarán una gran familia cuando sea el momento indicado- A James le causaba un poco de dolor saber que algún día la joven pertenecería a otra manada.

Tony estuvo totalmente de acuerdo con el Alfa. Su hija algún día pertenecería a una manada completa. No una incompleta y rota como la suya. Pero que pasaría con sus demás hijos. Peter tenia a Matt y aunque no le agradara mucho la idea, sabía que el Alfa era un buen hombre. Harley sería la cabeza de una nueva manada cuando su tiempo llegará. Sería el alfa perfecto. Pero sus hijos nonatos crecerían sin un alfa en sus vidas. Sin Steve. Steve. Aun dolía pensar en el rubio. Lo extrañaba. Mucho. Pero sabía que, aunque el rubio volviera, jamás podría ser lo mismo. La marca de unión casi se había desvanecido. El vínculo Alfa/Omega que habían compartido solo se mantenía por el embarazo. Aun quería al rubio, fueron tres largos años. Pero no era igual. No había salvación para ellos como pareja.

- Nunca van a estar solos- La voz de James lo trajo al mundo presente. No se había dado cuenta que el Alfa le estaba hablando-

- ¿Cómo? – Acaso su soledad era tan notoria

Su corazón dolió al ver la expresión del moreno. Sin siquiera pensarlo abrazo al genio. – No los abandonare. No importa lo que pase siempre estaré a tu lado- James tomo el rostro al del moreno. Pegando su frente a la de Tony, mirando esos bellos ojos castaños.

Tony sonrió. Las palabras cálidas de James le tocaban el alma. En esos meses tuvo la oportunidad de conocer más a fondo al verdadero James Barnes. Era un hombre encantador. De fuertes valores y corazón de oro. En verdad estaba agradecido de conocer a este maravilloso hombre.

No hubo pensamiento previo, los labios de ambos se unieron en un casto pero dulce beso.

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Damián tomo la mano de su novia. Verla así, dormida y pacífica, pero saberla tan lejana, dolía. Dolía aún más que la vez que perdió a su abuelo. Era como si hubiera perdido la razón de su vida.

Por primera vez en mucho tiempo, lloro. Raven es su primer amor. Su Omega. El amor de su vida. Y él no había estado allí para protegerla. La dejo sola sabiendo que su cuervo no dudaría en arriesgar su vida por los demás.

- Por favor. Regresa a mi Raven. Regresa mi amor – Damián Wayne era un joven orgulloso, pero por primera vez en su vida le rogo a la única persona que lo amaba tal cual era.

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No podía dormir y ni siquiera sabía por qué. Había algo que le molestaba, pero no sabía decir que. Levantándose de su cama, se encamino hacia el cuarto continuo. Wanda dormía profundamente, por primera vez en mucho tiempo. Eso le calmaba. Aun así, se sentía inquieto, como si hubiera perdido algo importante.

Se froto el pecho con ansiedad. Le dolía el corazón y su mente se sentía nublada. No podía pensar con claridad. Resignado a no poder dormir, se asomó hacia el balcón de su habitación. La luna brillaba hermosamente esa noche. Grande y etérea. Le recordaba a la luna que observo la primera que hizo el amor con Tony.

Tony

Su esposo.

Su Omega.

Las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas. Extrañaba a su esposo. Mucho.

¿Qué había hecho? ¿Por qué golpeo a su esposo? ¿Por qué lo abandono en plena base enemiga?

Claro. Tony había atacado a Bucky. Su mejor amigo y hermano. Pero nada de eso justificaba haberlo atacado y abandonarlo. No a él, a su precioso y amado Omega. Amaba a Tony con toda su alma. Por más que repasaba una y otra vez la lucha, no comprendía ni la mitad de sus acciones. Era como si otra persona controlara su mente y movimientos.

Como si fuera un títere. Así se sentía. Un títere.

Wanda sintió la perturbación de la mente de Steve. No. No permitiría que Rogers recuperaba su mente. Aun lo necesitaba para acabar con Stark.

- ¿Steve? - Llamo con suavidad.

Steve volteo a ver a Wanda, la luz de la luna la iluminaba, haciéndola parecer un fantasma de ojos rojos. ¿Por qué había aceptado a esta muchacha en su familia?

Las manos de la bruja se iluminaron de rojo, antes de que Steve pudiera hacer algún movimiento. La energía y magia escarlata le atravesaron el cuerpo. Trato de luchar con todas sus fuerzas. Necesitaba librarse de Wanda y volver con Tony.

- Lo siento Steve. Pero aun te necesito- Steve cayo de rodillas al suelo, sujetándose la cabeza. No quería estar bajo el control de Wanda – Tu serás quien le dé fin a Stark. Eso será épico-

- Por favor Wanda. ¡No! - Steve comprendía finalmente muchas cosas y temió por la seguridad de su Omega-

- No te preocupes. Una vez que termines tu misión, prometo matarte para que te reúnas con el-

Los ojos azules como zafiros de Steve brillaron de color rojo como los rubís. Una sola frase salió de su boca. Una frase que lo condenaría – ¡Hail Hydra! -

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Loki observo desde las sombras las acciones de la Bruja Escarlata. Era una interesante mujer. Y una muy peligrosa.

Sintió lastima de Steve, sabía que estaba siendo controlado, pero jamás lo había visto tratar de revelarse hasta esa noche. Parece que las pesadillas constantes y su tortura mental, surgieron cierto efecto en la bruja, haciendo que perdiera el control que tenía sobre Rogers.

Ahora se encontraba en un dilema, decirle a Tony la verdad o esperar un poco más.

Tele transportándose a la Torre, busco a Tony. Lo encontró al lado de sus hijos. Ambos jóvenes tenían abrazados a Stark mientras miraban una película. Star Wars sino se equivocaba.

Viéndolo tan pacifico, temió que al decirle lo que sucedía con su esposo, este reaccionara de mala manera, culpándose como siempre. Pero por otro lado tampoco le podía ocultar algo tan importante a su amigo. No era justo. Tony ya había sido engañado con anterioridad y no estaba dispuesto a traicionarlo de esa manera.

Le diría la verdad al hombre de hierro. Pronto. Por esta noche le permitiría unos momentos de paz con sus hijos.

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Quill sonrió con felicidad al observar a su hija. No podía creer que su niña estaba viva. Por años creyó que había perdido a su manada. Pero todo fue una mentira de las personas que juraron que cuidarían a su omega. Todo fue un engaño para separarlo de su familia. De su destino.

Su Omega estaba vivo y por años estuvo lamentando la pérdida de su manada. De sus hijos. De su Alfa. Pero su niña descubrió la verdad y no había descansado hasta encontrar a su familia. El objetivo de Rachelle era que la manada estuviera unida nuevamente. Sin secretos ni mentira de por medio.

Aún recuerda con alegría el momento que Raven despertó, temerosa del lugar desconocido.

- ¡¡Damián!!- El grito asustado de la muchacha lo hizo volver al mundo de los vivos. Miro sorprendido a la niña que se acurrucaba en una de las esquinas de la cama, mirando a Groot con algo de temor.

- Tranquila – Peter hablo con voz suave como si de un pequeño animalito se tratara. La muchacha lo miro asustada hasta que el reconocimiento brillo en esos bonitos ojos violetas

- ¿Pap...Peter Quill? – Raven no podía dar crédito de lo que veía. Era su padre. ¿Por qué su padre estaba allí? ¿Dónde estaba?

- Si. Soy yo- asintió el rubio- Ya nos habíamos visto. Pero nunca supo tu nombre- estiro su mano tratando de tomar la de Raven. Su instinto gritaba en su cabeza una y otra vez "Cachorra. Bebe. Manada"

- Soy Raven...- se presentó tomando la mano de su padre alfa. Se sentía cálida, como si aquello que le había faltado durante años, esa pieza perdida, formara parte de ella nuevamente. Se sentía completa – Pero mi verdadero nombre es Rachelle Meredith Stark Quill. Soy tu hija-

A decir verdad, Raven no tenía nada de tacto. Por algo era hija suya y de Tony. Él no era reconocido por su tacto a la hora de hablar y Tony tampoco lo era. Pero no se sintió sorprendido por lo dicho por la adolescente. Su parte Alfa ya lo sabía. Ya la había reconocido la primera vez que la vio.

Se sentía orgulloso de su bebe. Lo mejor de todo fue saber que su Benjamín también estaba vivo. Al parecer, por ironía del destino su hijo era llamado Peter. Quiso reírse de eso. Pero había tantas cosas que tanto Tony como él se pidieron de la vida de sus hijos. Que nunca volverían.

Ni Peter ni Raven tuvieron vidas ideales, pero le dolía saber que su hija fue utilizada para ser un recipiente para un demonio. Y Que Peter tuviera tan mala salud que constantemente sufría ataques de asma y problemas del corazón.

Sus hijos hubieran tenido una mejor vida si todos hubieran permanecido juntos. Jamás odio a alguien como a Peggy Carter y Howard Stark.

No. Si odiaba a alguien más que a ellos dos y ese era Steve Rogers. Ese maldito Alfa había traicionado y usado a su Omega. Y pegaría por ello.

El Milano se dirigía hacia la Tierra. No tardarían tanto en llegar.

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Habían pasado dos semanas desde el ataque de Hydra. Raven seguía sin despertar. Por suerte su cuerpo no estaba deteriorándose como la vez pasada. Pero su familia comenzaba a perder las esperanzas de que despertara.

Cada día que pasaba las ansias de venganza hacia mella en la familia Stark, especialmente en Tony.

El ingeniero estaba decidido a detener la amenaza que representaba Wanda Maximoff.

No solo ataco a su hija con el objetivo de matar a Natasha. También los manipulo a todos ellos. Los destruyo por dentro. Separando familias como la de Clint y Laura. Bruce y Natasha. La suya con Steve.

Pensar en Steve dolía aun, pero con cada día que pasaba, su corazón perdonaba al rubio. Después de todo finalmente comprendía que su esposo no era totalmente responsable de sus actos.

Steve estaba siendo manipulado. Usando los temores y anhelos de Rogers, Wanda había hecho mella en ese corazón bondadoso. Tony en verdad no podía perdonar eso.

No podía permitir que el padre de sus hijos nonatos sufriera eso. Por ese amor que algún día se tuvieron. Salvaría a Steve.

Bucky entro en el laboratorio del genio. El Omega se veía hermoso con su vientre cada vez más notable. Ya no podía negarlo. Se había enamorado del esposo de su amigo. Del cachorro de María. Del padre de Peter, Harley, Raven, Vision y esos pequeños bebes en camino. Y amaba a esos niños como suyos.

Aun sentía la calidez de los labios del Omega. Incluso dos semanas después podía recordar el dulce sabor a chocolate y café del genio. Deseaba volver a besar esos labios.

Los ojos cafés se encontraron con los grises. Por varios días ambos se habían sentido incomodos. Hasta trataron de evitarse mutuamente. Pero desde hace unos días James constantemente buscaba su compañía nuevamente. Ninguno mencionaba el beso. Por temor a romper la bella amistad que tenían. Pero ninguno de los dos podía negar que esa atracción estaba ahí. Tan espesa y pesada que les cortaba la respiración.

Tony se sintió culpable. Sentía más que una simple amistad por el mejor amigo de su esposo. La forma en que James lo hacia sentir era diferente a como se sentía con Steve. Pero en el fondo, deseaba al Alfa castaño. Deseaba sus besos, sus brazos rodeándolo y protegiéndolo en contra del mundo. Anhelaba el amor de James. Y por ello se sentía porquería.

La voz de Friday los interrumpió de sus pensamientos – Jefe...Una nave llamada Milano está intentando comunicarse con usted-

Tony giro su cabeza rápidamente hacia la pantalla holográfica. Una nave espacial podía ser vista por los satélites Stark. - ¿Qué? -

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¡Al fin!


Hola mis bellos lectores. Sé que dije que iba actualizar el Lunes, pero mi inspiración se fue de paseo por un tiempo. Por dos días intenté escribir, pero nada, de lo poco que pude escribir no me gustaba. Sufrí mucho con este capítulo, por suerte mi familia me animo a seguir escribiendo. Hasta mi novio me hizo un video WinterIron para tratar de inspirarme. Finalmente, hoy a la mañana pude escribir lo que tenía en mi mente. Espero que les haya gustado.

Finalmente, el Milano está cerca de la Tierra. Se viene el reencuentro StarkQuill y Raven/Damián. ¿Qué va a pasar ahora con la relación de Bucky y Tony? ¿Y con Steve?


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