la guitarra
Renato disfrutaba de tocar la guitarra mientras transcurría el atardecer, su esposa no disfrutaba de la música y sus hijas tan poco agraciadas tampoco disfrutaban de oír la dulce moledia de aquella guitarra española que tanto amaba Renato
- si vosotras os atreveis a tocar mi guitarra la pagaran caro, esa guitarra es como mi primer amor - decía mientras trataba de imitar el típico acento español que escuchaba en canciones y películas, sus hijas y esposa solo se limitaban a mirar la guitarra con desagrado y tirarle una que otra mirada a el hombre.
Una tarde cualquiera, Renato salió a dar un paseo, se sentía mal por no haber tocado a su guitarra en todo el día, pero le había sido imposible encontrarla a pesar de haberla buscado hasta en el último rincón de su casa, sus hijas y su esposa no se mostraban culpables y él era incapaz de dudar de ellas.
Sus únicos acompañantes en ese momento eran: su fiel perro Doky y su querido nieto Martín, hijo de la menor de sus muchachas, el pequeño Martín se había empezado a interesar por la guitarra hace un poco al ver a su abuelo tocarla, pero Renato tampoco podía dudar de él, la guitarra lo doblaba en tamaño y además el pequeño se había mostrado asustado un par de veces por miedo a cortarse los dedos con las cuerdas y el perro simplemente no podía. Esa tarde volvieron temprano a casa, Renato se fue a recostar a su cama mientras pensaba
Pobre de mi guitarra ¿donde estará? Ha sufrido tanto... primero Julia le hizo daño con un cuchillo, Ester cuando pequeña rompió el clavijero y mi esposa... ay Marta, ella le corto las cuerdas una noche solo para que dejara de tocarla
Aquella guitarra estuvo perdida quizás unas dos semanas, Renato estaba considerando comprar una nueva cuando cosas extrañas comenzaron a pasar en el hogar, una noche su esposa despertó mientras gritaba horriblemente por ayuda y se retorcía de el dolor, el desesperado Renato llamó enseguida a una ambulancia la cual llegó unos minutos después, Marta, desmayada de el dolor fue subida a una ambulancia, en el hospital estaban completamente impresionados por el estado de Marta, todas sus venas y arterias estaban cortadas como si hubieran usado un filoso cuchillo o una tijera, debido a esto Marta murió esa misma noche, desgarrado de el dolor Renato no pudo más que llorar
Todo es mi culpa
Pensó entre llantos.
En el velorio, Julia se comenzó a quejar mientras sobre su piel visible se iban haciendo lentamente cortes muy profundos, Renato y los demás presentes la llevaron al hospital, varios creyeron que fue negligencia de los doctores cuando se enteraron de la repentina muerte de Julia, poco tiempo después se supo que los extraños cortes llegaron hasta algunos de sus órganos vitales provocando su lenta y dolorosa muerte.
Luego fue el turno de Ester, la menor, esta muerte fue mas rápida y menos extraña, ella cayó de las escaleras rompiéndose el cuello en el instante en que impactó en el suelo, el pequeño Martín despertó una noche con leves cortes en los dedos.
Tiempo después, Renato se despertó en medio de la noche con la sorpresa de que al encender la lámpara vio a la guitarra a su lado, pero no solo vio eso, si no que también vio al conocido y muy poco querido por los religiosos, el patas de cabra,cachos de toro, cola de hilo, en fin, el conocido diablo
- ¿acaso olvidaste el trato? - preguntó el diablo parado frente a él, su grave voz y su mirada hicieron estremecerse a Renato
- creo que si - respondió Renato tomando algo de valor
- claramente te dije que si alguien le hacía algo a la guitarra y cuando la guitarra desapareciera lo iban a pagar bastante caro, te dije que la cuidarás y ni si quiera sabes hacer eso, yo te lo advertí Renato - dijo el diablo con tranquilidad, aunque su voz sonaba como si estuviera enojado
- ¿debo hacerlo? - preguntó Renato a lo cual el diablo simplemente asintió, se levantó de la cama y fue a la cocina a buscar un cuchillo, el diablo lo seguía con la guitarra en mano, cualquiera que hubiera escuchado los pasos solo iba a pensar en que había entrado un animal a la casa, como una cabra o una oveja, Renato se cortó la palma de la mano y luego puso su mano sobre la guitarra, el diablo sonrió y desapareció dejando un olor extraño en el ambiente, Renato comenzó a caer lentamente hasta que todo su cuerpo ya inerte quedó completamente en el suelo, pasados los días los vecinos extrañados por el olor que salía de la casa de Renato decidieron entrar, la puerta entreabierta les facilitó el paso, se sintieron enseguida esqueados por la mezcla de olores que habían, que era entre azufre y algo en descomposición, se asustaron al encontrar al perro de la casa comiendo el cuerpo de Renato, el pequeño Martín se limitó a lanzarles una mirada a la inesperada visita.
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Estaba intentando tocar mi guitarra y fue lo primero que se me vino a la mente, espero sea de su agrado.
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