Mi nombre no es Michu.
Había una vez una ciudad muy ruidosa, en un día sin fecha una gatita gris se encontraba sola
estaba por conocer el mundo real; ruidoso y lleno de gente.
Esa gatita era yo, que asustada pero no menos hambrienta, me lancé a una nueva aventura,
En el camino había encontrado a mucho como yo, muchos compañeros gatos que me enseñaron lecciones muy valiosas,
Como barrigón, un gato gordo y con mucho pelaje, que me enseñó como meterme a los botes de basura,
O como Luisiana, una vieja gata que me enseñó donde esconderme cuando vinieran personas,
Sin duda no puedo olvidar a Calito, un gato mañoso y ladrón que me enseñó a cazar insectos, aves y mis preciados ratones.
Mis amigos de la calle siempre me decían que tuviera cuidado con los humanos, y yo pensaba que quizás no eran tan malos…
Aunque no podía confiar en quienes no comían ratones
Quizás todos eran como el señor malo del taller, quien siempre me gritó cuando dormía una inocente siesta arriba de algún carro
Pero quería creer que podían ser como el señor Julián del restaurante de la esquina, quien
siempre nos regaló las deliciosas sobras que quedaban a final del día,
Pero pese a un gran día de aventuras, yo solía sentirme incompleta y muy triste
A menudo solía trepar por las ventanas a ver a los humanos tratar como dioses a otros compañeros gatos, por años intenté que un humano hiciera eso por mí
pero siempre me echaron con el cepillo y otras veces con agua
me pregunté muchas veces si era yo una gata que no se pudiera amar, pero nadie me respondió esa pregunta en aquel entonces
un día dejaron de llamarme gatita, y solo fui "esa gata callejera"
ya no me hacían tanto cariño ni me volteaban a ver, fue más difícil conseguir comida pero podía defenderme mejor
después me convertí en mamá, y lo fui tantas veces que ya no recuerdo a mis hijos pero los amaré por siempre...
me acuerdo que perrera municipal me quitó algo en la barriga, y desde entonces no he sido madre, quizás fue lo mejor
justo en mis 5 años de edad, yo estaba sentada en un parque en pleno Agosto, hacía frío pero era agradable de ver, pensé que quizás pronto llegaría mi día de mi muerte,
esperaba que no fuera
algo cruel y triste, esperaba que alguien pudiera mirarme por última vez
cuando de pronto, se me acercó un grupo de mujeres mirándome extraño y eso me alertó
sin saberlo había terminado en un abrigo envuelta, y escuchando su conversación sobre lo linda que era y que nombre me pondrían
estuve asustada los primeros días, habían muchas personas y querían agarrarme a cada rato, sentía demasiado estrés
Aunque al principio era una familia numerosa la que me agarro, termine viviendo con una familia pequeña de inmigrantes en un cuarto,
pensé en todas las rutas posibles para escaparme hasta que, un día salieron todos los adultos y se quedaron las adolescentes, fue divertido escucharlas reír y bailar, nunca había sentido calidez y es que en ese momento lo sentí todo
solo salí en un momento a ver, y me trataron muy amable, me dieron comida, una era callada
pero se sentía segura y la otra aunque era ruidosa era muy suave,
a medida que pasaban los días fui conociendo a toda la familia, y salía a explorar todo el lugar,
les comenzaba a tener cariño, aunque a la adolescente ruidosa se le olvidara limpiar mi caja de arena
me compraron un collar, pero aún no decidían mi nombre
era gracioso escuchar los que querían, por supuesto ninguno me gustó en ese entonces
me terminaron llamando Michu, siempre lo escuchaba cuando estaba en la calle,
traté de decirles muchas veces ¡mi nombre no es Michu!
pasaron meses y yo me acostumbré a ellos, eran puntuales con la comida y siempre me
consentían y me hacían mucho cariño,
me convertí en la primera mascota de la adolescente callada y ella fue mi primera familia,
pasaron meses sin saberlo, lleno de aventuras y muchas croquetas
pues un día simplemente nos fuimos a su tierra natal, en ese entonces pensé que me dejarían, pero no lo hicieron en especial mi niña callada,
el viaje fue de lo peor que había pasado en mi vida, pero como me cuidaron las dos niñas es algo que jamás podría olvidar,
después de meses viviendo en la nueva casa
Podía decir que habían algunas cosas seguras
Que hacía mucho calor en donde vivíamos,
Que habían muchos gatos con quiénes jugar (y pelear)
Que aunque me escapaba a visitar a la niña ruidosa, mi intención real era molestar a sus gatos
Que si le maullaba mucho al papá me daba comida cuando quisiera
Que cuando salía la niña callada me sentía muy sola
Que había nacido en la calle, pero había logrado encontrar un hogar
Y que mi nombre no era Michu… pero podía serlo.
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Dedicada a mi mejor amiga RDRLMRL y a su gata Michu, que resultó ser un gato macho pero ya había hecho el cuento.
Cuento hecho para un trabajo de lenguaje y comunicación en la carrera de Docencia en idiomas, nota sobre la nota.
sin más, muchas gracias, 💌 vvy 💌.
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