La musa de la pintura
La musa era tan hermosa como vanidosa,
Así que busco a un brujo,
Para que transformará su belleza en pintura.
A ella no le parecía una prisión,
Al contrario,
Ella hipnotizaba y encantaba a todos los que la veían.
Derrochaba deseo, y ese deseo se convirtió en gula y egoísmo.
Nobles y reyes peleaban enfrente del marco,
Dicen aquellos que sobrevivieron que la pintura se veía
Más viva cuando alguien moría enfrente de ella.
Un joven fue quien la robó en una noche,
A la torre más alta se fue a encerrar con ella.
Por años en la torre quedaron solos,
El joven bandido con su precioso tesoro,
Viendo la pintura sin pestañear,
Fueron tantos años que su piel se arrugó,
Su cabello se hizo canoso
Y su corazón fallo.
Después de la muerte del bandido, la musa de la pintura
Quedó insatisfecha,
No había más que un cadáver que admirarla,
Pero su expresión cambió cuando los gusanos y moscas empezaron
A invadir el lugar,
Las ratas y las sabandijas llegaron a devorar el cadáver de su más
Ferviente admirador y entre los gases de descomposición,
En horror observaba como la pintura se empezaba a descomponer
Y a dañar.
La pintura quedó encerrada,
Donde sin ningún curador o cuidador,
Se empezó a pudrir
Por años y años,
Hasta que los insectos se dignen a comérsela.
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