Raven estaba sumamente preocupada. Cuando trato de comunicarse con la Tierra, su padre se había desmayado con tan solo escuchar el nombre de la nave. Friday le comunico de lo sucedido y no pudo evitar sentirse culpable. El esfuerzo y el stress por el que su padre pasaba desde los últimos días, era enteramente su culpa. Se había sentido tan pero tan feliz de estar con su padre Alfa que jamás cruzo por su cabeza la idea de que su familia, la otra parte, estaría angustiada por ella.

Nunca se detuvo a pensar en su madre o sus hermanos, ni en sus tíos o amigos, mucho menos en Damián. Tan feliz de sentirse completa, de recibir el amor de su padre que olvido a su otra mitad. La culpa la embargo totalmente mientras caía de rodillas al suelo. Era persona horrible.

Peter entro al cuarto de su hija. Su bebe se veía devastada con todo lo ocurrido. Levantándola del suelo la acuno contra su pecho mientras le acariciaba aquellas hermosas hebras negras, murmurando una vieja canción de cuna. Su madre solía cantársela cuando se sentía angustiado. Inmediatamente sintió el cuerpo de su pequeña relajarse.

-Olvide pensar en ellos. Estaba tan feliz de estar contigo que olvide que mamá está embarazada- murmuro con culpa

Peter solo un suspiro. Su niña se estaba culpando y no le gustaba en absoluto el tono lastimero de la joven. – Esta bien Rae. Aun eres una niña. Una niña que por mucho tiempo, para sobrevivir, tuviste que suprimir tus sentimientos. Es normal que ahora que te permitas sentirlos, cometas ciertos errores-

Raven se aferró aún más a su padre. Aspirando el aroma tan único. Sintió su cuerpo liviano, sumamente liviano. Comenzó a sentir voces que la llamaban. Supo que su verdadero cuerpo comenzaba a llamarla.

A Peter lo inundo el pavor al ver como el cuerpo de Raven comenzaba a brillar con suavidad, haciéndose cada vez más liviano y transparente. No quería perder a su bebe. -¡Raven!- susurro con urgencia

-Tranquilo papá. Es hora de que vuelva. Mi cuerpo me está llamando- el miedo en los ojos de su padre le hizo sentir aún más culpable -Búscame en la Tierra- fue lo último que pudo decir antes fe que su cuerpo terminara de desvanecerse.

El miedo y la angustia amenazaban por tomar el control de Peter pero se recordó que necesitaba mantenerse tranquilo y llevar rápidamente el Milano a la Tierra. Necesitaba reunirse con su familia. Con su niña y su hijo. Con su omega.

¿Su Omega? No estaba seguro si podía llamarlo así. El vínculo entre ellos había muerto hace más de quince años. Su Omega rehízo su vida al lado de otro Alfa. Quiso sentirse molesto pero realmente no pudo hacerlo, una parte de él sintió un verdadero alivio al saber que Tony había encontrado felicidad a pesar de todo, pero ese alivio cambio rápidamente a ira. Aquel Alfa había abandonado a Tony en plena Siberia. Dejándolo a su suerte, herido y embarazado.

Quizás Tony no era su Omega. Quizás nunca lo aceptara nuevamente como su Alfa. Pero se aseguraría que su Tony fuera feliz. Con bebes de otro Alfa o no, aun amaba con locura a su rollito de canela.

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Damián, por alguna razón que desconocía, se sintió sumamente ansioso. Con fuerza sujeto la mano de su novia. Rogando porque regresara a su lado. Habían sido dos larga semanas, eso sin contar las semanas que pasaron separados por la estupidez de su padre. La distancia lo único que había hecho era agrandar su amor por la joven. El anhelo de tenerla nuevamente entre sus brazos y besar cada parte de su cuerpo lo habían agobiado día tras día.

La mano que tenía sujeta, apretó con suavidad la suya. Por un breve momento pensó que se lo estaba imaginando pero allí estaba nuevamente ese leve apretón. Volteo rápidamente a mirar el rostro pálido de su novia y vio aquellos bellos y únicos ojos violetas.

Una sonrisa se extendió por su rostro. Raven acaricio con suavidad sus mejillas, limpiando las lágrimas que de deslizaban por ella. Damián quería sentirse avergonzado por las lágrimas pero no podía, la felicidad y el alivio inundaron su alma, su amada cuervo estaba de regreso.

Raven nunca había visto a su novio llorar, Damián era demasiado orgulloso para hacer algo que según él era una debilidad. Verlo tan frágil le revolvía el estómago. Su cuerpo físico se sentía agotado pero con la poca fuerza que tenía estiro su mano hasta la nuca de Damián y lo atrajo con suavidad. Lo beso con todo el anhelo y el amor que podía. Damián respondió con la misma intensidad.

Las palabras, las explicaciones y las disculpas sobraban, lo importante es que estaban juntos nuevamente.

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Sam se sorprendió al ver a la mujer pelinegra al lado de Scott, la mirada de la joven estaba lleno de odio dirigido exclusivamente hacia su persona. Por alguna razón se sintió avergonzado y sin fuerza alguna para sostener la mirada. La pelinegra soltó un bufido molesto, Scott se removió nervioso a su lado.

Cuando Hope había venido luego de que Wanda lo atacara, su novia, si aún podía llamarla así, se veía sumamente moleta y fastidiada, no obstante se había quedado a su lado, velando por su salud, regañándolo por su idiotez y hablándole sobre Cassie. En verdad extrañaba a su hija. Demasiado. No obstante Hope se encargó de informarle que Cassie no deseaba saber nada de él.

Cuando Sam lo llamo pidiéndole que se uniera a ellos ante la inminente amenaza de los Acuerdos y los Soldados de Invierno nunca dudó en aceptar inmediatamente, sin siquiera despedirse de nadie, había tomado el traje y marchado hacia el punto de reunión. El orgullo que sintió al saberse lo suficientemente importante como para que un héroe como Steve Rogers lo solicitara desbordo su corazón, la duda de que el grandioso Capitán América estuviera equivocado jamás cruzo su mente.

Ahora estaba pagando las consecuencias de su orgullo y nadie era responsable de sus decisiones más que el mismo. Ni siquiera se atrevió a poner la culpa en otras personas a diferencia de Clint.

- ¿Hope, por favor, podrías dejarnos solos?- pidió el castaño a la pelinegra

Hope se levantó de su silla sin siquiera voltear a ver a los dos hombres. En verdad necesitaba alejarse de Scott y del soldado.

Había venido a Wakanda por petición de Shuri y Tony, no porque realmente quisiera ver a Scott. De acuerdo, quizás si quería verlo. Muy en el fondo aun amaba a ese cabeza de chorlito pero dudaba que ese sentimiento fuera reciproco y aunque lo fuera, ya nada volvería a ser como antes.

Tomando su teléfono marco el número de su amiga. Necesitaba saber acerca de la salud de su primo. Oh, Tony no era su primo, ni siquiera tenían un lazo sanguíneo pero su madre y la madre de Tony fueron las mejores amigas. María era su madrina, y aunque sus padres se odiaran, María se hizo hecho cargo de ella luego de la muerte de su madre. La Omega fue su segunda madre.

- Hola- la voz de Pepper se escuchaba sumamente agotada.

- ¿Pepper?- cuestiono un tanto sorprendida, la única vez que escucho a su amiga de esa manera, fue cuando Tony volvió de Siberia - ¿Le ocurrió algo a Tony?-

- Nada que no podamos controlar. Solo fue un susto- contesto la pelirroja -¿Qué ha sucedido en Wakanda?-

Hope en verdad quería descargar su frustración, no soportaba estar ahí vigilando constantemente a la bruja psicópata, verla tan feliz y radiante hacia que su estómago se revolviera. Ni hablar cuando observaba al esposo de su primo. Últimamente Rogers se había vuelto más quieto y nocturno, sin siquiera despegarse del lado de la bruja. Tratando a Wanda como si fuera una especie de diosa. En verdad se sentía asqueada.

Antes de que siquiera pudiera contestar, el piso tembló bajo sus pies al tiempo que se escuchaba una fuerte explosión desde una de las alas del castillo. Las alarmas comenzaron a sonar, alertando a la guardia de la ubicación de la explosión.

- ¡Hope!- el grito de Pepper la saco de su deslumbramiento

- Pepper tengo que dejarte, hubo una explosión en el ala donde están los fugitivos- Sin siquiera esperar una respuesta se apresuró hacia el lugar, acompañada de cerca de Sam y otros guardias.

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Observo detenida a Wanda, la muchacha se encontraba tranquilamente leyendo una revista, las ojeras habían desaparecido en las últimas dos semanas, volteo a ver a Steve, este se encontraba con la mirada ida mientras masajeaba los pies de la joven pelirroja.

Su instinto le decía que algo había olvidado, como si algo en su interior pugnara por salir. Entonces lo sintió, sintió una mano atravesar su cabeza, con fuerza y profundamente dolorosa. Las imágenes pasaron con velocidad una tras otra, las más recurrentes eran las de su esposa e hijos.

"..Regresa a casa...quiero hacer sky acuático papá...Aun somos amigos, ¿cierto?....el futurista está aquí, bravo...."

Una y otra vez las palabras se repetían en su mente, entonces la vio. Vio a Wanda acercarse con las manos y ojos rojos. Un grito desconsolado desbordo de sus labios.

Wanda tomo fuertemente su cabeza entre sus manos, algo la estaba atacando, algo sumamente poderoso y maligno, sus memorias más oscuras resurgían una y otra vez. Podía ver el cuerpo inerte de sus amados padres y de su gemelos. Los gritos de agonía de su hermano mientras experimentaban con el peli plateado y su propio dolor.

Steve observo impotente a su niña, los gritos de agonía que provenían de su bebe eran insoportables. Tomándola entre sus brazos se dirigió rápidamente hacia la entrada del lugar, pasando por el costado de Clint quien también se revolcaba de dolor en el piso, quiso ayudar a su amigo pero su prioridad siempre seria su niña.

Al llegar a las puertas intento pasar atreves de ellas pero una alarma comenzó a sonar, inmediatamente de vio rodeado por un grupo de guardias y Dora Milaje.

-Por favor Capitán. Regrese a la sala- pidió una de las mujeres.

Steve por primera vez quiso golpear a una mujer. ¿Acaso no se daba cuenta que Wanda estaba en peligro? – Quítese de mi camino. Necesito llevar a mi niña con un doctor-

Teela ni siquiera se dignó a observar a la bruja, sabía que si lo hacia una sonrisa de placer se extendería por su rostro. No necesitan enfurecer aún más al Capitán.

-Enviaremos un doctor a su ala. Por favor regrese- pidió nuevamente.

Steve la ignoro completamente, mientras con la miraba recorría cada una de los rostros y armas que portaba la guardia. Calculo cuanto tardaría en vencerlos. Antes de que siquiera pudiera hacer un movimiento Wanda dejo de gritar y abrió con cuidado sus ojos. El dolor en aquellos ojos le despertó su instinto sobreprotector.

Clint despertó con la respiración agitada. Podía recordar la noche en que Wanda lo había acorralado en el complejo y lo había dominado ante un solo movimiento de su mano. Recordó tratado de resistirse pero era completamente inútil, luego de eso la mayor parte de ese año y media era completamente confuso.

La única cosa que tenía en claro es que Wanda lo había manipulado, nuevamente fue el títere de otro psicópata. Jamás perdonaría a la pelirroja.

Wanda debía pagar. Con algo de esfuerzo se puso de pie, recordó vagamente que Steve llevaba a Wanda hacia algún lugar. Seguramente al hospital. Algo lo había atacado y podría jurar que era Loki, sino fuera porque sabía que estaba muerto. Incluso en esos momentos escuchaba la risa divertida del Dios de las travesuras.

Aun si fuera Loki debía admitir que estaba agradecido. Ese ataque lo había librado del control de Wanda. Maldita bruja.

Salió rumbo hacia la puerta y allí los vio. Wanda estaba siendo sostenida protectoramente por Steve. Con ira tomo su arco y disparo una de sus flechas en el mismo instante que Wanda volteaba a verlo. Los ojos de la bruja se tiñeron de rojos.

Su flecha giro mágicamente en el aire. Dirigiéndose hacia su persona, acompañada por una fuerte ráfaga de magia escarlata; pensó que sería su fin pero una barrera verde se alzó alrededor de él. Ambas magias se encontraron causando una fuerte explosión.

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Sus ojos color whisky se abrieron con pesadez. Por suerte el cuarto se encontraba a oscuras. No recordaba exactamente donde estaba pero por el pitido molesto, casi podía asegurar que estaba en el ala médica nuevamente.

Sus bebes se removieron inquietos en su vientre, pateando uno que otro órgano o costilla. Sus bebes habían adquirido la fuerza sobrehumana de su padre. Acaricio con suavidad su vientre hinchado.

Aun no sabía con exactitud porque estaba conectado a cables ni que hacía en el ala médica. Trato de hacer memoria y lo último que recordaba eran los asustados e intensos ojos de James, luego de eso nada. Absolutamente nada. Volteo con suavidad su rostro hacia su derecha y allí estaba su sombra inseparable. Su James acompañado de su hijo Harley. El pequeño Alfa tenía su cabeza apoyada sobre el hombro de Bucky. Verlos así le hizo sonreír con ternura.

Volteo su rostro hacia el otro lado encontrándose con una imagen que hizo temblar su corazón. Peter estaba profundamente dormido en un sillón individual, pero sobre su regazo se hallaba su hija, su Raven.

Se incorporó con rapidez, importándole muy poco su malestar ante tal brusco movimiento, estiro su brazo con rapidez para tocar la mejilla pálida pero cálida de su niña. Raven respiraba con absoluta calma, como si nunca hubiera estado en coma, mientras se permitía ser el osito de felpa de su gemelo.

Antes su tacto los ojos de la joven se abrieron de forma presurosa, ambos Omegas se miraron por un largo rato antes de que Tony tomara con suavidad a su hija, abrazándola fuertemente contra su pecho....bueno más bien contra su enorme estómago.

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Tanto Shuri como Hope no podían creer lo sucedido en las últimas horas. Clint Barton había sido liberado del control mental e inmediatamente ataco a la Bruja Escarlata, por fortuna del arquero Loki intervino, protegiéndolo con su magia, no obstante la fuerza del ataque de Wanda, la flecha explosiva de Clint y la magia de Loki, habían causado una explosión que cobro la vida de tres personas y cinco heridos de gravedad.

Lo peor de todo el asunto era que tanto Steve Rogers como Wanda Maximoff habían huido de Wakanda ante la confusión de los sucedidos.

Barton se encontraba totalmente estable, la explosión no lo había alcanzado aun así su hermano permitió el ingreso de Laura a su país.

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Peter descendió de su nave un tanto nervioso, a su lado Gamora le brindó su apoyo con un leve apretón a su mano izquierda, con un poco más de confianza miro la pequeña multitud formada en la entrada de aquel compuesto.

Aproximadamente unos tres días habían pasado desde la despedida de Raven. Verla nuevamente entre aquella multitud trajo un poco de alegría a su corazón.

-Mi luna adorada- llamo a la jovencita. Esta inmediatamente lo fulmino con la mirada.

Las personas alrededor de su hija rieron antes el apodo un tanto ridículo. Ni siquiera Damián pudo contener su sonrisa.

Raven se sintió sumamente molesta y avergonzada con su padre. Ya le había pedido que no la llamara de esa forma tan ridícula, a pesar de su enorme molestia se acercó a su padre, arrastrando a su gemelo con ella.

Star Lord observo a sus dos hijos. Ambos jóvenes eran totalmente opuestos, Raven tenía la piel pálida, los cabellos negros y los ojos violetas, mientras que su niño poseía el cabello castaño, tez blanca y ojos castaños, tan parecidos a los de su Tony, aunque podía notar unas pequeñas notas de color verde en tal bellos ojos. Sus hijos eran hermoso.

Abrazo a ambos Omegas sin siquiera dudarlo, oliendo con suavidad el aromada de sus bebes para gravarlo en su memoria. Ambos eran totalmente opuestos, por lo menos físicamente, pero los dos niños olían a hogar. Eran una mezcla perfecta de Tony y el.

Tony...

Rápidamente levanto su mirada, sus ojos verdes se encontraron con aquellos ojos castaños claros. Esos ojos hermosos que le transmitían infinidad de sentimientos. Anhelo, temor, nostalgia pero sobre todo amor. Un amor que sobrevivió diecisiete años de engaños y soledad.

Ambos hombres comenzaron acercarse de forma casi inconscientes, las personas a su alrededor los observaron en silencio, temerosos de arruinar el momento. Cuando solo dos pasos los separaban, ambos se detuvieron

Tony humedeció sus labios – Después de todo este tiempo- susurro un tanto dolido

-Si....Tony-

Quill nunca fue bueno con las palabras, las acciones se le daban mejor, por lo que siguiendo su instinto ni siquiera lo pensó, envolvió al Omega entre sus brazos, con suavidad por el vientre hinchado pero con la suficiente fuerza para no permitir que el castaño se escapara.

Por la cabeza del hombre de hierro jamás paso la idea de liberarse de aquel posesivo y amoroso abrazo, sino todo lo contrario, deseo poder juntar aún más su cuerpo al de Quill.

Peter y Raven se acercaron a sus padres junto con un renuente Harley. Inmediatamente ambos adultos atrajeron a sus hijos aquel abrazo.

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Bueno que puedo decirles, voy a ser sumamente mala y dejarlo hasta aquí. La familia StarkQuill se a reunido finalmente. Lo que la mayoría de ustedes quería, al fin ocurrió. Para los que se pregunten si ya tengo mi compu la respuesta es NO. Pero estoy escribiendo parte en mi celular, es sumamente incomodo, y parte en la compu de mi mamá. Creo que faltan muy pocos capítulos para que termine esta historia. La pareja ya la tengo decidida y hasta tengo pensado el final. Falta poco muy poco. Nos vemos la próxima vez.

Besos