III
Al final la fiesta se ha puesto chula, los músicos que tocaban canciones clásicas han acabado dejando paso a un DJ que mezcla canciones de reggeton haciendo que muchos de los jugadores salgamos a la pista a bailar.
Bailo y bailo, no puedo parar de moverme, mi alrededor es de colores azul, rosa, lila... La música vibra por todo mi cuerpo. Veo como Carlos y Paolo se mueven junto a mi cogiéndonos de las manos sin parar. En un momento dado Carlos intenta perrear con migo, cosa nos causa demasiada gracia a mi y a Paolo los cuales no podemos hacer de menos que grabar y subirlo a instastories.
Movida por el ritmo empiezo a bailar lentamente, moviendo mis caderas alritmo de la música. Paso mis manos por mi pelo largo y luego por el costado de mis pechos, mi cintura mis caderas. Realmente no puedo quejarme de mi cuerpo, tengo una bonita cintura de avispa y unas buenas curvas para mi edad.
Al final acabo perdiendo la noción del tiempo. Hasta que siento unas manos traviesas en mi cintura haciéndome girar. Quedando cara a cara con el jugador de fuego y no puedo evitar que se me salga una sonrisa burlona.
-Blaze que sorpresa mas agradable -Le susurro al oido colocando mis manos en su cuello y juntando nuestras cinturas sin dejar de rozar nuestros cuerpos bailando. A este punto Carlos y Paolo ya deben haberse distanciado un poco.
Por estas cosas me encanta tener amigos chicos -Lawrence, digamos que he estado pensando lo de tirarme a la piscina o no.
Me muerdo el labio con nerviosismo mientras roto mis caderas delante y atrás haciendo que su respiración se entrecorte -¿Y que ha decidido si se puede saber?
-Que me encantaría salir empapado de aquí -Al instante mis manos agarran fuerte su chaqueta y nuestros cuerpos se aprietan aún más dándonos el placer del roce y del movimiento al bailar.
Axel desliza sus manos al rededor de mis caderas y extiende sus dedos por mi trasero intentando tocar todo lo que puede. Mi aliento se detiene en el momento en que nos empezamos a acercar. Su nariz choca con la mía y estoy temblando solo de pensar lo que vendrá.
Me sonríe con coquetería y por fin se digna a unir nuestros labios, besándome lento. Abro mi boca, quedándome quieta y el mete su lengua con suma delicadeza recorriendo cada rincón, cierro un poco mis labios y succiono. Perdiéndome en el beso húmedo que me otorga.
Lo pego más a mí si se puede, y mi corazón se acelera cuando una de sus manos agarra mi muslo hacia arriba dándome impulso para subir pero bajo al instante imitando un pequeño salto. A los pocos momentos nuestras respiraciones se agitan y pronto me veo enredando mis manos en su cabello, se sienta bien, sin separar nuestro beso. Acaricia mi espalda por encima del vestido que joder ya está molestando, incitando a que me mueva, y así lo hago, me muevo sobre el sin ser muy consciente de ello.
Se aparta de mi, besándome en el cuello, succionando y mordiendo al azar, como le place, enviándome pequeñas ondas de placer por todo el cuerpo. Seguro va a dejarme alguna marca que tendré que tapar mañana, pero ahora mismo es un mal menor.
Muevo más mis caderas sobre su entrepierna de adelante hacia atrás, y al instante su respiración se vuelve más pesada, gruñe suave y me besa con más fuerza, yo atrapo su labio inferior entre mis dientes y jalo lento hasta soltarlo.
-Mierda- Dice con la voz ronca y yo no detengo mi movimiento de caderas sobre su ardiente cuerpo.
Separo nuestros labios en contra de mi propio deseo -Blaze siento chafar esto -Respiro de forma pesada, estamos montando un espectáculo gratuito aún que no hay mucha gente que nos preste atención- Deja algo para después de la fiesta jugador de fuego -Me vuelvo a acercar a él mordiéndole el labio inferior tirando de esta cuando retrocedo.
Me vuelve a escanear con la mirada y me agarra del culo de forma brusca para pegarme a él -No pienses que te escapas de mi esta noche.
Sonrió de forma burlona y me acerco a su odio -Esta noche haré quedar muy, muy mal a tu noviecita- Susurro mordiendo su lóbulo y me separo de él tirando de su mano para que me siga fuera de la pista de baile porque se que si seguimos bailando así de pegados y liándonos no podré esperar a llegar a la habitación y follármelo.
Salimos de la pista de baile con las manos entrelazadas dirigiéndonos a una de las mesas con comida en la cual hay dos sillas libres. Y si señores pienso plantar mi culo gordo y no levantarme por un buen rato.
Axel adivina mis intenciones y se sienta un poco antes que yo tirando de mi cintura para que me tambalee y al final termino sentada en su regazo -¿No puedes esperar un poco? -Musito en su oreja y este sonríe contra mi piel del cuello dándome un beso allí.
Tiemblo ante la sensación, carbón, el cuello es mi punto débil.
Me levanto un poco de encima, haciendo que se me note el buen culo que tengo por todos los entrenamientos y estiro mi mano para coger un trozo de pudding de chocolate para darle un mordisco. Y vuelvo a sentarme encima de él con un poco de fuerza, notando como se le corta la respiración.
Sigo comiendo cuando me giro un poco para ver a Axel -¿Quieres? -Le ofrezco acercando un poco el pudding a él.
-Claro -Y come el último mordisco sus labios haciendo un poco de contacto con mis dedos. Maldito chico.
Veo como Mark, Carlos, Jude y creo que Nathan Swift se acercan a nosotros sonriendo como locos -Nena- Me llama Carlos apoyándose en el respaldo de la silla- Mark dice que un día vayamos a entrenar con ellos.
Sonrió -Claro, será divertido. Después de todo no tendremos la oportunidad de disputar un partido aún. Nos han colocado en diferentes grupos -Me encojo de hombros- Sin duda quiero enfrentarme al nieto de David.
El mencionado levanta una ceja -¿Conoces a mi abuelo?
Asiento con la cabeza -Estuvo en España antes de irse a Costail y convertirse en el entrenador de Hector.
-¿Ósea que te entreno? -De repente s eve muy interesado en la conversación a lo que niego sonriendo un poco.
-No, bueno una vez nos vio entrenar y se paró a darnos algunos consejos. A partir de allí venía a menudo a vernos.
-Pues espero enfrentarme a ti pronto.
-Llegad hasta la Final y nosotros también lo haremos -Declara Carlos sonriéndole a los Japoneses y después me mira preguntando "¿Te lo tiras?" Refiriéndose a Axel.
A lo que contesto un "Puede" con la mirada. Si conocernos des de pequeños nos ha dado el poder de entendernos sin hablar y mola que te cagas.
Estos siguen hablando mientras yo diviso a Artemis de la selección Irlandesa al otro lado de la pista, este también recae en mi y nos sonreímos. Me hace un gesto con la mano para que vaya y me disculpo con los chicos diciendo que voy de inmediato.
Incluso cuando quiero levantarme siento el agarre de Axel en mi cintura fortalecerse pero me levanto sonriéndoles a todos. Llego junto Artemis y este be abraza por unos segundos.
-Hola -Saludo yo cuando nos separamos- Cuanto tiempo -Ambos reímos.
-Si la verdad, ya era hora de vernos de nuevo. ¿Que tal todo por España? ¿Tus compañeros dan mucha guerra?
-Super bien todo, y si claro, ya sabes cómo son nunca paran. A veces me siento como la mamá del grupo -Chasqueo la lengua y hago una mueca divertida- ¿Y como le fue la operación a tu hermana? Sam me dijo que fue hace un par de días.
-Bien todo bien, le han extirpado el tumor Benigno y ahora está en recuperación, lo que tiene que cuidarse bastante con la alimentación y esas cosas -Se encojo de hombros relamiéndose los labios.
Condenado sabe que es guapo este, su pelo negro los ojos azules y su piel morena hacen de el un dios griego, como su nombre indica claramente. Le sonrío ampliamente -Me alegro, esa chica pequeña es la mejor- Este chico y yo estuvimos de lío en el último torneo, no me molestaria volver a acostarme con el pero ahora mismo quien está en mi punto de mira es el jugador de fuego.
-Yo soy el mejor.
-Cariño no te engañes a ti mismo por favor -Después de eso empezamos a conversar un poco más pero acabo despidiéndome de él con un abrazo y dos besos en las mejillas muy cerca de la comisura de mis labios y vuelvo a acercarme a los chicos, pero ahora se les ha unido Tiago quien sonríe al verme y me coloco al lado de Carlos y Axel el cual ha dejado la silla a una chica que ni idea de quién es y se apoya en la mesa.
[...]
Cuando al fin la gente empieza a irse le hago una señal a Carlos y a Otto para indicarles que me voy, me giro y diviso a Axel cerca de la puerta junto a sus gerentes y Caleb Stonewall.
Camino hacia allí pasando en frente del grupo y dirigiéndome a mi habitación a paso lento, dándole el tiempo suficiente a Axel para que me atrape.
Estoy por subir al ascensor cuando veo de reojo al jugador de fuego detrás de mi. Aprieto el botón llamando a la máquina y aprieto el piso número cinco, este entra con migo. Hace el amago de acercarse cuando Pol el centrocampista estrella de la Selecion Irlandesa entra con nosotros.
Los dos nos saludamos con la cabeza y siento el agarre de Axel en mi cintura hacerse más fuerte mientras sus ojos marrones me miran sin disimulo alguno y sus pupilas empiezan a dilatarse. Creo que hacer algo prohibido como es acostarse con migo mientras tiene novia le pone demasiado. La tensión se puede cortar con un maldito cuchillo y yo no veo el momento de saltarle encima y comérmelo entero.
Salimos del ascensor en cuanto se abre en el quinto piso y me sigue sin quitarme la vista de encima, saco la tarjeta de la habitación del bolso y abro la puerta tirando el bolso y la tarjeta en el sofá de la sala.
De repente me gira y se lanza a mis labios atacándolos nos estamos besando como locos contra la puerta de mi habitación -Carina- Dice mi nombre y siento un escalofrío recorrerme el cuerpo entero y me derrito solo con el simple sonido de su voz antes de que me bese otra vez, haciéndome jadear.
Entonces escucho sus latidos acelerados y siento su cuerpo temblar igual que el mío, sus dedos tratan de hundirse en mi piel. Lo escucho gruñir, Axel se separa de mis labios con un gesto afligido y cuando nos miramos a los ojos, noto la oscuridad lujuriosa de su mirada, mientras jadeamos abriendo y cerrando la boca, tratando de ordenar las palabras para poder hablar.
Mis manos se pasean por su cuello hasta su pelo, tirando un poco de el juntando nuestras frentes, respirando aceleradamente contra su boca -Follame Axel.
-Te deseo tanto, des del primer momento que te vi- Jadea, abrimos la puerta de la habitación y entramos a trompicones, vuelve a estamparme contra la puerta llevando sus manos al cierre del vestido, bajándolo y dejando que este caiga al suelo, estando completamente expuesta ante el. Siento la temperatura de mi cuerpo aumentar y vuelvo a lanzarme sobre el.
Los labios de Axel toman los mios de nuevo en un rápido beso antes de que me cargue entre sus brazos con facilidad. Cierro mis ojos cuando empieza a caminar hacia la cama.
Me deja caer sobre la cama, no es tosco, sin embargo cuando me arranca el tanga si lo es, la tela raspa mi piel pero no me quejo, el se quita sus prendas también, colocándose un condón que no se de donde coño lo ha sacado, y sin dejar de mirarme, casi ni pestañea. Su perfecto y firme abdomen luce tenso, con una ligera capa de sudor, marcando algunas venas de sus brazos cuando apenas se apoya hacia adelante, colocado sus manos a los lados de mi rostro.
-Joder- Lanzo una maldición al tener su cuerpo desnudo encima, separando mis piernas por instinto, deseando recibirlo.
Ya estando completamente desnudos, Axel se coloca sobre mi cuerpo y hunde su rostro en mi cuello, frotando su nariz contra mi piel. Mis manos se pasean por su espalda sin pudor alguno, sintiendo la tensión en sus músculos y le permito continuar frotándose contra mi. El me llena de su olor, besando los rincones de mi piel que al parecer, para el, necesitan ser besados.
Pero en medio de todas estas caricias, su miembro choca contra mi feminidad, una y otra vez, excitándome y dejándome completamente su calor, ansiando mucho mas lo que está por venir. Y me lleva a otro punto de excitación cuando mi entrada empieza a lubricarse solo con él moliendose contra mi.
-Ah- Suelto un grito cuando su miembro se desliza con rapidez y fuerza por mi entrada, penetrándome de una sola y profunda embestida. Arqueo mi espalda cuando siento como me invade todo espacio sin lubricación suficiente, sin cuidado, solo poseyendo mi cuerpo a su total antojo, tal cual un animal en celo. Es mi culpa quizás, no estar tan lubricada como esperaba o es que el movimiento es muy agresivo, pero de cualquier forma duele y me encanta que duela.
Llevo mis manos a mi boca antes de volver a gemir pero él me detiene, con solo una de las suyas, toma las mías y las coloca sobre mi cabeza, apoyándose en la cama.
Empieza a moverse con lentitud, moviendo su miembro una y otra vez, tratando de forzar mis paredes a recibirlo, hasta que inicia con duras embestidas -Joder, Axel- Jadeo.
-Vuelve a decir mi nombre- Duele, aun que se que es cuestión de que mi cuerpo termine de lubricarse por su cuenta, amo esa rudeza y ese salvajismo, la falta de cordura de Axel me pone a mil.
-Axel- Cierro un poco los ojos ante tales sensaciones.
Gruñe, captando mis labios en otro beso. Gimo ahogadamente, mientras trato de que mis piernas abracen su cintura y así ganando algo de altura, hundiéndolo más, dejando que su miembro se empuje con rudeza y persistencia sin siquiera salir a tomar impulso, solo va más y más dentro.
-Ah, s...si Má... Más Lento -Necesito un respiro, siento que realmente él esta acabando con migo, consumiendo con sus salvajes embestidas y sin embargo, mi cuerpo no obedece a mis pensamientos, mis piernas se tensan más, buscando que llegue a donde nunca ha llegado, que me rompa algo para que siempre quede su recuerdo en mi cuerpo. Mi interior derrocha felicidad, placer -Axel- Vuelvo a jadear.
Me olvido de todo, del lugar donde habimos estado antes, o del poco tiempo que nos queda juntos. Mi mente se nubla y solo su imagen aparece en ella, su rostro sudoroso y serio, sus labios llenos de mi pinta labios, embistiéndome sin compasión.
-Te voy a reventar, Carina- Susurra con su voz grave, cargada de placer. Lame el lóbulo de mi oreja para luego pasar su lengua por mi cuello y ni una parte de el vacila cuando chupa con sus dientes mi piel. Ladeo la cabeza para darle más espacio. Axel está follandome sin piedad alguna.
Unos segundos después yo ya no estoy consciente, no puedo pensar. Salgo de la realidad a un lugar en done todo se centra en él.
Axel se empuja un par de veces más antes de que se corra en el condón. Mientras mi cuerpo entero se tensa ante mi orgasmo pero no es solo eso, me siento desfallecer en medio de todo, incluso llego a pensar que estoy muerta. No me duele. Él me ha liberado las manos en algún momento pero estaba demasiado abrumada para saberlo, solo reconozco cuando todo deja de ser blanco, que sus brazos están tensos a los lados de mi cabeza, mientras Axel jadea entre gruñidos roncos, mirándome aún con el negro de su mirada.
-Jugador de fuego- Articulo sin emitir palabra, con la garganta seca, llevar una de mis manos a su espalda, dejándola caer al momento, sin fuerzas para ello.
Es como si literalmente estuviera sobre una nube volando entre el mayor de los placeres. Me siento fuera de este mundo, no en la cama a su lado, si no en algún otro lugar con él encima de mi, escucho con mas claridad que nunca su acelerado corazón latir.
-¿Duele? -Pregunta en un ligero susurro, sin moverse ni un centímetro.
-No, no- Sanrio cansadamente -No duele- Suspiro volviendo a cerrar los ojos.
Gruñe antes de besarme, aún que a penas puedo corresponder debido al cansancio, el mueve sus labios sobre los míos y juega con mi lengua a su antojo, hasta que lo siento gemir y poco a poco su miembro vuelve a ponerse erecto.
Ahora soy yo quien gime cuando de nuevo el se mueve, ni siquiera había salido de mi por completo, solo empieza a empujarse otra vez.
Mis piernas se separan mas para el. Lo miro a los ojos y entonces le exijo mediante la mirada que me bese de nuevo, y el lo hace. Yo estoy muerta, al menos mi cuerpo lo está, ninguna parte de este me obedece, más que para que mi rostro haga gestos y para que mi boca suelte pequeños gemidos y gritos que resuenan por toda la habitación.
Mis paredes internas se amoldan nuevamente alrededor de el, estrujando otra vez, cerrando y asfixiando, mientras el gruñe o maldice sin dejar de moverse sobre mi cuerpo, cubriéndome por completo con su cuerpo, a penas logro ver el encantador brillo oscuro y lujurioso de sus ojos.
-No puedo... No puedo parar- Dice, con su voz cargada de deseo, mientras ambos oímos rechinar la cama, debido a la potencia de sus empujones. Algo parece diferente, lo siento mucho más cercano, más profundo, como si con embestirme me estuviera llenando completamente de él.
Gimo, llevando al final mis manos a sus hombros, enterrando mis uñas en su piel para que mis brazos no me fallen de nuevo -Ah... Mierda- Siento que si sigue entrando más terminaré sangrando, y sin embargo, la idea no me desanima en lo mas mínimo -Más... Más nene.
Estúpida idiota masoquista amante del dolor.
Cuando nos corremos por segunda vez nos besamos, aún que ahora es un beso más cargado de ternura que cualquier tipo de deseo sexual, quizás porque ambos estamos lo suficientemente cansados como para mover nuestros labios en un ritmo acelerado. Jadeo al estirar mis piernas, confirmando mis pensamientos, el ha entrado más profundo.
-Ouch- Hago un gesto extraño observando a los ojos.
-¿Duele? -Musita mirándome con preocupación.
-Un poco -Gimo al intentar moverme.
-Lo siento -Musita besando mis labios.
Le corto volviendo a besarle los labios succionándolos un poco -Ya, no importa. Me encanta.
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