Juntos por siempre

Luego de pedir aquel deseo el reflejo del joven desapareció, Claus se quedó allí esperando un tiempo, quizás volviera a aparecerse y efectivamente apareció, pero saliendo del agua como si se hubiese sumergido antes.

Claus se acercó al joven quien se veía mucho mejor en carne y hueso, tomando con delicadeza su mano. ― Quisiera aprender contigo, un chico que para mí es la perfección, contigo no me hará falta ninguna mujer porque encontrándote a ti, ya lo tengo todo. Dime una cosa, ¿Cuál es tu nombre?

― Yo... soy Ninten ― respondió el muchacho con timidez.

― Mi pequeño Ninten, ¿Estás dispuesto a compartir el resto de tu vida junto a mí?

― Si... lo estoy. ― Respondió el jovencito abrazando fuertemente y felizmente a quien pudo rescatarlo de el hechizo con el que cargaba desde hace muchísimos años.

Ambos se abrazaron mutuamente, estaban felices y agradecidos el uno con el otro.

Claus llevó a su Ninten lejos de La Boca del Diablo para ponerlo a salvo y ofrecerle compartir sus vidas juntos.

Tal vez no había conseguido a la mujer más hermosa del mundo, pero si a un niño del cual si se enamoró verdaderamente, ellos conformaban la pareja más dulce de todo el pueblo.

Y así Claus pasó a ser el joven más feliz al lado de su Ninten y a todo el mundo le encantaba que estuvieran siempre juntos y eran felices al verlos tan enamorados.

La Boca del Diablo como todos le llamaban pasó a ser un lugar tranquilo como si jamás algo malo hubiese sucedido ahí y la luz del cálido sol volvió a emerger desde el día en que Ninten había sido liberado de su castigo.

― ¡Fin! ― Leyó Lucas cerrando con cuidado su libro. ― ¿Qué te pareció el cuentito Claus? ― Preguntó Lucas.

― ¡Fue genial! ¿Podrías contarme otro ahorita?

― Claus, ¿Qué no te das cuenta que mañana tienes una cita con Ninten y ya son las cinco y media de la mañana?

― ¡¡Duérmanse los dos!! ― Gritó su padre desde la puerta a la vez que apagaba la luz ―. Buenas noches.

Ambos esperaron que el padre se fuese a su cama para seguir.

― ¿Me contarás como te fue en tu cita con Ninten más tarde? ― Inquirió Lucas.

― Por supuesto hermanito. ¿Y tú me contarás otro cuentito mañana?

Puedes hacerlo con mi nombre... y con el de Ninten, me gusta mucho así.

― Je, je, lo prometo Claus... buenas noches.

— Buenas noches Lucas, que tengas dulces sueños.

― Igualmente.

Así fue que ambos se durmieron y Claus selevantó pocas horas después para acudir a su "cita con Ninten" aunque estabamuy cansado y gracias a la historia que su hermano le había contado se sintiómotivado para asistir de todos modos y con muchas ansias a reunirse con Ninten. 

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