Capítulo 11

Se levantó con una sola idea en la cabeza: averiguar hasta dónde había averiguado Shanon. Era obvio que escuchó una parte de la conversación y con la idea que tuvo en mente la muchacha de llamar a la policía en todo el momento no era conveniente que fuera por ahí con información tan susceptible. Su parte racional le hacia saber que no era coherente lo que había hecho, pero como ya hizo otras veces la calló. Tras haber dormido unas cuantas horas y estar más descansada, cogió el teléfono y la llamó. No obtuvo respuesta. Le envío un mensaje notificándole que la llamara en cuanto pudiera aún y sabiendo que ésta no lo iba a hacer. Se dirigió a las oficinas del centro dónde tenía instalado su centro de trabajo, subió hasta sus oficinas y preguntó a su secretaria pero desde la mañana que había notificado que estaría con ella en la casa, no habían vuelto a tener noticias de ella. Fingiendo indiferencia y cierta austeridad en su tono le comunico que le dejara el recado que si la veía era imprescindible que hablara con ella. Agradecida marchó de allí sin tener muy claro a dónde dirigirse. 

Pasaron varias horas sin que supiera nada de ella y realmente le preocupaba lo que aquello pudiera significar. Esperaba por el bien de sus propósitos que no se hubiera dejado llevar por el convencimiento de que debía avisar a las autoridades. De la manera cómo lo había organizado todo no le interesaba que se tirara de la manta y se descubriera el delito que había cometido. Presa del pánico volvió a intentar contactar con la decoradora nuevamente pero no obtuvo respuesta. Llamó de nuevo a sus oficinas y la recepcionista le comunicó que aún no sabía nada de ella y que en su agenda no programó nada que justificara su ausencia en todas esas horas. Intentó recobrar la compostura pero notaba que aquello se le estaba yendo de las manos. Tenía muy claro que no se iba a echar atrás, pues la opción que escogió era la de un camino sin retorno, pero no podía dejar ningún cabo suelto. 

Su teléfono empezó a sonar y de forma institntiva descolgó. Se quedó en silencio a la espera de oír una voz conocida al otro lado de la línea y así fue, lo único que no era la que ella quería oír en esos momentos. 

- Brenda. Debemos vernos para que firmes el acuerdo de confidencialidad en referencia a la subasta pública que estoy organizándote de forma altruista - no le pasó desapercibido el sarcasmo con el que Stanley pronunció esas palabras. 

Subió a su auto y cogió las carreteras en dirección a las afueras donde vivía Stanley Maddox. Pensó que se sentiría extraña volviendo al lugar en que unos días antes había llevado a cabo una de sus estrategias más sucias para salirse con la suya; el chantaje, pero al contrario, mientras conducía estaba tranquila y aliviada. Aunque sin dejar de tener un deje de preocupación por lo qué pudiera estar haciendo en esos momentos Shanon. Con la vista fija en la carretera y presa del pánico sacó del bolso un paquete de tabaco y se encendió un cigarrillo. Durante unos segundos soltó el volante y eso hizo que estuviera a punto de tener un siniestro al estar a punto de colisionar contra un árbol, ya que el coche se había desviado de su trayectoria hasta casi salirse de la carretera. Haciendo uso de unos grandes reflejos y con una hábil maniobra del volante enderezó el rumbo del coche y siguió conduciendo. 

- Adelante, el señor Maddox le espera en su despacho - le indicó Lupe un gesto de la mano para que pasara. La acompañó hasta la puerta del despacho, la dejó entreabierta y se marchó. 

- Brenda, cuanto tiempo sin verte. 

- Déjate de formalismos Stanley. Tengo demasiado trabajo que hacer y perfectamente podrias habermelo mandado por mail y te lo hubiese devuelto firmado - a pesar de que era ella quien inició ese juego con el publicista ahora mismo tenía otra preocupación en la cabeza y era encontrar a Shanon - ¿Dónde está el documento que he de firmar?

- Simplemente es un documento de aceptación del proyecto - dijo mientras extraía un sobre de uno de los cajones de su escritotrio -, espero que no te moleste pero he añadido una pequeña cláusula al final - Brenda le miró extrañada y con un leve deje de miedo en el rostro, pues había cometido la imprudencia de firmar sin leer nada -, se trata de una cláusula de confidencialidad con la que te comprometes a no divulgar ninguna información ni dato hasta la finalización de nuestra colaboración - al finalizar de pronunciar esas palabras Stanley se reclinó en su silla y cruzó los brazos sobre su pecho con una mueca de satisfacción en su semblante. 

- ¿Cómo has podido? 

- Debo protegerme de algún modo, y por culpa de tu treta me juego demasiado. Podría perderlo todo y me ha costado demasiado llegar a esta posición - Brenda no le replició ni dio nuestra de cómo le molestaba todo eso, salió con toda la dignidad que pudo aparentar y se dirigió al coche. 

Al salir de la casa su teléfono empezó a sonar, lo sacó del bolso y se quedó mirando la pantalla que indicaba que era un número oculto. Se lo pensó unos segundos antes de contestar. Deslizó el dedo por la pantalla y se acercó el aparato al oído. Silencio por ambas partes. Sin saber porqué sus labios no respondían y era incapaz de pronunciar ninguna palabra. 

- Señorita Parks. Hemos recibido el dinero pero ha surgido un contratiempo. La creíamos más discreta - aquellas palabras la devolvieron a la realidad. No hizo falta que le dieran más información. Había descubierto el paradero se Shanon. Ahora entendía porqué estaba anotada la dirección en la libreta. Era evidente que la había seguido hasta el lugar dónde hizo el pago y ella la siguió - No podemos permitirnos que nuestro acuerdo sea público, ¿cierto? Y su amiga tiene demasiadas ganas de hablar. Vamos a tener que ponerle remedio, pero claro está todo tiene un precio -. Se quedaron callados como si esperasen que ella diese su punto de vista, pero estaba claro que ellos ya habían tomado la decisión por ella - ¿No dice nada? Supongo que nos da el visto bueno para proceder. 

- No, por favor, - odiaba tener que suplicar o pedir perdón, o permiso - seguro que podemos llegar a un acuerdo - durante unos segundos nadie respondió a su petición. 

- Nos pondremos en contacto con usted en las próximas veinticuatro horas. No se separe mucho de su teléfono. Si no nos contesta al momento entenderemos que esta de acuerdo a nuestra manera de trabajar. 

Aquello se le había ido de las manos. Ahora era consciente. Quiso abarcar más de lo que realmente era capaz. Por culpa de sus decisiones iba a sufrir las consecuencias alguien que tenía que ser solo una simple colaboradora. En poco tiempo había realizado demasiados daños colaterales y debía solucionarlos, pero estaba claro que sola no iba a poder. ¿Tendría razón Shanon y era el motivo de acudir a las autoridades confesándolo todo y comprobar así como una vida de éxitos y triunfos quedaba reducida a la nada?


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