Capítulo 24: King Again (Stony)
"Cuervos de la Oscuridad"
Capítulo 24: King Again (Stony)
Wanda era arrastrada hacía una de las tantas habitaciones de Arkham, los gritos de los demás pacientes mentales la alteraba. Sus brazos estaban reprimidos y sujetos a su espalda por una camisa de fuerza y en su cuello, aquel maldito colla que impedía que utilizara sus poderes. Trato de liberarse de los guardias que la mantenían sujeta pero por más que luchaba no era partido para los guardias.
Hacía apenas dos días había despertado en una celda húmeda y fría, pero en realidad no tenía ni idea desde cuando estaba en ese lugar, su único abrigo era una manta roñosa que había sido prácticamente comida por las polillas. Recuerda haber intentado huir pero cada vez que trataba de utilizar sus poderes el collar le daba una descarga eléctrica. Lo suficientemente poderosa como para desmayarla. Lo había intentado una y otra vez pero finalmente se había dado por vencida. Seguramente alguien vendría por ella.
Hydra no pudo haber sido destruida. Sabía que madame Hydra se ocultaba en algún lugar. Ella la salvaría.
Finalmente llegaron a un cuarto. Allí la esperaba una mujer rubia. Quien le sonrió con suavidad. Perfecto. Quizás si jugaba correctamente sus cartas podría salir de allí.
Fingió una cara derrotada. Intentando dar lastima. Pero la mujer simplemente sonrió de forma mas amplia, mostrando sus perfectos y derechos dientes blancos.
-Hola querida. Vamos a divertirnos el día de hoy- Wanda se sorprendió por lo dicho – pónganla en la camilla- dictamino la doctora señalando la camilla en cuestión.
La camilla tenía una especie de correas metálicas. Fue despojada de su camisa de fuera y puesta sobre la superficie plana de forma brusca. Nuevamente trato de escaparse, pero al parecer la doctora estaba preparada y sin pestañar, golpeo con fuerza su rostro. Todos en la habitación escucharon el típico de una nariz rota. La sangre que brotaba por ella no dejaba lugar a duda alguna. Los guardias se rieron. La Dr Quinn no era paciente con nadie. La pequeña pelirroja cayó en la camilla sujetándose el rostro.
-Up. Creo que me excedí. Pero tranquila. Ya se detendrá la sangre y por favor trata de no manchar el piso- declaro mirándose las uñas
-Maldita perra- grito enfurecida tratando de golpear a la rubia. Pero los guardias fueron más rápidos y tomando sus brazos, lograron esposarlos.
-Gracias muchachos. Cualquier cosa yo los llamo- ambos hombres sonrieron complacidos. Saliendo por la puerta -Bien cariño. Hoy vamos a divertirnos mucho. Es más. Como soy una persona tan generosa invite a mi querido pudin para disfrutar de la diversión
-No soy la puta de nadie. Lunática- replico
Quinn no pudo evitar reír a carcajadas -Oh tranquila querida. Mi esposo no te tocaría jamás de esa forma. Aunque debo admitir siempre es placentero verlo trabajar en sus victimas-
Wanda trato de no sentir miedo al ver aquel brillo demente en los ojos claros de la rubia. Pero esta mujer no era como las otras mujeres que se había enfrentado en su vida. El brillo demente era igual a muchos de los doctores de Hydra. Sádicos y salvajes a la hora de realizar su trabajo.
-Mi vida. No asustes a la niña. Estoy segura que también lo disfrutara- la voz de hombre hizo que la rubio sonriera de una forma dulce y amorosa.
-Llagas temprano. Yo quería tenerla un poco mas- algo similar a una mueca infantil cruzo los rasgos de la doctora.
Wanda intento por todos los medios ver al hombre, pero este se había posicionado en las sombras. Le era imposible verlo estando atada a la camilla. Por alguna razón sentía miedo. Hasta ahora nunca le había ocurrido nada demasiado grave. Pero este lugar era horrible. Los gritos de los dementes le enfriaba la sangre.
-Tranquila. Nos divertiremos- la cara pálida pero tatuada se presento en su campo de visión. Ese cabello, esos tatuajes, esa mirada demente y esa sonrisa siniestra. No había duda. Joker. -Vaya. Creo que me reconociste.
Nuevamente intento zafarse de sus ataduras pero esta vez de forma mas desesperada. Las lágrimas comenzaron a caer de sus ojos. Ahora sabía donde estaba. Quien era la rubia. Y lo que le harían.
-Shhh niña. Aun no hemos comenzado. No hay nada porque llorar-
La respiración de Wanda se entrecorto -Vas a matarme- fue lo único que pudo articular.
La risa que broto de los dos simplemente aumento su angustia. Su temor. Ni Harley Quinn ni Joker eran conocidos por sus trabajos limpios y rápidos, todo lo contrario. Ellos disfrutaban de torturar a sus victimas, hasta que estas mismas rogaban por la muerte.
-No voy a matarte. Se lo prometí a tu hermano Pietro- declaro
-Pietro esta muerto- grito enfurecida. ¿Cómo se atrevían estos lunáticos a nombrar a su dulce hermano?
-No lo esta. El esta vivo- esta vez fue Harley quien hablo. Mostrándole una fotografía de su hermano. Era Pietro tan vivo y hermoso - Veras cariño. Cuando su genética fue alterada por Hydra, estos jugaron con otras cosas además de la gema. Aplicaron ADN de otros mutantes. Tu hermano recibió el ADN de Wolverine, quien tiene un factor curativo. Tu hermano estuvo días enterrado vivo. Hasta que nuestra jefa lo encontró. Claro que tu hermano se negó a cooperar con nuestra jefa. Y esto no le agrado mucho. Ha estado experimentando con él durante los últimos meses- otra serie de imágenes le fueron mostrada. En todas Pietro aparecía herido, en algunas hasta con algún miembro faltante.
-Desgraciados- estaba furiosa. Intento liberar su magia pero la descarga sobre su cuerpo fue brutal.
-Tranquila. Tu hermano ahora esta feliz. Junto a su padre y hermanos- esta vez la imagen le mostraba a un Pietro en silla de ruedas rodeado de la familia Xavier – Al parecer tu hermano puede salvarse de las balas y vivir un tiempo sin oxigeno pero no puede regenerar sus propios miembros perdidos- declaro con algo de simpatía- venderte para ir a casa fue la decisión mas acertada y correcta que tomo tu hermano.
No. No. Su hermano jamás la vendería. Jamás la traicionaría
-Pietro no me traicionaría- Quinn la miro con algo de lastima
-Pero linda. Lo hizo. Él nos dijo donde encontrarte a cambio de que lo liberáramos. Xavier y tu padre lo recibieron con felicidad. Al igual que tus hermanos.
Era doloroso. Dolía tanto saber que tu hermano te traiciono pero más dolía saber que su hermano se había rendido. ¿Por cuánto dolor tendría que haber pasado Pietro para traicionarla?
-Si vas a matarme hazlo de una vez- declaro
-Ya te lo dije niña. Se lo prometí a tu hermano. Le jure que no te mataría. Pero jamás dije que no jugaría contigo- Joker sonrió con suma alegría al ver las lagrimas de la bruja- Esto va a dolor. Mucho. Mucho.- había dos instrumentos en las manos del guasón- Por cierto niña. Tony Stark está vivo.
Los ojos de Wanda se agrandaron llenos de furia y desesperación. Pero el Joker ya había colocado la maquina de electroshock en cada lado de su cabeza. Sus gritos eran lo único que se podía escuchar en aquel largo pasillo. Acompañado por supuesto por la risa reconocida del guasón.
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Steve miro con absoluta devoción a sus hijos. Sus pequeños niños de apenas una semana de vida. Eran hermosos. Jhonny había heredero gran parte de sus rasgos. Desde su cabello rubio, su piel y sus ojos azules. Pero también heredo el encanto de Tony. Estaba seguro que su hijo sería una mezcla perfecta de ambos.
Su pequeña princesa. Su Jaime, nombrada así por sus dos tíos James Rhodes y James Barnes, era el tesoro de su corazón. Era tan parecida a su Tony. De cabellos castaños y grandes ojos marrones. Cuando recién había nacido, había tenido ojos azules que con el pasar de los días se habían oscurecidos. Sin duda una replica de su papi. No podía sentirse mas agradecido por sus tesoros.
Con sumo cuidado tomo a su pequeña. Era tan diminuta que sentía que si aplicaba mas fuerza de la debía podía dañarla. Beso con amor la frente de su niña. Oliendo y grabando en su memoria el aroma de su bebe.
Tenía tanto miedo de perderla.
Había cometido tantos errores, errores que le habían costado todo lo importante en su vida. Fue tan iluso y débil por haberse dejado manipular por Wanda. No solo había perdido su nombre como Capitán América. Eso ni siquiera importaba. Sino que había perdido a su omega. A su hogar. A su familia. Casi pierde a sus hijos. Pero lo que mas dolía era ver que por su culpa su omega estaba sufriendo por la pérdida de su hija.
Aquella que le fue arrebatada al nacer por su padre. Nuevamente pérdida y esta vez para siempre por su debilidad y egoísmo. Raven o Rachelle había sido una joven hermosa que no había dudado dar su vida por la de su padre. Para que sus hermanos y la humanidad no perdieran a Tony Stark.
Se sentía un miserable.
Sus hijos jamás conocerían a su hermana. Su omega no podría abrazar a su hija nuevamente. Los hijos de su omega no volverían a discutir y tontear con su hermana de nuevo.
No era justo y era su culpa.
¿Con qué cara podía ver a su Omega? ¿Con qué derecho podía estar allí? Viendo crecer a sus hijos. Ayudándolos a criarlos y educarlos cuando él era el responsable de la muerte de su hermana mayor.
-Steve- la voz quebrada de su omega lo trajo a la realidad.
Su cuerpo entero se tenso y con firmeza se aferro a su hija. Sabía que era indigno de estar allí. Pero rogaba cada hora. Cada minuto. Cada segundo que su omega no lo echara del compuesto. Que le permitiera ser parte de la vida de sus hijos.
-Tony- tomando valor volteo a ver al omega. Su corazón dolió al ver las ojeras y los ojos hinchados y rojizos del castaño. Lucia tan demacrado. -Yo solo quería verlos.
El omega suspiro. Steve se comportaba tan sumiso como un cachorro bajo la lluvia. -Tranquilo Steve, puedes ver a los niños cuando tú quieras. Solo he venido a alimentarlos- declaro mientras mostraba dos biberones – puedes alimentar a Jaime si quieres-
El alfa tomo el biberón con una pequeña sonrisa, con sumo cuidado y algo de torpeza comenzó alimentar a la pequeña. Quien parecía muy gustosa de ser alimentada. De reojo observo como el omega tomaba al pequeño niño y realizaba el mismo ritual con una pequeña y casi imperceptible sonrisa que no llegaba a sus ojos.
Estaba preocupado por su omega.
Tony lucía demacrado. Como si hubiera envejecido diez años de golpe. Y sumamente delgado. El ingeniero se había negado a probar bocado. Únicamente consumía agua y café. Ya que también se negaba a dormir.
Quería abrazarlo y decirle que todo estaría bien. Pero no podía. No era digno.
Tony se sentía incomodo, sabía que Steve lo estaba mirando y eso lo ponía nervioso. Era tan fácil palpar la culpa y el arrepentimiento del Alfa. Él sabía que el alfa se sentía culpable por la muerte de su hija, quería decirle que nada de esto era su culpa. Que todos fueron victimas de Wanda. Pero sinceramente no tenía fuerzas para hablar con Steve. Verlo cada día le recordaba todo. Lo bueno y lo malo. Lo alegre y lo triste. La vida y la muerte.
El perder a su hija, a su pequeña cuervo, era un dolor aun mayor de lo que sitió hace 17 años atrás. Jamás en su vida pensó que sentiría un dolor tan grande, pero se había equivocado. Porque esta vez la pérdida era definitiva. Cada vez que intentaba alcanzar el vínculo con su hija simplemente hallaba la nada misma. Y aun no lo asimilaba. No quería hacerlo. Aun quería creer en la posibilidad de que su hija de alguna forma resucitaría. Pero ya había pasado una semana y tal como lo había dicho Damián, Raven merecía un entierro digno. No obstante no podía. Darle sepultura a su hija sería darse por vencido. Reconocer que su hija no volvería.
Damián era otra cosa que constantemente le preocupaba. Pensar en el joven alfa era inquietante. El joven fue el encargado de sacar a su hija de la base y en ningún momento la había soltado. Incluso cuando Quill quiso arrebatársela, se había aferrado a ella, gruñendo a cada persona que hiciera el amague de arrebatarle a su omega. Tuvieron que sedar al joven para poder llevar a la omega al ala medica. Y dios Cho había intentado todo para traerla de regreso pero finalmente se había dado por vencida, permitiendo que su familia se despidiera.
Quill fue el primero en ingresar y no había salido de allí, se negaba a dejar sola a su pequeña luna. Sus hermanos habían sido los siguientes y al igual que StarLord tampoco habían tenido la voluntad para dejarla. Uno a uno fueron ingresando, desde los Vengadores hasta la Liga y los titanes.
Él no había despertado hasta el día siguiente. Fue Pepper. Su dulce Pepper en compañía de Diana que le informo de la situación. La pelirroja nunca pudo terminar de contarle lo sucedido, el simplemente había corrido hacía la otra habitación. Todos habían volteado a ver. Las personas lo habían mirado con distintos grados de lastima y piedad. Pero sus ojos estaban fijo en su hija. Tan distinta pero igual de bella.
Lloro y grito mientras rogaba que despertara. Que no lo dejara. Que se apiadara de su alma rota. Que abriera sus ojos y volviera a su lado. Que él no valía su sacrificio. Eso parecía ser el punto de quiebre de Damián. El alfa no había dudado en abofetearlo y decirle que no debería malgastar el deseo de su omega.
No había vuelto a ver al joven desde ese momento aunque Friday le aseguraba que estaba en el compuesto.
-Jefe. El Sr. Quill desea verlo- todo su cuerpo se tenso al oír el nombre de su ex alfa. Peter había desaparecido desde aquella mañana. Ni siquiera Gamora sabía la ubicación del StarLord.
Extrañamente, se sintió aliviado. Peter estaba a salvo.
Beso a su hijo antes de depositarlo en su cuna. Por suerte el pequeño dormía. Miro al rubio, que aun sostenía embelesado a su niña. -Por favor. Cuídalos Steve-
El rubio lo observo preocupado. Quería hacer algo por el castaño. Consolarlo. Amarlo. Pero que derecho tenía.
Ninguno de ellos noto al cuervo que los observaba desde la ventana.
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Se miró nuevamente al espejo. Su aspecto era asqueroso pero sinceramente no le importaba. Después de todo tenía varios días sin ducharse ni afeitarse. Había huido del complejo aquella mañana, sin siquiera dar aviso a nadie.
No podía soportar la idea haber perdido a su hija. Era demasiado doloroso. Tan doloroso como fue perder a Tony y a su madre. Un dolor tan profundo que dudaba que algún día podría sentirse entero y feliz nuevamente.
Y la culpa. La culpa le carcomía su alma. Debería haberse negado, debería haber arrastrado a su hija lejos de su padre. Debería haber dicho NO, pero en lugar de eso, había aceptado la decisión de su niña. Había respetado su deseo, porque en el fondo sabía cuál era el plan de la Omega. Nunca había sido capaz de decir no. Y su pequeña lo sabía.
Pero quemaba y dolía, al punto que cada bocanada de aire le era dolorosa.
-¿Peter?- la débil voz del omega, lo hizo sonreír con suavidad. La luz del día le daba de lleno, su Stardust se veía hermoso, incluso con su estado demacrado y dolido, era hermoso ante sus ojos.
- Stardust…es hora- declaro con una triste sonrisa
Tony negó repetida veces, sus ojos se llenaron de lágrimas – Ella…- dolía
-Ella no volverá cariño. Esta fue su decisión. Debemos respetar su voluntad- Peter más que nadie entendía la negación del castaño. Pero su Luna merecía descansar en paz.
Peter acorto la distancia al ver al genio llorar amargamente. No dudo en abrazarlo, en sostenerlo entre sus brazos, de besar su cabello con suavidad. Tony se dejó abrazar, tan necesitado de esa caricia, de ese amor, de ese perdón. Un perdón mutuo. Ambos habían perdido a uno de sus niños. A su pequeña luna. Pero esta era, quizás, la única vez en que podrían permitirse esta debilidad. Porque su niña les había concedido una nueva oportunidad. Una oportunidad para ser padres. Para amar. Para perdonar y vivir. Incluso si no era juntos.
Damián se deslizo tan silenciosamente como una sombra. Poco a poco las cosas tomaban su rumbo.
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La rubia de ojos castaños le sonrió, tan solo como ella podía hacerlo, su corazón palpito fuertemente en su pecho, desvió la mirada. Le había fallado de tantas maneras posibles. Incluso cuando la rubia era parte de su imaginación no podía, no tenía valor de verla.
Una mano cálida se posó sobre su mejilla- James- llamo con ese acento dulce
Volteo a mirarla, esos ojos chocolates tan parecido a su hijo. Dos Omegas hermosos. Dos omegas que jamás le pertenecerían.
-Te he fallado María-
La risa broto de esos labios carnosos y rosados- No lo hiciste. Cumplirte con tu promesa de liberar a mi niño. Te mantuviste a su lado cuando todo se desmorono a su alrededor. Estoy tan agradecida contigo-
-Le cause tanto dolor- negó con vehemencia
-Lo hiciste, pero volviste para estar a su lado. Para darle esperanza, para cuidarlo- La rubio tomo su rostro, juntando sus frentes con cariño-
-Pero su hija murió y yo lo permití-
El soldado quiso separarse de la rubia, pero la omega lo sujeto con fuerza – Lo humanos jamás aprendemos que a veces la muerte es un regalo. Un valioso regalo para los que nos rodea- murmuro con suavidad – La decisión de Rachelle, su deseo debe ser respetado y no lamentado. Ha sido un regalo doloroso pero hermoso, porque es una nueva oportunidad- James cerro sus ojos – La cuestión aquí es si todos van a permitir que ese regalo se desperdicie-
James permitió que la omega lo consolara –No. No desperdiciaré el regalo de ustedes-
-Bien. Ya debo irme. Solo vine agradecerte, gracias, gracias por todo, especialmente por tu amor-
-María- la omega no permitió que el soldado continuara, con delicadeza y devoción beso sus labios, ojala que se hubieran conocido en otras circunstancias. Ambos habrían sido tan felices.
-Vive James- dicho esto la figura de María comenzó a desvanecerse
Él soldado sonrió mientras se retiraba las gafas BARFT. En ningún momento James noto al cuervo, ni tampoco sabría que Friday había dejado de funcionar en aquella habitación, como tampoco sabría que las gafas no funcionaban. Pero eso no importaba realmente, porque aquel soldado salió de allí con su corazón más liviano, estaba empezando a sanar.
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Hoy sería la última vez que vería a su omega. Se sentía vacío, su cuervo había volado más allá de su alcance para ser libre. Libre de su dolor. Libre de sus ataduras con Trigon. Había muerto como una heroína, salvando a su persona favorita.
Quiso odiarla por abandonarlo a mitad de camino. Cuando aún ni siquiera habían empezado su vida juntos. Pero ambos se habían jurado de que si en algún momento uno se iba antes, el otro seguiría adelante, protegiendo la Tierra y a la humanidad. Y cumpliría su promesa.
Una lamida en su mano lo saco de sus pensamientos, acaricio suavemente la cabeza de Titus. ¿Quién diría que su bebe seria el ultimo regalo de su Omega?
-Vamos a despedirnos de Rae, Titus. Es hora- el cachorro lo miro expectante pero tranquilo. Desde ahora el cachorro seria su fiel compañero, su tesoro.
No iba a llorar. Su abuelo se avergonzaría si lo viera llorar. Su Raven se disgustaría y entristecería. Pero pensar en ella provocaba eso. Lo que antes era sonrisa y alegría, hoy era nostalgia, quizás algún día podría recordarla con alegría. Pero hoy no era ese día. No cuando sería la última vez que podría apreciar su belleza.
Enderezo su espalda y salió dispuesto a enfrentar al mundo. Unos fuertes brazos se fijaron en sus hombros, miro molesto a su nuevo compañero. El niño de apenas doce años se negaba a dejarlo solo. Jonathan Kent era una verdadera molestia.
-Márchate Kent- el niño negó con firmeza, ni siquiera sus más duras palabras hacían que aquel mestizo se marchara
-No. Le prometí a Rae que te cuidaría. No vas a deshacerte de mí tan fácilmente-
Por supuesto, su cuervo se había encargado de que jamás estuviera solo. Pero ¿Tenía qué elegir al estúpido hijo de Superman?
Resignado permitió que el niño lo acompañara. Dudaba que con la terquedad Kent pudiera resistirse por mucho tiempo.
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Su hermana tenía la mirada fija y perdida en las paredes blancas. Con cuidado acaricio los cabellos dañados y resecos. Había pasado seis meses desde que Wanda fue condenada a vivir en Arkham de por vida, ni todo el poder político de Xavier habían podido contra la condena del mundo.
Los jueces jamás dudaron de su condena, demasiados temerosos de la repercusión pública y del poder de Waller. Ni siquiera el perdón otorgado por Tony Stark y los Vengadores habían podido disuadir al jurado ni al mundo.
Su hermana era torturada día tras día, aunque los doctores lo llamaban tratamiento psicológico. Sollozo desde su silla de rueda, este era su castigo por la ignorancia. Este era su castigo por creerse dioses. Por buscar venganza. Ambos estaban pagando sus pecados en vida. El condenado a vivir en una silla de rueda, sabiendo que el hombre que creían culpable jamás lo había sido, mientras que su hermana viviría torturada por lo que le restaba de vida sabiendo que jamás pudo llevar a cabo su venganza.
Una venganza injustificada pero que había sido el motor de sus vidas. Ahora solo les quedaba el vacío y el dolor. Solamente eso.
- Hay que irnos Pietro. Nuestro horario de visita termino- Vision, su fiel y amoroso amigo le pedía abandonar a su hermana. –Vamos antes de que vengan por nosotros y no nos permitan visitarla nuevamente-
-Esto no es vida- reclamo el ex velocista
-No. Pero es una consecuencia de nuestros actos- contesto el androide
Pietro se encogió al escuchar aquellas palabras tan cridas y verdaderas –Volveré a visitarte pronto hermana-
Wanda jamás se inmuto ni contesto, su mirada yacía en las paredes. Totalmente perdida en su mundo interno, plagada de pesadillas.
Cuando ambos abandonaron la habitación, una mujer de vestimentas oscuras y ojos verdes, acompañada de un cuervo sobre su hombro, se acercó a la bruja.
Sin siquiera dudarlo introdujo su mano dentro del pecho, los ojos de Wanda se abrieron temerosa, enfocándose en la mujer.
-No te preocupes, en esta vida ya no sufrirás- la pelirroja quiso sonreír complacida, la muerte se había apiadado de ella- Porque tu verdadero sufrimiento recién comienza en tu muerte querida-
Pasarían un par de horas antes de que los guardias notaran que Wanda Maximoff había fallecido, con un semblante lleno de terror.
Después de todo no todos los días la señora y diosa de la muerte te viene a buscar en persona. Y Hela tenía grandes planes para su nueva alma condenada.
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Los observo jugar en la arena acompañado de sus hermanos mayores, sus bebes habían crecido tanto en esos seis meses. Tan bellos pero tan diferentes como el día y la noche. No podía evitar sonreír al verlos tan felices.
Con cuidado trazo la imagen delante suyo con destreza sobre el papel, deseando inmortalizar esa felicidad. Estos tiempos de paz. Nada había sido sencillo durante esos meses, el dolor de perder a Raven era latente, pero poco a poco las personas, su familia, comenzaban a encausar nuevamente sus vidas.
Bruce y Natasha habían desaparecido hace un mes, después de la boda de Pepper y Diana, ambos le habían enviado una postal desde Japón. Los Guardianes iban y venían constantemente, pero su lugar de residencia se encontraba entre las estrellas. La Liga funcionaba tan bien como siempre, cumpliendo con su deber de proteger a la humanidad, al igual que los Vengadores, ahora bajo el mando de la Capitana Marvel y War Machine. James, su mejor amigo, se había ido a recorrer el mundo desde que fue declarado inocente por los crimines cometido bajo las manipulaciones de Hydra, como el soldado de Invierno. Sam había ido junto con James alegando que necesitaba un nuevo rumbo. Lo último que supo de ellos es que ambos estaban en Brasil. Clint y Scott se retiraron definitivamente de la vida como héroes, prefiriendo dedicarse a su familia, tratando de reparar sus lazos.
El por su parte prefería pasar sus días junto a sus hijos y su Omega. Aunque ya no podía llamarlo así, después de todo estaban divorciados. Cuando supo del divorcio creyó que el millonario lo expulsaría de su vida, de la vida de sus hijos, pero no fue así. Tony se negaba a permitir que sus hijos crecieran sin sus padres.
No estaban juntos pero tampoco estaban separados. Y era algo comprensible. El daño que ocasionó aun no sanaba pero mientras le fuera posible permanecería junto a su familia.
La vida no era perfecta pero no por ello era menos bella.
-Son hermosos- la voz de una joven lo distrajo momentáneamente, volteo un tanto sorprendido, no había sentido a nadie acercarse. La joven parecía divertida por toda la situación.
-Gracias- la joven le hacía sentir confianza además le despertaba ternura, se preguntó si alguna vez su princesa se vería como esta joven. La joven poseía una piel pálida, con largos cabellos castaños y ondulados, y unos preciosos ojos claros. Juraría que tenía cierto aire a Tony, por la sonrisa pequeña pero traviesa.
-Debe sentirse afortunado por su familia-
-Lo estoy. Aunque a veces pienso que no lo merezco- no sabía porque pero sentía que podía contarle todo aquella extraña
-¿Merecer o no merecer? ¿Acaso eso importa?- contradijo la castaña
-Importa cuando dañas a tu familia. Cuando la traicionas- suspiro
La joven asintió un tanto dudosa – Pero aquí estas, cuidándola, acompañándola, incluso desde las sombras- Steve la miro sorprendido – La verdad es que los humanos cometemos muchos errores y la vida es tan corta, tan fugaz- el rubio volteo hacia su familia, Tony se había unido a sus hijos- La vida hay que vivirla- la niña miraba a su castaño con intensidad- Si cometiste un error discúlpate, si amas a alguien díselo, si quieres ser feliz lucha para lograrlo. Da el primer paso porque quizás la otra persona también tenga miedo-
-¿Y si no me acepta?- su dibujo quedo en la arena
-¿En verdad crees que no te ama?- la muchacha lo miraba un tanto molesto- Una vez alguien me dijo; si amas a alguien, se lo dice, incluso si te asusta que te rechacen, o si piensas que no te lo mereces, asustado de las consecuencias, debes decirlo, debes gritarlo si lo crees necesario. Y después…partes desde allí- la joven se puso de pie, sacudiendo la arena de su ropa blanca- Suerte- dijo para seguir su camino
-¡Espera!- la joven se detuvo y volteo a verlo- Gracias, aunque no se tu nombre- en verdad quería saberlo, algo le resultaba tan familiar en la niña
–Rae, me llamo Rae. Nos vemos Steve- La joven sonrió y así como llego, se fue caminando tranquilamente, no sin antes de dirigirle una última mirada a la familia Stark
No estaba seguro de que es lo que había ocurrido, pero por un breve momento pudo sentirse feliz, aliviado. Sin dudarlo se levantó, olvidando su boceto en la arena y prácticamente corrió hacia donde estaba Tony, los niños lo vieron venir con caras sorprendidas al igual que el castaño pero no permitió que el millonario reaccionara. Sus labios se encontraron en un beso ansioso, lleno de sentimientos. Tantas emociones transmitidas en su simple beso que les lleno el alma. Ambos tenían las mejillas mojadas por sus lágrimas, más en ningún momento sus labios se separaron.
Tony no sabía cuánto había extrañado a su alfa hasta que Steve lo beso, transmitiéndole todo el amor que sentía, no dudo ni un segundo en responder al demandante beso, le había hecho tanta falta su Steve. Las lágrimas de felicidad al sentirse completo nuevamente escaparon sin piedad.
Sus hijos aplaudieron llenos de felicidad. Aquellas dos almas destinadas a estar juntas, lo estaban finalmente. Y esta vez para siempre. Había cosas que nunca se pueden olvidar ni borrar, pero la vida es tan corta como un suspiro y es el deber de todos vivirla con felicidad. De ahora en adelante Tony y Steve vivirían su vida juntos. Y eso era todo lo que realmente importa.
A lo lejos dos personas observaban la escena. La mujer mayor le entrego un papel a la más joven, Raven sonrió al reconocer el boceto realizado por Steve, aquel que había quedado olvidado en la arena. Hela, su nueva señora, era sumamente generosa, demostrándole que había valido la pena conceder su alma a la diosa de la muerte a cambio de la vida de su padre.
-Vamos mi cuervo de oscuridad, tenemos una invitada especial que espera por nosotras- murmuro la mujer con una siniestra sonrisa, abriendo un portal que las dirigiría directo al Hel.
Raven observo una última vez a su familia, las sonoras y fuertes risas eran escuchadas a pesar de la distancia, aquella imagen jamás se borraría de su mente sin importar que pasara una eternidad. Sonrió antes de adentrarse al portal. Jurando que sin importar como, siempre los protegería.
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Finalmente el primer final listo, espero que nadie me asesine por haber matado a Raven jejeje.
Espero que les haya gustado a todas/os, especialmente a las que votaron por esta pareja, se que no esta super meloso ni sabroso pero tengo pensado escribir un epilogo aparte donde se muestre como continua la relación de Steve y Tony junto a sus hijos. Y también mostrarle un poco la vida de los demás. Comenten que les parece la idea de un epilogo stony.
El siguiente final será WinterIron. Y como dije todos los finales serán distintos, o sea no tendrán la misma trama. Quizás lo único que tengan parecido son las partes de Wanda pero después la trama será diferente.
Por si alguien se lo preguntaba. A Raven en la vida real me la imagino como a Àstrid Bergès-Frisbey.
Espero que no me odien demasiado por este final sad. Las amodoro mis amores.
Nos leemos la próxima.
kisskiss
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