Capítulo 11: Breath
Diecisiete años habían pasado desde ese momento. Había podido conocer a sus ahora compañeros. Su manada, pero nada lo hacía olvidarse de su Omega.
- Estas vivo- Star-Lord observo a una jovencita traslucida a su lado, no podía decir si estaba asustado o sorprendido. Pero antes de que siquiera pudiera reaccionar, la joven había desaparecido, como si nunca hubiera estado allí. No obstante, el sentimiento que surgió dentro de él, se parecía, inexplicablemente familiar.
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Tony miro sumamente preocupado a su hija, había entrado a la habitación de la Omega para revisar que estuviera bien, hacía más de cinco horas que no salía de su habitación. En lugar de encontrar a su niña durmiendo, se había encontrado con Damián Wayne sentado al lado de Raven con una expresión sumamente preocupada. Su niña apenas y respiraba, la palidez de la muchacha era aún más notoria. Sus labios rojos sangre se habían vuelto azules. Casi se sintió morir cuando toco la piel de su hija. Total y mortalmente helada.
Inmediatamente había entrado en pánico. Friday quien monitoreaba constantemente sus signos vitales, había mandado llamar a Pepper, Rhodey y Cho. Temiendo por la seguridad y salud del millonario y de su hija.
Aunque Damián intento explicar la situación ninguno de los adultos estaba dispuesto a escucharlos, Tony estaba fuera de sí, culpándolo del estado de su niña. Eso había calado hondo, pues jamás pondría en riesgo a su Omega. No obstante las palabras habían hecho mecha y su lado Alfa salió a flote, desnudo sus colmillos a los adultos en la habitación, no permitiendo que ninguno se acercara a su mujer.
Por suerte o quizás no tanto, su padre y Clark Kent acababan de llegar a la Torre Stark. Visión les informo de la situación y tanto Superman como Batman corrieron hacia la habitación de la menor, encontrándose con un Damián totalmente ido y furioso, un Tony totalmente de si, que había sacado sus colmillos y sus ojos brillaban en un tono dorado intenso.
Cuando un Omega siente que sus cachorros están siendo amenazados, era capaz de enfrentarse a un Alfa y ganar la pelea. No obstante Damián no era cualquiera Alfa. Había sido entrenado por la Liga de Asesinos, por Batman y por los Teen Titans. Ninguno de los dos, tanto Tony como Damián, saldrían bien librados si llegaba a suceder una lucha. Tony apenas llevaba cuatro meses de embarazo. Aun podría sufrir un aborto.
Batman, miro a Pepper, quien se había posicionado al lado de Tony, dispuesta a patearle el trasero a ese cachorro alfa maleducado, que resultara ser su sobrino. Le hizo una seña hacia Tony para que lo sujetara. La pelirroja inmediatamente abrazo a Stark por la cintura. Pero por más esfuerzo que hiciera, Tony se negaba a dar un paso atrás.
Batman trato de mantener la calma, a pesar de que el cuarto apestaba a feromonas. –Damián. Necesitas calmarte- Hablo con voz tranquila y neutra, intento dar un paso más cerca de su hijos, pero tanto este como Tony voltearon sus furiosos ojos hacia él.
Clark se tensó al lado de su pareja. A pesar de que no tenía un segundo género, ya que era un alien. La tensión en el cuarto le crispaba los nervios. No permitiría que ni Tony Stark ni Damián dañaran a su Bruce.
Bruce Banner fuera del cuarto, movía nerviosamente sus manos, sabía que no debía entrar allí, el solo empeoraría las cosas si Hulk salía a jugar. Tomando una respiración profunda, le comunico a Visión que el iría a encerrarse en el laboratorio, hasta que Hulk se calmara.
Tanto Charles como Erik se movieron rápidamente dentro del cuarto. Al ver la situación, Charles intento comunicarse con Tony telepáticamente, pero lo único que recibía de su sobrino era "Proteger. Bebe. Hija. Muerta. Fallar. Maria. Quill. Rachelle", intentando con más fuerza, hizo un poco más de presión y finalmente Tony se desplomo como si de un títere se tratara. Por suerte Potts alcanzo a sujetarlo antes de que pudiera golpearse.
Erik por su parte, se había puesto frente a su sobrino, y con un simple movimiento de su mano, detuvo al joven Alfa. Al parecer el uniforme estaba hecho de algún tipo de aleación metálica. Por más que intentara el niño no podría moverse.
Una vez que Tony cayo inconsciente, volteo su mirada hacia el joven que era sostenido por su esposo, concentro su poder para poder entrar en la mente del joven, pero una fuerte pared invisible lo derribo.
- Eso no funcionara. Raven le ha enseñado a proteger su mente- declaro Batman, acercándose con cierta cautela a su hijo, le propicio un fuerte golpe en la nuca. Damián se desplomo contra su padre -Debemos darle un fuerte tranquilizante y esposarlo. No sabemos cómo va a reaccionar.
Clark se acercó hacia la cama, donde reposaba Raven, su respiración era débil al igual que su pulso. Su piel estaba helada. Supo que Raven había utilizado su proyección astral. ¿Para qué? Era la pregunta que se hacía Superman.
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Peter no podía creer su suerte, solo se fue por cuatro horas cuando sintió que el vínculo con su padre, se tensaba. Rápidamente sin importarle que un profesor estuviera a media clase, salió del lugar apresurado, sin siquiera prestar atención a los llamados de Gwen, MJ o Harry.
Ni siquiera se dio cuenta que Wade lo estaba siguiendo. Sus sentidos estaban, exclusivamente, concentrados para llegar de forma rápida a la torre. Algo le había sucedido a su manada.
Pero de pronto alguien sujeto fuertemente su brazo, cuando volteo a ver quién era, se llevó una enorme sorpresa -Wade- susurro, el mercenario sonrió ante la confusión del Omega. Peter se veía hermoso esa mañana. Peter se apresuró a quitar su brazo -Ahora no tengo tiempo Wade- su voz sonaba determinada. Wade no pudo evitar sentirse sorprendido.
Peter nunca le había hablado de aquella forma, tan seria y fría. Mucho menos había huido de él. Siempre tan deseo en complacerlo y permanecer a su lado.
¿Qué rayos estaba sucediendo? Se preguntó mientras veía a Peter desaparecer entre la multitud
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No había manera alguna de despertar a Rachelle. Ninguna. Su alma se había transportado hacia otro lugar y volvería cuando la joven quisiera. Eso si no quedaba débil por los viajes astrales y se perdía en el mundo de los espíritus.
Para Rachelle le sería más fácil regresar si su Alfa la guiara a su cuerpo de regreso. Lamentablemente, aunque todos sabían de la relación de los jóvenes Titanes, ellos aún no habían formalizado su vínculo Alfa/Omega. Raven no estaba lista con sus diecisiete años y sinceramente, aunque Damián se moría por hacer suya a su cuervo, tampoco se sentía preparado a sus quince años. Especialmente porque había una gran posibilidad de que Raven quedara embarazada.
Tony quería sentirse aliviado al saber que su hija aún no había sido marcada, pero por otro lada, eso complicaba las cosas. La Dra. Cho y Bruce habían conectado el cuerpo de la joven a un respirador y una sonda. Constantemente revisando sus signos vitales.
Charle había intentado todo para tratar de ubicar a su sobrina-nieta pero al igual que con Damián una pared invisible le prohibió el paso por la mente de la joven Titan.
Tanto Tony, Peter y Harley también intentaron forzar su vínculo, pero se sentía muy lejano, no importaba cuanto se esforzarán, no podían llegar a ella. Tony se encontraba al punto del colapso.
Bruce estaba sumamente preocupado por su amigo y la hija de este. En los últimos dos meses, Raven se había convertido en su compañera de meditación. Ambos disfrutaban de los silencios pacíficos, del té y de leer buenos libros. Sin duda Bruce disfrutaba enormemente la compañía de la joven. Además Raven era la única que lo podía calmar lo suficiente para evitar que Hulk se saliera de control.
Por las últimas tres horas estuvo pensando en quien podría ayudar a la joven, fue entonces que recordó a aquel extraño sujeto de capa. Inmediatamente se dirigió hacia 177A Bleecker Street, Greenwich Village, New York.
Habrá tardado quizás unos 30 minutos en llegar y dar con la casona del hechicero.
Strange no se sintió ni siquiera sorprendido al ver al Dr. Banner, todo lo contrario, había estado esperando por él. En realidad, el doctor llegaba tres horas tarde. Debian darse prisa si querían llegar a tiempo para salvar a la bruja demoniaca.
-Dr. Strange- intento hablar Bruce, en cuanto fue recibido por el doctor
-No hace falta que me explique nada Dr. Banner, se de aquello que le preocupa. Y debemos darnos prisa si deseamos salvar a la joven -Bruce se sorprendió enormemente, pero imaginaba que si había alguien que sabría lo que ocurría en el mundo astral y espiritual, sería el hechicero.
Ambos partieron inmediatamente hacia la Torre Stark. El tiempo se les acababa, Raven había abandonado su cuerpo hace más de doce horas.
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Nightwing era un alfa de fuerza y carácter, de pocas debilidades, por lo menos eso era lo que todos creían, pero de las pocas que tenía, Raven era una de ellas. No podía negar que amaba a la mitad demonio, desde la primera vez que la vio, supo que la muchacha seria su perdición. Y demostró ser cierto cuando desafío tanto a su mentor como al resto de la Liga, cuando estos se negaron a ayudar a la joven.
Durante el tiempo que estuvieron juntos en los Titanes, la mayoría los reconocía como la pareja Alfa/Omega de su manda tan particular. Claro, que él era un playboy, siempre rodeada de hermosas chicas y chicos. Pero también siempre volviendo a los brazos de su Omega.
Lamentaba, aun hoy en día, el haberse obsesionado con Slade, al punto de volverse frio y calculador, vengativo y violento. No había dudado en atacar a su manada cuando estos quisieron intervenir en su búsqueda cruel. De métodos poco morales.
Se sorprendió enormemente cuando Batman, alertado por Raven, vino a buscarlo. Se sintió traicionado y no había dudado en gritarle a su cuervo que era una traidora y que lamentaba el día que la conoció. La mirada herida, llena de lágrimas de Raven, aun lo perseguían en las noches de soledad.
Se sintió aliviado cuando Batman le informo que había enviado a Damián con los Titanes. Damián era fuerte y sabría cuidar de su manda mientras él se recuperaba. Lo que nunca había esperado que Trigon atacara justo en ese momento y que Raven y Damián formaran un vínculo mas allá de buenos amigos.
Sintió tanto dolor y odio cuando lo supo. Que nunca dudo en acostarse con cualquiera que se le ofreciera. Unos tras otros desfilaban, Omegas, Betas y Alfas por sus sabanas. Pero ninguno lo satisfacía o lo hacía olvidarse de Raven.
Batman le reclamaba por su estupidez cada vez que podía. Pidiendo que dejara en paz a su hijo y su pareja. Él había tenido su oportunidad con la joven, pero había decidido que su venganza valía más que la persona que quería.
Quizás por ello comprendía a Raven. Comprendía esa necesidad mal sana de vengarse de aquellos que habían herido a quienes amas. Ya había abandonado a la joven una vez, no lo volvería hacer ahora que la omega lo necesitaba. Tampoco abandonaría a su hermano. Aunque eso le doliera.
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Harley golpeaba con inmensa furia el saco de arena. Diana lo observaba desde la esquina del gimnasio. Comprendía el sentimiento de su joven discípulo. No había nada más frustrante en la vida que sentirse imponente ante el dolor de las personas amadas. Quizás solo por eso no intervino cuando Harley rompió saco de arena tras saco de arena, hasta el momento en las últimas dos horas, había roto unos tres sacos.
Lo observo caer de rodillas en el piso, respirando de forma errática. Los hombros del rubio temblaban ante el cansancio y la furia. Su padre estaba al borde del colapso mental y el cuerpo de su hermana se deterioraba con cada hora que pasaba. En total, según Damián, ya había pasado unas 12 horas.
Se encontraba furioso con su hermana y el novio de esta. No importaba que Raven quisiera venganza, si él hubiera estado en el lugar de Damián, jamás permitiría que su Omega se arriesgara tanto.
Peter entro en el gimnasio en busca de Harley, su padre le había pedido que buscara a su hermano menor y que se asegurara de que estaba bien. Lo encontró de rodillas frente a un saco roto. El cuerpo temblando y las lágrimas cayendo de sus ojos azules. Inmediatamente corrió a su encuentro.
Peter había tenido miedo pocas veces en su vida. Su vida había sido feliz a pesar de la muerte de sus padres, a quienes apenas recordaba. El dolor más grande que había sentido, fue la muerte de su tío Ben y el temor de perder a su madre omega nuevamente. Pero la vida parecía ensañada con su familia. Claro que hacía responsable a Raven de su decisión estúpida. Pero temía perder a su otra mitad. A su hermana menor.
Tanto Harley como Peter se abrazaron con fuerza. Diana se retiró silenciosamente cuando Tony Stark entro en el gimnasio en busca de sus hijos. Viendo a sus cachorros en tanto dolor, los abrazo contra su pecho, tan fuerte como podía.
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Raven aspiro una gran bocanada de aire. No podía ser. Acaso su padre alfa estaba vivo. Si lo estaba ¿Por qué había abandonado a Tony? ¿Por qué recién ahora había sentido aquel vínculo?
Tantas preguntas sin respuestas. Respuestas que de cierta manera temía descubrir. ¿Cómo le diría a su madre y hermano, que su padre estaba vivo? ¿debería decírselos?
No pudo evitar observar a Quill, a simple vista era un Alfa común y corriente, pero su aura hablaba de un hombre fuerte, poderoso y muy triste. Al mismo tiempo, aunque su apariencia era totalmente humana sabía que había algo más allí. Era como si Quill no fuera completamente humano.
Tomando valor, volvió a aparecerse delante de su padre. Este la miro con sus grandes ojos verdes antes de sonreír con prepotencia -Bien, definitivamente Rocket tiene razón, me estoy volviendo loco- Raven desearía poder reírse del hombre, pero no se sentía de humor para seguirle el juego a ese hombre
- ¿Por qué? – cuestiono la chica. Quill se mostró confuso ante su pregunta - ¿Por qué nos abandonaste? -volvió a preguntar la joven-
Quill sabía que debió haber comido algo extraño para tener semejantes alucinaciones, quizás era por estar recordando a su viejo amor e hijos – No sé quién eres, Kid. Por lo que no entiendo porque dice que te abandone. Nunca he abandonado a nadie- por ahora le seguiría el juego a su imaginación
- ¿Ni siquiera a tu Omega? ¿A Tony? – pregunto mirando seriamente al Alfa- A tus hijos-
Quill quería llorar. No quería que un fantasma le recordara a su omega, a sus hijos. Sintió una furia enorme en su interior. Nadie tenía derecho a mancillar el recuerdo de su familia. -No sé quién eres. Ni siquiera sé si eres real. Pero te advierto una cosa. La próxima vez que menciones a Tony o a mis pequeños, encontrare la manera de destruirte. No permitiré que juegues con su recuerdo- Raven noto como el aura de su padre se tornaba sumamente violenta –
- ¿Su recuerdo? ¡Hablas de ellos como si estuvieran muertos! – Raven también estaba enojada, pero se cuestionó si acaso Quill sabía de ellos.
Quill quería alcanzar su arma y dispararle al fantasma - ¡Porque lo han estado los últimos 17 años!
Raven se sorprendió por lo dicho. Sabía que no metía, había demasiada certeza en sus palabras para que pudiera ser una mentira. No obstante, antes de que siquiera pudiera negar aquella afirmación, sintió como si su alma fuera tragada por un portal. Cadenas doradas le ataron los brazos y pie, arrastrándola. Mirando a Quill que se veía asombrado por lo ocurrido, estiro su brazo, tratando de llegar a su padre. A su verdadero padre. ¡No! No quería irse dejando a Quill con semejante dolor.
- ¡Pap...! -
- ¡NO! - Quill también estiro su mano para sujetar a la joven de ojos violetas y ni siquiera sabía porque la desesperación lo invadía. No quería que la niña se fuera. ¿No quería que se llevaran a su niña?
Gamora entro rápidamente al cuarto de su novio. Peter estaba de rodillas golpeando una de las paredes de la nave, gritando que no se llevaran a su bebe.
Lo único que pudo hacer fue abrazarlo, mientras le repetía una y otra vez que se calmara, que solo había sido una pesadilla. Que no existía tal bebe.
Quill no estaba seguro de las palabras de Gamora.
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Tony observo como su hija aspiraba una gran bocanada de aire mientras aquellos ojos violetas se abrían, llenos de dolor y desesperación. Ni siquiera lo dudo y la tomo entre sus brazos. Besando el rostro de su pequeña una y otra vez. Temió tanto perderla nuevamente y aunque estaba sumamente enojado, ya habría tiempo para hablar con la muchacha respecto a su estúpida venganza, por ahora se conformaba con abrazarla, de asegurarse de que estuviera viva.
No obstante, la muchacha se separó de su madre y mirándolo seriamente le dijo - Peter Quill está vivo-
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Damián se sentía como un león enjaulado. Su padre lo había aprisionado en una de las tantas habitaciones blindadas que tenía la Torre. No había sabido nada de su padre o Raven hace más de seis horas. Había tenido que confesar lo que su novia había hecho, muy en contra de su voluntad, pero lo había hecho. Primero porque su padre lo había drogado y segundo porque ya habían pasado demasiadas horas desde que su cuervo abandono su cuerpo.
La puerta de su prisión se abrió y por ella entro su hermano mayor, Dick. Traía una mirada de completo alivio, por lo que instintivamente relajo su postura. Antes de que siquiera preguntar por la salud de su novia, su hermano le dijo:
-Rae despertó hace una hora. Ha hablado con su padre y la ha revisado la Doctora, quiere hablar contigo. Su padre le ha contado de tu ataque y falta de control- explico el mayor- trata de no perder nuevamente la compostura Damián. No querrás que Bruce vuelva a encerrarte-
Damián ni siquiera se molestó en contestarle a Dic, simple y llanamente lo ignoro, subiendo rápidamente al ascensor que le llevaría al ala médica.
Una vez que llego paso entre la gente hasta llegar a la habitación de su novia, en la puerta se encontraba Tony Stark. Detuvo sus pasos de golpe al observar al omega mayor mirándolo con enojo. Sabía que lo estaban haciendo responsable de lo sucedido con Rae. No le temía que lo culparan, con gusto asumiría esa culpa. Ante sus ojos Raven tenía todo el derecho de vengarse de esa bruja psicópata.
Tony sabía que debía estar enojado con aquel joven y con su hija, pero cuando esta le había explicado los motivos y lo que había descubierto, no podía estar mucho tiempo enojado. Además, se notaba a leguas lo mucho que Damián y Raven se amaban, si siquiera intentara separarlos, tal como lo hicieron sus padres con Quill, sabía que perdería a su hija definitivamente. Con un suspiro lastimoso se hizo a un lado, permitiendo que el joven Alfa entrara a la habitación.
Tony volteo su mirada hacia el hechicero, este en ningún momento despego sus ojos de su persona. Se sentía extraño. Como si se conocieran, pero no podría decir de dónde. Acercándose con cierto sigilo, el doctor le sonrió de forma amigable y galante.
- ¿Dr. Strange, cierto? Gracias por salvar a mi pequeña- Tony le tendió su mano al hombre pelinegro de ojos grises, sin embargo, aquel hombre de barba, tomo su mano y la llevo a sus labios, besando sus nudillos
- Es un gusto conocer al gran Tony Stark en persona. Las fotografías no le hacen justicia a su belleza – declaro el doctor con total galantería Bruce Banner maldijo por lo bajo, ahí va otro estúpido alfa a tratar de conquistar a su hermano de ciencia.
Tony sonrió nervioso mientras quitaba su mano del agarre del hechicero. Ya no le molestaban ese tipo de halagos, especialmente viniendo de un Alfa tan guapo, pero aún no estaba listo ni siquiera para pensar en otra relación después de lo de Steve. En realidad, no había tenido tiempo en pensar en su Alfa desde Siberia. Los niños se habían encargado de que nunc estuviera solo ni se sintiera triste.
-Disculpen, debo volver a mi laboratorio, he dejado cosas sin terminar. Bruce me avisas si Raven necesita algo –
Dicho esto, Tony se apresuró a salir de la sala médica, dirigiéndose rápidamente al laboratorio. En esos cuatro meses nunca se había detenido a pensar ni una sola vez en Steve o los otros vengadores. Simplemente se había ocupado de sus hijos y demás familia, incluyendo a los Barton. Ni siquiera se había ocupado de Ross o de los acuerdos.
En verdad necesitaba ponerse al corriente con las cosas. Pero ahora necesitaba organizar sus sentimientos y tomar decisiones. Con respecto a los acuerdos y a su esposo.
Su esposo...podía siquiera seguir llamándole así. Acaso su relación tenía alguna posibilidad de sobrevivir. Realmente si se diera la circunstancia sería capaz de volver con Steve.
¿Qué pasaría con sus hijos nonato?
En verdad Steve lo había dañado, no por su pelea. Todas parejas tienen desacuerdo y peleas. Y ambos eran personas muy explosivas a pesar del carácter tranquilo de Steve. El problema radicaba en que ya no podía confiar en su pareja. No podía confiar en Steve. Ni con su vida ni con la vida de sus hijos. Es decir, lo había dejado tirado en la fría Siberia, donde tranquilamente podía haber muerto sino hubiera sido por Raven y los demás.
¿Lo amaba? ¿Amaba a Steve? Si. Lo hacía, con todo su corazón. Pero, así como lo amaba también le temía. Temía por él y por sus hijos.
En verdad por mucho tiempo no se creyó merecedor del amor de Rogers. Inseguro de si mismo. Inseguro de merecer amor. Después de todo quien podía amar al Mercader de la Muerte. Nadie absolutamente nadie. Quizás por ello se había esforzado en cambiar, sus actitudes y su vida en general. Se convirtió en IronMan para ayudar a las personas. Al mundo. Aun así, el mundo todavía juzgaba cada pequeña acción de su parte.
Pero pensó que eso había cambiado cuando Rogers lo había escogido como su Omega. Creyó que todos sus sacrificios finalmente habían tenido fruto. Habían sido tan felices durante el primer año. Luego había comenzado la obsesión de Steve por el Soldado de Invierno. Saliendo por largas temporadas en busca de su amigo perdido. Luego cuando su brusquedad resultaba fallida, Steve solía descargar su frustración con él. Era en esos momentos que Steve le recordaba a Howard. Oh Steve jamás le había golpeado simple y llanamente se dedicaba a ignorarlo como si el no existiera.
Todo empeoro con Ultron. Steve no comprendía su miedo. Lo que había visto allí arriba, en el espacio, había sido aterrador, sabía que, si nuevamente los Chitarus volvían a atacar, no tendrían ninguna posibilidad de ganar. Ellos fallarían, serian derrotados. Lamentablemente, aunque Steve había dicho que los vencerían y caerían juntos, su Alfa no comprendía que si eso ocurría. El mundo y la humanidad también perecería.
El solo quería asegurarse de que, si ellos fallaran, la Tierra estaría a salvo. Pero Ultron había nacido de su miedo, de la manipulación de Wanda Maximoff. Nuevamente su esposo no lo escucho. Alegando que Wanda había sufrido demasiado a manos de Hydra. Que era una buena niña. Que necesitaba apoyo de los Vengadores. No que él la responsabilizara de sus actos. Eso había dolido enormemente. Dolió aún más cuando una semana después de regresar al compuesto, Steve le pidió que volviera a la Torre. Ya que Wanda se sentía incomoda con su presencia. Era la primera vez que lo echaban de su propia casa. No obstante, cumplió el pedido de su Alfa, dispuesto a ganarse su perdón y amor nuevamente.
Con los acuerdos, había sido en arte culpa por lo ocurrido con Ultron y por parte esperanza para mejorar las cosas para los superhéroes. Reconocía que los acuerdos no eran perfectos, pero eran un buen comienzo para ayudar a la humanidad civil y de los superhéroes. Ambos bandos estarían protegidos del otro. Pero eso tampoco funciono. Steve no quería ni siquiera escucharlo. Había decidido, sin siquiera leerlos, que los acuerdos eran malos y que nadie ataría las manos del Capitán América. Steve nunca se dio cuenta lo mucho que sonaba a los villanos que enfrentaban cada semana.
Intento hablar con él en varias oportunidades. Pero Steve no lo escuchaba. Simple y llanamente se negaba a escuchar a su pareja. Lo peor fue que le mintiera en su cara por más de dos años y que o volviera hacer en aquella maldita base. Supo que Steve nunca le hubiera dicho la verdad.
Viendo siempre tan perfecto a Steve, ahora se daba cuenta de que Rogers era simplemente un humano y que quizás debió amarase un poco más él, en lugar de estar repartiendo amor hacia otros que no correspondían sus esfuerzos.
Dolía darse cuenta que Steve nunca lo había amado. Por lo menos no de la misma manera.
Así, roto y llorando, abrazando el escudo de su esposo, fue como lo encontró Bucky Barnes.
Bucky sintió como su corazón se estrujaba al ver al genio tirado en piso abrazado al escudo de Steve. Tony Stark era un hombre roto y su hermano, su mejor amigo, había contribuido a eso.
En el interior de su cabeza el Soldado de Invierno se removió inquieto ante tal visión, por un lado, quería consolar al cachorro de su amada y por el otro, deseaba asesinar a Steve Rogers.
Ni siquiera dudo, pero de un momento a otro, abrazo al hombre de hierro, con todas sus fuerzas. Él también era responsable de ese sufrimiento. Ambos lloraban en los brazos del otro como si fueran su única salvación.
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Hola hermosos lectores. Quedo un poco largo. Pero a pesar de todo, me gusto. He estado trabajando en "Lo que tu perdiste y yo gane" y en los Spinn-Off, este fin de semana. No obstante, este capítulo va dedicado a mi novio. ¡Con Gus ya vamos a cumplir seis años! El ama a Raven y NightWing o el primer Robin. Me ha pedido que escriba sobre ellos. Quizás lo haga más adelante. Por ahora solo pude escribir esto.
Strange ya apareció, va a empezar a tener más participación porque va a tomar a Raven bajo su ala. Tony estará dividido entre la alegría y la rabia, pero finalmente va a tomar una decisión sobre Steve. Todavía me falta que aparezcan Loki y Thor. Pero lo harán. No me he olvidado de ellos. Cada vez que me pongo a escribir, nuevas ideas surgen en mi mente y me siento frustrada, no quería que fuera un fic largo. Quiero terminarlo antes de mis finales. Pero bueno soy así. Ahora el tema es que introduje a dos nuevos personajes y no se con quién emparejarlos. Denme ideas. ¿Con quién emparejo a Strange y Nightwing? Yo y mis brillantes ideas. Me dan ganas de golpearme. Bueno. Nos leemos en el próximo capítulo.
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