Creía que debía terminar con ese último capítulo, pero realmente este epílogo le da el toque de gracia a una historia que para mi ha sido todo un reto ya que es algo que no estoy acostumbrado a hacer y era como una prueba de ver cómo me salía.
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Lejos de allí, mientras su café se enfriaba y un bagel a medio comer, Nathaniel dio punto y final a esa historia.

Había convivido con cada uno de esos personajes desde hacía meses.

Vivía por ellos.

Soñaba con ellos.

Y finalmente, ahora se despedía.

Dando un sorbo a su café, guardó el documento antes de enviarlo a su editor.

Con suerte, pronto el mundo conocería a Brenda Parks y a la gente que la rodeaba.

Poniéndose en pie, paseó por la enorme casa del 123 de Rainbow Glen Circle y fijó su mirada en una pared en concreto con una sonrisa.

Bueno, pensó, su libro no contaba todos los secretos.