Decepciones a montones he debido de ver a mi alrededor, es normal para todos no es como si nadie nunca hubiese visto una decepción o nunca la hubiese vivido. La mayoría de las personas solo quieren ser perfectos y lograr admiración de las demás, otras aceptan sus imperfecciones bastante bien, pero hay otras que se dejan absorber por el temor de lo imperfecto que es, nadie en realidad es perfecto de por sí, todos fallamos alguna vez y caemos al suelo, entonces al pasar de los años nos hacemos presas del temor, tememos a nosotros mismos y a quien vemos en el espejo, en algún momento hemos pensado porque seremos tan despreciables o porque nada de lo que hacemos nos salen bien y de ahí nace la envidia a los demás, podemos pensar ¿Por qué no puede ser como esa persona? ¿Vale la pena intentarlo? Obviamente observamos lo malo de nosotros mismo como si fuéramos basuras andantes, volvemos a dejar que los años sigan su curso para encontrarnos en situaciones bastantes malas donde descubrimos que las personas que creíamos admirar solo fueron un engaño eso es cruel de madurar, es una etapa difícil que todos deberemos de afrontar una vez, volvemos a decepcionarnos de lo que vemos en nuestro entorno, las personas no son tan buenas como fingen serlo, las palabras pueden llegar a tener doble sentido, las sonrisas a veces pueden ocultar muchos sentimiento que están a punto de estallar. Nosotros mismos nos volvemos decepciones al transcurso de nuestro vivir o así lo vemos porque ya anda vuelve a ser igual ante nuestros vacíos ojos, somos absorbidos por la negatividad de quienes chocan con nosotros en algún momento y lo malo de las decepciones es que nos hacen caer en la conclusión de que somos inútiles en esta vida, admito que las decepciones es algo pasajero pero tormentoso, algunas de ellas no se pueden olvidar y tampoco superar, todo en esta vida está lleno de decepción el tema es que esta de cada uno el dejar que te sometas a ellas o de superarlas y seguir coexistiendo en este mundo ¿Y tú que decides?.