Sueño #.3: El Príncipe de los Elfos.
Había una vez una hermosa diosa de la luz llamada Eilífðir, cuyo corazón latía al ritmo de la belleza de su jardín infinito. Entre todas las flores, amaba especialmente a una rosa roja, cuyos pétalos parecían capturar la esencia misma del amor.
Un día, mientras acariciaba suavemente los pétalos aterciopelados, la diosa notó una pequeña semilla que brillaba con un fulgor mágico. "Esta semilla," pensó, "merece una vida llena de amor y alegría." Con un soplo de su aliento divino, plantó la semilla en el corazón del jardín.
La semilla comenzó a crecer con el paso de los días hasta que finalmente germinó, pero no fue una planta lo que nació de ellas, sino, un bebé elfo de ojos brillantes y sonrisa dulce. Las criaturas mágicas del jardín se reunieron alrededor, maravilladas por el milagro. "¡Es nuestro príncipe!" exclamaron con una sola voz. El bebé elfo, nombrado Animus, creció bajo el cuidado de su madre diosa y sus amigos del jardín. Su risa era como música, y su amor, un reflejo del amor de la diosa por la rosa. Y así, Animus se convirtió en el príncipe de todas las criaturas mágicas, un símbolo de amor y belleza, y un recordatorio de que incluso en lo más pequeño, como una semilla, puede residir el comienzo de algo maravilloso.
.Fin.
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