Parte sin título 7



Chicas (os) lamento muchí­simo la tardanza, he estado ocupada y...bueno son varias las excusas y no vale la pena decir todo eso, solo que estoy muy avergonzada por tardar tanto.

Espero el capí­tulo sea de su agrado.

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Capí­tulo 7

Ruse era un chico muy guapo y atractivo, casi como Alba, elegante, noble y antiguo compañero de Manigoldo haya en una universidad en Italia. Era dueño de las caballerías que en ese momento visitaban, un excelente criador.

-¿Qué opinas? son hermosos, cierto.

-por supuesto, pero es de esperarse, con tan magnifico entrenador.

-ja,ja, pero que lambiscón eres.

El pescado podía sentir como su estómago burbujea y la bilis se escapaba de este. Ruse caminaba a la par de Manigoldo...colgado de su brazo. Pero eso no era todo, el cangrejo parecí­a feliz con él.

-¿Quiénes son ellos?

Los ojos azules se clavaron en la figura de Albafica, mirándole con recelo.

-él es Albafica Derceto mi...socio.

Logro sentir una fuerte presión en su pecho, por alguna razón le dolió que Manigoldo dijese eso de él, le dolió el ser presentado como un socio y no como su...como su...qué...Amante...después de todo eso era...un simple amante.

Está de más decir que el cuervo y el pez no congeniaron para nada. El rubio se la viví­a pegado al cangrejo, restregándose cual sanguijuela, y lo que más le molestaba es que él se lo permití­a. Eso era tan injusto, en la calle Alba no le podí­a dar la mano sin recibir miradas de desaprobación y cuchicheos, por lo que ambos lo evitaban, pero ahí...ahí­ incluso algunas personas sonreí­an y les guiñaban el ojo, eso era tan cruel...solo por ser adinerados, por tener un cargo elevado, solo por eso a ellos si se les permitía... ¡Malditos!

Balancea tu cuerpo ligeramente, bien.

-¡que divertido!

Pefko se divertí­a cual pequeño, bueno él lo era, cabalgaba un joven pura sangre de color canela, una hermosa amazona le enseñaba.

-lo haces muy bien pequeño, eres muy hábil.

-¡Siii!

-je, el enano se está divirtiendo, no cre...

Un escalofrí­o recorrió su cuerpo al voltear, dos perfectas figuras de porcelana se miraban con odio infinito a su espalda.

-emmm...Alba-chan, no quieres intentar trotar en el caballo.

-...

-¿Alba?

-Eso suena bien, porque no competimos un poco, será divertido.

La mirada burlona de Ruse hizo hervir su sangre, por lo que respondió sin pensar.

-suena bien.

-¿Qué? No, olvídalo, tu recién empiezas a...

Pero ninguno de los muñequitos de porcelana le prestó atención.

-será una vuelta.

Para sorpresa del cangrejo Alba lo hací­a muy bien, se moví­a con naturalidad y elegancia, muy parecido al cuervo, que trotaba a su lado. Dieron un par de vueltas, para deleite de los espectadores, que babeaban por los hermosos jinetes. Continuaron su marcha hasta perderse de la vista de los demás.

-nada mal...para una puta.

Los ojos del chico se abrieron sorprendidos, ocasionando una sonrisa burlona en el rubio. Ya alejados Ruse detuvo el caballo y Alba le imito.

-te conozco, eres una de las putas de ese sujeto llamado Minos.

-¿Cómo?

Era imposible, no recordaba haberle visto nunca en el burdel, no era uno de los clientes de Minos por lo que no deberí­a saber.

-ja,ja,niño tengo muchos contactos, en este y el bajo mundo...tú mundo

***...***...

¿Dónde diablos están?

Los dos muñequitos habí­an desaparecido hace un buen rato. Manigoldo les buscaba por toda la pista pero ni rastros.

-¡Manigoldo!

 El pequeño se acercaba corriendo, siendo seguido por su entrenadora.

-le felicito señor, su hijo es muy hábil.

El cangrejo solo levanto la ceja, pero al final sonrió.

-se....gracias.

La chica se despidió con una sonrisa y fue a dejar los caballos.

Pefko se colgó de su brazo, narrando emocionado su aventura, continuaron caminando, buscando al pescadito.

-¿Dónde diablos se metió?

-¡ahí esta!

El chiquillo señalo una de las ventanas de la mansión, en ella se podí­an ver a Albafica y Ruse...discutiendo.

-¡hay no!

Tomo al chiquillo de la mano y se apresuró a entrar

-Albaf...

¡Plazz! un fuerte golpe se escuchó por el salón, que por fortuna estaba vací­o. Albafica le habí­a propinado un buen puñetazo al rubio, mandándole al suelo con el labio sangrando. El peli celeste se giró y camino hasta ellos, tomo a Pefko en brazos y salió de ahí­, casi corriendo.

-¡Maldito...Puto!

Ruse se levantó limpiando su labio, mirando con odio la puerta.

-¿Qué diablos paso?

-¿Qué paso? ¡Que tu maldita puta es un salvaje, eso paso!... maldito prostituto

Los ojos del italiano se abrieron sorprendidos al oír como su amigo se expresaba de Alba-chan, no puede ser.

-¡Manigoldo!

El peli añil salió corriendo tras su pescadito, dejando tras de sí­ a un furioso cuervo.

***…***…

En cuanto entro a su casa se fue directo a su habitación, con Pefko en brazos, el niño estaba muy espantado ya que su primo se encontraba llorando, por lo que no tardo en imitarle...poniéndose a llorar.

-¡Albafica!

El cangrejo entro segundos después, le partió el corazón ver a su pececillo en ese estado, intento acercarse a él pero.

-¡no me toques!

Manoteo el contacto y continúo llorando.

-¿Albafica que paso? ¿Por qué golpeaste a Ruse?

-...

-Alba-chan.

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Y se acabó.

Si, sé que es cortito, por lo que les daré otro en compensación ;) así­ que vamos a ello.


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