Capítulo 2
-¡Jackson!.- chillé. Intente moverme pero Paul me hizo una señal de que no fuera.
Vi como colocaba su cuerpo en la silla y lo llevo corriendo a su habitación. Yo como podía les seguía el ritmo.
Llegamos a su cuarto y cerró la puerta antes de que yo entrara. Se le veía muy preocupado a Paul, presionó el botón rojo que habia al lado de la cama.
Este botón solo era presionado cuando era una emergencia. Escuché las pisadas de los médicos. La primera en venir era la doctora Sara una joven encargada de los pacientes con cáncer.
-Abigail, ¿qué haces aquí?, esta no es tu sección.- no quería que me regañaran asi que le menti
-Vine a vistar a Jackson.- arrugó la frente.
-No sabía que lo conocías.- se quedó un momento em silencio.- Bueno, vete, como ves tenemos una urgencia.
-Y usted esta aqui de charla conmigo.- le contesté. Como si no me hubiera escuchado se fue. Puede que hubiera sido borde pero desde que habia llegado a este hospital era la unica doctora joven a la cual (yo creo) no la caía bien. Vale que a todos no debo de caer bien pero un día intentando caminar me caí y ella pasó de largo sin ayudarme a sentar en la silla.
Salí de la sala y bajé por el ascensor hasta la planta 4, este edificio tenía 6 plantas. Llegué a mi cuarto y como pude dejé mi silla al lado de mi cama y me acosté. Revisé mi teléfono. Solo tenía una llamada perdida de mi madre. Apagué el móvil.
Cerré los ojos y caí en un sueño profundo.
-¡¿Mamá dónde estas?!.- grité como loca. Estaba asustada miles de cables a mi alrededor.
-Cariño, estoy aquí.- mi madre aparecio por la puerta de mi habitación.
-¿Qué hago aquí?.- empecé a llorar.- Mamá no puedo moverme.- susurré.
-Has tenido un accidente Abigail.- levanté la sabana del hospital y encontré mis piernas con rasguños y millones de moratones toqué uno y espere el dolor, pero nunca llegó.- Se que esto es duro para ti pero caíste mal y has quedado...- no pudo terminar la frase ya que rompió a llorar al igual que yo.
-Abi...- miré la puerta y vi a Paula. La miré furiosa.
-¡Hija de puta malnacida tu me has hecho esto largate!.- Paula lloró.
-Perdoname por dios.- a mi lado había un mando, supongo que era el de la cama, lo agarré.
-¡Largate ni perdón ni leches vete hija de puta no te quiero ver en mi puta vida!.- le tiré el mando y ella lo esquivó. El mando dio contra la pared rompiendose.
Paula se fue llorando al igual que mamá, al igual que todos dejandome sola.
-¡Abigail!.- abrí los ojos, estaba sudando lo primero que vi fue a a Paul mirándome fijamente.- Estabas teniendo una pesadilla.
-Lo sé.- me recosté en la cama. Toda la lluvia habia sido reemplazada por un cielo completamente negro.
-Deberías comer.- me señaló la bandeja que seguramente alguna cocinera me dejo.
-Debería.- cogí el sandwich, era uno de jamón y queso, le di un mordisco y despues otro devorando en poco segundos todo el sandwich.
-Si que tenías hambre.- rió.
Cuando pude beber agua le miré.- ¿Qué tal esta Jackson?.- su sonrisa desapareció.
-Esta estable, por lo menos hemos hablado un poco.- sonreí.
-Eso es genial.- volvió su sonrisa.
-Lo sé, fue una estupidez llevarle afuera pero bueno esta bien, ha preguntado por ti, quiere que en cualquier momento vengas.- asentí
¿Le iba a visitar?, puede. Como dije antes era al unico que conocía y debía ser su amiga sino seguiria amargada aunque debo de decir que estos dias con Paul he estado un poco mas espabilada.
-Fue una estupidez pero él lo quería.- alze los brazos desinteresada.
-Eso es verdad.- se sentó a mi lado.
-Paul.- se giro para verme.- cuentame mas cosas de ti, la televisón es demasiada aburrida.- pude ver como se emocionaba.
-Bueno soy de Londres.- asentí.- Mi madre es de España y mi padre de Londres, pero yo no se ni patata de español ya es un milagro que sepa inglés.- reí, su monologo paró cuando sonó mi teléfono.
"Mamá" iba a aceptar la llamada pero colgué.
-¿Alguien importante?.- preguntó Paul. Negué con la cabeza.
-Si fuera alguien importante en vez de llamar me visitaría.- todo esto estaba lleno de rencor.
-Bueno continuo...vivía en una pequeña casa pero habia una casa al lado, ahí conocí a mi mejor amiga.
-¿La sigues teniendo?.- pregunté intrigada ya que estabamos en Nueva York y tener una mejor amiga a distancia era dificil.
-Claro, es mas se llama...- nos interrumpieron unos golpes y la puerta abriendose al minuto.
Era la doctora Sara.- ¡PauPau por fin te encuentro!.
-Sarita.- la abrazó. Se percataron de mi presencia.
-Como te seguia contando mi mejor amiga se llama Sara, y es ella.- señaló a la doctora que me veía con una mala cara.
-Genial.- dije
-Estupendo.- dijo Sara sonriendome y abrazando a Paul
¡¡¡¡¡den muchas estrellitas y comentarios!!!
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