Final.

-te vez hermoso primo😍
-cierto Albafica, te vez muy bien.
-eres el novio más guapo del mundo, Manigoldo tiene mucha suerte🤭
-Gracias...estoy nervioso 😖.

Dos semanas habían pasado desde que llegó a Florencia. Tras conocer al patriarca de la familia y ser aceptado se llevó una cena de gala, en la que todos los Médici acudieron y se anunció su compromiso, ya no le sorprendió el hecho de que todos ahí le preguntarán si estaba seguro de querer casarse con Manigoldo. Incluso Kardia, el mejor amigo de su prometido, bromeó con que era mejor si se casaba con él...pero basto una severa mirada de Degel para que dejara las bromas.

-¿Listo?
-si...no...yo...
-calmate, todo saldrá bien...mira que si sigues así pensaré que de verdad te estás arrepintiendo.
-¡No! Claro que no...yo solo...estoy nervioso, sabes que deseo ser su esposo más que nada, pero...y si no lo hago bien.

El Galo sonrió a su amigo y le abrazo de manera cariñosa. Desde que se conocieron habían congeniado a la primera y en poco tiempo se hicieron buenos amigos. Degel era una persona muy reservada y lista, aspirante a la nobleza gala, era el encargado de promover la política artística que Lorenzo deseaba, llevando a artistas de renombre a las distintas cortés y en ocaciones descubriendo talentos.

-No digas tonterías, serás el esposo perfecto...y todos lo saben, así que cálmate, ya verás que todo sale bien.

La sonrisa logró tranquilizarlo un poco.

-listo chicos, nos esperan.

Pese a que sus intestinos parecían querer devorarse unos a otros, con todo el nervio del mundo, Albafica se levantó, listo para dirigirse a su boda.

La residencia Médici había sido decorada de la forma más exquisita y lujosa de la época. Rosas blancas, orquídeas, crisantemos y demás flores adornaban los pasillos de todo el palacio, hermosas esculturas hechas en hielo, que Degel aseguraba serían un bumm en poco tiempo, daban la bienvenida a los invitados. El enorme jardín también contaba con un hermoso ángel de hielo y algunas escultura griegas (cupido y Afrodita) que Kardia se encargó de traer, grandes mesas con aperitivos exclusivos, una pequeña orquesta y demás espectáculos que hacían envidiar tan flamante celebración.

-listo cangrejo...mira que si no con gusto yo tomo tu lugar.
-¡Tsk! Cierra el pico Kardia...o prefieres que te acuse con mi primo.
-😱...¡No, no, solo era una bromita!😫
-jeje, pues no molestes...a menos que quieras conocer a un Degel furioso y celoso hasta el tuétano.
-No, déjalo así...vez que deporsi no deja de molestarme porque aún no le pido matrimonio.
-y que estás esperando Animal, que alguien más te lo gane, mira que Degel es muy apuesto y según escuché anda por ahí un zar que le tiene puesto el ojo eh.
-¡Jamás, nunca dejaré que alguien me quite a mi cubito!😠
-¿entonces?
-.....¡Tsk! Ya...bueno te lo voy a decir, planeo pedir su mano la siguiente semana, mis padres van a venir y, también es su cumpleaños así que....me parece buena idea.
-...😯... enserio ¡Felicidades Bicho! Ya era hora, Degel bailará de gustó, hace mucho que espera esto.
-☺️ gracias, pero no sé lo digas aún...quiero que sea sorpresa.
-🤐.
-bueno, ya vamos que te están esperando.

Toda la familia estaba reunida en el enorme jardín. Gente muy importante, de la nobleza y clases sociales muy altas, artistas, comerciantes muy respetados, clérigos de la más alta gama, aunque lo último no era para menos ya que era el mismo Papa quien los casaba.

-¿Nervios hijo?
-¡Claro que no viejo!....bueno...algo.

Se encontraban parados frente al altar, vestidos de gala. Manigoldo usaba un abrigo de color celeste con forro de leopardo,mangas anchas, los puños rojos y bordado en plata, una camisa blanca y un pantalón negro con botas largas que le llegaban hasta la rodilla, llevaba algunos collares y su rebelde cabello era oculto por un gorro de satín de color rojo y adornado por una pluma de pavo real. El chico estaba nervioso y no dejaba de tronar sus dedos, mirando por donde aparecería su futuro esposo.

Cuando Albafica apareció todos quedaron en silencio. El chico era conducido por el propio Lorenzo, Manigoldo quedó boquiabierto ya que el menor parecía un ángel.

Una larga camisa blanca, que cubría más allá de sus rodillas, finamente ceñido a su cintura gracias a un cordón hecho con hilo de oro, las mangas eran de tres cuartos, pero de estas bajaban un par de tiras que se entrelazaban hasta la muñeca, su largo cabello fue recogido en una coleta y las chicas se habían encargado de hacerle unos bucles , los cuales caían adornando ese blanco cuello que  era protegido por un rosario de cristal, a su espalda una hermosa capa blanca decorada con plumas, las cuales daban un aspecto angelical para todo aquel que le viera.

El mayor quedó embobado, reaccionando cuando Kardia le dió un codazo para que aceptara la mano que el pequeño ángel le extendía.

La boda comenzó y todo transcurrió en orden, salvó la última broma que la familia jugó al volver a preguntar si de verdad quería casarse con Manigoldo...¡Malditos!😠

-te vez hermoso vida mía.
-¿De verdad?
-claro que sí, nadie podría igualar tu belleza...me he casado con un Hermoso ángel,el más perfecto y valioso que existe.
-¡amore!

Finalmente, después de toda la amargura y dolor que la vida le había dado, finalmente la felicidad lo alcanzaba. No podía estar más contento, de ser así explotaría, todo su infierno había terminado, nuevamente tenía una familia, tíos, primos, abuelo, un flamante esposo que estaba dispuesto a dar todo por el y por el cual él daría la misma vida.

-Albafica mira, te traje un pastelito de limón.
-gracias Pefko.
-este otro es para mi abuelo pedorro, voy a darselo.
-¡Pefko!

Tal vez lo único malo era el hecho de que su pequeño bebé se estaba convirtiendo en un grosero, influenciado por su esposo y abuelo, pero bueno ya después vería como enmendarlo.

-mi señor, muchas felicidades.
-Miguel, hola, gracias.

Miguel Ángel, un nuevo e introvertido artista que Degel y Albafica habían descubierto, se acercó a felicitarlo.

-se ve hermoso, todo una obra de arte, tal vez en algún momento me permita esculpirle, sería mi más hermosa obra.
-ah...gracias...☺️
-😠...ya veremos larguirucho 😡
-claro señor conde, solo con su consentimiento.😨
-si, sería excelente Manigoldo, una estatua de nuestro bello Albafica adornando la entrada ¡Yo la quiero!🤩
-olvidalo anciano, Albafica es solo para mí deleite personal.
-no seas envidioso😣 la belleza de las personas debe ser Admirada por todos.
-si Manigoldo, no seas envidioso, oye Miguelito yo la patrocinó, en especial si lo esculpes con una toga😂😂
-kardia 😡

El Heleno comenzó a reír a carcajadas, claro que sin soltar la mano de su frances, para darle a entender que solo era broma ya que en ocasiones los celos de Degel eran aterradores.

-¿Con una toga eh?
-como...una de las antiguas musas.

Pero tanto a Miguel Ángel cómo a Lorenzo les pareció una excelente idea.

-imagina a mi bello Albafica sosteniendo un instrumento, como Caliope o Erato
-seria esplendoroso mi señor...una verdadera obra de arte.
-olvidalo imbécil, no lo permitiré

Kardia se partía de la risa ante los celos de su amigo, mientras Lorenzo y Miguel Ángel ya planeaban donde iría.

-pero porque solo una musa mi señor...creo que dos serían mejor, El joven Degel también goza de una belleza envidiable y creo que es justo también hacer una escultura de él.
-...tienes razón Miguel, no es justo, ES NECESARIO tener una imagen de el...mis dos bellos angeles...tenemos que empezar a trabajar, quiero esas dos estatuas antes del próximo mes🤩

Y la risa de Kardia ceso...

-¡Claro que no! No permitiré que mi cubito pose para tí degenerado😠
-vamos Kardia, no seas envidioso, no que la belleza se tiene que compartir😼
-callate cangrejo, jamás oíste, nadie más aparte de mi ve a Degel semi desnudo...¡NADIE!
-vamos chicos, será hermoso, Albafica y Degel posaran para crear una obra de arte...aunque yo pienso que es mejor si están desnudos...como los clásicos 😇
-me parece bien mi señor, pediré el mármol y comenzaré a trabajar cuanto antes.😇
😠😠¡NI DE BROMA!

Por su parte Degel y Albafica solo suspiraron, el galo tomo a su amigo y le llevó a bailar, dejando que sus celosas parejas se hicieran cargo, la verdad es que a ambos les agradaba la idea, después de todo ellos compartían el gusto por el arte, no al grado de Lorenzo, pero si lo amaban...y quién no quiere ser inmortalizado en un retrato o escultura.

Todo transcurrió normal, la fiesta duro hasta entrada la noche, para después regresar al que apartir de ese momento sería su hogar.

-te gusto la fiesta cariño
-SI, fue hermosa.
-me alegró.

Caminaban tomados de la mano hasta su habitación, ya habían acostado al pequeño Pefko y era momento de consumar su amor.

-¡Ahhh!

Albafica soltó un ligero grito cuando Manigoldo lo cargo.

-que...haces..
-la tradición cariño.
-i...idiota, no soy una chica.

Pese a no serlo no pudo evitar sonrojarse, ocultando su cara en el cuello de su amante que solo río.

Entraron a la recamara y Manigoldo le acostó con sumo cuidado, para darle un beso y contemplar a su flamante esposo.

Se veía tan puro, etéreo, la cama se encontraba bañada con pétalos de rosas rojas, lo que desprendía un aroma agradable. Albafica estaba tumbado ahí, vestido de blanco, su capa se había arrugado de forma tal que parecía tener un par de alas a los lados...un ángel.

El menor mordió sus labios, sus mejillas teñidas de carmín, nervioso ante la fija mirada de su amante.

Un suspiro salió de su boca cuando Manigoldo deslizó su mano por su pierna, la calidez del tacto y el suave roce de la tela le provocaron nervios. El, que había estado con cientos de hombres estaba nervioso, congelado en su lugar atento a todo movimiento que su amante hacia.

El cosquilleo en su piel comenzaba a quemarle; tras la fiesta y en vista de que Manigoldo odiaba usar traje de gala, se había desecho del pesado saco y el gorro, quedándose solo con la camisa y pantalón. Albafica soltó un suspiro cuando las manos del mayor comenzaron a acariciar ambas piernas, Manigoldo las separó, sin descubrir por completo, para subir a la cama y quedar en medio. Besos cálidos comenzaron a ser repartidos en el cuello de cisne, Albafica cerró los ojos y comenzó a disfrutar las caricias.

Jamás había sido tocado con tal delicadeza y amor, nunca nadie había besado su cuerpo de esa manera, repartiendo caricias en todo su ser, activando sus poros a tal intensidad que el solo roce parecía quemar.

Con suma cuidado, como si el cuerpo bajo el fuera de cristal, Manigoldo comenzó a retirar una a una las prendas deleitándose con la imagen que Albafica le daba.

Se veía tan puro e inocente, completamente desnudo rodeado por los pétalos de las rosas, mientras mordía sus labios y cerraba de manera inconsciente sus piernas.

Decir que estaba aterrado era estúpido..¡Pero lo estaba ! si bien no era la primera vez que estaba frente a alguien desnudo, si era la primera que lo hacía por voluntad, que pensaría Manigoldo de él ¿Le gustaría su cuerpo? ¿Lo encontraba atractivo? En estos momentos suplicaba que aquellos cumplidos que había recibido por parte de sus clientes toda su vida fueran cierto y que Manigoldo se sintiera satisfecho con él.

-¿Que sucede amor? Estás temblando ¿Tienes frío?
-...no...yo...

Los nervios le causaron gracia a Manigoldo, el cual se deshizo de su calzado y camisa y se acostó al lado de su esposo intentando calmarlo. Comenzó a repartir besos y caricias que hacían al menor suspirar. Albafica dió un brinco cuando una mano se apoderó de su sexo mientras la boca del mayor comenzaba a chupar su erecto pezón.

-mmm...amor...

Las caricias continuaron y Albafica empezó a relajarse, enrollando sus dedos en esa salvaje mata añil.

El cangrejo no tardó en actuar, sentó a su esposo en sus piernas, de espaldas a él, mientras continuaba con el masaje a sus testículos, Albafica empezó a retorcerse deseoso de más, el burbujeo en su estómago comenzaba a crecer poco a poco.

-ah ... Manigoldo...ya...amor métela.
-pasiencia bebé.

Con maestría desabrochó su cinturón y abrió la bragueta, su sexo estaba despertando deseoso por Albafica. Acomodó al chico de forma tal que sus glúteos le rozarán mientras el continuaba masturbándole.

Los gemidos inundaban la habitación, Albafica se retorcía gustoso en las piernas del cangrejo, podía sentir la erección de su contrario y era enorme. En un giro inesperado Manigoldo lo acostó, dejando su trasero al aire, el chico grito al sentir la lengua húmeda saboreando su entrada, un beso obscuro que nunca nadie le había dado, apretó las sábanas con fuerza mientras esa traviesa lengua empapaba su ano, gruñendo molesto cuando el mayor se detuvo.

Le dió una rápida lamida a sus dedos para después ingresar uno, ocacionando que Albafica chillara. Hace cuánto que no metían nada ahí...ya iba para un año y medio, tanto tiempo en el cual su cuerpo había aprovechado para curarse a si mismo, cerrando las heridas provocadas por otros, volviendo a regenerar su carne de manera tal que logró sentir incomodidad cuando el primer dígito entro...como si fuera su primera vez.

-¿Duele?
-...no...yo...ah...sigue, amor no pares.

Se daba una idea de lo que pasaba, por lo que intento ser más gentil, se movía despacio y duro un buen rato antes de meter el segundo y tercero, quería prepararlo bien ya que no deseaba lastimarme.

Tras un tiempo Albafica comenzó a gemir, la sensación de volver a tener algo ahí regresaba, pero en esta ocacion no era acompañada por el asco y miedo, ahora iba acompañada de un sentimiento cálido que le hacía desear más, quería que Manigoldo le tocará en todas las formas posibles, con sus manos ásperas pero calidad que lo hacían sentir especial y único.

-ahhh

Gimió con fuerza cuando su sexo fue aprisionado de nuevo, incluso movía las caderas buscando mayor contacto.

-ah Manigoldo...ya... métela...por favor
-aun no amor, tengo que prepararte más.

Cuanto más lo haría sufrir no lo sabía, pero lo estaba disfrutando como nunca, no tardó en correrse, llenando la mano de su amado y un poco de la sábana y pétalos, esa simple masturbación fue tan placentera que incluso lo hizo caer en la cama...¿Como Demonios era eso posible?

Albafica respiraba agitado intentando llevar aire a sus pulmones, Manigoldo aprovecho para desnudarse por completo, sentía su pene arder y los deseos por poseer a su esposo eran enormes.

-¿estas listo bebé?

Con ojos acuosos y las mejillas coloradas el chico acepto... maldita sea, su cara tan tierna era una imagen muy erótica que reflejaba su pureza, tal que incluso dudo un poco ¿Estaría bien profanar semejante ángel?

Pero el deseo era más y que Albafica le besara de esa manera tan dulce no ayudo mucho a reprimirse.

Con cuidado separó las piernas de su esposo mientras se acomodaba, Albafica le veía nervioso, el chico soltó un quejido cuando sintió la punta entrar, pese a la preparación dolía.

-¿quieres que pare?
-¡No! No te atrevas...ah...solo deja que me acostumbré.
-....claro.

Manigoldo lo beso y comenzó a sobar sus piernas, solo había metido la mitad y Albafica se quejaba, pero no quería lastimarlo por lo que no forzó más. Pasados algunos minutos el menor comenzó a mover sus caderas, dando la autorización para seguir.

Entraba y salía despacio, sin meterla toda, con movimiento circulares que abrían cada vez más la estrecha entrada.

Albafica se sentía en el cielo, el chico gemía con fuerza, se sentía tan lleno y completo, su voz pedía por más mientras su culo se movía de forma sensual, esto volvió loco a su hombre, que ya no aguanto más, tenía que entrar por completo.

-¡Ahhhhh!

Grito como chica cuando Manigoldo le jalo y entro por completo, desgarrandole un poco, de sus nalgas comenzó a escurrir un poco de sangre, acompañada de sus líquidos, se aferró con fuerza a la espalda del mayor, arañando la piel canela mientras.

La cama se movía de manera frenética y los gruñidos y gemidos inundaban la habitación.

No podía más, estaba al límite, jamás, nadie en toda su vida le había llevado al orgasmo tan rápido.

-mas...más...ahhh....

Terminó por enrollar sus piernas en las caderas del cangrejo, que lo sujeto de sus glúteos obligandole a arquear la espalda, mientras su miembro era apresado por ambas pelvis exprimiendo le de manera exquisita.

-amor para ...yo...ah...
-aguanta un poco mas Albafica, quiero correrme contigo.

Lo intentaba, por Dios que si, pero le era imposible resistir cuando ese hombre lo penetraba de esa manera haciéndole ver estrellas cada que embestía. Su cuerpo estaba empapado de sudor, el fleco pegado a su frente y la espalda le empezaba a arder. Ya no podía más, de verdad quería aguantar pero le era imposible.

¡Ahhhhh!

El orgasmo salió sin su consentimiento, bañando su vientre y el contrario, nublado su vista haciendo que gritara.

Manigoldo detuvo su embiste, permitiéndole respirar, estaba por salir de él pero un extasiado Albafica le detuvo.

-no...acaba...por favor.
-amor no...
-Manigoldo!

No dijo nada y acepto, continuó pero de forma más lenta. El cuerpo de Albafica lo había exprimido de manera exquisita durante el orgasmo, también era muy estrecho y húmedo pero, eso era poco para un semental como el, y es que Manigoldo tenía una resistencia moustrosa.

Continuó penetrando a su amante por varios minutos más, ocacionando que Albafica se pusiera duro de nuevo.

-vamos amor, cabalgame...acabemos juntos..
-Manigoldo...

El Italiano le dió un giro dejándole arriba. No podía fallarle esta vez, apoyo sus delicadas manos en los pectorales del cangrejo y comenzó a saltar con fuerza, empalanzose cada vez más duro, por Dios, parecía que el pene de su cangrejo crecía con cada salto.

Lo deseaba, deseaba tanto que Manigoldo le llenase, por primera vez en su vida quería la semilla de alguien en su interior. Estaba tan cerca del final, sus gemidos aumentaron cuando su esposo sujeto su cadera impidiéndole moverse, Manigoldo empezó a empujar con fuerza su cadera, dando de lleno en el punto exacto. Albafica no podía creerlo y el que pensaba ser el de más experiencia, de verdad no había nadie como su italiano, este hombre era perfecto en todo.

-¡Manigoldo!.
-vamos amor, jalatela para mi, terminemos juntos está vez.

El chico asintió y comenzó a masturbarse, bajo la atenta mirada de su esposo que no dejaba de atacar. Unos minutos más y Albafica llegó a su tercer orgasmo de la noche, gritando extasiado mientras su semen brotaba bañando su mano y salpicando su pecho, pero no fue todo, pudo sentir como su interior era bañado, un extraño calor recorrió su ano hasta sus entrañas, ocacionando que su vista se nublara y cayese pesadamente en el pecho de su amante.

-¡Ah....ah...!

Manigoldo respiraba agitado, mantenía los ojos cerrados y la boca abierta, eso fue increíble, no tardó en rodear la espalda de su amado, retirando el cabello húmedo de esta mientras le abrazaba amoroso.

-ah...fue increíble...Dios...
-...
-ah... cariño...¿Estás bien?

Se preocupó al no recibir respuesta, en especial cuando un par de lágrimas callejón en su piel, alertandolo, por lo que no tardó en a andonar el interior de Albafica, temeroso de haberlo lastimado.

-amor...ah... Albafica estás bien.
-..
-tesoro que tienes, te lastime.

Tenía los ojos acuosos y un par de lágrimas resbalaban por sus mejillas, cosa que asustó al mayor.

-demonios, lo siento Albafica, no quería lastimarte yo...

Pero no lo dejo terminar, el chico se colgó de su cuello, mientras sollozaba.

-Manigoldo...al fin... finalmente soy tuyo amor... Manigoldo tu y yo...¡Hicimos el amor¡ ¡Finalmente soy tuyo, Manigoldo!

Parece que todo estaba bien y solo fue...la alegría del momento, o eso entendió. Ya más calmado de dedicó a a abrazarle y llenar su cara de besos.

-si amor...al fin eres mío...y yo soy tuyo.
-¡Manigoldo, soy tan feliz!
-yo también amor, también soy feliz.

Completo, así es como se sentía, Manigoldo lo complementaba, le hacía sentir seguro, feliz, hermoso...vivo, era aquello que su vida necesitaba una persona que le amara por sobretodo y a quien el amaría más que a su vida.

-y bien señor conde...que me dice, le gustó su primera vez con su esposo.
-tonto...me encanto, Manigoldo fue increíble...eres increíble.
-je... gracias bebé.
-...amor...tu...te gustó, lo hice bien... lamento no haber aguantado al principio yo...
-me encantó Albafica, eres perfecto amor.

Menos mal, por un momento temió el haberle desepcion, en especial cuando se supone tenía tanta experiencia, pero era de esperar, ninguno de esos idiotas era su esposo, nunca se compararía con el que con un solo roce le volvía loco.

-y...listo para continuar la noche, mi hermoso esposo.

Con las mejillas como tomates no tardó en sonreír, le regaló un tímido beso y se deslizó hasta su pelvis, era el momento de mostrarle a su esposo de lo que era capaz.

La noche no les basto, así como la madrugada, dieron las ocho de la mañana y sus cuerpos apenas se sentían satisfechos, un poco más y Pefko les abría encontrado en pleno acto, por fortuna solo se encontraban abrazados y besándose, cubiertos por la sábana mientras el piso estaba tapizado con pétalos de rosas.

Albafica no podía estar más feliz su vida ahora parecía brillar, pero si la obscuridad regresaba ya no tendría miedo, ya no estaba solo y sabía que podría salir adelante con el apoyo de su marido y su familia.

Por su parte Manigoldo estaba que estallaba de alegría, quién diría que ese pequeño viaje de negocios le cambiaría tan drásticamente la vida, el que había partido con la idea de hacer una pequeña fortuna había encontrado algo más valioso, tanto que ni toda la fortuna de su familia podría igualar, por que el valor de Albafica era inalcanzable, más que su propia belleza un diamante en bruto que él se encargaría de pulir, pero que también celaria  y protegería con su vida, porque Albafica era suyo...suyo y de nadie más.

Fin.

Y se acabó.

Espero les gustará, ya saben que los finales no se me dan muy bien.
Solo resta un pequeño epílogo, pero ese será la próxima semana.
Nos leemos después, cuidense.

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