XXVII
-Pues te cuento -Empieza a taladrarme la cabeza Erza, justo en el momento en que entro en casa dejando la bolsa con la ropa de baile en el suelo- Hoy le ha pasado algo súper extraño a Maria.
-Aja- Contestó ya cansada de que mi hermana no pare de hablar de su nueva mejor amiga ¿Que pasa? ¿No existe nadie más en esa estúpida escuela?
Me dirijo a la cocina abriendo la nevera y cogiendo un zumo de melocotón y empiezo a bebérmelo. Erza sigue contándome algo que no me interesa en lo más mínimo cuando Gemma la mano de llaves entra en busca de mi hermana -Señorita Erza, un compañero suyo del instituto la busca.
Esta sale de mi vista yendo a la entrada, como pierdo la esperanza de que vuelva a hablarme porque seguramente sea esa tal Maria, también salgo de la cocina dirigiéndome a mi habitación -Erza yo subiré arriba- Le indico.
-¿Carina? -Escucho una voz grave a mis espaldas y cuando me giro, hay Dios mio. Dejo que el zumo caiga al suelo sin poder evitarlo.
Me quedo parada en el sitio, sin moverme, sigue siendo igual de guapo que siempre, su pelo medio despeinado, su piel bronceada su puntiaguda nariz todo en el me encanta.
Hace un lado a mi hermana, empujándola hacia un lado y plantándose delante de mi -¿Vamos?
Y no me hace falta pensarlo ni dos veces cuando ya me encuentro tomándole de la mano y yendo con el fuera del alcance de los ojos de Erza.
Había olvidado lo bien que se siente sostener su mano con la mía, estamos callados pero siento la tensión sexual tan palpable como tu y yo, nuestras miradas cargadas de deseo hablan por nosotros y me sorprende lo rápido que llegamos a su casa. En donde todos deben estar dormidos ya que nadie nos ha venido a recibir.
Me mete en su cuarto, empujándome ligeramente para que quede sentada en la cama y el empieza a caminar por toda la habitación.
Suspiro y no estoy muy segura de lo que voy a hacer pero simplemente decido seguir mis instintos. Me levanto sin que lo note y apoyo mi cabeza en su hombro, pasando los brazos por su cadera y le musito cerca de la oreja -Relájate ¿Mh? -Empiezo a brindarle caricias en em abdomen notando su respiración pesada.
-Estas en Japón -Musita girándose sin quitarme los brazos que le rodean y toma mi mentón, prolongándose las miradas.
-Si.
-Y tu hermana ha venido a mi instituto todo el curso, y no nos ha dicho nada sobre ti -Recalca, no muy contento y cierra los ojos disfrutando del contacto de nuestros cuerpos, hacia tanto tiempo que no estábamos así.
-Si- Susurro casi inaudible.
-¿Porque no me dijiste que estabas aquí de vacaciones? -Sigue preguntando esta vez con los ojos abiertos e intentando leerme la mente.
No digo nada, e intento bajar la cabeza pero el agarre de su mano en mi barbilla lo impide completamente -Contéstame- Reclama.
-No lo se, supongo que no quería hacerme ilusiones pensando en que podía volver a verte. Que justamente mis padres vivan en la misma ciudad que tú es de mucha casualidad -Le recuerdo, moviendo mis manos de su cintura, paseándolas por su espalda rozando a penas la tela de su camiseta y volándolas por las hierbas de su pelo.
-Da igual, tenías que habérmelo dicho -Me recrimina, pasando sus manos de mi cara por mis hombros, mi espalda y quedándose clavados en mi cintura.
-Lo se, lo siento.
Se extiende un enorme silencio entre ambos, solo nos limitamos a mirar y mi corazón no para de latir incluso siento como unas lágrimas amenazan por salir -A demás -Decido añadir yo, más vale que me rompa el corazón ya y no hacerme ilusiones- No quería comprobar que el chico que solo he visto un mes y medio ya me ha olvidado y yo no he podido hacerlo.
Este sonrió tiernamente volviendo a mover sus manos por toda mi espalda baja, con el principio que tuvimos el y yo jamás me pude imaginar que pudiéramos estar en un ambiente como este -Pues que lastima que el chico ese te haya dejado ir, pero mejor para mi así no te comparto con nadie.
Me quedo en shock, sin saber que puñetas hacer.
Siento sus dulces labios sobre los míos, y mi cuerpo entero reacciona bajo su tacto, mi piel erizando y empiezo a temblar entera, sus labios besan con una lentitud y una devoción con las que nunca nadie me había besado jamás.
Jadeo sobre sus labios de puro gusto, siento sus manos traviesas colarse por debajo de la camiseta que llevo, sacándomela por la cabeza en donde se queda enganchada unos segundos provocando nuestra risa, pero esta e calada pues nuestros labios volviendo a hacer contacto unos sobre ls otros.
Y después de mi camiseta, se va el sujetador.
Los brazos de Axel me impulsan hacia arriba, enrosco mis piernas al rededor de su cintura y las sabanas de su cama hacen un dulce contacto por mi espalda desnuda.
Axel se rie, pero vuelve a besar mi torso, tomando su tiempo para lamer mis pezones, retorciéndolos entre sus dientes y no tengo más remedio que poner una mano sobre mi boca para intentar calarme, mis ojos aguan y mis manos tiemblan.
Pero eso no me impide gemir bajito des de la garganta, presiono fuere los ojos cuando Axel baja, con su frente en mi abdomen, sus labios contra mi ombligo, su aliento bañando mi piel sudada.
Suspira, dando pequeñas lamidas a mi obligo, y me arqueo, mi otra mano yendo a sujetar el pelo de Axel, obligándolo a bajar más por puro instinto, y el lo cumple, utilizando sus pulgares como gancho para bajar mi ropa interior, revelando mi feminidad -Siempre eres muy ansiosa- Ríe sin aliento- Nunca me dejas jugar.
-Por favor- Pido, mi voz entrecortada- Tócame. Haz algo... ha, por favor.
-Necesito que hagas silencio, nena. Mi familia puedo oírnos- Me quejo, cumpliendo con sus deseos y vuelvo a poner mi mano a su boca para callarme y me arqueo cuando siento la lengua caliente de Axel contra mi entrada.
No hacer nada de esto por casi un año. No se como he podido aguantar.
Se me pone los ojos en blanco cuando empieza a lamerlo, moviendo la lengua de arriba abajo, empiezo a sentir el burbujeó en el fondo de mi vientre, mis piernas rígidas y presiono los ojos tirando del pelo de Axel.
-Si que estas muy ansiosa- Me dice y se ocupa de besarme el rostro, quitando la mano de esta. Baja a besarme el cuello y jadeo bajito, echando la cabeza hacia atrás para darle más acceso.
-M...Muérdeme- Le pido, mis ojos volviendo a ponerse en blanco cuando un dedo se adentra en mi- Muerd...
Jadeo cuando Axel a propósito golpea mi manojo de nervios.
Pront me tiene retorciéndome debajo de él, respirando irregularmente mientras me abre con dos dedos y muerde mi abdomen, chupando debajo de las costillas, en donde ya sabe que soy hipersensible.
Abro las piernas al rededor de Axel. Me atrae para besarme, relajándome entera cuando lo siento entero empujarse dentro.
Ah, Dios.
Es tan delicioso. A pesar del tiempo mi cuerpo ya conoce al de Axel y me quedo dócil debajo el, creando mis ojos mientras nuestras bocas se entrelazan juntas, mis piernas enredándose en su cintura.
Axel me muerde el labio inferior una vez que está completamente dentro de mi, suspira profundo encima de mi boca -Estás...- Susurra, gimiendo casi inaudible contra mi boca- Apretando, mierda.
Si el me siente apretando, yo le siento dilatarme, siento hasta el más mínimo pedazo de carne llenarme.
Baja sus manos a mis caderas y me empuja más contra su cuerpo, al final sintiendo el rico chapoteo, y un leve ardor ante el movimiento.
Siento mi cuerpo quemarse ante las pequeñas embestidas que me está dando, las dos grandes manos de Axel apoyadas en el colchón a los costados de mi cabeza para tener apoyo y poder moverse, mis muslos tensos recibiendo las embestidas y alzo las caderas, dando un mero acceso y siento todo, clavo mis largas uñas en toda su espalda cuando golpea mi punto.
-Quédate así- Me rodean y sigo clavándole mis uñas sin moverlas. Echo la cabeza haca atrás cuando lo siento tan profundo, duro y caliente -Carina, mierda, si nena, si.
Sonrío ante su tono desesperado y el sentir que Axel necesita esto tato como yo, hace el contacto mil veces más placentero.
Llevo mis uñas entre sus omoplatos, arañando todo el largo de la espalda cada poderosa embestida. Pero dejo salir un pequeño jadeo cuando se separa de mi.
Y me quejo cuando para, pero pronto estoy sobre mi estómago boca abajo, con las manos entre las piernas.
-¿Estas cerca? -Me pregunta, alzando levemente las caderas y subiendo sobre mi, abrazo la almohada, hundiendo la cabeza contra la misma manteniéndome callada.
-Ajá- -Susurro en un sensual gemido que hace gruñir a Axel. Pone una de sus manos en mi nada, abriéndome aún más. Muerdo la almohada cuando regreso a ser penetrada. Quita la mano cuando Axel se acuesta sobre mi, y la posición me hace retorcer, abrazar la almohada bajo mi mientras me hace el amor y mucho al respiración de Axel cortarse sus movimientos pasando a ser rápidos irregulares.
El orgamso me arrastra y siento como el se viene dentro de mi, llenándome. Caliente, muy caliente.
Me giro, encarándole y sonrío, volviendo a poner mis manos en su muy arañada espalda presionando había abajo obligándole a que se estire encima de mi.
Su simple presencia me hace estar más tranquila, sigue dentro de mi, y yo le rodeo con ambas piernas y brazos. Esto es como el cielo, me siento flotando en una nube.
-Mierda, siento haberme corrido dentro de ti- Musita aún con la respiración entrecortada y siento sus labios caliente rozase la piel del cuello cada vez que articula una palabra- Mañana iremos a comprar la pastilla del día después.
-No, no hace falta- Jadeo al sentir como sale de mi en un movimiento lento- Es impossible que me quede embarazada a este punto de mi ciclo.
-Bien- Muevo mis manos por toda su espalda de forma lenta, acariciando apenas con la yema de mis dedos, relajándole- ¿Cuanto tiempo te vas a quedar?
-Todo el verano -Y es lo último que recuerdo antes de quedarnos rotundamente dormidos disfrutando del calor y contacto del cuerpo ajeno.
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