La historia de siempre

En una oscuridad con un corazón roto, las palabras mantienen un silencio que desconozco con mis sentimientos desbordando en una montaña que comienza a temblar, caigo sobre el mar hasta hundirme en la soledad que me causa el hecho de que ya no estás aquí. He perdido miles de batallas todas relacionadas entre sí, voy en camino hacia un corazón durmiente es como un cuento donde sigo siendo el villano tratando alcanzar la felicidad que no sé me será concedida por el absurdo final feliz, no soy perfecto tampoco he sido un buen chico, siempre fui rebelde a las órdenes de los escritores que crean esta historia ¿Qué tiene de malo cambiar la historia? Uno cuando se enamora es capaz de romper las barreras que impiden el pasó a una historia en la cual yo sea el protagonista y rompo las cadenas de la rutina. Si soy el malo del cuento, no cambiaran mi naturaleza, pero nada dice que no pueda hacer de esta historia mi final feliz, el amor llega y la pelea comienza. Entonces él príncipe azul corre a rescatar a una princesa que en realidad no espera ser salvada por nadie, llegó a un castillo vació sin ningún alma recorro los pasillos mientras miró con cautela mis ojos se encuentran con los de ella, nos miramos por un segundo y el galopeo de un corcel nos despierta de un sueño bastante fascinante. Un golpe de la realidad me hace reaccionar de manera que me doy cuenta que ya no estoy en un mundo de fantasía donde pelear puede hacer mejorar las cosas, las lágrimas invaden mi rostro y sin embargo no me permito llorar por algo como un simple rompimiento, solo suspiro pesadamente a su vez que guardo el libro en uno de esos estantes gastados que he tenido la mayor parte de mi vida que va marcado con las cicatrices formadas por mí falta de cuidado, recorro con mis dedos los borde sintiendo como cada cicatriz se vuelve parte de mi alma sin deseos de sonreír. Camino por una habitación que compartí hace tan poco con alguien que en realidad nunca me amo con un corazón apuñalado en varios pedazos mantengo la frente en alto mientras vuelvo a tomar mi papel de malo en una historia que nunca es escuchada por nadie y a mí mente regresa el típico dicho "El malo nunca tiene un buen final, la doncella siempre está en peligro y el príncipe siempre salva el día", Si aquellos dichos concordaran con la realidad varios relatos hubiesen tenidos finales completamente distintos y no tendríamos que releer la misma historia repetirse incansablemente.

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