Martín de 20 años estaba en su casa viendo televisión cuando escuchó un golpe en su puerta, se levantó dejando la lata media vacía de cerveza sobre la mesa de centro frente a él, eran sus amigos que habían ido a buscarlo para ir a una fiesta, él no se hizo de rogar y salió con ellos

- esta noche lograremos que dejes de ser virgen - bromeó Pablo dirigiéndose a Martín, el resto comenzó a reír mientras Martín se sonrojaba de vergüenza
- de seguro encontramos a alguna chica que quiera acostarse contigo - dijo Alvaro mientras subía al auto que los llevaría al lugar indicado.
Al llegar sus amigos los empujaron a una mujer que tomaba un Martini cerca de la barra, Martín se acercó temeroso a la mujer, ella lo observo por un momento, él se sintió inmediatamente atraído por aquellos ojos que parecían brillar, él no sabía si era efecto de las cervezas que tomó en su casa, pero juraba que vio como el cuerpo de la mujer cambiaba exactamente como a él le gustaba, sus labios rojos carmesí le invitaban a conversar y quizás a hacer algo más.
Pronto Martín se vio metido en un motel barato con la mujer, apenas entraron al pequeño cuarto ella comenzó a desvestirse, Martín se sentía cada vez más excitado mientras la veía despojarse de sus vestimentas, aquella noche fue de lo más maravillosa para ambos, aprovecharon de hacer de todo antes de que la hora terminara.
Luego de esa sesión, Martín no podía sacarla de su cabeza y por ende se volvieron a encontrar, Martín se atrevió a pedirle que fuera su novia y ella acepto enseguida, su relación iba de maravilla, aunque Martín se sentía cada vez más cansado y con menos ganas de hacer cosas, aunque en la noche extrañamente volvían todas sus energías y gracias a eso siempre había una sesión de sexo con ella.
Martín jamás se entero de que aquella mujer que acepto ser su pareja, en realidad era un Súcubo y por eso solo se presentaba en las noches, siempre para hacer lo mismo, aquella mujer terminó por completo con la vida de Martín, aquel pobre chico enamorado de la belleza de ella.