A cada amanecer su figura comenzaba a moverse entre las sombras que sé posaban por la pared sin brilló de aquélla habitación con un movimiento volvía a su habitual rutina de cada día, como si su despertar no tuviera sentido comienza él iluso transcurso de su vida, las memorias siguen atrapadas en el baúl del olvido cómo si lastimara él sólo hecho de observarla con esa mirada cansada y deprimente. Sus pasos eran lentos y precisos, aquéllo era tan normal para él, pero demasiado entristecedor para quién lo intentará, el silencio rodeaba todo el lugar no se podía ni escuchar su respirar tan opacado estaba su mundo qué ni el anochecer podría ganar a ese estado en que se encontraba, pues era obvio moría a cada segundo que despertaba nuevamente ¿Habría un sentido en abrir los ojos para verse solo una vez más? Si el problema se encontrará en una sola pregunta, la solución sería posible de buscar una respuesta sin embargo es imposible hacerlo cuando de una sola pregunta nacen millones qué también desean ser contestadas. Sus ojos se pierden tras del espejo roto y cicatrices traspasan todo su cuerpo tóxicamente, él solo ver la manera en que se encuentra da tanta lástima que dan ganas de llorar, ante sus ojos un dolor infernal lo atormenta de forma perversa, sus lágrimas deseaba caer sobre su rostro pálido y pasar sobre sus hundidas mejillas, pero aquéllo no sucede, se quedan dentro de su interior de forma permanente con un sufrimiento que en palabras no sería descrito, a cada paso entre el hilo de la vida o de la muerte su mirada sigue tan perdida en un abismo sin final, aunque lo intentáramos remediar su alma esta tan lejos de nuestro alcance, había permanecido esperando algo que nunca llegó ya que nadie nunca lo pudo comprender.