Entre los trozos podridos de una cabaña abandonada, la doncella encontró los restos de una carta que nunca pudo leer. Limpió la superficie de las manchas del tiempo, sacudió los vestigios del olvido y comenzó a recitar con voz desgano:

"Mi querida doncella es frágil como las hojas de un roble.

Similar a un lirio, ella florece en primavera y se marchita en invierno. Muchos la pretenden, pero es fría como un glaciar, tan indomable como un vendaval, nunca he visto en sus ojos algo más allá del profundo de anhelo de poder alcanzar la inmensidad del firmamento.

Todos la desean porque su piel es blanca como las finas perlas, en su cabellera posee hebras de obsidiana y, además, mi querida doncella posee ojos de cristal que brilla como un caleidoscopio ante la luz solar.

Oh, mi querida doncella es hermosa, mi amada doncella es preciosa, pero estará sola, estará sola porque yo moriré y la dejaré atrás. La abandonaré en el invierno, cuando es posible que se marchite sin nadie que esté ahí para cubrirla del frio, por eso me pregunto ¿Es que acaso no seré capaz de ver como se convierte en un precioso valle de lirios? ¿Seré yo un pobre condenado que será testigo de cómo su hija se envuelve en luto y tristeza? ¿No hay más remedio para esta muerte que me acecha? Ah, mi querida doncella, perdóname, perdóname por irme, perdóname por no poder ver a donde tus ojos apuntan, de ser incapaz de recorrer este camino a tu lado ni de sostener tu mano.

Yo, este padre tuyo, solo tengo esta carta para decirte que siempre te he amado."

La última palabra de la carta se lee y eso es todo, el silencio se instala en esta vieja cabaña destartalada. Quien lee este fragmento del ayer anhela tener la voz para gritar o maldecir al relator de este trozo de papel, pero en su corazón solo hay un profundo y agudo vacío que le perfora el alma mientras cae de rodillas sosteniendo aquella reliquia.

No hay nada para decir, nada queda ya de lo que un día fue, solo trozos de una carta de papel y los peldaños podridos de una cabaña vieja en el norte de estas tierras llenas de miseria.