10.-
Vuelve a estornudar, sorbe su nariz y estira su mano a Etzalli. El gato gruñe en respuesta y por unos momentos el estadounidense está seguro de que lo atacará...
— Ushquele. — Dice el mexicano, algo molesto, ahuyentando al felino. Este pasa entre las piernas del latino, obligadondolo a sujetarse del marco de la puerta para no caer.
— Hey, honey. — Saluda con voz ronca y cansada el menor. su pareja rueda los ojos y coloca su desayuno en la mesita a su lado.
— De todos los días en los que te podías poner emo, elegiste el de ayer y te vas a mitad de la noche a salirte, ¿No? — Pregunta la nación, enojado, para partir el omelette con champiñones. — Abre la boca, cabrón.
— Yo no quería- — El mexicano lo interrumpe, metiendo el tenedor con el desayuno en la boca del menor.
— Yi ni quirii, pues te jodes, que ahora seré tu enfermera así todo sexy y emputado.
La organización le hace caso y el latino le da de comer a en la boca, quejándose de que era su semana de vacaciones y ahora tendría que cuidar a ONU, pero todo con dejes cómicos, animado al menor.
Cuando ya no hay nada en el plato, el mexicano le pasa un líquido blanquesino a ONU y unas pastillas. Este lo mira con mala cara.
— No, no es agua de horchata, que sé que la odias. — Dice el mexicano como respuesta a la mirada asesina del contrario. La organización suspira y toma un trago. — Pero sigo insistiendo que la gente guapa sólo toma agua de horchata. — Comenta antes de guiñarle un ojo al contrario, haciendo que se ría y ahogo un poco con la bebida.
— ¿Cuándo viene el doctor? — Pregunta el menor en cuanto deja de ahogarse, su garganta matándolo.
— Pues... Como que no va ha haber doctor. — Confiesa el mexicano, evadiendo la mirada de su pareja. — Pero Suiza dice que vas a estar bien si te tomas mis chingaderas.
La organización sonríe y se inclina a donde el contrario, intentando robarle un beso... Pero una mano se interpone en su camino. Al alzar la mirada se encuentra con un sonrojado y molesto México.
— Me vas a contagiar. — El menor, con señas de mano, intenta decirle que así no funciona. Peor el mexicano sólo lo mira confundido.
— Así no funciona. — Explica con dificultad, volviendo a sorber su nariz.
— ¿Me vas a decir que salir cuándo hace frío tampoco enferma? — El menor se prepara para confirmar cuando una caja de pañuelos cae en su cara.
Después de eso, el mexicano se pasa a su lado, agachandose para recoger unas cosas un suéter azul del ONU era dueño siendo lo único que viste. El menor sonríe, tentado a alzar la prenda, cuando el latino se pone unos pantalones negros para salir de la habitación. Suspira y actúa como si nada.
Es entonces que se dedica a realmente ver la pieza. Hay un ventilador en la parte de arriba, una tele de esas gordas (sobre la que se encontraba Etzalli), una caja con la palabra "Juegos" escrita en letra cursiva, una pequeña mesa de cristal, también un pequeño closet. Lo que más le interesa, son cuadros con fotos de México y sus hijos, había varias en las que se encontraba con los estados costeras, sólo una lo tenía rodeado por todos sus actuales estados y había un par en el que se encontraba con Veracruz, ambos usando el traje típico del lugar o en la playa.
Pero hay una en especial, que se ve más vieja que las demás, está claramente doblada de un lado y parece haber rayones en esta, es una foto en sepia. La humedad la ha corroído y Veracruz parece tener una chispa en sus ojos que sólo había visto en su mirada al estar con Venezuela.
Se para, con algo de dificultad por que su cabeza parece explotar, y toma el porta retrato entre sus manos, deslizando la foto. Al desdoblarla, se percata de que está Texas. Traga con dificultad.
Deja tan cuidadosamente como puede las cosas como las encontró y se dirige a la tele en el cuarto, al prenderla, es recibido por estática.
Mueve la antena, a la derecha, izquierda, arriba, abajo... Pero no consigue nada.
— Esas madres ya no sirven, wey. — Comenta burlón el mexicano, viendo a su pareja claramente alterado, cuerto con gasolina y acerrín, rodeado por cables, audífonos, y luces de navidad. No va a preguntar cómo llegaron esas cosas ahí. Ríe suavemente y lo ayuda a desenredarse.
Se sientan por unos momentos en el suelo, el ruido de olas, gaviotas y ventiladores en el fondo. Suspira, tranquilo, contemplando a la nada...
Mkra de reojo a su oareja, el menor parece tener los ojos cristalizados y respira con dificultad, preocupando al mexicano.
— ¿ONU? — Lo llama, sacandolo de la especie de trance que tenía.
"Perdón" susurra la organización antes de ser interrumpido por un ataque de tos, el país se dirige a su lado inmediatamente, toma su temperatura, lo ayuda a recostarse en la cama y cubre con las sábanas de conchas de mar.
Se retira, rápidamente, a la cocina y sirve caldo de pollo en un platito de plástico azul, antes de volver a su cuarto.
No le gusta, ver a alguien a quien quiere tanto tosiendo, casi incapaz de hablar, con fiebres y dolores de cabeza...
Ah, pero tenía que salir en medio de la noche..
Suspira, la verdad es que le preocupa ese hábito del estadounidense, es responsable con todo y todos... menos el mismo.
Lo ayuda a tomar el caldo, rezando en murmuras a sus antiguos dioses y al que actualmente cree.
Es sólo un resfriado, pero de verdad que molesta a ambos no poder seguir con sus joterías.
Cuando ONU termin de tomar el caldo le sonríe, agradecido, causando un sonrojo en las mejillas del contrario, antes de acurrucarse en la cama.
El mexicano se baja de esta y besa su frente, recordando cuando arropaba a sus hijos... Sobre todo cuando el diplómatico estira sus brazos, mirandolo con un toque de nerviosismo.
Y, romántico como siempre, México se deja querer, descanzando su cabeza en el pecho del otro, permitiendo que sus piernas y sus dedos se entrelazen, la respiración (al fin) calmada del otro acariciando la coronilla de su cabeza.
Cierra sus ojos, tranquilo.
Si. Quiere pasa el resto de su vida así.
●●●
Despierta al día siguiente con un lindo mexicano entre sus brazos, su cuerpo se duele y la poscición es incómoda, pero con ver el rostro del norteamericano siente que sus dolores menguan...
Y lo admira. Sus pestañas, largas y gruesas, sus labios ligeramente entreabiertos, un hilito de baba escurriendose, pasa su mano por la cintura del contrario y lo apega más a él. Una sonrisa en sus labios.
Cierra sus ojos de nuevo y cae en los brazos de Morfeo.
●●●
La voz del mexixano y ladridos lo despiertan esta ocasión, al ver por la puerta de cristal que le permite ver la playa, encuentra a su pareja jugando con sus perros, riendo y payaseando.
Se sienta en la orilla de la cama y toma su celular, lo desbloquea y le escribe a su padre.
EUA.
It's ok, we can fix this.
16:37
Sonríe, esperanzado, y graba a su pareja sin que este se percate, un poco acosador, piensa una parte de él, pero sabe que se sentirá más que feliz al ver ese vídeo en el futuro.
Son las seis cuando el mexicano vuelve, exhausto, se da un ducha rápida, es meintras elige que ponerse que una idea viene a su cabeza, así que le pide a ONU que vígile un rato a Fluffington.
Mientras la organización se distrae, aprovecha y prepara la televisión, conectando una consola NES y dos controles.
El resto de la tarde se la pasa jugando con el menor, ambos burlandose de los gráficos del juego o la trama de este, buscando glitches y explotandolos. El estadounidense ligrando robarle besos de vez en cuando al latino...
El día se vuelve eso, los tienendo un buen rato...
La verdad, es que no tienen ni idea de cuando se quedaron dormidos, pero esta vez, al despertar, la organización no se siente enfermo.
— ¡Achis!
— Aw, ¡Estornudas como gatito!
— ¡Achis! ¡Achis! Hijo de- ¡Achis! Me contagia- contagiast- ¡Achis!
— Fuck-
●●●●
He pensado en subir los Viernes, tal vez Miércoles .^
Perdón si no quedo bien el capítulo, he tenido unas situaciones que dificultan escribir weas tipo fluff ;w,
¡Que les vaya bien!
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