Capítulo 3: "I am Titanium"
Ser un omega no es fácil, especialmente si tu apellido es Stark. Aún recuerda la mirada de odio de su padre cuando tuvo su primer celo.
-Ningún Stark debería ser un Omega. Los Omega son solo yeguas de crías. No herederos- dijo severamente mientas lo tomaba del brazo con brusquedad y lo metía bajo la ducha de agua fría-
-¡Howard por favor, es tan solo un niño!- rogo su madre mientras trataba de detenerlo
-No quiero un hijo Omega...Quería un Alfa y me diste un Omega- protesto Howard mientras se quitaba de encima a María de un empujón y se acercaba amenazante a la mujer
-¡No!- Grito Tony- No toques a mi madre- con la poca fuerza que tenía su cuerpo se tiro sobre su padre, tratando de defender a su madre-
-¡Howard Edward Stark! ¡Con un demonio, ni siquiera se te ocurra tocarlos!- Grito una enfurecida Peggy
-Peggy- murmuro quedadamente Stark
Peggy se detuvo frente a Stark y lo miro fijamente a los ojos mientras susurraba entre dientes -¡Lárgate de aquí, antes de que llame a todos los agentes y haga que te arresten!
Lo último que recuerdo después de eso, es la espalda de mi padre marchándose de la casa. No volví a ver a mi padre por un mes, cuando finalmente regreso traía dos enormes ramos de rosas rojas y blancas. Las rosas rojas eran para mi madre junto con la promesa de que nunca más iba a volver a maltratarla. Lleno de promesas de amor. Promesas que mi madre acepto.
El otro ramo de rosas blancas eran para mí. Estaba tan sorprendido que lo único que pude hacer fue aferrarme al ramo. Se disculpó también conmigo, diciendo que trataría de ser un mejor padre. Tenía 12 años y fue la primera vez que recuerdo que mi padre me miro con cariño y nostalgia.
Lamentablemente Howard Stark nunca fue un hombre de palabra. Su amor y paciencia duraron exactamente un mes, antes de que decidiera que hora de empezar a formarme para mi futuro.
-Tony. Tu madre y yo hemos decidido que lo mejor para ti es ir a un internado mixto. Excélsior.
-¿Howard, estas dementes?- pregunto su tía Peggy- Es un internado mixto. Tony es un Omega. Y es menor que la mayoría de los muchachos de esa escuela. Pueden hacerle daño en ese lugar!
-Tony es un Stark, nadie se atrevería a tocarlo. Además, nadie debe saber que Tony es un Omega. Jamás. No voy a ser el hazme reír de todos. Fingiremos que Tony es un beta con ayuda de supresores- declaro el Stark mirando seriamente a su hijo- Claro eso si quieres tener la posibilidad de asistir a MIT y poder graduarte. Si no aceptas esta propuesta tengo tres candidatos Alfa en mente con quien comprometerte.
Tony no sabía que responder. Por un lado detestaba ser un Omega y por primera vez su padre le estaba dando una oportunidad gloriosa de librarse de el por un tiempo. Si temía por su seguridad. Claro que lo hacía. Pero él era Tony Stark y no iba a dejar que unos Alfas o Betas hormonales le impidieran llegar a su meta.
Las cosas no fueron fácil en el internado. Era el único omega del lugar además de la enfermera y su hija, la pequeña Harleen. Quien siempre que podía se colaba en la escuela para estar junto a su madre. Como si ser menor a todo el instituto no fuera suficiente. Lo único bueno de todo eso era que había conocido a tres Alfas peculiares. Bruce Wayne, Lex Luthor y Peter Quill.
Los tres tenían 15 años y estaban en primero. Y desde el primer momento Tony no pudo ocultarles que era un Omega. Aunque eso no había sido su culpa. La primera noche en el instituto se encontraba sumamente angustia por estar lejos de su madre, de su hogar. E inevitablemente sus feromonas se liberaron atrayendo a los tres Alfas. Quienes inmediatamente intentaron consolarlo. Claro que no estamos hablando de las personas más sutiles de la galaxia, asique fue divertido ese primer encuentro. Desde entonces Bruce, Lex y Peter se dedicaban a siempre estar a su lado y protegerlo de los demás Alfas, especialmente de Oliver Queen y su pandilla de inadaptados. Aunque todo el instituto creyera que era un simple Beta.
Con el correr de los siguientes dos años sus amigos Alfa se habían vuelto más y más recluidos al punto que les era imposible estar en la presencia del otro, el único punto en común siempre fue Tony. Desgraciadamente para Bruce y Lex, Tony tenía un irremediable flechazo en Peter. Y no podía ser para menos, el Alfa rubio nunca lo había tratado distinto ni especial por ser un Omega. Lo veía como su igual. Siempre cómplice de sus travesuras y escapadas. Ambos se amaban inocentemente. Ambos eran el primer amor del otro.
Seis meses antes de poder terminar de cursar la preparatoria Bruce se escapó del internado y Lex fue trasladado a otro internado en Francia por órdenes de su padre. Aún recuerda con dolor ver las camas vacías de sus compañeros. Recuerda como Peter le rodeo con sus brazos, susurrándole que jamás lo dejaría solo. Que siempre estarían juntos. Así se fuera al espacio o Alaska, Tony iría con él. Quill ya había decidido que Tony seria su omega. No podía vivir sin esos deliciosos ojos miel en su vida. Incluso si tenía que renunciar a vivir en el espacio y quedarse en la tierra.
No obstante Quill jamás podría cumplir con su promesa de estar siempre juntos. No porque no quisiera. Sino por culpa de Howard Stark y sorprendentemente Peggy Carter. Ambos se habían ensañado con el muchacho espacial. Para Howard Quill era un pobretón indigno de un Stark. Y para Carter Tony era su dulce bebe, no podía dejarlo en manos de cualquiera. Tony merecía alguien mejor.
Carter se encargó de engatusar a Quill para llevarlo en una misión suicida luego de la graduación. Tony nunca más volvió a ver a su Alfa. Quill jamás sabría, hasta que fuera muy tarde, que dentro del vientre de su Omega se gestaban dos bellas criaturas.
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Maria Carbonell no era una mala mujer. Débil, por supuesto, había sido criada para ser una omega obediente a su Alfa. Pero no era mala. Lo que más deseaba en la vida era que su hijo fuera feliz. Y nunca había visto a su retoño tan feliz como al lado de ese joven. Peter Quill no era como los demás Alfa y mucho menos pertenecía a su clase social. Pero Tony había encontrado a su verdadera alma gemela y eso le llenaba el corazón de alegría. Pero también de temor. Su esposo y su amiga Peggy no veían con buenos ojos esa relación. Sabía que algo se tenían entre manos, pero ella no era estúpida tenía todo preparado para que su hijo huyera bien lejos de su esposo. Solo tenía que esperar la confirmación de su padre y su bebe seria libre. Ella y Jarvis se asegurarían de eso.
Pobre María que no sabía que su esposo ya se había dado cuenta de sus planes y esa misma tarde le ofrecería un trabajo a Quill, librándose de la molestia de una vez por todas.
Luego de un par de meses María se reprocharía una y otra vez su debilidad. Su cobardía. Mientras observaba a un muy embarazado Tony salir corriendo de la mansión, luego de una pelea con Howard sobre dar en adopción a sus bebes. Aun puede recordar el chillido de un auto frenando bruscamente. Ve con horror como el cuerpo de su hijo es expulsado un par de metros en el asfalto y la sangre escurrirse de su cabeza.
-¡¡¡TONY!!!
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María observaba nerviosamente a su marido. Su hijo acababa de dar a luz a sus pequeños nietos. Una cesaría de emergencia había sido realizada en el hospital con la más absoluta discreción. Tony estaba fuera de peligro al igual que sus hermoso mellizos omegas.
Los niños eran hermosos al igual que su bebe. La niña tenía el cabello castaño oscuro de su "madre" mientras que el niño tenía un castaño claro al igual que su padre. Ambos niños habían nacido con los ojos azules. Tan claros como el cielo de primavera. La piel pálida, la nariz pequeña y respingada, y los labios de su madre. Eran hermosos. Su corazón vibro de felicidad absoluta. La última vez que había sido tan feliz fue cuando Tony nació.
-Son hermosos Howard...por favor, acércate. Míralos- rogo la rubia mujer-
-Deben irse, sus padres adoptivos se encuentran aquí- respondió secamente el Stark
-Por favor Howard. Ten piedad. Al menos permítele quedarse con uno- silenciosas lagrimas se deslizaban por sus pálidas mejillas. Rogar era lo único que podía hacer ante tal cruel hombre.
-María. Tony solo tiene 15 años. No está listo para ser padre. Aún tiene mucho por que vivir. Esto es lo mejor. Para nuestro hijo y para nuestros nietos.
-No es justo. Esta decisión es de él. No nuestra
Howard miro enfadado a su mujer. Maldita Omega desobediente ya se encargaría de ella.- Suficiente. Los niños serán puestos en adopción y Tony nunca sabrá de su existencia-
-No! No voy a ser cómplice de esto- Renegó la omega
-¿Quieres que mate a Jeremy, entonces?- propuso Stark tranquilamente- No olvides que tu hijo aún está bajo mi control. Con una simple llamada hare que nunca más veas a Jeremy-
María Carbonell también tenía un oscuro secreto, como su hijo había sido joven y tonta, muy enamorada de su primer alfa, del cual había tenido un bebe. Pero después de su matrimonio con Howard, este lo envió lejos a un internado y constantemente era amenazada cuando no cumplía con los pedidos de su marido. Nunca en su vida había odiado tanto a una persona como odiaba a Howard Stark. Algún día Stark pagaría por todo el sufrimiento causado a ella y a sus hijos. Aunque tuviera que recurrir a su padre y su organización.
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-Tony....Tony- susurro una voz amable
-Mama- susurro el joven de 15 años-....¿dónde estoy?
-Tranquilo cariño, tuviste un pequeño accidente mi cielo-
Tony miro fijamente a su madre, su cara mostraba rastro de lágrimas y se encontraba con ropas comunes, y sin maquillaje. Parecía que no hubiera dormido en mucho tiempo.
-Mama....mis hijos mama. ¿Dónde están mis hijos?- susurro quedadamente el joven mientras buscaba su abultado vientre, que en este momento era plano.
María dejo salir las lágrimas que contenía. No podía creer que le fuera a mentir a su bebe. Pero su otro hijo también dependía de ella- Oh Tony, lo siento mucho...lo siento tanto cariño
Tony negaba continuamente. NO. Sus bebes no podían estar muertos. Ellos tenían que estar vivos. No. No. No. No. No. NOO. NOO
-Noooooo- fue el grito desgarrador que se escuchó en aquella habitación.
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Raven miraba fijamente a su hermano y a su padre/madre dormir. Bien aún no sabía cómo llamarle. Constantemente Tony se removía entre sueños. Ella sabía que estaba recordando cosas de su doloroso pasado. Aun no podía creer la maldad de la gente que rodeaba a Stark. Le hubiera gustado hacer más por su madre, pero lamentablemente ella ya no podía hacer más que aguardar. Primero esperaría a que Tony y su hermanito estuvieran bien y luego ya planearía como vengarse de todos aquellos que se habían osado a lastimar a Tony. Todos pagarían. Incluso los muertos. No por nada ella era la hija de Trigon. Algo ha aprendido a lo largo de estos años.
-Tranquilo papá....recuerda que los hombres Stark están hechos de hierro pero los omega están hechos de Titanio. Van a pagar por lo que nos hicieron. Todos ellos.
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Bien hasta aquí este capítulo. No sé si lo han notado pero cada capítulo está inspirado en una canción. Quería explicar un poco del pasado de Tony. Ya en el próximo, Tony despierta y se reencuentra con sus hijos. Va a tener que tomar una decisión con respecto al bebe Rogers y Haley llega para ayudar. Poco a poco las cosas van a ir mejorando para Tony. No se si etiquete a tods espero que si. mañana subo la historia a Wattpad y les paso el link. Ojala y los disfruten tanto como yo.
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