Avidez

En todos mis años como psicóloga jamás había tenido este problema, estaba en bancarrota. Yo solía tener una clínica privada en el centro de la ciudad, la gente acudía a aquí por ayuda, tenía una secretaria, servicio de limpieza y hasta otros colegas acudían a mí por trabajo, pero eso quedo en el pasado.

Un bendito día, una persona toco la puerta de mi clínica, esperaba que fuera el cobrador de la luz a pedirme la paga de meses atrasados, para mi fortuna el que toco la puerta era un hombre de mediana edad, ropa elegante pero descuidada, pelo alborotado y rostro arrugado, me acerqué y pregunté el porqué de su visita

- Vengo por ayuda — Comentó apenado

- ¿Qué es lo que necesita? —

- A una psicóloga que trabaja aquí, pelo rubio, ojos negros, de baja estatura, ¿usted la conoce? —

- Esa psicóloga ya no trabaja aquí desde hace tiempo y por desgracia no tengo su número —

- ¿Y no sabrá el número de algún otro psicólogo?, por favor – Su desesperación se notó en su voz

- Yo soy psicóloga, solo que no le recomiendo hablar conmigo, hay mejores lugares y están mejores calificados —

- ¡Le pagare lo que quiera!, ¡tengo dinero!, ¡pero por favor ayúdeme! – Gritaba mientras sacaba un puñado de billetes de $500 de su saco

La verdad no quería aceptarlo, pero tanto yo como él nos necesitábamos, cobraré una sesión y le recomendaré otro lugar y con el dinero que cobre voy a poder pagar mis deudas del mes

- Ok – le dije – pero solo le puedo ayudar por este día, después tendrá que buscar a alguien más calificado, pase por favor, tengo café si quiere, aunque ya es algo tarde le puedo ofrecer una taza —

- Muchas gracias —

El hombre paso a un pequeño cuarto que antes era mi consultorio, se sentó en un pequeño sillón mientras yo le ofrecía una taza de café que el hombre aceptó con gusto

- Bueno, ¿Cuál es su nombre? – Pregunte para iniciar esta sesión

- Si dice que solo va a ser una sesión no tiene caso que se aprenda mi nombre —

- Entonces, ¿Cómo me refiero a usted? —

- Puede llamarme Julián —

- Ok Julián, ¿Qué es lo que te trae por aquí? —

- Ocupo despejar mi mente —

- ¿Hay algo que te preocupa?, ¿un problema o un compromiso? —

- Bueno pues... mi padre murió, ahí empezó todo —

- Oh, lo siento mucho, ¿hace cuanto falleció? —

- Hace 2 meses —

- ¿Todavía está en el duelo? —

- No, creo que ya no, mi padre no era el ser más bueno en el mundo, pero aun así era mi padre y llore por el —

- Entonces... ¿usted busca ser lo que su padre quería que fuera? —

- No, soy lo que él quiso, soy el jefe de una de las empresas de trajes y vestidos con más fama en el país, tengo millones en mis cuentas bancarias, así que con eso que usted se refiere no tengo ningún problema —

- ¿Entonces por qué vino aquí? —

- Vera, hoy fue la repartición de su herencia y como su único hijo tuve que estar presente en la lectura del testamento —

- Y usted no fue nombrado por el notario para recoger algo de su padre —

- No, recibí muchas cosas de él, varios autos, algunas casas y varios relojes —

- Le fue bien —

- No del todo... las acciones de sus empresas – enfadado dijo – él dijo que yo podría ser el dueño de todo lo que el tenía cuando el muriera, y ahora que murió yo no tengo nada de eso —

- Pero si usted ya tiene varios bienes materiales, ¿Por qué querer más? —

- Porque eso me merezco por derecho, ¡Soy su único hijo y mi madre termino con las acciones de sus putas empresas! – Empezó a gritar, yo me asuste pero si no fuera por el arrepentimiento de Julián por su reacción hubiera escapado de ahí

- Legalmente no puede hacer nada, si en el testamento vienen las acciones de su padre al nombre de su madre por ley le pertenecen a ella — Le comenté

- Eso ya lo sé, pero pude resolver el problema —

- ¿Actuó legalmente?, ¿por eso vino aquí?, se sintió arrepentido de haberle hecho eso a su madre – Concluí rápidamente

- Jeje, no, no me arrepiento de lo que le hice a mi madre, ahora no me tengo que preocupar de ese problema, solo me preocupo de las consecuencias —

- Ya veo, ¿teme alejar a su madre por lo que hizo? —

- ¿Alejarla?, ¿MÁS? —

- ¿Su madre era distante? —

- Demasiado, solo le importaba ella misma, ella jamás velo por mi seguridad ni mi educación, mi padre fue el único que se preocupó por mí en cierto modo, me mantenía vigilado y me complacía con todo lo que quería de niño —

- Ya veo, ¿y a usted le gustaría arreglar la relación con su madre?, le puedo ayudar con unos consejos y... - Fui interrumpida

- Eso no se puede... ya no... —

- ¿C-cómo?, no entiendo —

- Ella ya no me afectará, JAMAS – Sonrió de una forma bastante aterradora

- ¿A qué se refiere? – Me asusté, retrocedí por mero instinto, Julián seguía sonriendo de una forma bastante perturbadora

- ¿Usted cómo cree que desaparecí mi problema? —

- Usted... su madre... l-la... la... — Estaba aterrada, trate de acercarme a la puerta para huir de ahí, pero Julián se acercó a mí, me paralice del miedo, enfrente de mi tenia a un asesino y no podía hacer nada

- ¿No tiene nada que decirme? – Yo no dije nada, no podía ni mover la boca, el preguntó de una forma tan sincera que temía que si no decía nada me matara

- Usted... la mato... —

- Si – Suspiro tan profundamente que aliento salió por su boca - ¿sabe algo?, se siente bien desahogarse, hubiera preferido hablar con alguien de confianza como Pamela pero con usted fue más que suficiente, quisiera terminar la sesión aquí —

- B-bien – Yo solo quería que Julián, si ese era su nombre real, se fuera

- ¿Cuánto le debo? —

- A-a-así déjelo —

- No, de verdad, usted me ayudo, si no me dice una cantidad yo le daré lo que quiera — La voz de este sujeto se calmó, parecía que éramos conocidos y estábamos teniendo una conversación amistosa

- D-de verdad no hace falta —

- Solo traigo $350, no es mucho pero por una sesión de menos de media hora debería ser suficiente —

¿Había dicho $350?, ese dinero me serviría mucho

-S-si cree que así está bien déjelo así, no se preocupe —

- Bien – me da el dinero en mis manos, mis frías manos- y también quiero pedirle un favor —

- ¿Q-que sería? – temía lo peor, me podría amenazar de no decir nada a la policía o me mataría en el momento para evitar cualquier cosa, pero su petición me sorprendió

- Quisiera volver a tener una sesión con usted, le pagare mejor que esta vez —

- ¡BIEN! —

Y acepté, ocupaba el dinero, no importaba de donde fuera, yo ocupaba el dinero. 

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