14.-
La reunión llega a su fin, contrario a lo que llega a pensar la gente, estas son 6 o a lo mucho 12 veces al año.
La verdad, es que no les gusta mucho a los países reunirse por las juntas, ya que ciertos países que se odiaban a muerte se iban a los cuellos del otro, y los mismos continentes se peleaban entre sí
Cada vez que ONU se daba la media vuelta, alguien terminaba con una pluma clavada en su mano
La organización junta sus papeles y los hacer chocar con la mesa, es entonces que los países latino se deciden a salir.
— Aún no pueden salir. — Dice sin alzar la mirada, asegurándose de que los papeles estén ordenados.
— Flaite culiao, ¿Por qué? — Pregunta el chileno, enojado.
— Hay algo que necesito que todos vean. — Dice en voz monótona. Hace una pausa. — Brasil, México, Rusia, Aléjense de las ventanas.
Los países mencionados suspiran, su plan de escapar de la junta arruinado.
—Como você nos ouviu? [¿Cómo nos escuchaste?] — Pregunta asombrado el sudamericano, haciendo al estadounidense suspirar.
— Las últimas tres reuniones han hecho lo mismo. — Contesta, mirando seriamente a los presentes. — Quiero aclarar que este no es un asunto oficial de la ONU.
— ¿Y por qué tenemos que quedarnos, pana?
— Por que es importante para mi.
— Wait, aren't you UN? [Espero, ¿No eres tú la ONU?]
— Just as much as you are Australia, now if you excuse me... [Tanto como tu eres Australia, ahora si me permites...]— El país le sonríe tímidamente y se hace ligeramente hacia un lado.— México.
El llamado voltea a ver a la organización.
Azul y dorado chocan. Se acerca con paso firme y lento al mexicano, admira como la luz del día ilumina su rostro.
Por un momento, el menor puede sentir su corazón estrujándose, traga con fuerza, su taquicardia acelerándose.
Le da miedo, y sabe que es repentino, pero sus dedos rozan la pequeña caja en el bolsillo de su chaleco, y sus ojos se cruzan con los de el mexicano.
Lo quiere. Lo quiere demasiado.
No, no lo quiere.
Lo ama.
Suspira, respira hondo y se pone en una rodilla, los ojos del latino abriéndose de par en par.
— No way! — Escucha a su padre gritar.
— Madre mía, batman, ¿Estás grabando, gil?
— Shut up! [¡Callénse!] — Grita, completamente sonrojado, un par de murmullos detrás de él. Traga, un vez más y respira hondo, sacando la pequeña caja de terciopelo negro del interior de su abrigo y alzándolo a donde su pareja.
México, por su parte, intenta no olvidar como carajos se respira, o decir alguna estupidez que arruine la propuesta de matrimonio (Como sucedió dos veces).
— Ay Dios — Logra decir, quedándose sin aliento.
— México, ¿Te casarías-
— UN! [¡ONU!] — Lo llama su hermano, interrumpiéndolo.
— Are you kidding me Green? Do you need to interrupt me right now? [ ¿Estás jugando green? ¿Tienes que interrumpirme justo ahora?]
— The speech! [¡El discurso!]
— I don't have a speech! [¡No tengo discurso!]
— Well I do! [¡Pues yo tengo uno!]
La unión suspira, sus ojos conectan con los del mexicano y sonríe un poco. Green Peace, por su parte, habla. Y habla y no parece que vaya a callarse en ningún momento. Y lo deja hablar.
Se levanta y pone su frente con la de México, una sonrisa tímida pero bobalicona en sus labios.
Admira cada detalle de aquel de menor estatura.
Sus pestañas marrones, largas, gruesas, adoradas por Congo y envidiadas por Bielorusia. Recuerda con dolor, todas las veces en las que esas hermosas pestañas están bañadas por lágrimas. Sus ojos con heterocromía parcial, un detalle tan pequeño que no lo había visto antes de empezar a salir oficialmente. Dorado, verde y café. Hermoso, especialmente por como la curiosidad brilla en ellos. Besa sus párpados.
Admira su nariz, algo grande, redonda en el frente de tal manera que pareciera apuntar hacia arriba. Esa nariz con la que México se basa para decir "Si, esto necesita más sal" o "Le falta prejil". A veces el mayor le recuerda a un perro, cuando entran en un restaurant y se pone a olisquear el aire, recitando nombres de los ingredientes que percibe o los platillos de otros comensales. Besa el puente de su nariz.
Se aleja un poco, y sus manos sujetan un mejilla roja y una mejilla roja con un tinte de verde. Son regordetas, en realidad, pero se ven finas. Le gusta como están coloradas, lo cálidas que son al tacto. Una mano sujeta su muñeca, y como si de un gatito se tratara, el tricolor se apoya como si pidiera mimos. Una risa suave escapa del más alto. Besa ambas mejillas, y la mano que lo sostiene.
Ojos azules terminan en labios mexicanos. El inferior es regordete, mientras que el superior es más delgado, con el arco de cupido viéndose filoso. Tienen un tinte más rojo de lo normal, probablemente por que los ha mordido. Y también los besa. los besa varias beses, de manera corta, casta, pero haciendo su corazón revolotear como si esto se tratara de una montaña rusa.
Se acerca a su oído y lo susurra —¿Quieres casarte conmigo, México?
Y México asiente. y sus pestañas se vuelven a mojar, sus ojos brillan, sus mejillas están hirviendo y sus labios forman la sonrisa más preciosa que ha visto en su vida.
— Te amo. — Dice el latino.
— I love you. — Responde el Estadounidense.
Cuando gritos, sonidos de flashes y silbidos inundan sus orejas, recuerda, que está en la sala de juntas, que tienen aproximadamente 160 espectadores (Eso esperando que muchos hayan ignorado lo que acaba de pasar o se retiraron de la sala en cuanto pudieron).
— ¡Weón no mames ya no estas quedado conchatumadre! — Celebra un Chileno, dando un saltito antes de abrazar a su amigo, a vista ajena, como si quisiera matarlo.
— Hostia, Nueva España- — El europeo no puede evitar que lágrimas le salten a los ojos, sintiéndose orgulloso.
— Como você se casa antes de mim?! [¡¿Cómo que te casas antes qué yo?!] — "Regaña" Brasil a México, restregando su puño de manera afectuosa en su cabello, molestando al Argentino, Peruano y Chileno que lo abrazan.
Al final, Desde Filipinas hasta Guatemala, se ve rodeado por amigos, familiares y conocidos no tan amigos que lo llenan de preguntas y alegrías.
— Oh my God, dude — Logra decir en su shock la representación de Estados Unidos, dando un paso hacia atrás.
— Holy fucking shit matey! — Maldice Australia, cargando a su amigo y dándole vueltas antes de dejarlo bajar.
— Je vais manger la tour Eiffel- [Me voy a comer la torre Eiffel-] — Chilla Francia, corriendo a abrazar a la unión.
Ahora, el de ojos azules está tan inundado como su prometido.
— ¡Hey! ¡ONU! — Logra llamar la atención de su pareja, apenas logrando alzar su voz por encima de celebración de sus amigos — ¡Quiero pasar el resto de mi vida contigo!, ¿Entendido?
Y ONU asiente. pero su corazón se aprieta un poco más de lo que debería de al escuchar esas palabras.
— Félicitations mon ami. Prenez bien soin de lui, oui? — Murmura antes de salir del salón.
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Hola.
Uh, al final como que sí abandoné Wattpad un bueeen rato, al menos a la hora de leer y escribir pero, no puedo nada más dejar así la historia, ¿No?
Y, si. Eso. No sé si hacer un pequeño extra con lo que sintió Canada, jaja.
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